Hola, mi nombre es José Pablo César González Pérez, vivo en la Delegación Iztapalapa, en la Ciudad de México; incluyo mis datos para constatar mi respuesta; esto para que no vaya alguien a pasarse de vivo y mi idea la quieran registrar como la idea original de otra persona.
Ahora bien, la Luna es nuestro satélite natural, mide aproximadamente 3476 kilómetros de diámetro, es de los satélites mas grandes del Sistema Solar con respecto al tamaño del planeta que orbita; ya que representa casi un tercio de la longitud de la Tierra; debido a su considerable masa, ejerce en nuestro planeta una fuerza de atracción que influye en el movimiento de las mareas y esta afluencia de agua contribuye en gran medida a la preservación de la vida, tal y como la conocemos hoy en día.
Pero esto no es todo, además de la influencia que tiene en sentido gravitacional, ilumina (dependiendo de su posición con respecto a la Tierra y con respecto al Sol) nuestro planeta por las noches, siendo mayor, tanto la iluminación que proporciona, como el lapso de permanencia sobre nosotros mientras más cercana esté a su fase de "Luna Llena" y menor será su alumbramiento y el tiempo, mientras esté más cercana su fase de "Luna Nueva"; la noche de “Luna Nueva“ no tendremos iluminación natural alguna, mas que la que proporcionen las estrellas, el primer día de la “Luna Creciente“ sólo la tendremos alrededor de una hora después de la puesta del Sol y será apenas un filo muy delgado en el horizonte, posteriormente la iremos teniendo en su fase creciente cada vez más tiempo y con más luminosidad, hasta llegar a la fase de “Luna Llena“, que es cuando contamos con su luz durante toda la noche. Esto representa una influencia para los seres vivos de hábitos nocturnos, sobre todo para aquéllos que sus habilidades dependan en cierta medida de su sentido de la vista o para los animales con hábitos diurnos que sean atacados de noche por animales con hábitos nocturnos. Para nosotros, la luz Lunar no tiene relevancia, ya que actualmente no la necesitamos por que contamos con luz artificial.
Se dice que:
1.- Durante las noches de "Luna Llena", se dan más accidentes, más robos, más pleitos, es decir, la gente se altera con más facilidad que durante otras noches, esto debido a una influencia que ejerce nuestro satélite sobre nosotros y hay muchas personas que son mayormente afectadas que otras; de hecho, los psicólogos normalmente tienen más clientes el día de la "Luna Llena".
2.- Como decía antes, la Luna ejerce una atracción gravitacional sobre nuestro planeta y altera los movimientos de las aguas oceánicas.
Estas dos ideas, aunque en forma independiente sean ciertas, se han asociado, por lo que investigadores han llegado a la conclusión de que, por estar nuestro organismo compuesto por 75% aproximadamente de agua, al ejercer la Luna un efecto gravitacional sobre nuestro planeta, de la misma manera lo hace sobre los seres vivos, en especial en el hombre, es decir, que al atraernos, nos altera nuestros fluidos corporales, lo que trae como consecuencia un cambio en nuestro comportamiento, pero no todo el mundo es tan susceptible de ser influenciado por ella y aunque parezca gracioso, se les dice lunáticos a quienes afecta o sugestiona en forma indudable.
Hasta la fecha, esta teoría es la más aceptada para explicar la repercusión que tiene la Luna sobre nuestro organismo, pero, asimismo, es muy cuestionada, ya que para el sentido común, en general, el hecho de que un cuerpo a más de 37 millones de kilómetros de distancia nos influya por su atracción, siendo ésta despreciable, es decir, como si a nuestra masa corporal le quitaran el peso de una hoja de papel, no resulta convincente para mucha gente (muchos de los cuales seamos personas sin conocimiento profesional en el área, como su servidor, por ejemplo), a pesar de que hay quienes digan: "Es algo que ya está comprobado científicamente".
Además de lo que nos dice nuestro sentido común, quiero agregar que la Luna siempre (todos los días) nos va a influir con su gravedad, con esto voy a dar algunos ejemplos:
1.- Cuando hay Luna Llena, la tenemos directamente encima de nosotros a las doce de la noche.
2.- Cuando hay Cuarto Menguante la tenemos sobre nosotros a las seis de la mañana.
3.- Cuando hay Luna Nueva, a las doce del día.
4.- Cuando hay Cuarto Creciente estaría sobre nosotros a las seis de la tarde.
(Esto aproximadamente y sin tomar en cuenta el horario de verano).
Con esto, quiero dar a entender, que si su argumentación dice, que es la atracción gravitacional de la Luna, la que influye sobre nosotros; siempre vamos a tener a la Luna atrayéndonos directamente, pero siempre a diferente hora, dependiendo de la fase o de la fase intermedia en la que se encuentre, ya que la Luna gira alrededor de nuestro planeta y esté o no visible para nosotros, la parte de ella que está iluminada por el Sol, no afecta en lo más mínimo la magnitud de su atracción, es decir, durante el periodo de la Luna Llena, ésta no necesariamente se acerca más a nuestro planeta para tener más atracción sobre él, ni tampoco es necesario que el Sol la ilumine para que se active en ella la fuerza de gravedad.
Por último, quiero hacer mi aportación, dando a conocer una teoría a la cual llegué por medio de mi sentido común, como consecuencia de hacer conclusiones de las evidencias a mi alcance y las que he investigado.
Comienzo por hacer algunas referencias argumentando razones de cultura general:
El hombre es un ser vivo que tiene un magnífico sentido de la vista, cuenta con millones de terminales nerviosas que finalizan en células fotosensibles en la retina y éstas le comunican al cerebro una gran información sobre su entorno, algunas de las cuales, según he leído, son muy sensibles y detectan intensidad luminosa sin definir o detectar color alguno (según se cree, porque en lo personal, no puedo estar seguro de que algo así pueda estar comprobado científicamente); éstas representan una parte mínima; pero además, tenemos otras, que asimismo son sensibles a los colores, pero no son tan sensibles en condiciones de baja intensidad luminosa y representan la gran mayoría de nuestra retina. Es decir, el hombre, a pesar de tener un sentido de la vista tan desarrollado, éste no resulta tan agudo en situaciones de baja intensidad luminosa, como sí lo es, por ejemplo la vista de un gato para condiciones de penumbra casi total.
Ahora bien, cuando el hombre aún no descubría la forma de propiciar fuego artificialmente, no había otra forma de iluminación, más que la iluminación natural del Sol y de la Luna y puesto que somos seres vivos que en gran medida dependemos de nuestros ojos para subsistir (hablando en términos generales, porque he leído que la gente que pierde la vista o nace sin la facultad de ver, desarrolla más otros sentidos para compensar su carencia de este órgano); tenemos hábitos primordialmente diurnos, es decir, en aquel entonces, el hombre sólo podía desarrollar sus actividades de cacería y recolección u otras actividades, cuando el entorno o medio ambiente le fuera propicio para realizar esas tareas, o sea, o bien a la luz del día, o bien de noche, siempre y cuando la luz que proporciona la Luna, sea lo bastante intensa como para apreciar en forma suficiente las cosas que tenemos a nuestro alrededor; de esta forma, los hombres primitivos se mantuvieron activos durante esas ocasiones. Es por eso, que nuestros ancestros debieron haber durado varios millones de años en esas condiciones, adaptando su periodo de sueño; a dormir menos, cuando no hubiera luz durante la noche en forma suficiente para hacer algo y a mantenerse en vigilia cuando las condiciones nocturnas fueran las más adecuadas; o sea, durante las noches más iluminadas (ahora que lo pienso, estos periodos tan irregulares de sueño pudieron haber repercutido en el hecho de que la esperanza de vida fuera tan corta para el hombre primitivo); es así, como debió haber transcurrido la vida de nuestros más antiguos ancestros antes del descubrimiento del fuego y con esto, el inicio de la luz artificial; esas actividades se repetían constantemente, incluso infinidad de veces durante una gran cantidad de generaciones y su instinto se adaptó, o estaba adaptado a los ciclos de las fases Lunares, no era necesario que un hombre de aquel entonces espere a que oscurezca y pueda ver la Luna, para que de esta manera, se sienta más estimulado y más dispuesto a mantenerse activo durante la noche, sino que su organismo lo hacía en forma repetitiva cada periodo Lunar.
CONCLUSION:
De esta forma, llevamos dentro de nosotros un instinto, desarrollado y repetido durante una infinidad de generaciones, el cual nos recuerda, que las noches de Luna Llena son para la actividad, que debemos salir a procurarnos el abastecimiento de nuestros suministros; aunque también puede significar que es una noche de peligro, porque los depredadores nocturnos salen a acecharnos como consecuencia de su cacería nocturna y debemos estar a la expectativa de un ataque; pero ya sea una, u otra razón, lo cierto es que no hemos perdido nuestra naturaleza agresiva, todavía se encuentra presente en nosotros y es que, si esto fue algo que se vino repitiendo y repitiendo constantemente durante millones de años, no es algo que podamos perder de la noche a la mañana, es algo, no sé si subconsciente ó inconsciente que seguirá en nosotros, aun cuando la luz de la Luna ya no nos represente utilidad directa, ni oportunidad para realizar tareas una vez que se encuentre oculto el Sol.
Por último te respondo a tu pregunta: ¿Para qué sirve la Luna?
La Luna, como nuestro satélite natural, sirve para influir directamente sobre la vida en nuestro planeta, o mas bien dicho, es la vida la que se ha adaptado a su presencia; de poder eliminar a la Luna permanentemente, la vida tal como se da en nuestro planeta sufriría un colapso total, en primer lugar, el agua en los océanos perdería una parte de su fluidez, ya que las corrientes oceánicas se dan, tanto por el calentamiento del Sol, como por la atracción de la Luna, las consecuencias que esto traería, sería un parcial estancamiento en los océanos con un gran cambio climático, ya que las corrientes de agua marítima afectan enormemente el clima, por ejemplo, al norte de España el clima no es tan frío como en Nueva York, aunque estén a la misma latitud, esto porque llegan ondas de corriente oceánica tropical y hacia Nueva York, en cambio, llegan procedentes desde el Polo Norte; los seres vivos que dependen de su luz en la noche, como alguna vez dependimos nosotros (según mi argumentación), irían hacia la extinción o hacia una difícil adaptación, posiblemente algunos animales como las aves migratorias, la usen para guiarse y no sé qué otras repercusiones biológicas tengan lugar; hasta es posible, desde mi punto de vista, que su atracción halla dado como resultado que nuestro planeta no sea esférico completamente, sino que debido a ella, una mayor parte de la masa terrestre esté ubicada alrededor de él y por lo tanto éste sea más chato en los polos.
Observaciones:
1.- La presente argumentación es solo una teoría desde el punto de vista del autor, no debe considerarse como una ley, ni como una verdad absoluta.
2.- Tampoco hice referencia a la presencia de nubes en la atmósfera que pudiera haber durante una noche de Luna Llena; porque como dije anteriormente, fue nuestro organismo el que con el transcurso del tiempo y a través de las generaciones, se adaptó a los ciclos lunares y esto no cambia el hecho de que, haciendo promedios, siempre habrá una mayor cantidad de luz durante las noches de Luna Llena. Cierto es, que hay noches de Luna Llena con gran penumbra por la presencia de densas capas de nubes que ocultan totalmente la Luna, pero no afectan totalmente la actividad biológica, la cual está perfectamente adaptada a que se dé este tipo de fenómenos.
Saludos.
2007-03-27 17:41:41
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answer #2
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answered by Don Pablo 3
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