La imagen que conoces de la justicia viene de la diosa griega Temis, la del «buen consejo», era la encarnación del orden divino, las leyes y las costumbres. Cuando se le hace caso omiso, Némesis trae el justo y colérico castigo. Temis no era colérica, al contrario, como no podía ver , prodigaba sus consejos y el orden a todos por igual.
La equivalente romana de uno de los aspectos de la helénica Temis, como la personificación del derecho divino de la ley, fue Iustitia. Sus orígenes están en las abstracciones civiles de la forma de pensar romana, más que en la mitología arcaica, por lo que intentar comparaciones no resulta productivo. Representada como una mujer impasible, con los ojos vendados y llevando una balanza y una cornucopia, la imagen esculpida a la entrada de los juzgados es Iustitia, y no Temis. Se la situaba sobre un león para señalar que la justicia debe estar acompañada de la fuerza, ahora se utiliza una espada.
2007-03-02 12:58:18
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answer #3
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answered by mendezelev 5
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Por que es una alegoria de origen griego tomado posteriormente por el europeo del medioevo, es como se la representa en estatuas, la venda es por que la justicia es imparcial , no ve edad color ,privilegios etc, pero lleva una balanza (es ecuanime) y una espada (castiga) ,mas en lo personal es ciega por que si, pues mira la toneladas de injusticias que cometen EE UU contra la humanidad y ella sigue ciega.Mas todo llega a su hora ,ley del Karma, "Nemesis" = Justicia divina.
2007-02-26 16:14:46
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answer #5
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answered by silfidelfondino t 3
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La justicia se fundamenta en el respeto de los derechos humanos
se la representa con los ojos vendados; en realidad, lo propio de la justicia es ... justicia y a vivir en paz con todos, porque "Jesús no da simplemente la paz. ...
LA VENDA CAIDA
¿Se han parado alguna vez a observar con detenimiento a la figura con la que se representa a la Justicia? Una mujer vestida con una túnica, con el cabello largo y suelto y, con los ojos vendados. En una mano porta una balanza y en la otra, una espada. La venda en los ojos representa la imparcialidad de la Justicia; el sometimiento a la Ley. Representa también la libertad para juzgar en conciencia, al margen de presiones e influencias externas. La balanza representa el equilibrio de la mente, de las decisiones para que vayan a favor de una y otra parte. Garantiza la equidad. Por último, la espada simboliza la fuerza para cumplir la Ley, el cumplimiento.
Una de las primeras cuestiones que el ciudadano pone en tela de juicio es el tema de la independencia, una cuestión que afectaría principalmente a las altas esferas de la judicatura como consecuencia del actual sistema de elección de candidatos. "La democracia -asegura el periodista Francisco Rubiales, autor de La Democracia Secuestrada- exige que la Justicia sea independiente y ser independiente significa tener criterio y opinión. Si un juez considera que una ley es injusta o que no se atiene a una norma mayor, como la Constitución, debe objetarla. Los ciudadanos tienen derecho a disentir y los jueces, por la naturaleza de su misión, todavía más, si cabe. La independencia de la justicia no es un asunto baladí. Es tan importante, que si la justicia no es independiente, no es Justicia. Y es un hecho demostrado que los partidos políticos y el poder ejecutivo han invadido los terrenos de la justicia. La desfachatez llega al extremo de que los partidos nombran jueces y magistrados públicamente, utilizando el sistema de cuotas, según los porcentajes obtenidos en las urnas, como si ese sistema fuera trasladable a toda la sociedad y a los poderes básicos del Estado, sin pudor, violando así los criterios de independencia de los poderes, imprescindibles para la democracia". En efecto, el actual sistema judicial recoge que los vocales del CGPJ serán elegidos por el Parlamento, más exactamente por los partidos políticos que están representados. Esto ha hecho que en ocasiones los tira y afloja entre los grupos mayoritarios para ver quién se lleva al final el gato al agua, hayan bloqueado nombramientos de los magistrados durante meses. Pero afortunadamente, el sistema también dispone de garantías para aquellos jueces decididos a luchar por su independencia. Así, han sonado voces muy críticas desde dentro de la judicatura denunciando precisamente esto. El magistrado de la Sala Segunda de lo Penal del Tribunal Supremo, José Antonio Martín Pallín llegó a renunciar a la presidencia de dicha Sala, después de denunciar públicamente que los nombramientos se realizaban en corrillos por los pasillos y eso le hacía sentirse "objeto de mercadeo".
La denuncia pública de la injusticia, a través de los medios de comunicación, suele ser la vía más eficaz para que un caso sea revisado.
¿No rompe esto con el principio de la separación de poderes, nos preguntamos? Para Rubiales la respuesta es sí. "Los partidos han violado la independencia judicial y han conseguido infiltrarla tanto que la Justicia infiltrada ni siquiera es capaz ya de denunciar la invasión que ha sufrido por parte de los partidos". Como algún juez apunta, el sistema hoy es así y a él hay que ceñirse, pero también deja caer que es la sociedad española quien tiene en sus manos el poder para cambiarlo.
Sigamos con otro tema. El juez, como cualquier otro ciudadano tiene derecho a expresar libremente sus pensamientos, ideas u opiniones. Este derecho está limitado por ley sólo en la medida en que este hecho interfiera en el ejercicio de su actividad jurisdiccional. Los jueces no podrán opinar por tanto, sobre aquellos asuntos que investigan o que tienen que juzgar para no comprometer su imparcialidad. Deben aplicar la Ley, estén o no de acuerdo con ella. Dicho esto, hay un caso que sin duda ha sorprendido a la opinión pública. Se trata de ese pequeño grupo de jueces que se niega a casar a parejas homosexuales, amparándose en la objeción de conciencia. Estos jueces consideran que la Ley de Matrimonios entre Homosexuales, aprobada por el Parlamento el pasado 3 de julio, es anticonstitucional. Nos encontramos ante un nuevo pulso, en este caso ante el legislativo que se deberá de solucionar en los próximos meses por los órganos competentes. Aquí, la opinión dominante es que ningún juez tiene objeción de conciencia en este tema ya que está sometido al imperio de la Ley. "La entrada en escena de los partidos -apunta Rubiales- ha desquiciado el sistema de justicia, generando frustración y esquizofrenia, problemas que se manifiestan en las objeciones, las invasiones de competencias y en el distanciamiento del juez con respecto al aparato legislativo, todavía más dominado por los partidos. Cualquier juez o magistrado honesto no tiene otro remedio que escandalizarse ante la situación y eso genera muchos problemas en la administración de justicia, que si no es independiente, no es justicia sino un mecanismo más de poder y otras cosas como venganza, influencias, represalias, castigos al adversario, premio a los amigos, advertencias, etc."
BALANZA Y ESPADA
Siguiendo con el símbolo de la Justicia, la balanza y la espada representarían la equidad y la fuerza necesaria para hacer cumplir la Ley. Si esto es así, el ciudadano no puede por menos que mostrar perplejidad cuando aparecen publicadas sentencias, que aunque se explica que son dictadas con arreglo al derecho, él desde su "ignorancia", considera terriblemente "injustas". Ello le lleva a preguntarse muchas veces si realmente no existen dos tipos de justicia: una para ricos y otra para pobres.
Los empresarios Alberto Alcocer y Alberto Cortina, "Los Albertos", que fueron condenados a tres años y cuatro meses por estafa podrían no llegar a cumplir la condena porque una reciente sentencia del Tribunal Constitucional habla de una prescripción del delito. Polémica resolución que ha sido criticada por el Tribunal Supremo que acusa al Constitucional de asumir sus competencias. Mientras, en la calle se habla de la "suerte" de "Los Albertos", de la suerte de Mario Conde, de Juan Alberto Perote, de Roldán, de Vera, del poderoso Emilio Botín, de Javier de la Rosa, de Emilio Ibarra... y un largo etcétera de personajes. Unido a ellos aparecen palabras como indulto, prescripción de la pena, tercer grado, permisos carcelarios, pago de fianzas millonarias... situaciones que no están al alcance de todos los mortales. Nos comentan que aunque la Ley es una para todos, el hecho de tener un buen equipo de abogados que conozcan a la perfección los procedimientos, los entresijos de la justicia, junto con el hecho de tener dinero para poder afrontar el coste del proceso sea cual sea y dure lo que dure, son factores que sin duda pueden "echar una mano" en un determinado momento.
¿Qué opciones tiene entonces el ciudadano para recurrir las decisiones que considera arbitrarias? En principio todas las que ofrece la Constitución, que son varias. Aún así, el ciudadano se siente en ocasiones desamparado e impotente. "La Justicia española proporciona pocas vías para recurrir, apelar y restituir lo que está mal hecho -asegura Rubiales-. La única fuerza que la justicia teme es la Opinión Pública, algo que no debería ocurrir si la venda estuviera puesta sobre los ojos. De hecho, la denuncia pública de la injusticia, a través de los medios de comunicación, suele ser la vía más eficaz para que un caso sea revisado. Otro déficit de la Justicia, como quedaba establecido en mi libro 'Democracia Secuestrada', es que la justicia se limita a castigar el delito y no ha desarrollado ni un milímetro la otra vía que existe para hacer un mundo mejor y más justo, que es el fin último de la Justicia. Esa vía es el estímulo de la virtud, de los valores y del buen comportamiento de los ciudadanos. Un ejemplo sencillo: si se le regalara un coche a cada conductor que cumpliera 30 años sin haber cometido una sola infracción, el resultado sería sorprendente: el índice de accidentes bajaría y las arcas del Estado ahorrarían mucho dinero de lo que nos cuestan ahora los miles de muertos y heridos en las carreteras, sanitaria, social y laboralmente".
2007-02-26 15:42:15
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answer #6
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answered by juanma 2
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