El término vida extraterrestre se refiere a las hipotéticas formas de vida que pueden haberse originado, existido o todavía existir en otros lugares del universo, fuera del planeta Tierra. Actualmente no existe evidencia alguna que pruebe o desmienta su existencia.
Debido a tal falta de pruebas a favor o en contra, cualquier enfoque científico del tema toma siempre la forma de conjeturas y estimaciones. Aunque cabe notar que el tema posee también una gran cantidad de teorías informales y paracientíficas, que exceden con facilidad los criterios de cualquier epistemología científica, por ejemplo, haciendo afirmaciones infalsificables siguiendo el criterio de Popper, y son por tanto consideradas pseudociencias.
Tabla de contenidos [ocultar]
1 Ideas históricas
1.1 En la literatura
2 Enfoques científicos sobre la vida extraterrestre
3 Preguntas y argumentos
4 Principio de mediocridad
5 Hipótesis de la Tierra rara
6 Búsqueda de vida extraterrestre
6.1 Búsqueda directa
6.2 Búsqueda indirecta
6.3 Escucha de señales artificiales
6.4 Otras teorías
7 Véase también
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
[editar] Ideas históricas
La idea de la existencia de seres inteligentes originarios de otros mundos fuera de la Tierra es casi tres veces milenaria. Existen nociones de tal concepto en la religión y mitología del Antiguo Egipto, Babilonia y Sumeria. Aunque en tales culturas, sería difícil obtener una separación clara entre la idea de extraterrestre y la noción religiosa de dioses, espíritus o demonios habitando "otro mundo". Los primeros pensadores de la Cultura Occidental en argumentar sobre la existencia de otros mundos equivalentes al nuestro en naturaleza, y sistematizar la idea de un universo lleno de otros mundos habitados, fueron los griegos Tales de Mileto y Anaximandro en el 7o y 6o siglo A. de C.. Los atomistas incluyendo a Demócrito retomaron dicha idea, ya que la consideraban un resultado inevitable de sus ideas, pues argüían que un universo infinito (como afirmaban era el mundo) debería contener forzozamente infinitos otros mundos como el que conocemos. Sin embargo y por regla general, tales ideas eran refutadas por la cosmología aceptada como válida en dicha época: el geocentrismo ptolemaico, que privilegiaba a la Tierra sobre todos los astros. El mismo Aristóteles (fuente del geocentrismo ptolemaico) negaba la teoría de la pluralidad de los mundos.
La noción de extraterrestre está también presente en el judaísmo, pues el Talmud afirma que existen al menos otros 18000 mundos, pero sin elaborar sobre su naturaleza y sin definir si son físicos o espirituales. Basándose en esto, textos eruditos como el "Sefer HaB'rit" establecen la posibilidad de mundos materiales habitados, pero no por humanos sino por seres carentes de libre albedrío.
En el Islam, hay un pasaje del Corán que alaba a Allah y lo proclama "Señor de todos los mundos", implicando la posibilidad de múltiples mundos habitados.
Cuando la Cristiandad se extendió en Europa, el sistema geocéntrico de Ptolomeo se convirtió en la cosmología aceptada en todos los reinos cristianos. Aunque la iglesia rara vez se pronunciaba sobre el tema, la noción de otros mundos habitados era por lo general considerada como aberrante o herética, pues entraba en contradicción con la cosmología comúnmente aceptada. Salvo algunas excepciones, el tema fue escasamente discutido durante la Edad Media.
Dicha situación cambió con la invención del telescopio y el advenimiento del modelo heliocéntrico de Nicolás Copérnico. Aunque las ideas sobre extraterrestres siguieron siendo consideradas heréticas incluso tiempo después de dichos eventos. El más conocido de los pensadores en defender de nuevo las tesis de pluralismo cósmico, es precisamente Giordano Bruno, quién en el siglo XVI afirmó que el universo era infinito y que las estrellas eran análogas al Sol, y que eran el centro de otros sistemas solares, que imaginaba también habitados. Afirmar dichas ideas le llevó a la muerte en la hoguera.
[editar] En la literatura
La vida extraterrestre aparece también en la ficción y la literatura desde mucho antes del inicio del siglo **. El poeta didáctico Henry More tomo el clásico tema del pluralismo cósmico del filósofo griego Demócrito en su poema Demócrito platonizante, o un ensayo sobre la infinidad de los mundos. Desde la afirmación de que "el sol de nuestro mundo / es una estrella para el resto", More daba un salto especulativo hacia la existencia de planetas fuera del Sistema Solar:
the frigid spheres that 'bout them fare;
Which of themselves quite dead and barren are,
But by the wakening warmth of kindly dayes,
And the sweet dewie nights, in due course raise
Long hidden shapes and life, to their great Maker's praise. las heladas esferas que las rondan
son de por sí yermas y silenciosas.
Pero el benéfico calor de los días luminosos
y el dulce rocío de las noches educen de ellas
la vida largamente oculta en su seno que a su creador alaba
La posibilidad de vida extraterrestre era una trivialidad del discurso educado durante el siglo XVII, aunque en el poema "El Paraíso Perdido" (1667) Milton empleó cautelosamente este tema cuando el ángel sugiere a Adán la posibilidad de vida en la Luna:
Her spots thou seest
As clouds, and clouds may rain, and rain produce
Fruits in her softened soil, for some to eat
Allotted there; and other Suns, perhaps,
With their attendant Moons, thou wilt descry,
Communicating male and female light,
Which two great sexes animate the World,
Stored in each Orb perhaps with some that live. Sus huellas has visto
Así como nubes, y las nubes lloverán, y lluvia producirán
Frutos en su suelo ablandado, para algunos que los consumirán
Asignados allí; junto con otros soles, quizás,
Con sus lunas acompañantes, se marchitaran,
Comunicando sus luces masculina y femenina,
Cuál dos grandes sexos que animan al mundo,
Albergados en cada Orbe quizás con algunos que viven.
Fontanelle expandió la esfera creativa del Creador, en lugar de negarla, en su obra: "Conversaciones sobre la Pluralidad de los Mundos". Y en "La Excursión" (1728) David Mallet exclamó: "Diez mil mundos resplandecen; cada uno con su carga/De mundos poblados".
En 1752, Voltaire publica el cuento corto Micromégas, que avanza muchas de las nociones que luego se ven expresadas de forma recurrente en la ciencia ficción incipiente y contemporánea. En particular, la idea de que los alienígenas pueden viajar entre las estrellas y venir a la Tierra (hasta llega a sugerir cierta propulsión luminosa, análoga a una vela solar ), y que son distintos a los humanos de forma fundamental (en este caso, en talla, tiempo de vida y cantidad de sentidos).
[editar] Enfoques científicos sobre la vida extraterrestre
Artículo principal: exobiología
Debido a que es un fenómeno que permanece fuera de los alcances de la ciencia (al no disponerse de ejemplos o refutaciones), no existe una disciplina "formal" que estudie la vida extraterrestre per se, ni ninguna currícula académica que forme expertos en ello. Aquellos que se han aproximado al tema de manera científica, son por lo general expertos en áreas diversas, que por interés meramente personal han elaborado hipótesis sobre las posibilidades de vida en otros mundos, y han compartido sus puntos de vista a través algún medio. Pese a ello, una cantidad impresionante de trabajos y publicaciones serias sobre el tema han aparecido, de modo que puede hablarse de una cuasi-ciencia dedicada a estudiar un fenómeno carente de evidencia alguna, así como de refutaciones. La proto-ciencia que estudia la vida extraterrestre se llama exobiología o astrobiología.
[editar] Preguntas y argumentos
Hay muchas preguntas acerca de cómo debe ser la vida extraterrestre, incluyendo las siguientes:
¿Podrían no estar basadas en el carbono? Por ejemplo, estar basadas en el silicio.
¿Cuál es la probabilidad de que la vida evolucione? ¿Cómo difieren dependiendo del tipo de vida (unicelular, multicelular, inteligente, tecnológicamente avanzada)?.
¿Qué condiciones requiere la evolución de la vida?.
Los detractores de la posibilidad de la existencia de vida extraterrestre indican que no es lógico hipotetizar sobre hechos no conocidos o probados; tales como formas de vida que no se basen en el carbono, ecosistemas avanzados que no sean ricos en oxígeno, ni planetas con biosfera significativamente similar de la propia Tierra en términos astronómicos (temperatura media, tipo de estrella de la cual dependen, etc.).
[editar] Principio de mediocridad
Debido a que el único ejemplo de vida en el universo que conocemos, es la vida en el planeta Tierra, los que se interesan en el tema siguiendo un enfoque racional, suelen seguir el principio científico de mediocridad, al afirmar que la vida en el planeta Tierra no es un caso especial, y por lo tanto la vida como la conocemos puede ser considerada un ejemplo típico de lo que la vida sería en todas partes. Esta presunción es relevante, pues determina fuertemente las acciones que emprenden los que buscan probar científicamente la existencia de la vida fuera de la Tierra. Dicho principio de mediocridad, pese a su estatuto de conjetura, permite incluso hacer algunas predicciones sobre los posibles atributos de la vida extraterrestre. En particular, se admite que existen atributos universales de la vida, por ejemplo, se acepta que la evolución darwiniana es universalmente válida, y que toda potencial criatura viviente debería sus características a un proceso de selección natural, tanto en la Tierra como en cualquier lugar del universo.
Existen otros atributos o características cuasi-universales en las especies que, al repetirse una y otra vez pero de diferentes formas en diferentes especies en la biosfera terrestre debido a la evolución convergente, se consideran como altamente probables en una hipotética biósfera alienígena. Cosas como la aparición de los sentidos, las extremidades adaptadas para diferentes medios, y muy probablemente la fotosíntesis cuando hablamos del reino Vegetal.
En este sentido, existe una gran multitud de formas para hipotetizar como sería la vida estaterrestre. Existen otros atributos más particulares que muchas veces se dan por sentados, pero que según los expertos no lo serían, ya que no responden a una necesidad evolutiva mejor que otros y no se dan en todas las especies presentes en un mismo hábitat; por lo cual estos pueden variar o no existir. Órganos como la mano humana, o la posición de ojos, nariz y boca similar a la humana. También hay otros atributos, entre ellos por ejemplo el caso del esqueleto, que aunque se considera como una necesidad para criaturas de cierta talla, este podría ser muy diferente a lo que conocemos; así por ejemplo la columna vertebral, sería una invención terrestre, ya que no se presenta en todos los organismos del planeta tierra.
Los detractores a esta hipótesis indican que para que exista evolución convergente, debe existir condiciones de medio ambiente muy similares entre otros factores, en que es muy difícil por probabilidad que ocurran; ya que no se conoce que existan planetas con biosfera significativamente similar de la propia Tierra en términos astronómicos (temperatura media, tipo de estrella de la cual dependen, etc.).
[editar] Hipótesis de la Tierra rara
En contraposición al principio de mediocridad, existen los que afirman que la vida en la Tierra no es un caso mediocre, y que las condiciones necesarias para su aparición son tan únicas y particulares, que bien puede ser posible que existan muy pocas, o incluso solo un planeta con vida en el universo: la Tierra.
Los ponentes de esta hipótesis notan que la vida en la Tierra, y en particular la vida humana, parece depender de una larga, y extremadamente afortunada cadena de eventos y circunstancias, que bien podrían ser irrepetibles incluso en la escala cósmica. Por ejemplo, se menciona con regularidad que sin una Luna tan grande como la que tiene la Tierra, el planeta tendería a presentar una precesión mucho más importante, cambiando drásticamente de inclinación en su rotación, afectando de manera caótica el clima y muy posiblemente, imposibilitando la vida como la conocemos.
Se mencionan también otras aparentes casualidades afortunadas, como el hecho de que el Sol está en un lugar de la Vía Láctea que es relativamente libre de supernovas, en contraposición al centro galáctico. O que el Sol es del tamaño justo para dar energía suficiente, y durar lo suficiente, como para que la vida haya aparecido.
Otra positiva casualidad para la vida en la Tierra es la existencia de un planeta del tamaño de Júpiter, como apuntan los autores del libro Rare Earth, en una órbita estable, casi circular, y a la distancia suficiente de la Tierra para atrapar numerosos cometas y asteroides que, de otro modo, terminarían impactando con el planeta arruinando todo tipo de vida incipiente. Esas entre muchas otras casualidades que separadamente pueden parecer triviales, pero que juntas convierten a la Tierra en un lugar cósmicamente especial.
Sin embargo desde fines del siglo **, producto de nuevos descubrimientos, tales como la existencia de moléculas orgánicas en el espacio, y el demostrado hecho que los planetas extrasolares son relativamente comunes, algunos entre los cuales (todavía por descubrir) podrían presentar condiciones factibles para la vida; han hecho esta hipótesis ya no sea compartida por buena parte de la comunidad científica.
[editar] Búsqueda de vida extraterrestre
Los científicos buscan vida extraterrestre principalmente de tres maneras:
Búsqueda directa, es decir, la observación de vida microbiana o de cualquier tipo en los cuerpos celestes que la humanidad llegue a visitar.
Detección indirecta, o la detección de características o marcas distintivas de la vida en cuerpos celestes a través de telescopios avanzados.
Escucha de señales artificiales, que permitiría detectar verdaderas civilizaciones extraterrestres que emiten radiación electromagnética como un subproducto de su avance tecnológico.
[editar] Búsqueda directa
El Mensaje de Arecibo es un mensaje digital de radio enviado al Cúmulo de Hércules, y un conocido símbolo de los intentos por contactar con inteligencias extraterrestres.Debido a que los únicos cuerpos celestes que el ser humano puede en la práctica visitar son los de nuestro Sistema Solar, la búsqueda directa de vida extraterrestre se ha limitado a dicho sistema: buscando en el planeta Marte y en meteoritos que han caído en la Tierra, así como en una misión a Europa, una de las lunas de Júpiter, la cual tiene un núcleo de agua en estado líquido, que podría ser fuente de vida.
Hay fuertes controversias sobre evidencias de existencia de vida microbial en Marte. Un experimento de la Viking Mars Lander informó de emisiones de gas desde el caliente suelo marciano que algunos arguyen son coherentes con la presencia de microbios. Sin embargo, la carencia de la evidencia de la corroboración de otros experimentos en la Viking Mars Lander indican que una reacción no biológica es la hipótesis más acertada. Independientemente, en 1996, fueron descubiertas estructuras que asemejan bacterias en un meteorito que se sabe que se formó a partir de una roca arrojada desde Marte. Hay un vigoroso debate científico acerca de la corrección de este análisis.
[editar] Búsqueda indirecta
Debido a la recientemente adquirida capacidad de detectar indirectamente planetas extrasolares o exoplanetas, alrededor de otras estrellas que el Sol, se ha generado un fuerte interés en la comunidad astronómica en descubrir mundos comparables en tamaño y propiedades a la Tierra, los cuales no han sido todavía detectados. También hay un fuerte interés en la posibilidad de realmente observar tales mundos usando telescopios mucho más perfeccionados que los actualmente disponibles. Actualmente solamente hay un solo posible ejemplo, todavía por confirmar, de observación directa de un planeta extrasolar (ver artículo sobre GQ Lupi), pero no es todavía posible detectar, y menos observar un planeta de talla similar a la de la Tierra alrededor de otra estrella, debido a que los instrumentos disponibles no son lo suficientemente potentes, como para separar el inconmensurable más fuerte brillo de la estrella del de sus planetas. Eso puede cambiar en un futuro cercano, cuando telescopios como el Terrestrial Planet Finder de la NASA o el proyecto Darwin de la ESA entren en operaciones. Entre las funciones de tales dispositivos, está la de detectar propiedades fundamentales de los planetas como su temperatura, y la presencia o ausencia de atmósfera así como su composición (por espectroscopía).
Existen quienes creen que tales métodos permitirían detectar mundos donde existan procesos biológicos comparables a los presentes en la Tierra. Idea respaldada por el hecho de que la luz que refleja nuestro planeta lleva consigo "marcas" que revelan la presencia de la vida, por ejemplo, la presencia de un alto nivel de oxígeno y ciertas variaciones del espectro infrarrojo, que revelan la presencia de vegetación.
Desde luego, tales métodos de detección asumen que la vida en la tierra es un caso mediocre, y que las características de la luz reflejada por la Tierra son compartidas por todos los casos.
[editar] Escucha de señales artificiales
Por otro lado, se ha teorizado que cualquier sociedad tecnológica estará trasmitiendo información: radiaciones electromagnéticas generadas por el hombre son detectables en un radio de más de 50 años luz de la Tierra, y están en constante expansión. SETI, Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre (Search for Extraterrestrial Intelligence), analiza los datos recogidos por los grandes radiotelescopios y los analiza buscando pautas artificiales utilizando superordenadores y un gran proyecto de computación distribuida en el mundo, SETI@home.
[editar] Otras teorías
Panspermia sostiene que la vida (extraterrestre) es frecuente en el espacio en forma análoga a las esporas.
La especulación sobre las posibles formas de vida extraterrestres, especialmente las inteligentes, así como sus posibles civilizaciones y relaciones con los seres humanos han sido y son tratadas también por la Ciencia ficción y la Ufología.
[editar] Véase también
Extraterrestre
Planeta extrasolar
ALH84001
SETI
Paradoja de Fermi
Ecuación de Drake
Habitabilidad planetaria
2007-03-24 12:27:14
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answered by CARITO 2
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