Guillermo Hoyos, Hormiga Negra para la leyenda, fue un típico héroe gaucho de la pampa. Entre libertario y delincuente, acaso su singularidad entre sus pares ejemplares haya sido no ser muerto de un planazo, o abatido por una patrulla policial. La posibilidad del gaucho alzado, romántico e indomable, radicó siempre en la inconsistencia estatal. Su historia es paralela a la estatización del territorio y la correspondiente privatización de los medios de vida. La frontera de la ley: al principio la frontera es literal: la frontera mutante con el indio; en esa zona de nadie entre unos y otros construyó su libertad y deriva, ni allá ni acá. Hasta Roca y, más que Roca, el Remington de repetición importado. Hormiga Negra, nacido en 1837 y muerto rodeado de hijos y nietos en 1918, atraviesa este arco histórico, que señala el periplo de conversión de los temibles en insulsos y obedientes Don Segundo Sombra. O su readaptación a las nuevas fronteras de la ley, más difusas. Su corrimiento a zonas más laxas del territorio, como el norte argentino. O hacia esos límites donde los ojos del estado pudiendo ver eligen cerrarse: matones de comité, cuidaespaldas de notables, arreadores de majadas electorales…
La biografía de Hormiga Negra es intercambiable con la de otros como él. Muchos muertos sobre sus espaldas. Bretes amorosos, robos, milicos, por juego, y meras peleas de borrachos. Alistado mientras cumplía una condena, peleó en Cepeda y en la batalla de Pavón. Otra singularidad, aunque ahora lateral; mientras iba pagando cuatro años por una muerte que no le correspondía, lo salvó la intervención de un veterano sargento de policía que, de acuerdo con el Juez de San Nicolás, encontró al verdadero responsable. El sargento se llamaba Inocencio Moreira, y era primo del célebre Juan Moreira. El juez era Ramón S. Castillo, futuro presidente de la República.
Y ahora a lo que voy. Cuando el circo de los Podestá llegó a San Nicolás anunciando la pieza Hormiga Negra, el viejo se presentó en persona amenazando que no iba a permitir que nadie se hiciera pasar por él. Los artistas lo tranquilizaron cuando lograron convencerlo que se trataba de un respetuoso homenaje a su persona. Y un periodista que lo reporteó en 1916 para Caras y Caretas le sonsacó estas declaraciones: Ustedes los hombres de pluma le meten nomás, inventando cosas que interesen y resulten lindas. Y el gaucho se presta pa’todo. Después de haber servido de juguete a la polecía lo toman los leteratos pa contar d’el a la gente lo que se les ocurre.
2007-03-08 12:52:14
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answer #1
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answered by Anonymous
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Lo único que te puedo aportar es que sus restos descansan en el Cementerio de la ciudad de San Nicolás de Los Arroyos en la Provincia de Buenos Aires......Saludos
2007-03-08 20:39:22
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answer #2
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answered by c@rlos c 7
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Busca en internet explorer, pones www.altavista.com y escribes el nombre de quien deseas saber.
2007-03-08 20:38:41
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answer #3
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answered by Any 3
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