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Se van los ladrones, los asesinos, los mentirosos e hipocritas y/o los gays al cielo ?

2007-03-08 22:57:55 · 14 respuestas · pregunta de ranator 1 en Sociedad y cultura Religión y espiritualidad

14 respuestas

La Biblia dice que: todo aquel que confesare con su boca y creyera en su corazon que jesus es el hijo de DIOS que murio y resucito de entre los muertos este sera salvo. asi como tambien dice: por cuanto TODOS pecaron TODOS estan destituidos de la Gloria de Dios. Es decir que una persona puede ser la mas pecadora del mundo pero si se arrepiente de sus pecados y acepta a JESUSCRISTO como su unico y suficiente salvador este sera salvo, acuerdate de los ladrones que murieron con jesus uno se arrepintio y creyo en el por lo tanto Jesus le dijo DE cierto de cierto te digo que hoy estaras conmigo en el reino de los cielos, pero el otro no creyo y sus alma se perdio en el infierno. en conclucion. Quien se va al cielo? todo aquel que cree y se convierte a Jesuscristo aceptandolo como DIOS Y SALVADOR.

2007-03-08 23:14:35 · answer #1 · answered by marina 1 · 0 2

El «cielo» como plenitud de intimidad con Dios

1 . Cuando haya pasado la figura de este mundo, los que hayan acogido a Dios en su vida y se hayan abierto sinceramente a su amor, por lo menos en el momento de la muerte, podrán gozar de la plenitud de comunión con Dios, que constituye la meta de la existencia humana.

Como enseña el Catecismo de la Iglesia católica, "esta vida perfecta con la santísima Trinidad, esta comunión de vida y de amor con ella, con la Virgen María, los ángeles y todos los bienaventurados se llama 'el cielo'. El cielo es el fin último y la realización de las aspiraciones mas profundas del hombre, el estado supremo y definitivo de dicha"(n. 1024).

Hoy queremos tratar de comprender el sentido bíblico del «cielo», para poder entender mejor la realidad a la que remite esa expresión.

2. En el lenguaje bíblico el «cielo», cuando va unido a la «tierra», indica una parte del universo. A propósito de la creación, la Escritura dice: «En un principio creo Dios el cielo y la tierra» (Gn 1, 1).

En sentido metafórico, el cielo se entiende como morada de Dios, que en eso se distingue de los hombres (cf. Sal, 104, 2 s; 115, 16; Is 66, l). Dios, desde lo alto del cielo, ve y juzga (cf. Sal 113, 4-9) y baja cuando se le invoca (cf. Sal 18, 7. 10; 144, 5). Sin embargo, la metáfora bíblica da a entender que Dios ni se identifica con el cielo ni puede ser encerrado en el cielo (cf. 1R 8, 27); y eso es verdad, a pesar de que en algunos pasajes del primer libro de los Macabeos «el cielo» es simplemente un nombre de Dios (cf. 1M 3, 18. 19. 50. 60; 4, 24. 55).
A la representación del cielo como morada trascendente del Dios vivo, se añade la de lugar al que también los creyentes pueden, por gracia, subir, como muestran en el Antiguo Testamento las historias de Enoc (cf. Gn 5, 24) y Elías (cf. 2R 2, 11). Así, el cielo resulta figura de la vida en Dios. En este sentido, Jesús habla de «recompensa en los cielos» (Mt 5, 12) y exhorta a «amontonar tesoros en el cielo» (Mt 6, 20; cf. 19, 21).

3. El Nuevo Testamento profundiza la idea del cielo también en relación con el misterio de Cristo. Para indicar qué el sacrificio del Redentor asume valor perfecto y definitivo, la carta a los Hebreos afirma que Jesús «penetró los cielos» (Hb 4, 14) y «no penetró en un santuario hecho por mano de hombre, en una reproducción del verdadero, sino en el mismo cielo» (Hb 9, 24). Luego, los creyentes, en cuanto amados de modo especial por el Padre, son resucitados con Cristo y hechos ciudadanos del cielo.

Vale la pena escuchar lo que a este respecto nos dice el apóstol Pablo en un texto de gran intensidad: «Dios, rico en misericordia, por el grande amor con que nos amó, estando muertos a causa de nuestros pecados, nos vivificó juntamente con Cristo —por gracia habéis sido salvados— y con él nos resucitó y nos hizo sentar en los cielos en Cristo Jesús, a fin de mostrar en los siglos venideros la sobreabundante riqueza de su gracia, por su bondad para con nosotros en Cristo Jesús» (Ef 2, 4-7). Las criaturas experimentan la paternidad de Dios, rico en misericordia, a través del amor del Hijo de Dios, crucificado y resucitado, el cual, como Señor, está sentado en los cielos a la derecha del Padre.

4. Así pues, la participación en la completa intimidad con el Padre, después del recorrido de nuestra vida terrena, pasa por la inserción en el misterio pascual de Cristo. San Pablo subraya con una imagen espacial muy intensa este caminar nuestro hacia Cristo en los cielos al final de los tiempos: «Después nosotros, los que vivamos, los que quedemos, seremos arrebatados en nubes, junto con ellos (los muertos resucitados), al encuentro del Señor en los aires. Y así estaremos siempre con el Señor. Consolados, pues, mutuamente con estas palabras» (1Ts 4, 17-18).

En el marco de la Revelación sabemos que el «cielo» o la «bienaventuranza» en la que nos encontraremos no es una abstracción, ni tampoco un lugar físico entre las nubes, sino una relación viva y personal con la santísima Trinidad. Es el encuentro con el Padre, que se realiza en Cristo resucitado gracias a la comunión del Espíritu Santo.

Es preciso mantener siempre cierta sobriedad al describir estas realidades últimas, ya que su representación resulta siempre inadecuada. Hoy el lenguaje personalista logra reflejar de una forma menos impropia la situación de felicidad y paz en que nos situará la comunión definitiva con Dios.

El Catecismo de la Iglesia católica sintetiza la enseñanza eclesial sobre esta verdad afirmando que, «por su muerte y su resurrección, Jesucristo nos ha abierto» el cielo. La vida de los bienaventurados consiste en la plena posesión de los frutos de la redención realizada por Cristo, que asocia a su glorificación celestial a quienes han creído en él y han permanecido fieles a su voluntad. El cielo es la comunidad bienaventurada de todos los que están perfectamente incorporados a él» (n. 1026).

5. Con todo, esta situación final se puede anticipar de alguna manera hoy, ,tanto en la vida sacramental, cuyo centro es la Eucaristía, como en el don de sí mismo mediante la caridad fraterna. Si sabemos gozar ordenadamente de los bienes que el Señor nos regala cada día, experimentaremos ya la alegría y la paz de que un día gozaremos plenamente. Sabemos que en esta fase terrena todo tiene límite; sin embargo, el pensamiento de las realidades últimas nos ayuda a vivir bien las realidades penúltimas. Somos conscientes de que mientras caminamos en este mundo estamos llamados a buscar «las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios» (Col 3, 1), para estar con él en el cumplimiento escatológico, cuando en el Espíritu él reconcilie totalmente con el Padre «lo que hay en la tierra y en los cielos» (Col 1, 20).

Catequesis del Papa sobre el Cielo
Miércoles 21 de julio

2007-03-09 09:53:47 · answer #2 · answered by kidman 5 · 0 0

Hasta donde se solo los pilotos y astronautas están en los cielos.

2007-03-09 07:56:31 · answer #3 · answered by Anonymous · 0 0

La misericordia de Dios es infinita y solo él conoce el corazón de las personas.
Cuando estando en la cruz perdonó al buen ladrón que se arrepintió, demostró que cualquiera que se arrepienta estará con él en el paraiso.
Para mas señas, puedes buscar Mateo Cap. 25.

2007-03-09 07:06:03 · answer #4 · answered by Mokka 5 · 0 0

por orden de lista
los astronautas
los aviadores
los satélites
los mormones
los testigos de jehová
los evangelistas
los presbiterianos
los del septimo dia
los pentecostales
los de la luz del mundo
los católicos
los masones
yo
los ladrones , asesinos y mentirosos son los que están inmersos arriba, por eso no los puse
luego siguen
homosexuales
lesvianas
pedofilicos
homofóbicos
depravados
curas
pastores
elder
ancianos de los tj de la watchtower

2007-03-09 09:12:14 · answer #5 · answered by Anonymous · 0 1

A JESUS le preguntaron ...¿Que tengo que hacer para ir al cielo? y JESUS contesto:" Cumple los diez Mandamientos...y si quieres ser mas perfecto deja TODO(Padre, madre, hermanos, MUJER, hijos) y SIGUEME -se sacerdote-.

2007-03-09 08:04:15 · answer #6 · answered by Anonymous · 0 1

SSIIIIIIIIII, CUALQUIERA PUEDE IR AL CIELO, NO CREAS ESAS BOLUDECES DE QUE SI TE MASTURBAS VAS AL INFIERNO, SI FORNICAS VAS A L INFIERNO, UNA VEZ ESCUCHE A UNO DE MI PARROQUIA QUE DECIA QUE EL DIA QUE EL SE MUERA DIOS LE IBA A DECIR;: A VEEEEEER VOS HICISTE ESTOO ESTO Y ESTO ENTONCES A VOS TE CORRESPONDE TAL COSA, COMO SI DIOS HICIERA UN BALANCE ¿ES CONTADOR DIOS? QUE COSA TAN IGNORANTE!!!!!!!!!!!!
DIOS TE AMA! Y QUIERE QUE VOS Y TODOS VAYAMOS AL CIELO, LO UNICO QUE TENES QUE HACER ES CREER EN "EL" HECHO HOMBRE: JESUS. ACEPTA A JESUS COMO SALVADOR , COMO EL QUE TE LLEVA AL CIELO, ACEPTA SU BUENA NOTICIA Y EL CIELO ES TUYO POR MAS QUE FORNIQUES, PUTEES , ETC.
BENDICION PARO VOS.

2007-03-09 08:03:27 · answer #7 · answered by sebastian g 1 · 0 1

al cielo metafóricamente hablando van todos llegan al tribunal karmico el cual juzga lo actuado en la tierra y ahí es derivado a volver a un mundo a pagar su karma o también puede quedar en espera si desea volvever hay también dharmas que es lo que vengo a recibir por una vida anterior muy sacrificada en la cual pague más karma del que debía y traigo a esta podía decirce un saldo a favor

2007-03-09 08:01:28 · answer #8 · answered by mcrv50 1 · 0 1

Sólo Dios lo sabe?

Portense bien!!!...jijijiji

2007-03-09 07:52:37 · answer #9 · answered by Monje Rebelde 5 · 0 1

Para ir al cielo se debe ser y hacer lo que hizo Jesús.
Se debe tener las cualidades adecuadas para estar frente a Dios.
La casa de Dios es el cielo, El le habré la puerta al que quiere. No a todos.
Es como nosotros en nuestras casas, no dejaríamos entrar a cualquiera. Esa persona podría destruir mi casa y la de Dios.

2007-03-09 07:20:58 · answer #10 · answered by diego z 4 · 0 1

que es el cielo .... que es el infierno .... quien se va o quien se queda ... una vez muerto chau..... te quedas bajo la tierra ..

2007-03-09 07:01:29 · answer #11 · answered by Thor 7 · 1 2

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