HERNIAS DE LA LÍNEA ALBA
Las hernias en la línea Alba por encima del ombligo son las hernias Epigástricas (Lámina 42:2) y por debajo son las hernias Hipogástricas. Más frecuentes son las Epigástricas, probablemente porque la línea Alba es mas ancha por encima del ombligo. La hernia Epigástrica es 5 veces más frecuente en hombres y usualmente se ven entre los 20 y 40 años. Es poco frecuente en niños, con incidencia igual por sexos.
• Anatomía
La línea Alba se encuentra entre los bordes mediales de los rectos abdominales y se extiende desde el Xifoides hasta la sínfisis del pubis. Consiste en una banda de tejido fibroso y denso formado por la fusión de las aponeurosis de los oblicuos externos e internos y el músculo transverso que se une con ellos desde el lado opuesto de la línea media. La línea Alba se amplía conforme se acerca al Xifoides llegando a veces entre 1,25 a 2,5 cm de ancho. En la porción supraumbilical de la línea Alba las fibras entrelazadas de las aponeurosis dejan pequeños orificios elípticos a través de los cuales pasan los vasos y nervios. Atrás de estas aperturas el tejido graso extraperitoneal o preperitoneal se hernia hacia el tejido subcutaneo,produciendo la hernia epigástrica. Puede acompañarse de pequeño saco peritoneal. Puede haber mas de una hernia y frecuentemente se asocian a otro tipo de hernias.
• Síntomas y Diagnóstico
El síntoma mas común es el dolor, pero el 75% de los pacientes son asintomáticos. El dolor es localizado en el epigastrio y es agravado por la tos, estreñimiento y ejercicios físicos, calmando con el reposo. El dolor puede ser confundido con el dolor Úlceroso péptico y con el de enfermedades de las vías biliares. El dolor bastante localizado y la dolorabilidad a la presión sobre la hernia, son los signos más seguros de que la hernia es la causa del dolor.
Usualmente se presenta como un pequeño tumor de aproximadamente 1,5 por 1,5 cm, por encima del ombligo y algo lateralizado a la izquierda de la línea media. La estrangulación de la grasa preperitoneal produce un dolor muy fuerte y sensibilidad intensa por la necrosis grasa. Los síntomas de las hernias epigástricas son a veces más severos de lo que su apariencia inocente hace suponer.
• Tratamiento
Las hernias asintomáticas usualmente no se operan, a menos que así sea deseado. Se operan las hernias sintomáticas, las de gran tamaño o que crecen rápidamente. La técnica es sencilla, con mínimo riesgo y baja recurrencia. Hay dos métodos quirúrgicos: Técnica extraperitoneal y técnica intraperitoneal.
La técnica extraperitoneal está indicada para las pequeñas hernias y lipomas de fácil y conocida localización a la palpación. Las pequeñas hernias reducibles son dificiles de encontrar con el paciente relajado o supino en sala de operaciones, por lo que se aconseja marcar su posición con tinta indeleble antes de su operación.
La anestesia local es satisfactoria, pero puede usarse anestesia general en pacientes obesos, ansiosos y poco colaboradores.
La técnica consiste en una pequeña incisión vertical o transversa sobre la tumoración, que luego se profundiza en el subcutáneo hasta identificar la hernia y su aperturra facial. Se verifica si la grasa herniaria contiene o no saco peritoneal. Se hace ligadura del lipoma en su base y se extirpa. Si hay saco peritoneal se abre y se reduce su contenido. El saco se aísla y se sutura o se liga, eliminando el tejido redundante. Si el saco está vacío se puede liberar y dejar reducido libremente o invaginado. Igualmente el lipoma puede ser reducido y dejado libremente por debajo de la fascia. Los bordes del orificio herniario son ampliados lateralmente o verticalmente para ser cerrados superponiendo los bordes creados (“en cartera”) sea en forma transversal o vertical, lo cual no hace mucha diferencia en los resultados.
2007-03-23 13:33:20
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answer #1
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answered by cindy-pao_14 2
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La linea alba corresponde a la linea central del abdomen desde el apendice xifoides desciendiendo hacia la pelvis, pasando por la cicatriz umbilical, que se forma por la union de los musculos abdominales en su porcion central anterior.
La hernia incisional (HI) es una protrusión anormal a través de los orificios naturales o áreas de la pared abdominal anormalmente enflaquecida por varios factores, entre ellos el trauma y el abordaje quirúrgico.
Puede ser también llamada de eventración, laparocele, hernia postoperatoria, hernia cicatrizal. Debe ser diferenciada de la evisceración que implica una salida aguda de las vísceras por una herida penetrante o una herida quirúrgica.
2.- Anatomía
La pared antero-lateral del abdomen se divide en 9 regiones convencionales, compuestas de los siguientes planos anatómicos:
- Piel: la principal defensa de la hernia incisional.
- Tejido celular subcutáneo.
- Musculatura: compuesta por los músculos rectos abdominales, piramidales y por las 3 láminas aponeuróticas que de la superficie a la profundidad corresponden al Oblicuo externo, Oblicuo interno y el músculo transverso del abdomen.
- Facia transversalis o transversal que recibe diferentes nombres según cada región.
- Grasa preperitoneal, que varía según la región, delicada ocupando el espacio virtual preperitoneal.
3.- Fisiopatología
Las fuerzas musculares son diferentes, mas son armónicas. El músculo Oblicuo externo determina una tracción oblicua superior y el músculo Oblicuo interno una tracción inferior, en conjunto actúan como si fuesen un solo músculo bilateral. Dos fuerzas iguales que actúan sobre un cuerpo, dislocan éste en la bisectriz del ángulo formado por ellas. Esta fuerza de tracción actúa en la misma dirección del músculo transverso que intenta traer la pared antero-lateral del abdomen contra la columna vertebral.
Cuando las fuerzas ocurren igual y bilateralmente, ellas se anulan y establecen un punto neutro, central y mediano localizado en la línea alba (Blanca). Además de equilibrar las fuerzas anterolaterales ella funciona como un ligamento de apoyo neutro xifo-púbico, estableciendo relaciones funcionales entre el esqueleto torácico y pélvico. Impide así, excesiva apertura sifo-púbica durante la extensión de la columna vertebral. Los músculos rectos abdominales, además de esta función se oponen a los músculos erectores de la columna vertebral.
Esta armonía tensional hace que la línea alba sea un punto de apoyo neutro muy importante. Ella no existe como estructura anatómica, mas como región transicional de equilibrio. La tensión o presión intrabdominal equilibrada, permite una función normal de los diafragmas torácico y pélvico, facilitando una ventilación pulmonar y una dinámica mesentérico-porto-cava eficientes.
La presión intracavitaria es equilibrada y el contenido se comporta como si fuese una columna hidrostática cuya densidad es próxima a la del agua.
La ruptura de la pared abdominal altera esta armonía y las consecuencias abdominales son:
- ruptura de los planos anatómicos.
- apertura de los músculos rectos abdominales.
- aumento del continente.
- pérdida de domicilio del contenido abdominal.
- mudanza del centro de gravedad, que normalmente, en sentido craneo-caudal, se encuentra en una línea imaginaria que pasa por el trocánter mayor del fémur y en frente de los cóndilos de las rodillas.
- tentativa de reencuentro del equilibrio a costa de la columna lumbo-sacra, creando lumbalgia, neuralgia y espondilolistesis.
- descenso y discinesia de las cúpulas diafragmáticas.
- hipodinamía de las bases pulmonares con baja ventilación, éstasis e infección.
- disturbios funcionales digestivos por cambio de las posiciones viscerales.
4.- Clasificación
Pueden ser agudas o crónicas.
En cuanto a la localización; mediana inferior, superior o sifo-pública; paramediana o pararectal superior e inferior; trasrectal; subcostal; transversa y oblicua. A la derecha, a la izquierda o bilateral (figura 1).
5.- Etiología
Además de la infección, la obesidad y patologías que generan hipertensión intrabdominal, hay tres grandes grupos causantes:
- Técnica
incisión incorrecta (incisión mediana)
diéresis o síntesis incorrecta
hemostasia inadecuada
estrangulamiento de los bordes de la herida
- Ambiente
contaminación
malos cuidados locales
- Paciente
coexistencia de las lesiones inflamatorias
deambulación precoz o forzada
obesidad
esfuerzo abdominal
anemia
hipovitaminosis
6.- Complicaciones
Locales: úlcera cicatrices crónicas viciosas
Abdominales: dolor, incomodidad, bridas, incarceramiento, estrangulamiento, necrosis tisular, abscesos, fístula, pérdida de derecho a domicilio, gigantismo, inestabilidad de la pared abdominal, repercusiones fisiológicas (defecación, micción) y alteraciones estéticas.
Lumbares: lumbalgia, escoliosis, espondilolistesis
Torácicas: alteraciones cardíacas o pulmonares por el movimiento paradojal del diafragma.
Generales: Disturbios del equilibrio abdomino-torácico e inestabilidad postural por el cambio del centro de gravedad.
7.- Indicación quirúrgica
Absolutas: ruptura espontánea, infección crónica de la hernia, úlceras de la piel, incarceramiento, obstrucción intestinal y repercusiones digestivas, respiratorias y lumbares.
Relativas: persistencia de los síntomas luego de la laparotomía, disfunciones menores, tentativas de recuperación funcional del abdomen, defecto estético (en que se asocia la dermolipectomía).
El neumoperitoneo está indicado, en casos especiales, excepcionales y raros (gigantismo y neumopatías). La mayoría de las HI son resueltas sin prótesis y sin el uso preoperatorio del neumoperitoneo, que puede acarrear óbito.
8.- Tratamiento quirúrgico
Existe un aumento del número y tamaño de las HI. Esto se debe a: aumento del número de las laparotomías; aumento del número de cirujanos; aumento del número de laparotomías medianas, sobre todo las supraumbilicales; aumento del índice de infección postoperatoria; aumento del número de laparotomías y reaperturas en condiciones técnicas precarias; aumento del número de intervenciones heroicas, hechas en el abdomen de pacientes portadores de grandes síndromes, tratados y mantenidos vivos en cuidados intensivos.
Las técnicas quirúrgicas propuestas y ejecutadas son muchas. Los sucesos y los insucesos son controvertidos, mas las recidivas no fueron controladas y varían dentro de límites muy grandes hasta el 50% en determinadas tentativas.
Estudiando y reflexionando sobre el asunto, algunos puntos fueron motivo de nuestra preocupación:
- aprovechar el saco herniario;
- restituir la línea alba (blanca);
- recomponer las vainas de los músculos rectos abdominales;
- retornarlos a su origen en la posición media del abdomen;
- evitar el uso de prótesis sintéticas subsituyéndolas por el saco herniario;
- no interponer las suturas en los 3 planos estratificados;
- prevenir la hipertensión intrabdominal, inmediatamente después de completar las suturas;
- suturar con puntos separados o continuos sin tensión;
- si es posible, asociar operaciones intrabdominales o parietales (dermolipectomías).
Procurando atender estos objetivos es que estamos estudiando la técnica a seguir, empleada en las hernias incisionales grandes de la pared abdominal.
9.- Técnica quirúrgica
- Incisión longitudinal, retirando la cicatriz. ¡Cuidado!, abajo y adherida a ella puede estar un asa intestinal. En la duda, retirar la cicatriz posteriormente.
- Movilización de los colgajos dermoepidérmicos uni o bilateralmente, hasta exponer el saco herniario y la cara anterior de la aponeurosis del músculo recto abdominal anterior (figura 2).
- Hemostasia y colocación de los campos quirúrgicos.
- Tracción del saco con pinzas. Abertura media de una extremidad a otra (craneo-caudalmente) creándose dos colgajos menores, derecho e izquierdo. Estos son constituidos por el peritoneo, restos de la facia transversalis, tejido colágeno fibroso además de poco tejido adiposo (excepto en la región epigástrica donde ella puede ser excesiva y perjudicial). (figuras 3 y 4).
- Sección de las adherencias del intestino al epiplón, a la pared abdominal, en toda el área o solamente en el lado donde se hará la incisión liberadora (ver más adelante). ¡¡No seccionar el ligamento falciforme!!
- Explorar la cavidad procurando patologías o enfermedades asociadas. Corregirlas si es posible sin comprometer la seguridad del paciente.
- Exposición de uno de los colgajos. El escogido es generalmente el izquierdo por la facilidad de trabajo. Tracción del mismo, cuidando la hoja posterior de la vaina del recto anterior del abdomen, palpando su borde medio, aproximadamente a 1,5 cm de éste, sección de los tejidos, incluyendo el peritoneo, facia transversal y aponeurosis posterior del músculo; cuidando de no lesionar la arteria epigástrica inferior, mas si eso ocurriese ligarla por transficción. Esta incisión es longitudinal y de forma curvilínea, iniciando y terminando en las extremidades de la hernia, cerca de la línea mediana. Hay una retracción natural de los labios de la herida y así, la cara posterior del músculo recto abdominal queda expuesta (figura 5).
Recordar que en el tercio inferior de este músculo el tejido seccionado no presenta aponeurosis, que existe sólo en la cara anterior.
- Sección contralateral, tomando como ejemplo el tiempo quirúrgico anterior, en la cara anterior del músculo recto abdominal anterior opuesto, cortando toda su aponeurosis. Los labios de esta herida se separan, naturalmente, exponiendo la superficie anterior del músculo recto abdominal.
- Estas dos incisiones liberan los músculos rectos que estaban presos a las neo-vainas cicatriciales. Liberadas, naturalmente, se posicionan en la línea media, local de origen anatómico, creando áreas cruentas musculares, que exponen sus superficies anterior de un lado y posterior del otro (figura 5).
- Las incisiones curvilíneas crean 4 colgajos: medio (menor), lateral posterior y medio (menor) y laterales anteriores. Juntándose con los dos hemisacos herniarios (derecho e izquierdo), quedamos con 6 colgajos: A, B, C, y A', B' y C'.
- La reconstrucción de la pared abdominal se hace en 3 planos, cuyas suturas no se superponen. En el primer plano, el colgajo A' del saco herniario es suturado al posterolateral contralateral (A). Con este tiempo operatorio, cerramos la cavidad y proporcionamos (colgajo A, A') tejido para recubrir el área cruenta posterior del músculo recto abdominal (figura 5).
Cuidando los ángulos de sutura, porque, si queda algún resquicio, puede haber insinuación de tejidos intra bdominales facilitando la recidiva o una complicación obstructiva postoperatoria. Los músculos rectos ahora se encuentran cerca a la línea mediana, sin tracción, sin tensión, porque con la apertura de sus vainas éstos se rectifican naturalmente.
- En el segundo plano, intermediario, confeccionamos una nueva línea alba, a través de la sutura de los colgajos medios, anterior (B) y posterior (B'), uno se dobla para afuera y el otro para adentro. Luego de la sutura, de una extremidad a otra, la vaina del recto abdominal que recibió para recubrir su superficie posterior, el colgajo mayor, o sea, el saco herniario queda rehecha (figura 6).
- En el tercer plano, anterior y superficial, suturamos el colgajo mayor contralateral (restante) (C) al antero-lateral (C'). con esto, recubrimos el área cruenta anterior del músculo recto abdominal. Lo que rehace su vaina aponeurótica (figura 7).
- Al final de este tiempo, es importante se verifique los ángulos de sutura. Éstos deben quedar reforzados, sin resquicios, a costa de una sutura hermética o puntos de refuerzo.
- Concluimos la cirugía suturando piel.
- Las suturas son hechas con catgut cromado, en puntos separados y continuos, no habiendo necesidad de usar hilos especiales, porque las suturas son normotensas o hipotensas y como hay un número excesivo de nudos, o cabos de hilo sueltos, una infección puede ocasionar mucho cuerpo extraño.
- Nunca resecamos los hemisacos herniarios (colgajos A' y C'), aún cuando son muy grandes. Las suturas incluyen la mayor cantidad de éstos, o pasan más allá de sus bordes, de modo que el exceso se insinúe atrás de los rectos, en la sutura posterior, o entre la aponeurosis y la sutura anterior. La sección del exceso antes de comenzar las suturas, puede ser mal calculada y perdemos un tejido rico e importante en la reparación de las áreas cruentas.
- El drenaje es opcional, en la rutina; es útil (no obligatorio) en las heridas grandes, donde la movilización subcutánea es extensa o en las dermo-lipectomías asociadas, donde ocurre lo mismo.
- En el caso de haber indicación para una dermolipectomía se comienza con una incisión como si no tuviese hernia. Luego de la movilización completa de la piel es que se indica el tratamiento que es complementado por la abdominoplastia.
- Un hecho imprevisto en el comienzo de la experiencia es que para un mejor resultado hay necesidad de un saco herniario grande. ¡Cuanto más grande mejor!
- El anillo herniario debe ser ampliado para que el saco herniario pueda dislocarse a cada lado, en el sentido longitudinal, y producir dos colgajos extensos a cada lado y de una extremidad a otra.
- La hernia incisional mediana, encima del ombligo, que llega hasta el ángulo espénico, da un saco herniario muy pobre en tejidos resistentes y rico en tejido adiposo por la riqueza de éste en el ligamento falciforme. Aparte de esto hay una separación de los rectos, a nivel de su inserción costal, donde ellos constituyen una extremidad firme por estar presos a la línea alba abajo y encima de la hernia. Ésta es una más de las razones porque no se debe hacer incisión mediana supraumbilical en al abdomen, habiendo laparotomías de mejor calidad que son las para-medianas pararectales internas. En éstas si hubiese hernia ésta tendrá extremidades más fuertes y menos adiposas.
2007-03-24 02:14:55
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answer #3
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answered by mariale 5
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