UN buen camino para llegar a Las Hurdes es desde La Alberca, capital de los pueblos serranos de Salamanca, que los domingos se convierte en una romería de turistas que reponen fuerzas para subir a la Peña de Francia. Desde este pintoresco pueblo una bonita carretera sube por el puerto del Portillo (1.450 metros), un sufrimiento para la Vuelta a España pero un disfrute para nuestros ojos, ya que desde el punto más alto se tiene la perspectiva por un lado de la comarca de Las Batuecas y el horizonte salmantino, y por otro, de las Hurdes y las enormes montañas que la rodean.
Bajando (o serpenteando) por el valle, que en primavera ofrece un panorama espléndido lleno de almendros en flor, se llega hasta Las Mestas, el primer pueblo que ya huele un poco a hurdiano, y sobre todo a miel. Aquí está el famoso ciripolen, un producto autóctono que es el remedio casero a la Viagra, más o menos. Desde Las Mestas hay que dirigirse hacia el interior del valle, en dirección a Rubiaco y Nuñomoral, ya en plena comarca surcada por el río Hurdiano. Son pueblos en los que la vida de los aldeanos gira en torno a la huerta, el monte, y los domingos se juega al dominó, los hombres, y se sientan a la puerta de casa si hace bueno, las mujeres.
Un poco más en el interior se llega hasta Casares de Hurdes, el último pueblo de la comarca antes del límite con Salamanca, que permanece colgado entre las montañas sin que parezca que haya pasado gran cosa desde hace años. El bar, el ayuntamiento, los corrales, las casas, muchas de ellas abandonadas, todo permanece inalterado, con olores rancios pero confortables, viviendo su propia intrahistoria, como diría un hurdianófilo como Miguel de Unamuno.
Desde este punto se pueden cruzar las altas montañas que hacen de límite con la provincia de Salamanca y llegar a Ciudad Rodrigo, o bien continuar en Cáceres hasta las proximidades de Coria, siguiendo la ruta que el rey Alfonso XII hizo en 1922 cuando visitió Las Hurdes, pasando por Cambroncino, Pinofranqueado, y Caminomorisco. Uno no se siente forastero en estos pueblos, por mucho que los aldeanos busquen el saludo con la mirada. Más bien es como encontrar una burbuja de aire limpio entre el resto de las cosas.
2007-03-14 06:03:31
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answer #1
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answered by INCA 7
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