A comienzos de la Guerra Civil, Málaga era una ciudad próspera. Evidentemente sin el turismo de ahora, con el hambre de la época pero sus habitantes vivían en armonía. Con el desarrollo de esos enfrentamientos, pronto se fue esa paz reinante en la ciudad. Las noticias de las llegadas de las tropas nacionales eran cada vez más constantes y la gente no sabía como reaccionar.
Febrero de 1937. Eran días de Carnaval. Los padres y madres llevaban a sus hijos con trajes o disfraces bonitos a la calle sin saber que cada vez les quedaban menos horas para las bromas. La Plaza de la Merced o Calle Larios no sabían que serían en cuestión de horas propiedad de las armas y de los ejércitos.
Había una solución. Huir. Se dice muchas veces que sólo huyen los cobardes pero esa afirmación es tan injusta como demagoga. Evidentemente hay casos y casos. Si están atracando a tu madre con una pistola de agua y te vas corriendo sí me parecerás cobarde. Si huyes por miedo, por seguridad y por la de los tuyos me parecerás un héroe.
Exilio. Cuántas veces lo hemos visto estos años por televisión (típicos desplazamientos masivos en África) y qué raro nos resultaría hoy en día ver una situación similar en la época. Pero había que huir. ¿A dónde? A Almería.
La ciudad está a más de doscientos kilómetros de Málaga y sólo había una carretera. Evidentemente, el medio de transporte serían los pies, no había una autopista de pago, puente aéreo ni similares, claro. Imaginen a ciento cincuenta mil personas (¡150.000!, repito) cogiendo las cuatro cosas de más valor de sus casas y disponiéndose a meterse entre pecho y espalda tantos kilómetros.
Con el añadido de la presión del reloj, ya que en cualquier momento podían ser invadida la ciudad. Vuelvan a cerrar los ojos. Vuelvan a imaginar. Piensen en las inclemencias del camino. ¿Y qué comían? Los cuatro frutos o cosechas que se encontraban por el camino. Claro, esos los afortunados. Eso los primeros.
Exilio a Almería
Porque qué iba a pillar alguien que fuese más rezagado, sabiendo que habían pasado ya más de ochenta mil personas por ese lugar. La situación era dramática. Las abuelitas, en bastante peor condición física que las de ahora, no podían más. No podían andar cien metros como para encima pedirles que se recorriesen el Mediterráneo andaluz andando. Los niños tampoco podían mantenerse en pie. Además había hambre, mucho hambre.
Las personas más sanas tampoco podían ir al ritmo que querían, siempre tenían un familiar al que debían esperar. Y por muy fuerte que se fuese físicamente, aguantar tantos días y tantos kilómetros sin sustento era muy difícil. La situación era límite. Cuentan testimonios que se comían incluso a duras penas las cáscaras de los plátanos que había pisadas en esa carretera infernal.
Exilio a Almería - 2
Sin medicinas, sin alimentos, sin sus casas, sin algunos seres queridos que se habían quedado atrás, sin fuerzas, sin bebida. ¿Les faltaba algo? Los nacionales pensaron que sí. De repente, y viendo que el éxodo era realmente masivo a las tropas de Franco no se les ocurrió otra cosa que bombardear desde el mar.
La carretera limitaba con el mismo, no había otra alternativa. Había zonas tan desprotegidas en las que había que pasar casi corriendo para no morir de un disparo o de una bomba.
La Caravana del exilio pasó a ser la Caravana de la Muerte. Sangre, desolación, tristeza. Padres buscando a sus hijos, niños descalzos desamparados y andando sin rumbo fijo. Todo el mundo preguntaba por sus seres queridos pero a la vez no podían confiarse porque en cualquier punto o en cualquier momento los cañones de los cruceros “Canarias” y “Baleares” podían volver a iniciar el ataque.
Bombarderos
La carretera era una auténtica trampa mortal y los exiliados estaban acorralados. El balance final, sin contar el recibimiento en forma de bombas que tuvieron en la misma Almería, fue de unos cinco mil muertos y decenas de miles de heridos. Estas cifras y estos hechos tardaron en salir a la luz (en realidad y como he dicho hoy siguen en la clandestinidad) porque ni a los nacionales les interesaba que se supiese la crueldad que habían empleado ni los “rojos” habían prestado toda la ayuda posible a estas personas en su exilio, por lo que no interesaba que tan graves hechos trascendieran demasiado.
2007-03-13 04:01:42
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answer #1
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answered by kokiykoko 7
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Aqui tienes la respuesta, es un testimonio de una persona. Espero y te sirva
http://www.andalucia.cc/adn/0998nar.htm
2007-03-13 10:58:15
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answer #2
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answered by Anonymous
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Koykot tiene razon
2007-03-13 16:27:23
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answer #3
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answered by aldayer 4
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¿Quiénes serán los próximos? Qué pregunta más dura para los que de momento se han salvado.
¿Se podría haber evitado? Qué respuesta más dura para esos familiares que han perdido a sus seres queridos.
Recuerdo que las autoridades tomaron medidas de presión el año pasado, pero ya parece que se ha enfriado el tema y, claro, de nuevo se nota un nuevo accidente, cuatro víctimas, y van 80.
Yo de esta carretera de la muerte tengo conocimiento. La verdad es que todas las carreteras pueden ser de la muerte si no se utilizan como debe de ser, para transportarse.
Tráfico no quiere concientizar crudamente de accidentes que se podrían evitar en los que entra en juego el factor humano. Yo haría un anuncio paralelo en el que se mostrase la realidad de las carreteras de España con todos los puntos negros que en ellas existen.
Esto lo escuche en tv. Y si es este el rumbo de la pregunta, personalmente es de preocuparse.
2007-03-13 11:14:55
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answer #4
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answered by mipreciosa _ 2
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Ademas de la historia anterior esta tambien esta otra.
En Extremadura, en la provincia de Cáceres, en la carretera que une Montehermoso y Pozuelo (Carretera de la Muerte), se oculta un gran misterio. Este tramo de la carretera, al que nos vamos a referir, es una recta larga, de unos dos kilómetros, con buena visibilidad y el asfalto aparentemente en buenas condiciones. Pero…inexplicablemente, suceden muchos accidentes en este tramo: en apenas medio kilómetro de esta recta, son muchas las personas que han sufrido un accidente y han fallecido.
Ahora bien…¿por qué? El asfalto oculta un misterio. Un misterio bastante visible. Se trata de una gran mancha roja que está en ese punto negro al que nos estamos refiriendo. Esa mancha roja es, según testimonios y testigos, permanente, ya que se ha rascado y ha sido imposible eliminarla. Dicen los lugareños, que esta mancha se debe, a que ya de antaño, hubo un accidente en el que falleció una persona, una niña, que fue lanzada a una laguna cercana. Y la mancha que ha quedado es la sangre de ella. Ahora bien, una explicación que dan, es que al parecer, la niña que supuestamente falleció, sale a la carretera de improvisto, en un momento indeterminado y provoca estos fatÃdicos accidentes.
Ni la lluvia, ni el paso del tiempo, ni los lugareños han conseguido eliminar esta misteriosa mancha, que puede suponer la causa de tanto accidente mortal, ya que en un tramo con el asfalto bueno, buena visibilidad y bien señalizada, es raro que sucedan tantos accidentes.
¿Ficción, leyenda urbana o realidad? El caso es que de momento no hay explicación para la causa de tantas muertes en la zona, y es más, para el misterio que oculta tal mancha, que la hace imborrable.
2007-03-13 11:04:04
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answer #5
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answered by Naty 7
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