¿EXISTE EL TRIANGULO DE LAS BERMUDAS?
Durante la década de los '60 y '70, la creencia en el Triángulo de las Bermudas - ese trilátero imaginario formando por los vértices de las islas de Puerto Rico, Bermudas y Cayo Hueso en la Florida - no sólo era la moda, sino una materia de rigueur para cualquier interesado en la melange de temas que rodeaban al fenómeno OVNI y lo paranormal. La biblioteca personal de cualquier entusiasta casi seguramente incluía un buen número de libros, la mayoría de ellos ediciones rústicas, acerca de los misterios del mar: buques desvanecidos, objetos no identificados saliendo del mar, y la posibilidad de que la mítica Atlántida aún estuviese activa bajo las olas del Atlántico después de miles de años.
Autores como Charles Berlitz, Richard Winer y John Wallace Spencer se convirtieron en los máximos exponentes de la realidad de la figura geométrica en el agua que devoraba aparatos hechos por el hombre sin dejar rastro de ellos. Otros autores se vieron obligados a pescar misterios en otros mares: algunos, como Jay Gourley, los encontraron en el Lago Ontario, cuyas anomalías magnéticas siguen siendo una realidad hasta el presente; otros como Kevin Killey echaron sus redes en el "Meridiano del Diablo" cerca de la australiana isla de Tasmania. Pero con el paso de los años, y la aparición de nuevas obras investigativas como la de Lawrence David Kusche, que apuntaban hacia un origen mundano de las desapariciones, o al hecho de que muchas de las embarcaciones jamás existieron, el interés por el Triángulo de las Bermudas comenzó a menguar, o al menos dejó de ser una fascinación para la nueva generación de fanáticos de lo paranormal. No obstante, todavía existe una cantidad de eventos sin explicar que tienen su origen en las aguas del Atlántico - eventos que jamás han sido incluidos en los libros que tratan sobre el tema.
"Atención, les habla el capitán..."
El 11 de junio de 1998, el vuelo 1844 de la US Airways con destino a Filadelfia desde San Juan de Puerto Rico, se encontró con una turbulencia considerable en pleno vuelo: una perturbación lo suficientemente fuerte como para suspender el servicio de bebidas y comida inmediatamente. El capitán se disculpó profusamente con los pasajeros, indicando que el aparato se encontraba "fuera del alcance de cualquier radar basado en tierra" y por consiguiente, no podía solicitar el cambio a una menor elevación. Mientras que el Boeing 737 seguía siendo juguete de las corrientes de aire, algunos pasajeros comentaron abiertamente sobre el Triángulo de las Bermudas, omitiendo las consecuencias sufridas por los aviones que entran en dicha zona. Después de varias horas, la turbulencia se redujo y el avión llegó a su destino sin percances. La turbulencia y los bolsones de aire pueden resultar atemorizantes, pero los viajes que parecen carecer de incidentes pueden ser igual de espeluznantes, como veremos a continuación:
El ejemplar de la revista Pursuit de julio de 1973 incluyó un caso bastante dramático narrado por Robert J. Durant, conocido por sus pesquisas ufológicas. Durant entrevistó a un piloto que volaba el trayecto entre la ciudad de Nueva York y San Juan de manera rutinaria, acostumbrado a los disturbios que suelen producirse en la zona y que en ocasiones han sido lo suficientemente fuertes como para arrojar a los pasajeros de un lado de la cabina al otro. En este caso, el piloto dijo que sus oficiales y la tripulación habían comentado sobre la tranquilidad del vuelo.
Pero poco después de haberse producido el comentario, destellos de electricidad estática de color violáceo
El pasajero promedio con la suerte de conseguir un asiento de ventanilla en un vuelo comercial apiñado tiene a veces más cosas que ver por la ventana que los cielos de color azul irreal y nubes blancas que se extienden hasta el infinito.
Triángulo de las Bermudas :
Debido a la congestión de las rutas aéreas, resulta posible ver hasta otros aviones pasando de largo a alturas estratosféricas. El que esto escribe tuvo la oportunidad de mirar por la ventanilla y ver, desde una perspectiva de treinta mil pies, un buque de carga surcando las aguas del Atlántico. Si el observador fortuito llega a ver semejantes cosas, podemos esperar que las tripulaciones de los aviones de línea lleguen a ver objetos aún más inesperados. El 13 de abril de 1963, la tripulación de un Boeing 707 viajando desde San Juan hasta Nueva York presenció algo totalmente inesperado: luego de haber despegado normalmente del aeropuerto de Isla Verde y ascendido a la altura de crucero de 30,000 pies media hora después de haber dejado Puerto Rico, el copiloto advirtió a sus compañeros de vuelo que se producía un fenómeno desconocido debajo del reactor: una enorme "burbuja" que se formaba en la superficie del Atlántico.
Los hombres en la cabina de vuelo del 707 no daban crédito a lo que estaban viendo. La burbuja aumentaba de tamaño, y los cálculos posteriores realizados por el piloto indicaron que el fenómeno tenía casi una milla de ancho por media milla de alto. ¿Habían presenciado, acaso, una detonación submarina, una erupción volcánica, o uno de los fenómenos característicos de la zona? Treinta y ocho años después, "la burbuja" sigue siendo un misterio. Algunos han aventurado la posibilidad de que la tripulación del 707 pudo haber presenciado la explosión submarina de un dispositivo termonuclear, o una prueba artificial siendo realizada en el fondo del mar.
Las manifestaciones de alta extrañeza no resultan fuera de lo común en esta región del Atlántico, aunque, a veces, su explicación resulta prosaica. El 21 de agosto de 1969, los ciudadanos de la República Dominicana presenciaron una enorme nube blanca que se expandió a dimensiones prodigiosas, formando círculos concéntricos antes de disiparse. El pánico cundió entre los testigos, quienes temían que "el fin del mundo" había llegado, o que la nube presagiaba algún evento de significado oculto. No obstante, resultó ser parte de una operación denominada "proyecto Stormfury", cuya meta consistía en acribillar a los huracanes con yoduro de plata para disminuir su potencia. Semejantes experimentos, realizados a alturas estratosféricas, a menudo resultan visibles a cientos de millas de distancia.
Desapariciones de alta extrañeza:
El marinero puertorriqueño Roberto Gainer casi llegó a ocupar su puesto en la tradición de los que se han esfumado por completo en las aguas tropicales. Por suerte, la inmortalidad decidió pasarlo por alto.
Zarpando de San Juan en el mes de octubre de 1976 a bordo de una balandra, el navegante de 23 años de edad se disponía a disfrutar de un día de actividad marítima cuando el timón de su nave se rompió repentinamente. La balandra se vio arrastrada cientos de kilómetros hacia el mar abierto por poderosas corrientes, y el radio transmisor de Gainer carecía de la potencia necesaria como para comunicarse con la costa. Durante las dos semanas y media que siguieron, el barquito fue arrastrado a quinientas cincuenta millas de Puerto Rico. De no haber sido por la casi providencial aparición de un carguero alemán que captó la balandra en su radar, la desesperación del joven Gainer habría sido achacada al voraz Triángulo de las Bermudas.
Pero al igual que sucede con la aviación, hay desapariciones misteriosas que tienen matices paranormales y hasta ufológicos. El caso de Freddy Miller, relatado detalladamente por Sebastián Robiou en su monumental Manifiesto OVNI: Cuba, Puerto Rico, Republica Dominicana (Ed. Punto y Coma, 1979) corresponde a esta categoría.
El 5 de mayo de 1959, una embarcación salió de la ciudad de Santo Domingo con rumbo hacia la playa de Boca Chica a 20 millas de distancia. A pesar del magnífico tiempo primaveral y la tranquilidad del mar, el velero de diecinueve pies que transportaba al productor y director de televisión Freddy Miller y sus pasajeros (dos mujeres y dos niños), desaparecieron sin dejar rastro alguno. Se realizó una búsqueda de tanto las aguas dominicanas como las adyacentes utilizando los servicios de rescate de la época, pero jamás volvió a saberse nada de las cinco personas. Trece años después, el 22 de septiembre de 1973, Virgilio Gómez, un gerente de ventas para una de las compañías de seguros mejor conocidas de la República Dominicana, iba de camino a visitar una granja experimental, propiedad de la universidad nacional, en las afueras de San Cristóbal, 15 millas al oeste de Santo Domingo, para aconsejar a los propietarios sobre la clase de seguros que debían tener.
A eso de las 9 a.m. mientras que Gómez se desplazaba hacia su destino, vio que una persona le hacía señas desde el borde del camino. "Pensé que lo prudente sería evitarlo", diría el agente de ventas posteriormente en una entrevista. "Pero al acercarme, me di cuenta que el sujete iba vestido completamente de verde y que habían dos mas parados a 5 ó 6 metros de distancia del primero. Pensando que podría tratarse de una garita militar o algún accidente, decidí reducir la marcha con cuidado. Me detuve a 10 metros de la primera persona y mantuve el motor encendido..."
Según Gómez, el hombre en el traje verde le dijo que se llamaba Freddy Miller, y que "supuestamente" se había ahogado junto con otras personas, aunque de hecho lo había rescatado un aparato moderno, "un módulo conocido a la gente como OVNI".
Creyendo que se trataba de una tomadura de pelo, Gómez le hizo el juego y le preguntó al hombre que de dónde venía. Se quedó pasmado cuando el personaje repuso sobriamente que venía de Venus, y que su rescate se debía "a sus conocimientos en la tecnología de la radio", agregando que no había cupo para los desventurados pasajeros del velero, y que tampoco habrían sobrevivido al "proceso de adaptación".
Gómez señaló que su interlocutor alienígena tenía una piel grisáceo-amarillenta que resultaba repugnante, carecía de pelo, y hablaba en un tono de voz grueso y ponderoso. El cuerpo del ser estaba cubierto por un mono de color verde sin cremalleras ni bolsillos. Llevaba un gran reloj pulsera "parecido al que utilizan los submarinistas" en la muñeca izquierda.
El agente de seguros pudo ver un vehículo a medio ocultar en la maleza al lado del camino, cosa que le hizo darse cuenta de que la situación no era una broma. La nave de configuración ovalada tenía un brillo parecido al del cromo y tenía el aspecto de una pelota de fútbol americano, sin ventanas y sin remaches.
El supuesto "Freddy Miller" pasó a explicarle que tanto él como sus compañeros estaban realizando investigaciones en la "fosa de Milwaukee", la trinchera submarina que alcanza profundidades de hasta 20,000 pies y que forma parte de la fosa de Puerto Rico. Los supuestos extraterrestres estaban preocupados por la posibilidad de que se produjese actividad sísmica en dicho lugar, con consecuencias devastadoras para Haití y la República Dominicana.
Se le aseguró a Gómez que los alienígenas "harían lo posible por evitar el cataclismo" programado para el 28 ó 29 de octubre de ese año, y le pidieron que abandonase la zona inmediatamente. Acatando la orden del extraño sujeto, el agente de seguros se alejó del lugar, inspeccionando su espejo retrovisor para ver si podía presenciar el despegue del OVNI. De repente se sintió invadido por una sensación de temor, y aceleró hasta alcanzar su destino original.
Al regresar a su hogar esa noche, Gómez informó a su esposa y parientes del encuentro con "Freddy Miller" y sus experiencias aquella mañana. La historia no tardó en difundirse entre los parientes de Gómez, y dentro de poco, el agente de seguros se vio obligado a relatar su experiencia durante el transcurso de una cena cívica. El caso salió en los principales periódicos dominicanos. Según fuentes, Virgilio Gómez posteriormente llegó a ver una foto familiar en grupo y pudo indicar cual de ellos era Freddy Miller.
A pesar de los visos de alta extrañeza del encuentro de Gómez, es un hecho innegable que la actividad sísmica era considerable el día en que se produjo el incidente. El investigador Sebastián Robiou indicó que se produjo un temblor en la fosa de Milwaukee pocas horas después del encuentro con "Freddy Miller".
Pero, ¿y que hay con "Freddy Miller"? Las fotos del desaparecido deportista y productor de televisión muestran a un hombre calvo, mayor y con espejuelos que no guardaba parecido alguno con el ser que conversó con Virgilio Gómez. A pesar de sus actividades en el mundo de la televisión, el verdadero Miller carecía de experiencia significativa en tecnología radial, el motivo por su resurrección a manos de los "venusinos". Aunque este caso ha caído en el olvido, ocupa un lugar de honor entre los misterios del mar.
El Triángulo: ¿desactivado por exorcismo?:
Los cínicos afirman que la pérdida de interés en el Triángulo de las Bermudas se debe a que no se han producido desapariciones en los pasados 25 años. Los percances se deben ahora a la falta de pericia de los navegantes o a las víctimas del narcotráfico, pero las mejoras en el sistema de navegación LORAN y ahora la navegación por satélite (SATNAV) han ayudado a que el bote más pequeño regrese a puerto seguramente.
Otros afirman que el fin del misterio en el confín occidental del Atlántico Norte se debe a circunstancias tan extrañas como las desapariciones.
A comienzos de la década de los '50, el Reverendo Donald Omand - cuya fama en el mundo de lo paranormal alcanzaría dimensiones insospechadas después de sus exorcismos en el lago Ness y en varias casas encantadas en Inglaterra - aceptó la invitación extendida por un amigo de Miami a dar un paseo en su yate, "Dainty Dinah". Cuando el yate perdió de vista la costa de la Florida, se produjo un cambio abrupto en las condiciones meteorológicas, y la embarcación quedó a la merced de una mar embravecida y vientos aullantes. El propietario del yate informó al reverendo que los cambios repentinos eran característicos del "Triángulo de las Bermudas".
Aguas del área del Triángulo de las Bermudas :
"Nunca sospeché que veinte años más tarde me vería enfrascado en un intento por desentrañar sus misterios y vencer las fuerzas diabólicas que lo ocupaban", escribiría Omand en sus memorias. "Aunque en aquel momento no pude atisbar el futuro, estaba muy consciente del presente".
El reverendo Omand describió que el sonido producido por el viento y las olas se parecía un canto, o gemidos provenientes de cientos de gargantas, cambiando de una nota musical a la otra. Se dio cuenta de que lo que presenciaba era un evento sobrenatural. "Repentinamente, la tormenta amainó y dejé de escuchar el canto. Me di cuenta entonces de que las voces que cantaban llevaban siglos de estar muertas: se trataban de las almas de los esclavos africanos que murieron en el cruce desde Africa hasta las colonias americanas. Muchos de ellos habían sido arrojados por la borda en esta parte del mar", escribió Omand. Antes de regresar a Inglaterra, el reverendo comentó su teoría con algunos estadounidenses, quienes la encontraron francamente descabellada. Pero otros, como el Rev. Martin Luther King, le escucharon con gran interés y coincidieron con su interpretación. En 1977, el Rev. Omand manifestó ante un congreso internacional que la causa de los eventos en el Triángulo de las Bermudas se debía a los cientos de esclavos que murieron en tormentas, o que fueron echados al mar por estar enfermos o en mal estado antes de llegar a las Indias Occidentales o Norteamérica. "[Entre ellos] pudo haber habido una personalidad dominante, casi seguramente un hechicero, quien maldijo esta región del mar. Sabemos que en el Africa existe esta clase de personas y yo mismo he experimentado la envergadura de sus poderes".
El 16 de enero de 1978, el reverendo Omand realizó su exorcismo del Triángulo, un evento cuidadosamente sincronizado con otras ceremonias que se llevarían a cabo en Miami y en Puerto Rico. "Se ofrecerán plegarias por todos los que han muerto en el Triángulo, y por los esclavos que murieron durante el cruce desde Africa, pidiendo a Dios que el amargado corazón, vivo o muerto, responsable por las condiciones del mar, conociese la compasión cristiana y pudiese superar los poderes del Maligno".
A las 7:30 a.m., el reverendo comenzó el exorcismo, concluyendo con el rito mozárabe y la invocación final, esparciendo agua bendita sobre las aguas del Atlántico. Omand se desmayó poco después de haber concluido el rito, advirtiendo a los presentes que era algo que siempre le sucedía.
Doce días después, el 28 de enero de 1978, un Boeing 727 de la aerolínea National que volaba entre Miami y Newark, perdió potencia en sus tres motores y cayó casi en picado una distancia de siete mil pies. La avería en los tres motores era algo que iba contra todos los cánones de la aviación moderna, pero cinco minutos después, los tres motores volvieron a funcionar y no hubo muertos que lamentar. Se afirmó que el final feliz del incidente se debió al éxito de la ceremonia realizada por el reverendo Omand.
Conclusión:
¿Existen regiones en el mar que infundan más temor que otras, o que son más misteriosas que otras, o acaso sólo se debe a la percepción humana de los hechos? Después de todo, cada uno de los cuerpos de agua de nuestro mundo tiene su propia casuística de enigmas sin resolver y regiones en dónde se producen anomalías. Debido a la ubicación del continente americano con respecto al Atlántico, y los patrones de conquista y emigración seguidos por las naciones europeas, tal vez conocemos este mar un poco mejor que otros, pero exista o no un Triángulo de las Bermudas, siempre habrá misterios marinos que comentar.
2007-03-07 07:54:08
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El Triángulo de las Bermudas, también conocido como el Triángulo del Diablo, es un área geográfica situada en el Océano Atlántico, entre las islas Bermudas, Puerto Rico y Fort Lauderdale (Florida). Es famoso por sus supuestas actividades paranormales. El Triángulo de la Bermudas tiene forma de triangulo equilátero donde sus tres esquinas están definidas por las islas de Bermudas (una esquina) y Puerto Rico cerca de su ciudad importante San Juan (otra esquina), y Miami, Florida (una tercera esquina), dándole un área aproximada de 1.2 millones de km² (casi medio millón de millas cuadradas).
Mapa del Triángulo de las Bermudas.Se ha afirmado que en este triángulo supuestamente se han producido numerosas desapariciones misteriosas de barcos, aviones y personas. El pretendido misterio fue publicitado especialmente por Charles Berlitz, autor del célebre libro El Triángulo de las Bermudas (1974).
A pesar de las creencias populares, los Guardacostas de los Estados Unidos y otras fuentes citan estadísticas que indican que el número de incidentes que involucran aviones y buques perdidos no es mayor que en otra parte del mundo igual de transitada. Mientras que se ha demostrado que muchos de los supuestos misterios no eran tales al analizarlos con detalle, teniendo inexactitudes que circulan durante décadas, algunos todavía no tienen una explicación.
En su libro El misterio del Triángulo de las Bermudas solucionado (1977), Larry Kusche demostró que muchos de los casos citados por los difusores del supuesto misterio ni siquiera existieron (presentaban números de vuelo falsos o de barcos inventados), y que la mayoría de las tragedias que sí ocurrieron se situaron fuera de los límites del "Triángulo" (ver enlace externo más abajo). El resto de los casos podía ser explicado en términos banales. Según Kusche, la credibilidad de Berlitz "es tan baja que virtualmente es inexistente. Si Berlitz informase de que un barco es rojo, las posibilidades de que fuera de otro color constituirían casi una certeza. Dice cosas que simplemente no son ciertas. Deja de lado el material que contradice su misterio". [1]
Algunos de los casos informados por Berlitz y otros creadores del leyenda fueron los siguientes:
Nombres de barcos: Rosalie, Mary Celeste, Atlanta, Freya, Cyclops (carguero con 308 hombres a bordo), Raifuku Maru, Cotopaxi, Stavenger, Jhon and Mary, Angulo-Australian, Gloria Colite, Rubicon, Sandra, Connemara IV, Anita, etc.
Nombres y tipos de aviones: Super Contellation, Martin Mariner, C-54, dos Turdor IV, DC-3, Globemaster, York, KB-50, etc.
La Corriente del Golfo, un área con un tiempo bastante inestable, también pasa por el triángulo al abandonar el Caribe. La combinación de un denso tráfico marítimo y el tiempo tempestuoso hace inevitable que algunos barcos se adentren en tormentas y —raramente— se pierdan sin dejar rastro, especialmente antes del desarrollo de las telecomunicaciones, el radar y los satélites a finales del siglo XX.
Tabla de contenidos [ocultar]
1 Supuestas actividades paranormales
1.1 El origen
2 El triangulo
3 Historia
3.1 Las primeras menciones y su nombre
3.2 Respuestas escépticas
4 El Misterio Resuelto del Triangulo de las Bermudas por Kusche
5 Hidratos de Metano
6 Incidentes famosos
6.1 Vuelo 19
6.2 Star Tiger y Star Ariel
6.3 NC16002
6.4 USS Cyclops
6.5 El Spray
7 Véase también
8 Notas
9 Lecturas adicionales
10 Enlaces externos
[editar] Supuestas actividades paranormales
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Un número significativo de naves y aeronaves han desaparecido bajo circunstancias altamente inusuales. Actividad paranormal donde se violan las leyes de la física. Se ha sugerido que entidades extraterrestres son responsables de algunas de las desapariciones. Este aspecto es completamente improbable.
[editar] El origen
El misterio se comienza en mitades del siglo XIX, y desde ese momento un total de más de cincuenta barcos y veinte aviones se han desvanecido en el Triángulo. Uno de los casos más famosos fue la desaparición del vuelo 19. Cinco bombarderos estadounidenses tipo Torpedo abandonaron Fort Lauderdale el 5 de diciembre del año 1945, en un simple vuelo de entrenamiento rutinario y con buenas condiciones meteorológicas. nunca volvieron. Incluso el hidroavión que se envió con la mision de buscarlos desapareció. Otras historias de la región hablan de barcos encontrados abandonados con comida aún caliente en las mesas y aviones que desaparecen sin siquiera haber lanzado una llamada de auxilio. La ausencia de restos se alega de costumbre como prueba del enigma poder del Triángulo.
[editar] El triangulo
El Triángulo marca un corredor desde Atlántico norte que se estrecha hasta el norte a las Indias Orientales a lo largo del litoral norteamericano hasta llegar a las Carolinas. Durante la era de la vela, las naves que regresaban a Europa navegaban al norte de las Carolinas para aprovechar los vientos dominantes antes de girar hacia el este para cruzar el Atlántico norte. Esta ruta continuó hasta un poco después del desarrollo de las máquinas de vapor y los motores de combustión interna, lo cual significa que gran parte del tráfico del Atlántico Norte cruzó (y aún lo hace) a través del área del triángulo. Muchos han perdido la vida.
La corriente del golfo, un área de clima volátil, también pasa a través del Triángulo en su paso hacia la India Occidental. La combinación de fuerte tráfico marítimo y clima tempestuoso hizo inevitable que los barcos se encontraran con tormentas y se perdiesen sin dejar rastro - especialmente antes del desarrollo de las telecomunicaciones modernas, el radar y la tecnología satelital del siglo XX. Aún se hunden ocasionalmente algunos barcos, pero es muy raro que lo hagan sin dejar rastro.[1]
Otras áreas que a menudo se insinúa que poseen características inusuales son el Mar del Diablo, localizado cerca de Japón, y el Vértice Marysburgh ubicado en el este del Lago Ontario. Sin embargo, el "Mar del diablo" no es particularmente bien conocido en Japón, debido al hecho de que la mayoría de los botes perdidos fueron pequeñas embarcaciones pesqueras sin radio...
[editar] Historia
[editar] Las primeras menciones y su nombre
Cristóbal Colón mencionó el avistamiento de animales extraños cerca de los limites del triangulo e incluso hizo recorridos cerca del área que ahora se designa como el Triángulo de las Bermudas. En un momento dado informó que él y su tripulación observaron "extrañas luces danzantes en el horizonte". En otro caso ellos observaron lo que parecía un meteoro cayendo.[2] En otro momento él escribió en su bitácora acerca de movimientos extraños de la brújula en esta área.
La primera mención documentada acerca de desapariciones en el área se hizo en 1951 por E.V.W. Jones como periodista en el servicio de Prensa Asociada respecto a algunos barcos perdidos. El artículo de Jones notó la "misteriosa desaparición" de barcos, aviones y pequeños botes en la región y le dio el nombre de "Triángulo del Diablo". Posteriormente fue mencionado en 1952 en un artículo de Revista de Destino por George X. Sand, quien subrayo varias "extrañas desapariciones marinas". En 1964, Vincent Geddis se refirió al área como "El Mortal Triángulo de las Bermudas", después de esto el nombre "Triángulo de las Bermudas" se hizo común.
[editar] Respuestas escépticas
La aseguradora marina Lloyd de Londres ha determinado que el triángulo no es más peligroso que cualquier otra área del océano, y no cobra tarifas adicionales por el paso a través de esta región. Los archivos de la Guardia Costera confirman su conclusión. De hecho, el número de supuestas desapariciones es relativamente insignificante considerado el número de naves y aviones que pasan regularmente a través del triángulo.
Los escépticos comentan que la desaparición de un tren entre dos paradas sería una evidencia más convincente de actividad paranormal, y el hecho que tales cosas no ocurren sugiere que no se necesitan explicaciones paranormales para la desaparición de naves y aviones en el océano abierto que es menos predecible.
[editar] El Misterio Resuelto del Triangulo de las Bermudas por Kusche
La investigación de Kusche reveló varias inexactitudes e inconsistencias entre los relatos de Charles Berlitz y las declaraciones de algunos testigos, participantes, y otros involucrados en los incidentes iniciales. Él notó casos dónde la información pertinente no fue comunicada, tales como la desaparición del viajero Donald Crowhurst la cual Berlitz había presentado como un misterio, a pesar de la clara evidencia de que Crowhurst había inventado la historia de su viaje y que probablemente este había cometido un suicidio. Otro ejemplo fue el barco-transporte que Berlitz describió como perdido sin rastro por tres días en el Atlántico cuando estuvo perdido por tres días en un puerto del mismo nombre (puerto Atlántico) en el Océano Pacífico. Kusche argumentó que un gran porcentaje de los incidentes que había infundido la misteriosa influencia del triángulo realmente ocurrieron fuera de esta área.
Kusche llego a varias conclusiones:
Los barcos y aviones que se reportaron perdidos en el área no era un número significativo, proporcionalmente hablando, que en cualquier otra parte del océano.
El número de desapariciones que ocurrieron en una área que es frecuentada por las tormentas tropicales, no fue desproporcionada, improbable, ni misteriosa.
Las estadísticas de los casos fueron exageradas debido a una pobre investigación. Por ejemplo, algunos botes reportados como perdidos y que eventualmente regresaron a su puerto con retraso, permanecieron registrados como "perdidos".
Las circunstancias de desapariciones confirmadas fueron frecuentemente mal descritas en los relatos de Berlitz. Por ejemplo, el número de barcos que desaparecieron en un supuesto clima tranquilo no contaron con reportes de pronóstico del clima en su tiempo.
"La Leyenda del Triángulo de la Bermudas es un misterio fabricado... perpetuado por escritores que intencionalmente o ignorantemente hicieron uso de conceptos erróneos, razonamiento defectuoso, y sensacionalismo”. (Epilogo, p. 277)
No obstante, en tiempos recientes, algunos autores, notablemente entre ellos Gian J. Quasar, han planteado varias preguntas acerca de la veracidad de los resultados de Kusche, que incluyen: el porque Kusche frecuentemente planteó tan a menudo evidencia para sus afirmaciones sobre casos muy bien conocidos como "incidentes ajenos al Triángulo"; su identificación y ubicación errónea de varios casos sobre barcos y aviones que estuvieron muy bien documentados, y el uso de esa inhabilidad de identificar apropiadamente como "prueba" de que nunca existieron; sosteniendo sus afirmaciones acerca de que "nada fuera de lo ordinario" ocurrió regularmente alrededor del área, e incluso admitiendo en varias ocasiones que ciertos casos carecían de una explicación racional convencionales (notablemente en los casos Star Tiger y DC-3), y en otros ejemplos afirmando abiertamente las posibilidades de clima peligroso en ciertas desapariciones en los que se pudo verificar que no hubo tal. [3]
[editar] Hidratos de Metano
Una explicación de algunas de las desapariciones se centra en la presencia de grandes campos de hidratos de metano en las plataformas continentales. En 1981 fue publicada una investigación sobre la aparición de hidratos de metano en el área de Blake Ridge al sur de la costa sureste de los Estados Unidos, por la United States Geological Survey. [4] Las erupciones periódicas de metano pueden producir regiones de agua espumosa que no es capaz de proveer una flotación adecuada para los barcos. Si este fuera el caso, dicha área que se llegase a formar alrededor de un barco provocaría que este se hundiera muy rápido y sin previo aviso. Los experimentos de laboratorio han probado que las burbujas pueden de hecho hundir un modelo a escala al disminuir la densidad del agua.
[editar] Incidentes famosos
[editar] Vuelo 19
Uno de los incidentes más conocidos y probablemente el más famoso sobre el Triángulo de las Bermudas es acerca de la pérdida del Vuelo 19, un escuadrón de cinco bombarderos TBM Avenger de la marina de E.U. durante un vuelo de entrenamiento que salió de Fort Lauderdale, Florida el 5 de diciembre de 1945. De acuerdo a Berlitz, el caso consistía en que varios aviadores navales simplemente desaparecieron después de que reportaran varios efectos visuales extraños, una afirmación que no es completamente acertada. Además, Berlitz afirmó que debido a que los bombarderos TBM Avenger estaban diseñados para flotar por largos periodos de tiempo, estos debieron ser encontrados al día siguiente considerando que esos días se reportaron con marea tranquila y cielo despejado. Sin embargo, no solo no pudieron ser encontrados, sino que un avión de búsqueda y rescate de la Marina que mandaron también se perdió. Adicionalmente, la intriga se incrementó al conocer que el informe del accidente de la Marina se atribuyó a "causas o razones desconocidas". [5]
Mientras que algunos hechos de la versión de Berlitz son esencialmente exactos, no describe algunos detalles importantes. La visión de un experimentado escuadrón de aviadores de combate perdiéndose en una tarde soleada es inexacta. Para cuando se recibió la última transmisión de radio del Vuelo 19, había comenzado un clima tormentoso. Tan solo el líder de vuelo, el Teniente Charles Carroll Taylor, tenía experiencia de combate y un tiempo de vuelo significativo, pero al mismo tiempo tenía muy poca experiencia en esa área en particular, menor que la de los aprendices bajo su servicio, Taylor fue descrito como un líder calmado y confiado. En cambio, las transmisiones de radio del Vuelo 19 revelaron a un Taylor desorientado, con una carencia de confianza en sus decisiones, y completamente perdido.
Además, las afirmaciones exageradas establecían que todos los aviones tuvieron problemas con sus brújulas, sin embargo, los reportes navales y registros escritos de las conversaciones entre el Teniente Taylor y otros pilotos del Vuelo 19 no indicaban esto. En cuanto al informe de la Marina, se afirmó que el informe original atribuyó el accidente a la confusión del comandante de vuelo. El Teniente Taylor previamente había abandonado su nave en dos ocasiones en medio del Pacífico después de haberse perdido, para regresar al portaaviones. Sin embargo, el reporte se alteró para retratar otra situación debido a los deseos de su familia. [5]
Otro factor a considerar es que las naves TBM Avenger nunca fueron diseñadas para el aterrizaje en el agua, contrario a las afirmaciones de Berlitz. La experiencia de combate en el Pacífico demostró que un avión Avenger se hundía muy rápidamente si este aterrizaba sobre el agua. Para un Avenger sería muy difícil aterrizar sobre el agua, especialmente con pilotos novatos al mando, y al dejarlo en los mares peligrosos del Triángulo de la Bermudas. [5]
Sin embargo, el hecho de que hasta la fecha no se ha descubierto rastros o algún resto de las naves ha llevado al misterio, y en sí mismo es un caso raro. En un documental sobre este evento del History Channel, se hizo notar que un piloto puede confundir fácilmente su ubicación si permitía que su imaginación controlara su razón. En este documental el escenario más probable fue que el líder de vuelo, el teniente Charles Taylor se confundió y se desoriento, y fue indeciso en última analogía de la situación del vuelo, creyendo incorrectamente que estaban lejos del sureste de Florida Keys, y giró bruscamente hacia la derecha creyendo que encontrarían tierra. En cambio, ellos se ubicaban exactamente donde debía de estar, fuera de las Bahamas, y al girar a la derecha los llevo más adentro del océano hacia el Atlántico. Esto también podría explicar por qué los aviones aun no han sido encontrados, ya que muy pocas búsquedas se han concentrado en las inmensas áreas abiertas del océano. [5]
Por consiguiente, la explicación generalmente más aceptada por entusiastas navales y civiles que han investigado minuciosamente este incidente coincide en que el Teniente Charles Taylor se confundió y se desorientó, llevando a su tripulación al mar abierto donde se les acabo el combustible y aterrizaron en aguas tormentosas durante la noche. Y aunque los pilotos estudiantes sabían que él estaba equivocado sobre su ubicación; él era el líder de vuelo y estaba al mando. Para cuando él tomo el consejo de uno de sus aprendices pilotos sobre volar hacia el oeste, ya se encontraban muy lejos como para aterrizar sobre tierra firme. La posición oficial de la Marina Norteamericana sobre el incidente no refleja ningún misterio relacionado a lo que le paso al Vuelo 19, describiendo el hecho de que la culpa residió completamente en el Teniente Charles Taylor. El único misterio para la Marina Norteamericana es donde se estrellaron los aviones del Vuelo 19.
Otra teoría en ese mismo documental declara que los aviones realmente pudieron haber estado donde Taylor creyó que ellos estaban, y que ellos chocaron en los pantanos de Georgia. Sin embargo, esa teoría se ha tomado con escepticismo.
Una nave de rescate PBM Mariner también desapareció sin un rastro durante la búsqueda del Vuelo 19, tal como Berlitz declaró en su libro. Esto incrementó la especulación sobre fenómenos sobrenaturales y el Triángulo de la Bermudas, y aunque Berlitz aludió en su libro a la casualidad sobre el Triángulo de la Bermudas, se formula en cierto modo que algunos puntos también son misteriosos y desconocidos, cuando de hecho no lo fueron.
El SS Gaines Mill informó una explosión por encima del agua poco después de que despegó el PBM Mariner, en el lugar donde debía de estar este. Se pudo divisar una mancha de aceite en ese punto, pero el mal clima impidió que se recobrara cualquier resto, y para cuando el clima tormentoso terminó, todos los rastros del accidente ya no estaban ahí. El escenario más probable fue que una fuga de combustible causó la explosión, la cual desintegro el avión. [6][7]
[editar] Star Tiger y Star Ariel
Otra pérdida bien conocida es la de 4 aviones de transporte Tudor IV, llamados Star Tiger y Star Ariel. Las aeronaves operadas por la línea aérea British South American Airways Corporation volaban rutinariamente en la ruta de Sudamérica - Bermudas.
El incidente tomó lugar en las horas antes del amanecer del 31 de Enero de 1948. Cargando 29 pasajeros más la tripulación comandada por el Capitan B. W. McMillan, el Star Tiger salió unas horas antes de Santa Maria, Azores, unos de los numerosos puntos de escala para cargar combustible fijados en su ruta de Londres, Inglaterra a La Habana, Cuba. Al aproximarse a las Bermudas, McMillan hizo el contacto esperado con Kindley Field, la siguiente parada, y pidió por radio que calibraran sus sistemas de navegación y que se aseguraran que se mantenía en curso. Al determinar que el avión estaba ligeramente fuera de curso, su posición fue corregida con respecto a las Bermudas a 72 grados de la isla. En este punto, cuando el Star Tiger estaba a menos de dos horas de vuelo de ahí, McMillan dio confirmación de una ETA de 05:00 horas, una hora más tarde debido a los fuertes vientos. Ninguna transmisión adicional del avión fue recibida desde entonces. [8]
Se enviaron las operaciones de rescate armadas con informes precisos de la última posición conocida del avión, después de que se determinó que se encontraba muy retrasado y no se tenía ningún rastro de este.
En el reporte emitido un poco después por el Ministerio Aéreo Civil (Civil Air Ministry), se hicieron numerosas hipótesis de lo que pudo haber ocurrido durante las dos horas finales, hasta que cada una fue subsecuentemente rechazada.
"No habrían bases para suponer que el Star Tiger cayó al océano a consecuencia de que fue la nave estaba privada de su radio, al fallar en la búsqueda de su destino, y al haber acabo con su combustible."
"Existe una buena razón para suponer que ningún mensaje de emergencia fue transmitido de la nave, ya que había muchas estaciones receptoras de radio sintonizadas en las frecuencias de las aeronaves, y ninguna de ellas reporto tal mensaje."
"..el clima se encontraba estable, no había disturbios atmosféricos serios que pudiesen causar daño estructural a la nave, y no había tormentas eléctricas."
Se supuso que el avión no pudo salirse de curso, ya que la transmisión desde las Bermudas, con vientos prevalecientes, la habría llevado a treinta millas de la isla: "La nave difícilmente podría no encontrar la isla en poco tiempo, en las condiciones de visibilidad que prevalecían." El motor fue descartado como la causa probable, ya que en tal etapa del viaje y sin el peso de combustible extra, el avión debió de haber flotado a salvo con tres o incluso con dos turbinas, en lugar de las cuatro con las que contaba. La probabilidad de que el avión perdiese tres turbinas en menos de dos horas fue considerado como absurdo.
Enfrentando la evidencia acumulada, o quizás la falta de ella, la comisión de investigación se refirió a la pérdida del Star Tiger con gran elocuencia:
"Al cerrar este reporte se puede decir en verdad que ningún otro problema ha presentado más confusión que esta investigación. Con la completa ausencia de evidencia confiable sobre la causa o la naturaleza del accidente del Star Tiger, la Corte no ha sido capaz de hacer mas que sugerir algunas posibilidades, de las cuales incluso ninguna alcanza el nivel de probabilidad. En todas las actividades que involucran la cooperación del hombre y la máquina se combinan dos elementos de carácter diverso. Existe un elemento incalculable de factor humano que depende imperfectamente de factores conocidos; y por otra parte está el elemento mecánico que se encuentra sujeto a leyes muy diferentes. Una avería puede ocurrir en cualquiera de los dos casos o en la conjunción de ambos. O alguna causa externa podría haber ocasionado problemas a ambos, hombre y máquina. Lo que ocurrió en este caso nunca se conocerá y el destino del Star Tiger sigue siendo un misterio sin resolver."
EL 17 de Enero de 1949, el Star Ariel también se perdió en un área cerca de las Bermudas si dejar rastro alguno, con una carga de 17 pasajeros más la tripulación. Las últimas transmisiones no mostraron signos de alerta, y dictaban un vuelo normal. Esta segunda desaparición propició la descontinuación del uso de las naves Tudor IV. Lo que en realidad les haya ocurrido a ambos aviones se desconoce hasta este día. [8]
[editar] NC16002
Otra pérdida muy conocida es la del avión de transporte DC-3 NC16002 mientras estaba en ruta desde San Juan, Puerto Rico a Miami, Florida. Muchas de los hechos de este caso tienen similitud con algunos de los reportados con otros casos asociados con el Triángulo de las Bermudas, tales como la incapacidad de escuchar las transmisiones por parte de torres cercanas a la nave, mientras que torres lejanas recibían las mismas muy claramente.
[editar] USS Cyclops
El Cyclops (AC-4) fue un navío de la armada de los E.U. que se perdió sin rastro el 4 de marzo de 1918 después de desembarcar de Barbados, estaba comandado por el lugarteniente G. W. Worley y tenía una tripulación de 306 personas. Algunos creen que el barco se perdió en el Triángulo de las Bermudas, aunque cabe mencionar que en ese tiempo los Estados Unidos estaban en guerra y por lo tanto existen varias posibilidades adicionales que pueden explicar su desaparición.
Los partidarios de las teorías que involucran al Triángulo de las Bermudas han realzado el hecho de que la nave no envió transmisión sobre problema alguno y aparentemente solo desapareció. No obstante, debe tenerse presente que en el momento la tecnología de telecomunicaciones estaban en sus primeras fases, y el mandar un mensaje urgente para pedir ayuda no siempre era una tarea tan rápida o tan simple. Muchos investigadores serios de este incidente creen que el USS Cyclops estuvo más lejos al norte del Triangulo, sin embargo, cuando este desapareció, estaba cerca de Norfolk, Virginia.[10] [11]
[editar] El Spray
La gran habilidad del Capitán Joshua Slocum como marinero estaba más allá de la duda - él fue el primer hombre en navegar el mundo por si solo. En 1909, se embarcó en su bote "el Spray" para atravesar el Triángulo de las Bermudas. Desapareció e incluso no hubo evidencia de que haya estado ahí. Se asumió que se hundió por una ola o por una ballena, aun cuando se suponía que el Spray era un barco resistente y Slocum un experimentado marinero; por lo tanto, en 1924 se le declaro legalmente muerto. Aun cuando es un misterio, no existe evidencia a favor o en contra de actividad paranormal.
Lista cronológica de incidentes famosos (aunque en algunos casos incorrectamente) relacionados con el Triángulo
El Triángulo de la Bermudas ha recibido el crédito de muchas desapariciones que ocurrieron en sus aguas extraoficiales. A la fecha, la mayoría está de acuerdo en que más de 170 naves y aviones se han perdido sin dejar rastro en esa área particular del Océano Atlántico. Aunque la mayoría de estas desapariciones pueden explicarse, muchas otras no pueden serlo, y el tema continúa siendo un debate entre creyentes y escépticos. Los incidentes más populares se listan a continuación; [12]
1815:*1840: HMS Rosalie
1872: El Mary Celeste , uno de los misterios más grandes del océano, pero ocurrido muy lejos del Triángulo
1909: The Spray
1917: SS Timandra - se dirigía a Buenos Aires desde Norfolk, VA; con una carga de carbón, una tripulación de 21 pasajeros, y ninguna señal de radio emitida a pesar de tener la capacidad para ello.
1918: El USS Cyclops (AC-4) desaparece con una tormenta en el área, incluso la marina de E.U. llamó este caso "uno de los misterios sin resolver del océano" [1]
1921: La nave carguera Carroll A. Deering se hunde el cabo Hatteras, la tripulación desaparece sin dejar rastro [2].
1925: El SS Cotopaxi reporta que estuvo escuchando transmisiones de la costa de Florida (fuera del Triángulo), pero no se mandó ninguna señal de auxilio, el clima se encontraba en calma
1926: El SS Suduffco se pierde, probablemente debido al mal clima (incluso un capitán que navegó en el área en su búsqueda lo llamo "el peor clima que he visto en mi vida")
1938: El HMS Angloaustraliano se dirige a British Columbia desde Cardiff, Wales. Esta nave se pierde en Azores (a 2000 millas del Triángulo) después de emitir "en la tarde hemos pasado Fayal. Todo bien"
1942: El submarino frances Surcouf aparentemente es embestido por el fletador Thompson Lykes cerca del Canal de Panamá; ambas naves viajaban ___ debido a amenazas de botes ____
1945: La desaparición de 5 aviones Avengers - Vuelo 19
1947: El Army C-45 Superfort se desvanece a 100 millas de las Bermudas
1948: El SS Samkey se pierde (también se menciona que ocurrió en 1943, probablemente debido a un error de impresión, ya que zarpó en ese año) dio su posición 41o48' N 24o W (al noreste de Azores); solo transmite "todo va bien"
1948: Se pierden 4 aeronaves Tudor IV Star Tiger, con 31 pasajeros
1948: El DC-3 NC16002 se pierde con 28 pasajeros y la tripulación
1949: El segundo Tudor IV, Star Ariel se desvanece sin dejar rastro
1950: se pierde El gigantesco Globemaster de la Fuerza Aérea norteamericana
1950: Aparentemente se hunde el fletador norteamericano, SS Sandra (de 350 pies), sin dejar rastro después de pasar por St. Augustine, Florida en su ruta hacia Puerto Cabello, Venezuela
1952: Un avión de transporte British York se pierde con 33 personas a bordo
1954: Una nave Lockheed Constellation de la armada norteamericana se desvanece con 42 pasajeros a bordo
1956: Una avioneta de la marina norteamericana, el Martin P5M, desaparece con 10 tripulantes
1962: Se pierde un avión KB-50 tanker de la fuerza aérea norteamericana
1963: Desaparece el Marine Sulphur Queen, probablemente al desembarcar de Dry Tortugas; cargando azufre fundido y posiblemente sin medidas de seguridad [3]
1967: un avión Militar YC-122, convertido a avión de carga se pierde
1967: El crucero Witchcraft desaparece a una milla de Miami; realizó una llamada a la guarda costera, pero a los 19 minutos no se encuentra rastro alguno [4].
1970: desaparece El Fletador francés Milton Latrides cuando navegaba desde Nueva Orleans hacia Cape Town; llevando una carga de aceites vegetales y refresco cáustico
1972: El fletador alemán Anita (de 20,000 toneladas) se pierde con una tripulación de 32, su barco gemelo el Norse Variant (ambos con carga de carbón) se pierde al mismo tiempo; aunque en ocasiones se menciona como perdido en 1973; un sobreviviente de este último encontrado flotando en una balsa describe la pérdida del barco en un clima tormentoso - las olas rompieron la tapa de la compuerta y hundieron rápidamente a la nave.
1976: Se pierde el SS Sylvia L. Ossa en los mares pesados al oeste de las Bermudas
1978: Se encuentra al SS Hawarden Bridge abandonado en las Indias Occidentales, se presume que se debió a un crimen cometido. Previamente, la Guarda Costera de los Estados Unidos había encontrado a ésta con residuos de marihuana en Cape Knox (en febrero de 1978) [5]. [6]
1980: Se pierde el SS Poet en una tormenta, cuando transportaba granos hacia Egipto. Sin embargo, el equipo de investigación de la Marina no declara ningún sobreviviente.
1995: Se reporta la pérdida del fletador Jamanic K (construido en 1943), después de que dejase al Capitán Haitien
1997: Desaparecen unos pasajeros de un yate alemán
1999: Se pierde el fletador Genesis después de desembarcar del puerto español San Vicente; su carga incluía 465 toneladas de tanques de agua, tablas, hormigón y ladrillos; reportó problemas con una bomba un poco antes de perder el contacto. Se realizó una infructuosa búsqueda en un área de 33,000 millas cuadradas.
Debe notarse que algunos de los casos listados anteriormente, que popularmente están asociados con el Triángulo de las Bermudas, realmente no estuvieron o no se supo que hayan estado en el área del Triángulo en el momento de su desaparición. Tampoco existe registro de desapariciones misteriosas de edificios, trenes o vehículos terrestres.
2007-03-06 15:01:44
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answer #7
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answered by Anonymous
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