bueno, de argelia te dire que ghardaia
nueva muy ordenada y limpia. El pueblo está delimitado por un gran palmeral por un lado y dunas como montañas por el otro. La principal actividad a realizar aquí es subir a las dunas y adentrarse un poco en el Gran Erg. La panorámica desde aquí arr
DIARIO DE VIAJE
EL ATTAF
El inicio de la ruta ha sido un vuelo Barcelona-Argel con la compañía Viva Air (1 hora de vuelo). En el mismo aeropuerto nos esperan los que serán nuestros conductores, guías y cocinero, junto con los dos vehículos Toyota Land-Cruiser que utilizaremos durante el viaje.
Aquí iniciamos la ruta, haciendo una primera parada para comer en la localidad costera de Zeralda, sobre el mismo Mediterráneo y a 20 km al oeste de Argel. Comemos en el Hotel Mazafran, un complejo turístico de veraneo, pero ahora casi vacío. La temperatura en Argel y en zonas próximas, en esta época del año, es muy agradable.
La primera noche la pasamos en el pequeño pueblo de El Attaf, el cual se encuentra a unos 160 km al oeste de Argel y unos 35 km antes de llegar a Ech Cheliff, en la carretera de Argel a Oran. El hotel escogido es bastante bonito por fuera, pero con unas habitaciones muy cutres (las sábanas de la cama están tan mal que decidimos dormir en el saco que llevamos). Este lugar es un punto de parada de camioneros y comerciantes en ruta.
AIN SEFRA
En el trayecto del Attaf a Ain Sefra, después de unas tres horas de camino, hacemos una parada en un pequeño pueblo llamado Mascara, a unos 180 km de El Attaf, con el único propósito de comprar comida en el mercado. Aparte de ésto no tiene ningún interés más para nosotros.
Por el momento el paisaje que se puede ver es bastante mediterráneo, pero poco a poco se va volviendo más seco y árido. A la derecha de la carretera van quedando las altas montañas del Atlas que hacen de frontera con Marruecos. La proximidad con Marruecos hace que cada vez encontramos más y más controles policiales, ya que el gobierno argelino sospecha que por estas montañas hay una gran circulación de terroristas islámicos que se refugian al otro lado de la frontera.
Al llegar a Ain Sefra, unos 350 km y tres horas después de salir de Mascara, el paisaje ya es completamente plano, una extensión inmensa llena de arbustos y arena. Ain Sefra es la puerta de entrada al desierto propiamente dicho por el noroeste y tampoco tiene demasiado interés, excepto dar una vuelta por el mercado y el hecho anecdótico de saber que aquí murió ahogada en 1904 la joven escritora y viajera Isabelle Eberhardt. Detrás del hotel el Mekhter ya es posible ver la primera duna-montaña de nuestra ruta.
TAGHIT
El trayecto de Ain Sefra a Taghit, de unos 300 km, es una sucesión de desierto pedregoso, superficies inmensas de arena y algunas grandes dunas. Al llegar A Béchar, capital administrativa de la región de Saoura, nos desviamos por una carretera secundaria en dirección a Taghit.
Taghit es un pequeño pueblo oasis justo sobre la frontera oeste del Gran Erg Occidental (literalmente un mar de dunas). Algunas de las dunas más espectaculares del Gran Erg Occidental se encuentran aquí. Taghit tiene una parte vieja muy bonita, construída en adobo y con calles laberínticas, dónde destaca la ciudadela o ksar, y una parte iba es magnífica, ya que tenemos en el lado este un mar de arena infinito y en el lado oeste el oasis y el Oued Zousfana. Es impresionante. Además es muy divertido bajar deslizándose por las dunas, ya sea rodando o sobre un trozo de cartón o plástico que nos puede dejar alguno de los chavales locales que siempre están por allí. En cualquiera caso es necesario vigilar con la arena ya que es muy fina y entra por todos sitios, especialmente problemático si llevamos encima una cámara fotográfica. A pocos kilòmetres de Taghit se pueden visitar unas pinturas rupestres.
El Hotel Taghit, el único en este pueblo, también es el único edificio que hay. Una habitación doble con desayuno y aire acondicionado cuesta 200 DA. También se puede comer un menú por 80 DA. Además hay un camping en la salida sur del palmeral y cuesta 25 DA, con lavabos y duchas muy básicos. Para comer también hay un pequeño y bonito restaurante en la entrada de la parte vieja del pueblo.
KERZAZ
Simplemente se trata de un punto de parada en nuestra ruta a Timimoun, para montar el campamento y dormir al mismo pie de las dunas del Gran Erg Occidental. Este campamento lo montamos en un lugar en medio de la nada, pero tampoco demasiado lejos de la carretera, poco antes de llegar a la población de Kerzaz, a 220 km de Taghit. A medianoche empieza a soplar un viento frío que además arrastra arena, provocando que debamos encerrarnos herméticamente dentro del saco de dormir.
TIMIMOUN
Desde el lugar de acampada, cerca de Kerzaz, reemprendemos el camino a Timimoun. El trayecto permite apreciar paisajes desérticos indescriptibles, cambiantes cada pocos kilómetros, deshaciendo así el mito de la monotonía del desierto en cuanto a paisaje se refiere.
Poco antes de llegar a Timimoun tenemos la oportunidad de ver detenidamente una foggara. Una foggara es un sistema de canales de agua subterráneos enterrados al nivel de la capa freática para transportar el agua del subsuelo utilizando el sistema de los vasos comunicantes para hacer circular el agua. La parte visible de este curioso sistema son los puntos de salida del agua al exterior y son utilizados principalmente para suministrar agua a los oasis. Las foggara se pueden encontrar principalmente en la zona de Adrar y alrededores.
Timimoun está a unos 210 km de Kerzaz y es un lugar precioso, de visita obligada. Su arquitectura es de estilo sudanés y basada principalmente en el arcilla roja, lo que le da un sello muy peculiar a sus edificios. Además, el pueblo está costruido sobre un punto elevado y escarpado desde el qual hay una magnífica vista sobre un antiguo lago salado y las dunas de los alrededores. Andando por la calle principal de Timimoun tendremos la oportunidad de ver varios edificios de arcilla roja singulares y entre ellos destaca el Hotel Rouge de l'Oasis, el cual es posible visitar por dentro. En la parte vieja del pueblo encontraremos un laberinto de calles y pallejones entre casas y muros de arcilla roja. El palmeral también vale la pena de ver porqué además de ser un lugar fresco y con abundante sombra podremos apreciar los muros construidos con arcilla roja que separan las distintas parcelas.
Circuito de Gourara. Esta excursión desde Timimoun es del todo recomendable, pero es obligado disponer de vehículo propio. Se trata de un circuito circular de unos 70 km que pasa por varias poblaciones oasis al norte y este de Timimoun. Una de las poblaciones visitadas es Izgher, la cual posee un ksar en estado ruinoso y unas calles muy y muy estrechas. En la ruta también es posible visitar un lago de agua salada, lleno de agua en invierno y vacío en verano por el efecto de la evaporación, quedando una capa de sal. Otro punto de interés es contemplar una puesta de sol sobre el valle desde la cima de alguna duna con la suficiente altura.
Para dormir el sitio con la mejor relación calidad-precio es el camping La Palmeraie. Cuesta 25 DA por persona y 20 DA por cada vehículo, pero tiene mucha sombra y duchas con agua caliente (aunque no lo parezca el agua caliente se agradece mucho, sobre todo si la ducha es a primera o última hora del día). Para comer tampoco aquí hay demasiadas alternativas. Una de ellas es el restaurante Le Sable d'Oro, dónde una comida cuesta unos 50 DA.
IN SALAH
Saliendo de Timimoun en dirección al sur el primer lugar de parada es Adrar, la capital de la región, a unos 150 km de Timimoun. El único interés que puede tener esta ciudad es la predominancia del color rojizo debido a que éste es el color de los ladrillos con que están construidos buena parte de sus edificios. También es curiosa su enorme plaza central o Plaza de los Mártires, tan grande que podría aterrizar un avión.
La carretera continúa hacia el sur hasta el pueblo medio abandonado de El Aouef. Aquí se abandona la carretera y se toma una pista que discurre a través de una llanura inmensa. Esta pista a ratos es un camino de arena y otros es un camino de piedras o las dos cosas a la vez. Antes de llegar a In Salah se pasa por un lugar con restos de un bosque petrificado (restos de troncos de árbol fosilizados y convertidos en piedras). Poco después encontramos otro lago salado, éste con agua.
In Salah. Tras 180 km de pista desde El Aouef se llega a In Salah. Esta ciudad es muy tranquila, pero realmente no hay nada que ver en ella, siendo sólo un lugar de parada en la ruta a Tamanrasset. In Salah está siendo invadida por las dunas de arena, llegando ya al centro del pueblo, y de hecho la ciudad ya está partida en dos por éstas. Las dunas se están moviendo a una velocidad de un metro cada cinco años.
Para pernoctar aquí y acampar la mejor alternativa es el Camping Tidikelt, al final de la calle principal. Cuesta 25 DA por persona y es posible ducharse pese a la absoluta carencia de agua en esta zona. Dormimos a la intemperie, echando el saco de dormir directamente sobre la arena, pero acompañados por los numerosos escarabajos que hay en la arena.
TAMANRASSET
Dejamos In Salah y tomamos la carretera N1 hacia el sur, también conocida como Route du Hoggar. Desde In Salah hasta Tamanrasset, a 658 km de distancia, ya no hay ningún pueblo digno de ser llamado así. En el trayecto por este carretera se suceden multitud de paisajes desérticos. Cuesta creer que pueda haber tanta variedad en el desierto. Por lo general esta carretera está asfaltada y en buen estado, aunque, cuando es cruzada por un oued o riera, entonces debemos esquivar el tramo de carretera estropeado por las avenidas de agua, circulando campo a través hasta tomar de nuevo la carretera.
A unos 200 km de In Salah encontramos Arak, un núcleo formado por un restaurante, una gasolinera y poco más. Poco después cruzamos las gargantas de Arak, un sensacional espectáculo pasando por un corredor entre montañas de piedra. Después de unos cuántos días viendo terreno plano estas son las primeras montañas que merecen este nombre. Es increíble ver el contraste de la arena clara con las rocas de color verde oscuro o negro.
Más al sur paramos a descansar en un sitio llamado Moulay Lahcene, al pie de unas montañas basálticas. En este lugar hay un marabout (pequeña construcción que suele ser el mausoleo de un hombre sagrado o un santo) junto a la carretera. La tradición aquí dice que uno debe desviarse de su ruta y dar al menos una vuelta entera al marabout con el vehículo antes de continuar de nuevo la ruta, si uno no quiere correr el riesgo de tener una avería o accidente. Podemos comprobar que incluso los camiones cumplen con este ritual.
Teniendo en cuenta la distancia y que los últimos 50 km antes de llegar a Tamanrasset son de pista este trayecto es francamente demoledor.
Tamanrasset. Esta ciudad es el centro de la región del Hoggar y mantiene un cierto aire tuareg, dónde es posible aún ver numerosos hombres tuareg Kel Ahaggar por sus calles, vestidos a su manera tradicional e incluso en camello por la calle principal. Pese a que el centro de la ciudad tiene construcciones bastante modernas y ordenadas, en las afueras encontramos muchas barracas dónde viven numerosos refugiados de Níger y Mali a causa de la sequía en la región del Sahel.
Debido a su altura, a casi 1.400 m, el clima de Tamanrasset no es tan caluroso como podría pensarse.
Pernoctamos en el Camping Alo, que está muy bien, con bandas (cabañas africanas) que tienen moqueta en el suelo y colchones de espuma para poner encima el saco de dormir. En el Hotel Tinhinane, justo en el centro, es posible beber una cerveza aunque deba hacerse prácticamente de forma clandestina, entrando por la parte de atrás y quedándose en un lugar sin visibilidad exterior. El mejor restaurante que encontramos es el Restaurante Le Palmier, con buenos platos que vienen a costar unos 25 DA. Otra alternativa es el Restaurante Des Amis.
ASSEKREM
A unos 80 km al nordeste de Tamanrasset se encuentra la meseta del Assekrem, un lugar de visita imprescindible ya que el paisaje es sencillamente espectacular. Todo el trayecto es pista y además bastante dura, con muchas piedras que hacen estragos en las ruedas de los vehículos. Para llegar hasta el Assekrem no hay alternativa de transporte público y sólo se puede llegar con vehículo propio o alquilado en alguna agencia de Tamanrasset. Por el camino hay algún dgelta o surtidor de agua, un buen lugar para detenerse a comer. El destino final es el refugio que hay sobre una de las montañas, a unos 2.600 metros de altura. Llegar hasta aquí desde Tamanrasset supone un mínimo de tres horas (en nuestro caso son 6 horas contando las paradas para comer y a causa de tres pinchazos en las ruedas).
Puesto que llegamos al refugio a las 17 h. y aún hace sol nuestra primera actividad aquí es subir a la ermita del Padre Foucauld, en el punto más alto del macizo a 2.780 metros. Desde el refugio hasta la ermita hay un camino de subida que debe hacerse a pie y que supone menos de 30 minutos. Esta ermita cristiana fue construida en 1910 por Charles de Foucauld, un monje francés que llegó al Hoggar a principios del s. **, y que aún está activa porqué es mantenida por una orden religiosa. La vista que se puede contemplar desde este punto es fantástica. Es igualmente obligado volver a subir a la ermita para ver la salida del sol, lo cual significa levantarse a las 5'30 de la mañana para estar en la ermita a las 6, antes de que salga el sol. El paisaje es lunar y da la impresión de que estamos en otro mundo.
Para dormir la única alternativa es el refugio. Es necesario llevar saco de dormir y también la comida. Se cierran las luces del refugio a las 23 horas. Las noches aquí son frías o muy frías, pero la vista del cielo estrellado que podemos disfrutar es única.
P.N. HOGGAR
Tras disfrutar intensamente de la salida del sol en el Assekrem, recogemos las cosas del refugio e iniciamos el regreso a Tamanrasset para poder ducharnos y seleccionar el equipaje mínimo para llevar a cabo una ruta de 4 días por la área del Tassili Hoggar, concretamente dentro del área del Parque Nacional Hoggar, una zona montañosa del Sahara Central compuesta por mesetas de roca granítica y basàltica.
Dejamos Tamanrasset yendo hacia el sur por la carretera en dirección a In-Guezzam, el paso fronterizo con Níger. Al cabo de pocos kilòmetres de Tamanrasset dejamos la carretera principal y tomamos una pista a la izquierda en dirección al corazón del Parque Nacional Hoggar, al sudeste. En un lugar indeterminado de esta zona montamos el campo base para pasar la noche. Se trata de un lugar dónde se pueden ver abundantes acacias, árboles típicamente africanos como los que pueblan la sabana de Kenia o Tanzania.
In Ekekchker es el primer lugar que visitamos realmente dentro de los límites del P.N Hoggar. Es un lugar fantástico dónde no hay palabras para describirlo: dunas enormes de arena muy clara en medio de piedras también enormes de formas caprichosas esculpidas por los elementos naturales, principalmente el viento. De alguna forma este paisaje se asemeja algo a la Capadocia turca.
El Gueschour. A unas cuatro horas de pista de In Ekekchker se llega a este otro paraje increíble, de grutas, dunas y pequeñas montañas desde dónde la puesta de sol es espectacular. Una hora antes de llegar aquí visitamos una zona dónde podemos encontrar pinturas rupestres y unas enormes rocas de formas fálicas.
Cascadas de Tamekrest. Se trata de un pequeño río que salva un desnivel entre las rocas formando pequeños saltos de agua y piscinas naturales. No tiene nada de especial excepto el hecho de nos encontrarnos en medio del desierto.
MOULAY LAHCENE
Ya de vuelta en Tamanrasset, tras los cuatro días en el Tassili Hoggar reemprendemos el regreso al norte. Moulay Lahcene, a una 260 km al norte de Tamanrasset, es nuestra primera escala, puramente técnica, para pernoctar. Montamos el campamento en una zona dónde el suelo es rocoso y está muy duro para dormir sobre él (no hay arena). Además durante la noche nos visitan perros salvajes que buscaban basura o restos de comida para comer. Ver más información sobre Moulay Lahcene al principio del apartado dedicado a Tamanrasset.
EL GOLÉA
La distancia entre Moulay Lahcene y El Goléa es de 690 km y la cubrimos en unas 12 horas, incluyendo dos pequeñas paradas en Arak e In Salah para comer.
El Goléa es el oasis más oriental del Gran Erg Occidental y suele ser un lugar de parada en la ruta de norte a sur o viceversa. Aquí no hay demasiado a ver. Sólo destacaríamos la antigua ciudadela (vieux ksar), la cual domina el pueblo desde un punto elevado. De hecho, la ciudadela, del s. X, está en estado ruinoso pero la vista que proporciona sobre la ciudad y los alrededores es muy buena, especialmente del palmeral del oasis, con más de 180.000 palmeras, que lo hace uno de los más grandes del país.
No demasiado lejos de la antigua ciudadela se puede visitar la iglesia y la tumba de Charles de Foucauld (el mismo que construyó la ermita en el Assekrem), enterrado aquí en 1929.
Valle de las rosas del desierto. A unos 45 minutos de trayecto por pista al noreste de El Goléa se llega a un valle con unas vistas magníficas y dónde podemos encontrar directamente en el suelo multitud de rosas del desierto, mineral formado por precipitación, fundamentalmente de sulfatos, debido a la migración de fluidos acuosos en el sedimento y que adopta algunas de las formas más inverosímiles y bonitas que podemos encontrar en la naturaleza.
Aunque en El Goléa hay un hotel y un par de campings nosotros optamos por hacer noche en acampada libre sobre unas dunas junto al cementerio (!) adyacente a la iglesia de Charles de Foucauld.
Para comer una de las pocas alternativas es el Restaurante Vieux Ksar, en el hotel del mismo nombre.
GHARDAIA
Ghardaia está a unos 260 km al norte de El Goléa. Por el camino se pueden ver llanuras enteramente de piedra de pizarra que al brillar bajo los rayos del sol dan la sensación de ser un mar de agua. Tampoco es extraño encontrarse con alguna tormenta de arena o vent du sable, con fuertes vientos que arrastran la arena de un lugar a otro a cierta altura del suelo (da la sensación de ser un gas que emana del suelo), limitando muchísimo la visibilidad. Las dunas de arena, debido al viento, no son elementos estáticos sino que se van moviendo día tras día, llegando frecuentemente a invadir la carretera.
Ghardaia es la mayor y principal ciudad de las cinco poblaciones que podemos encontrar en el valle de M'Zab. El conjunto del valle de M'Zab fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1982. Este valle toma el nombre de los mozabitas, una secta islámica muy puritana que se separó de la corriente principal del Islam en el s. XI. El conservadurismo imperante ha hecho que las tradiciones aquí se conserven mucho más que en el resto, dando lugar a una personalidad propia y muy marcada. Además, debido a que los mozabitas no intervinieron en la guerra de independencia contra los franceses éstos les permitieron ir a la suya. Las cinco poblaciones que forman este estrecho valle son Ghardaia, Melika, Beni Isguen, Bou Noura y El Ateuf, y todas juntas hacen de esta área una de las más interesantes del país a la que es necesario dedicar unos cuántos días para explorarla bien.
Ghardaia. Uno de los principales atractivos de esta ciudad es el mercado, al que se llega por la calle Ibn Rosten. Se trata de una plaza de forma rectangular y descubierta con tenderetes de comida y ropa en el centro y tiendas de artesanía, principalmente alfombras y tapices (son la especialidad de la región), en los laterales. Los colores vivos, principalmente rojos, de las alfombras dan una gran vistositat a este mercado. Hay mercado cada día y durante todo el día, pero es recomendable ir por la mañana y mejor si se trata de un día festivo. El otro punto de interés es la ciudad vieja y la Gran Mezquita. En la oficina de turismo (ONAT) se puede alquilar un guía para hacer una visita guiada por esta zona, pero es bastante caro y aquí no parece que sea obligatorio (aunque con un guía es más fácil entrar en muchos sitios). Las calles de la ciudad vieja son muy estrechos y frescos. Una vez más, la arquitectura local es muy racional y adecuada a la climatología y costumbres locales. La Gran Mezquita tiene apariencia de fortaleza y es muy simple en su interior (parece que ésto es un imperativo dentro de la corriente sunnita del Islam a la cual pertenecen los mozabitas). Lo que llama más la atención es el minarete, sin ninguna ornamentación exterior y de forma piramidal. Muy cercano a la mezquita se encuentra el cementerio, también muy simple, con tumbas muy uniformes y sin ningún signo de ostentación.
http://www.viatgeaddictes.com/dst/algeria/algeria92_es.php
aqui tienes esta direccion que tiene mas informacion sobre otros sitios que puede interesarte.
buen viaje ,saludos
2007-03-25 09:37:53
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answer #1
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answered by maria luisa c 3
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