Tata, quero un reloc.
¿Pa’qué queres un reloc Jelipe? En el campo ni falta que
hace.
—¡No tata, no! Lo quero pa’cuando salgo por las nochecitas con la María.
—Pero Jelipito, tú conoces los luceros de la noche, puedes leer la hora allí en ellas.
—¡No, tata, no! Mire, en las nochecitas que están estrelladas,
caminamus de la mano, oigo rebien los grillos y cómo las
plantitas se mueven con el viento. La María huele a jabón y hierbas silvestres, entonces ¡nos sentamos a la orillita del río, tata!; la empiezo a besar, la acaricio de su carita, de sus hombros. Luego ¡rodamos por el pasto tata!, le quitó su ropa, sus enaguas, ¡todito tata!, ji ji ji ji.
Nos quedamos desnuditos tata, y ya cuando la luna ilumina su
cuerpo, me subo encima de ella, la beso en el cuello y respira fuertotote; gime, se queja, jadea y entonces me dice:
“¡Damilaora, Jelipe, damilaora!” ¡Y yo sin reloc tata!
2007-03-15
05:00:57
·
20 respuestas
·
pregunta de
Hën®¥ Ãløn§ø
3
en
Música y ocio
➔ Chistes y humor
Un conejo iba muy contento por la jungla, cuando se topa con una jirafa a punto de prenderse un churro. El conejito le dice: “Amiga, no fumes eso, mejor ven a correr conmigo, verás qué sano es”. La jirafa lo piensa, tira el churro y sigue al conejo. Iban los dos muy contentos cuando se tropiezan con un elefante a punto de aspirar cocaína, el conejito le dice: “Amigo, deja eso y corre con nosotros, verás qué sano es”. El elefante lo piensa y enseguida tira la coca. Iban los tres corriendo cuando se topan con un león a punto de inyectarse heroína. El conejito le dice: “Amigo, deja esa jeringa y ven a correr, verás qué sano es”. El león se acerca para pegarle un ma.drazo. Los otros, sorprendidos, preguntan: “¿Por qué hiciste eso? ¡Él sólo quería ayudarnos!” Y el león responde: “Este pin-che conejo cada vez que toma una pastilla de éxtasis nos hace correr a todos como sus p.e.n.d.e.j.o.s”.
2007-03-15
05:02:08 ·
update #1
Dos chilangos llegan a Monterrey sin un peso y se reúnen a primera hora de la mañana, uno propone: “Vamos a separarnos para pedir morralla y al final del día nos reunimos para ver cuánto juntamos”. Entonces se marchan cada uno por su lado y en la noche se encuentran otra vez.
—¿Cuánto dinero sacaste?
—Como 3 mil pesos.
—¿Y cómo le hiciste?
—Me fui al parque, pinté un cartel y escribí: “No tengo trabajo, tengo tres hijos, por favor ayúdenme”. Y la gente fue aflojando.
—Y tú, ¿cuánto sacaste?
—58 mil 470 pesos.
—¡Quéeeee! ¡No ma.mes ! ¿Cómo le hiciste?
—Pos escribí un cartel que decía: “Soy chilango y me faltan 10 pesos para regresarme al DF”. Y la gente, no paraba de darme lana carnal.
2007-03-15
05:04:16 ·
update #2