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http://www.ecoportal.net/content/view/full/44978

2007-03-25 19:12:26 · 5 respuestas · pregunta de : richer : 3 en Arte y humanidades Filosofía

5 respuestas

Me encanta la posibilidad de formar parte de la naturaleza terrestre, esta teoría coincide con las ideas budistas , todos somos todo, somos uno con la naturaleza y con el universo,
Que la tierra, Gaia, sea un subsistema del universo , compuesto de subsistemas vivos es una gran idea, si destruimos una parte de ella nos destruimos nosotros.

2007-03-25 19:18:17 · answer #1 · answered by Just 5 · 1 0

Claro que la tierra es un planeta vivo, en el más amplio sentido de la palabra. También los chamanes mexicanos lo saben, y saben que esta tierra viva es EL AMOR DE UN GUERRERO, por la que se da todo en reciprocidad con ella...que nos da todo.

2007-03-26 09:52:29 · answer #2 · answered by ishtar_sophie 5 · 1 0

Creo firmemente que la Tierra al igual que todo lo que existe es parte de un sistema vivo. Inluso, lo que a nuestro entender es mataria sin vida es parte de ese sistema vivo igualmente. Creo que ha sido un error del ser humano no comprender que nosotros somos de la Tierra y no la tierra de nosotros. Todo lo que conocemos esta integrado de la misma sustancia, es decir es una interrelacion de atomos y particulas.
Lo que es arriba, es abajo.

Cuando nos preguntemos cual es el sentido de la vida, hay que preguntarle a la Madre Tierra, la naturaleza es la maestra. La naturaleza vive en nosotros.

2007-03-26 06:03:47 · answer #3 · answered by gato carnalito 6 · 1 0

En 1969, el investigador británico James Lovelock lanzó al mundo científico una desconcertante hipótesis: La tierra es un ser vivo creador de su propio hábitat.

A esta teoría la llamaron “Gaia” en honor a la diosa de la tierra como se le conocía en la mitología griega.

La idea de considerar a la Tierra como un ser viviente es arriesgada, pero no descabellada; sin embargo, cuando en 1969 Lovelock presentó oficialmente su hipótesis “Gaia” en el marco de unas jornadas científicas, celebradas en Princeton, Estados Unidos, no encontró ningún eco entre la comunidad científica. Para la gran mayoría, Gaia no era mas que un interesante ejercicio de imaginación. Quien iba a creerse que nuestro planeta sea una especie de superorganismo en el que, a través de procesos fisicoquímicos, toda la materia viva interactua para mantener unas condiciones de vida ideales.

La hipótesis Gaia no solo contradecía la mayor parte de los postulados científicos precedentes y ponía patas arriba los modelos teóricos sostenidos como válidos. Suponía sobretodo poner en tela de juicio la intocable y sacrosanta teoría de la evolución de Darwin: a lo largo de la historia la vida se ha ido adecuando a las condiciones del entorno fisicoquímico. Lovelock proclamaba justamente lo contrario: la biósfera es la encargada de generar, mantener y regular sus propias condiciones medioambientales, en otras palabras la vida no esta influenciada por el entorno, es ella misma la que ejerce un influjo sobre el mundo de lo inorgánico, de forma que se produce una coevolución entre lo biológico y lo inerte.

La teoría Gaia, simplemente cayó en saco roto y luego en el olvido, hasta que en fechas recientes algunos investigadores han comenzado a desempolvarla y revisar la validez de sus postulados.

¿Qué podemos imaginarnos tras ese excéntrico supuesto bautizado como teoría Gaia?

¿Cómo explicar las bases en la que estaba fundamentada?

Sus bases, simplemente, se explicaban con interrogantes sobre la supervivencia, equilibrio y autorregulación del planeta mismo.

¿Por qué la delgada atmósfera del planeta no escapa al espacio?

Nuestra transparente envoltura de aire, comparada con las atmósferas que cubre a los planetas vecinos es contrastante ya que los otros planetas están compuestos por casi exclusivamente por dióxido de carbono y porcentaje mínimo de nitrógeno. Por el contrario en la Tierra la atmósfera está compuesta por nitrógeno en un 79 %, oxigeno en un 21 % y apenas el 0.03 % de dióxido de carbono.

En 1971, Lovelock detecto que las algas costeras, liberan a la atmósfera el dimetil sulfuro (DMS), y se comprobó que este gas estimula la formación de núcleos de condensación para el vapor de agua, lo que a su vez eleva la concentración nubosa, que lógicamente oscurecen la superficie permitiendo que desciendan las temperaturas. Pero, del mismo modo que el calor hace crecer y multiplicarse las algas en los océanos, el frío dificulta su proliferación , por lo que disminuye la producción de dimetil sulfuro, se forman menos nubes y comienza una nueva escalada térmica.




La hipótesis de Gaia es un conjunto de modelos científicos de la biosfera en el cual se postula que la vida fomenta y mantiene unas condiciones adecuadas para sí misma, afectando al entorno. Según la hipótesis de Gaia la atmósfera y la parte superficial del planeta Tierra se comportan como un todo coherente donde la vida, su componente característico, se encarga de autorregular sus condiciones esenciales tales como la temperatura, composición química y salinidad en el caso de los océanos. Gaia se comportaría como un sistema auto-regulador (que tiende al equilibrio). La teoría fue ideada por el químico James Lovelock en 1969 (aunque publicada en 1979) siendo apoyada y extendida por la bióloga Lynn Margulis. Lovelock estaba trabajando en ella cuando se lo comentó al escritor William Golding, fue éste quien le sugirió que la denominase “Gaia”, diosa griega de la Tierra (Gaia, Gea o Gaya).

EL ORIGEN DE LA TEORIA .Lovelock fue llamado por la NASA en 1965 para participar en el primer intento de descubrir la posible existencia de vida en Marte. Participó como asesor de un equipo cuyo objetivo principal era la búsqueda de métodos y sistemas que permitieran la detección de vida en Marte y en otros planetas. Uno de los problemas a resolver sería el encontrar los criterios que deberían seguirse para lograr detectar cualquier tipo de vida. A Lovelock le llamó la atención las radicales diferencias que existían entre la Tierra y los dos planetas más próximos, fue la singularidad de las condiciones de la Tierra lo que le llevó a formular su primera hipótesis.

Esta teoría se basa en la idea de que la biomasa autorregula las condiciones del planeta para hacer su entorno físico (especialmente temperatura y química atmosférica) más hospitalario con las especies que conforman la «vida». La hipótesis Gaia define esta «hospitalidad» como una completa homeostasis. Un modelo sencillo que suele usarse para ilustrar la hipótesis Gaia es la simulación del mundo de margaritas.

Según la segunda ley de la termodinámica un sistema cerrado tiende a la máxima entropía. En el caso del planeta Tierra su atmósfera debería hallarse en equilibrio químico, todas las posibles reacciones químicas ya se habrían producido y su atmósfera se compondría mayoritariamente de CO2 (Se estimó que la atmósfera debería componerse de, aproximadamente, un 99% de CO2) sin apenas vestigios de oxigeno y nitrógeno. Según la teoría de Gaia, el que al día de hoy la atmósfera la compongan un 78% de nitrógeno, 21% de oxigeno y apenas un 0,03% de dióxido de carbono se debe a que la vida, con su actividad y su reproducción, mantiene estas condiciones que la hacen habitable para muchas clases de vida.

Con anterioridad a la formulación de la Hipótesis de Gaia se suponía que el planeta Tierra poseía las condiciones apropiadas para que la vida se diese en él, que esta vida se había limitado a adaptarse a las condiciones existentes, así como a los cambios que se producían en esas condiciones. La Hipótesis de Gaia lo que propone es que dadas unas condiciones iniciales que hicieron posible el inicio de la vida, ha sido la propia vida la que ha ido modificando esas condiciones iniciales, que la vida participa en la modificación de esas condiciones, que las condiciones resultantes son responsabilidad de la propia vida.

Para explicar cómo la vida puede mantener las condiciones químicas de Gaia, Margulis ha destacado la gran capacidad de los microorganismos para transformar gases que contienen nitrógeno, azufre y carbono.

2007-03-26 02:27:51 · answer #4 · answered by splother regio 2 · 1 0

meteorólogo e inventor James Lovelock, autor de la controvertida Hipótesis Gaia, que ve a la Tierra como un sistema autorregulado, dice a todo el que quiere oírle que los científicos del clima saben -aunque, obviamente, no pueden decirlo- que es inevitable un desastre ecológico cuyo resultado será la radical reducción de la población terrestre hasta dejarla en 500 millones de personas, que además deberán vivir en las proximidades del Ártico para, desde allí, comenzar de nuevo gracias a la energía nuclear. Acongojante, ¿no?

2007-04-01 20:57:03 · answer #5 · answered by donna 3 · 0 0

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