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SE HABLO MUCHO DE ESTO..MUCHOS CRISTIANOS INDEPENDIENTE DE SU RELIGION TUVO CURIOSIDAD SOBRE ESTE EVANGELIO EN FIN QUISIERA SABER EN QUE PARO TODO ESTO RESPUESTAS SERIAS POR FAVOR..

2007-02-24 10:39:07 · 6 respuestas · pregunta de Anonymous en Sociedad y cultura Religión y espiritualidad

6 respuestas

Es un evangelio apócrifo, como existen muchos en la Historia del Cristianismo, que cuentan historias o recogen enseñanzas de Jesús. Entre ellos están los evangelios de Judas, de Tomá, de Pedro, de Santiago, de María Magdalena y otros veinte o treinta más.
El evangelio apócrifo de Judas se escribió en el siglo segundo, entre el año 150 y el 180 d.C.
La antigüedad de este evangelio apócrifo de Judas se puede establecer porque San Ireneo (130 – 202 d.C.) obispo deLyon, Francia, se refiere a él en su obra Contra los herejes, escrita por el año 180, d.C.
El documento publicitado no es el original, sino una copia hecha en idioma copto en los siglos III o IV d.C. Este papiro fue hallado en Egipto en 1978 y se identificó en 1983 en Ginebra, pero sólo hasta 2006 se le ha dado una publicidad sensacionalista.
Según san Ireneo, el evangelio de Judas fue compuesto por el grupo singular de cristianos llamados Cainitas o partidarios de Caín, el hijo de Adán y Eva que asesinó a su hermano Abel.
Sabemos que no fue escrito por que no pudo haber vivido hasta el año 150; luego, porque se refiere a Judas en tercera persona: habla de “él”; y finalmente, porque incluye datos que suponen conocimientos del siglo II.
Los cainitas eran un gripo religioso de tendencia gnóstica. Ellos hablaban en forma positiva de todos los personajes malditos de la Biblia (Caín, Cam, Esaú, Absalón, Mamsés, etc.) incluido Judas.
Los gnósticos eran un “movimiento religioso esotérico místico”, una corriente que mezcla doctrinas filosóficas con creencias de varias religiones. Entre ellos había grupos cristianos. Florecieron en el s. II d.C. Tenían doctrinas que hoy se han puesto de moda, de forma muy degradada, en la corriente de la “New Age” (Nueva Era) y que aparecen en textos como la Metafísica de Conny Méndez o el Libro de Uranita.
El grupo minoritario de los cristianos gnósticos enseñaba que el camino de la salvación estaba señalado por le “conocimiento” (gnosis en griego)de los misterios y planes divinos. Por eso buscaban un conocimiento más elevado de las cosas profunda de Dios. Era un conocimiento de tipo secreto que Dios o Jesús revelaron sólo a algunos. Esta doctrina la difundieron en numerosos documentos que explicaban la naturaleza de la gnosis espiritual.
En línea con la gnosis el evangelio apócrifo de Judas, entre otras cosas, enseña que Judas realmente no traicinó a Jesús, no fue traído, sino que fue un instrumento de Dios para facilitar la muerte de Jesús y con ella la salvación de la humanidad. También encontramos una repetición modificada y monótona de varios dichos copiados del evangelio bíblico de Juan.
Como cualquier apócrifo, el evangelio de Judas tiene un cierto valor histórico, pues informa de las creencias de los grupos que lo elaboraron y proporciona datos de la época en que se escribió.
Sostiene, por tanto, el dualismo teológico de un dios bueno que creó un mundo bueno y un dios malo que es el principio del mal; en dualismo antropológico, el espíritu es superior y la materia es inferior; defiende un determinismo ético: somos buenos o malos por destino fijo y fatal. Todo esto implica el rechazo de la libertad humana. Desde este presupuesto, entonces, Judas no fue libre cuando traicionó a Jesús, simplemente cumplió su destino.
En la Iglesia Católica, el evangelio apócrifo de Judas se valora al igual que todos los evangelios gnósticos. No informan nada nuevo sobre la historia de Jesús ni del cristianismo del siglo I.
Resumiendo: una bonita campaña propagandística, nada nueva, que ha hacho vender un buen puñado de revistas.

2007-02-24 10:58:39 · answer #1 · answered by tace_stulte 2 · 1 0

Porque los están guardando para "El Más Nuevo Testamento, Nuevecito de Paquete". ¡Ahora con más acción, intriga, aventuras, sexo y muerte! ¡Jesus is back! ...and this time... it incredibly is own!!!!!!!!!!! Coming quickly...

2016-12-18 10:17:14 · answer #2 · answered by ? 4 · 0 0

Quien estableció la lista de los libros que forman parte de la Biblia? ¿Por que reconocemos el Evangelio de Juan y no el de Judas?

Veamos un poco de historia...

Por el año 605 Antes de Cristo, el Pueblo de Israel sufrió una dispersión o, como se le conoce Bíblicamente, una "diáspora". El rey Nabuconodosor conquistó a Jerusalén y llevó a los israelitas cautivos a Babilonia, comenzando la "Cautividad de Babilónica" (cf. 2 Reyes 24,12 y 2 Reyes 25,1).

Pero no todos los israelitas fueron llevado cautivos, un "resto" quedó en Israel: 2 Reyes 25,12; 2 Reyes 25,22; Jeremías 40,11; Ezequiel 33,27. También un número de Israelitas no fueron cautivos a Babilonia sino que fueron a Egipto: 2 Reyes 25,26; Jeremías 42,14; Jeremías 43,7.

El rey Ciro de Persia conquistó a Babilonia (2 Crónicas 36,20; 2 Crónicas 36,23) y dio la libertad a los israelitas de regresar a Israel, terminando así su esclavitud. Algunos regresaron a Palestina (Esdras 1,5; 7,28 y Nehemías 2,11) pero otros se fueron en vez a Egipto, estableciéndose, en su mayoría, en la ciudad de Alejandría (fundada por Alejandro Magno en el 322 a.C, contaba con la biblioteca mas importante del mundo en esa época). Así que los judíos estaban disgregados aun después del fin del cautiverio, unos en Palestina y otros en la diáspora, sobre todo en Alejandría. En el tiempo de Jesús habían mas judíos en Alejandría que en la misma Palestina (1 Macabeos 1,1)

La Traducción de los Setenta (Septuagésima)

En el siglo III antes de Cristo, la lengua principal de Alejandría, como en la mayor parte del mundo civilizado, era el griego. El hebreo cada vez se hablaba menos, aun entre los judíos (Jesús y sus contemporáneos en Palestina hablaban arameo). Por eso había una gran necesidad de una traducción griega de las Sagradas Escrituras.

La historia relata que Demetrio de Faleron, el bibliotecario de Plotomeo II (285-246 a.C.), quería unas copias de la Ley Judía para la Biblioteca de Alejandría. La traducción se realizó a inicios del siglo tercero a.C. y se llamó la Traducción de los Setenta (por el número de traductores que trabajaron en la obra). Comenzando con el Torá, tradujeron todas las Sagradas Escrituras, es decir todo lo que es hoy conocido por los católicos como el Antiguo Testamento. Introdujeron también una nueva organización e incluyeron Libros Sagrados que, por ser mas recientes, no estaban en los antiguos cánones pero eran generalmente reconocidos como sagrados por los judíos. Se trata de siete libros, llamados hoy deuterocanónicos.

El canon de los Setenta (Septuagésima) contiene los textos originales de algunos de los deuterocanónicos (Sabiduría y 2 Macabeos) y la base canónica de otros, ya sea en parte (Ester, Daniel y Sirac) o completamente (Tobit, Judit, Baruc y 1 Macabeos).

El canon de la Septuagésima (Alejandrino) es el que usaba Jesucristo y los Apóstoles

El canon de Alejandrino, con los siete libros deuterocanónicos, era el mas usado por los judíos en la era Apostólica. Este canon es el utilizado por Cristo y los escritores del Nuevo Testamento. 300 de las 350 referencias al Antiguo Testamento que se hacen en el Nuevo Testamento son tomadas de la versión alejandrina. Por eso no hay duda de que la Iglesia apostólica del primer siglo aceptó los libros deuterocanónicos como parte de su canon (libros reconocidos como Palabra de Dios). Por ejemplo, Orígenes, Padre de la Iglesia (+254), afirmó que los cristianos usaban estos libros aunque algunos líderes judíos no los aceptaban oficialmente.

Los judíos establecen un nuevo canon después Cristo

Al final del primer siglo de la era cristiana, una escuela judía hizo un nuevo canon hebreo en la ciudad de Jamnia, en Palestina. Ellos querían cerrar el período de revelación siglos antes de la venida de Jesús, buscando así distanciarse del cristianismo. Por eso cerraron el canon con los profetas Esdras (458 a.C.), Nehemías (445 a.C.), y Malaquías (433 a.C.). Por lo tanto dejaron fuera del canon los últimos siete libros reconocidos por el canon de Alejandrino.

Pero en realidad no hubo un "silencio bíblico" (una ausencia de Revelación) en los siglos precedentes al nacimiento de Jesús. Aquella era la última etapa de revelación antes de la venida del Mesías. Los judíos reconocían el canon alejandrino en tiempo de Jesús. Por eso la Iglesia siguió reconociéndolo.

Es así que surgieron dos principales cánones del Antiguo Testamento:

1: El canon alejandrino: Reconocido por los judíos en la traducción de los Setenta al griego. Este canon es el mas utilizado por los judíos de tiempo de Cristo y por los autores del Nuevo Testamento. (Este canon contiene los libros "deuterocanónicos" y es el reconocido por la Iglesia Católica).

2: El canon de Jamnia: Establecido por judíos que quisieron distanciar el período de revelación del tiempo de Jesús y por eso rechazaron los últimos 7 libros reconocidos por el canon alejandrino. (XV siglos después de Cristo, Lutero rechaza el canon establecido por la Iglesia y adopta este canon que pasa a ser el Protestante).

La Vulgata de San Jerónimo

La primera traducción de la Biblia al latín fue hecha por San Jerónimo y se llamó la "Vulgata" (año 383 AD). El latín era entonces el idioma común en el mundo Mediterráneo. San Jerónimo en un principio tradujo del texto hebreo del canon de Palestina. Por eso no tenía los libros deuterocanónicos. Esto produjo una polémica entre los cristianos. En defensa de su traducción, San Jerónimo escribió una carta: "Ad Pachmmachium de optimo genere interpretandi", la cual es el primer tratado acerca de la traductología. Por eso se le considera el padre de esta disciplina. Ahí explica, entre otras cosas el motivo por el cual considera mejor traducir directo del hebreo. La Iglesia aceptó su traducción pero con la inclusión de los libros deuterocanónicos. Por eso la Biblia Vulgata tiene los 46 libros.

La Iglesia establece el Canon de la Biblia

Es importante entender que la Iglesia fundada por Cristo precede al Nuevo Testamento. Es la Iglesia la autoridad que establece el canon de la Biblia y no al revés como creen algunos Protestantes. Cuando en el NT habla de las "Escrituras" se refiere al AT. El nombre de "Nuevo Testamento" no se usó hasta el siglo II.

Un creciente número de libros se presentaban como sagrados y causaban controversia. Entre ellos muchos eran de influencia gnóstica. Se presentaron diversas herejías. Por otra parte algunos, como los seguidores de Marción, rechazaban libros generalmente reconocidos por los Padres. La Iglesia, con la autoridad Apostólica que Cristo le dio, definió la lista (canon) de los Libros Sagrados de la Biblia.

Los concilios de la Iglesia Católica - el Concilio de Hipo, en el año 393 A.D. y el Concilio de Cartago, en el año 397 y 419 A.D., ambos en el norte de África - confirmaron el canon Alejandrino (con 46 libros para el Antiguo Testamento) y también fijaron el canon del Nuevo Testamento con 27 libros.

Para reconocer los libros del Nuevo Testamento usaban como criterio que fuese escrito por un Apóstol (o su discípulo); su uso, especialmente en la liturgia de las Iglesias Apostólicas y la conformidad con la fe de la Iglesia. Fue según estos criterios que algunos evangelios atribuidos a los Apóstoles (ej. Ev de Tomás, Ev. de Pedro) fueron rechazados por la Iglesia. Por otra parte fueron aceptados libros (ej. Evangelio de San Juan y Apocalipsis) que por largo tiempo habían sido controversiales por el atractivo que tienen con grupos sectarios y milenaristas.

La carta del Papa S. Inocencio I en el 405, oficialmente lista el canon ya fijo de 46 libros del A.T. y los 27 del N.T. El Concilio de Florencia (1442) confirmó una vez mas el canon, como lo hizo también el Concilio de Trento.

A la Biblia Protestante le faltan libros

En el 1534, Martín Lutero tradujo la Biblia al alemán. Pero no le gustaban los últimos siete libros del A.T. porque estos contradecían sus nuevas doctrinas. Lutero optó por el canon de Jamnia que los judíos habían establecido para distanciarse del cristianismo. Lo prefirió al canon que Jesús, los Apóstoles y la Iglesia desde el principio había reconocido (ver arriba). Agrupó los libros que quitó de la Biblia bajo el título de "apócrifos", señalando: "estos son libros que no se tienen por iguales a las Sagradas Escrituras y sin embargo son útiles y buenos para leer".

Por ejemplo, Lutero quitó de la Biblia los libros de Macabeos. Estos contienen una de las bases bíblicas para la doctrina del purgatorio: 2 Macabeos 12, 43-46. Este pasaje da por supuesto que existe una purificación después de la muerte.

(Judas Macabeo) efectuó entre sus soldados una colecta... a fin de que allí se ofreciera un sacrificio por el pecado... Pues... creían firmemente en una valiosa recompensa para los que mueren en gracia de Dios... Ofreció este sacrificio por los muertos; para que fuesen perdonados de su pecado.

Lutero dice que no pertenece a la Biblia. Sin embargo Hebreos 11,35 (Nuevo Testamento) hace referencia a 2 Macabeos:

"Unos fueron torturados, rehusando la liberación por conseguir una resurrección mejor"

Los únicos en el Antiguo Testamento a quienes se aplica este pasaje es a los mártires macabeos, que fueron torturados por conseguir la resurrección (2 Mac. 7:11, 14, 23, 29, 36).

Lamentablemente Lutero propagó sus errores junto con su rebelión. Es por eso que a la Biblia Protestante le faltan 7 libros del AT. Los consideran libros "apócrifos".

Tobías
Judit
Ester (protocanónico con partes deuterocanónicas)
Daniel (protocanónico con partes deuterocanónicas)
I Macabeos
II Macabeos
Sabiduría
Eclesiástico (también llamado "Sirac")
Baruc
Lutero no solo eliminó libros del Antiguo Testamento sino que hizo cambios en el Nuevo Testamento para adaptarlo a su doctrina.

Martín Lutero había declarado que la persona es justifica solo por la fe, entendiendo la fe como una declaración legal sin necesidad de obrar en el amor. Según el todas las doctrinas deben basarse solo en la Biblia, pero la Biblia según la acomoda e interpreta. Llegó incluso a añadir la palabra "solamente" después de la palabra "justificado" en su traducción alemana de Romanos 3, 28. Se refirió a la epístola de Santiago como epístola "de paja" porque en ella Santiago dice explícitamente: "Veis que por las obras se justifica el hombre y no sólo por la fe".

Lutero además se tomó la libertad de separar los libros del Nuevo Testamento de la siguiente manera:

Libros sobre la obra de Dios para la salvación: Juan, Romanos, Gálatas, Efesios, I Pedro y I Juan
Otros libros canónicos: Mateo, Marcos, Lucas, Hechos, el resto de las cartas de Pablo, II Pedro y II de Juan
Los libros no canónicos: Hebreos, Santiago, Judas, Apocalipsis y libros del Antiguo Testamento.
Gracias a Dios, los Protestantes y Evangélicos tienen los mismos libros que los católicos en el Nuevo Testamento porque no aceptaron los cambios de Lutero para esta parte del canon. Pero se encuentran en una posición contradictoria: Reconocen el canon establecido por la Iglesia Católica para el Nuevo Testamento (los 27 libros que ellos tienen) pero no reconocen esa misma autoridad para el canon del AT.

Es interesante notar que la Biblia Gutenberg, la primera Biblia impresa, es la Biblia latina (Vulgata), por lo tanto, contenía los 46 libros del canon alejandrino.

El reformador español, Casiodoro de Reina, respetó el canon católico de la Biblia en su traducción, la cual es considerada una joya de literatura. Pero luego Cipriano de Valera quitó los deuterocanónicos en su versión conocida como Reina-Valera.

Posición de la Iglesia Anglicana

Según los 39 Artículos de Religión (1563) de la Iglesia de Inglaterra, los libros deuterocanónicos pueden ser leídos para "ejemplo de vida e instrucción de costumbres", pero no deben ser usados para "establecer ninguna doctrina" (Artículo VI). Consecuentemente, la Biblia, versión "King James" (1611) contenía estos libros entre el N.T. y el A.T. Pero Juan Lightfoot (1643) criticó este orden alegando que los "malditos apócrifos" pudiesen ser así vistos como un puente entre el A.T. y el N.T. La Confesión de Westminster (1647) decidió que estos libros, "al no ser de inspiración divina, no son parte del canon de las Escrituras y, por lo tanto, no son de ninguna autoridad de la Iglesia de Dios ni deben ser en ninguna forma aprobados o utilizados mas que otros escritos humanos."

Los Concilios modernos confirman el Canon

La Iglesia Católica, fiel a la encomienda del Señor de enseñar la verdad y refutar los errores, definió solemnemente, en el Concilio de Trento, en el año 1563, el canon del Antiguo Testamento con 46 libros siguiendo la traducción griega que siempre habían utilizado los cristianos desde el tiempo apostólico. Enseñó que los libros deuterocanónicos deben ser tratados "con igual devoción y reverencia". Esto fue una confirmación de lo que la Iglesia siempre enseñó.

Esta enseñanza del Concilio de Trento fue una vez mas confirmada por el Concilio Vaticano I y por el Concilio Vaticano II (Constitución Dogmática Dei Verbum sobre la Sagrada Escritura). El Catecismo de la Iglesia Católica reafirma la lista completa de los Libros Sagrados, incluyendo los deuterocanónicos.

La Biblia es un regalo del Señor presentado como obra terminada a través de un largo proceso en el que el Espíritu Santo ha guiado a la Iglesia Católica a la plenitud de la verdad. Por la autoridad de la Iglesia se establece el canon definitivo.

Ante los que quieren introducir libros en el Canon, por ejemplo, el "Evangelio de Judas", los protestantes mas conocedores han tenido que recurrir a la autoridad de la Iglesia Católica para declarar que el canon de las Escrituras ha sido fijado en los Concilios del siglo IV y no se puede cambiar. Es la Iglesia -guiada por el Espíritu Santo- la que estableció el Canon.




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DE NUESTRO CORREO:


La Biblia no necesita ser confirmada o canonizada
En cuanto a la doctrina que debo seguir estoy completamente seguro que es la de CRISTO y no la doctrina de los hombres así lo dice 2 Juan 9,11. La Biblia fue escrita por 40 profetas en mas de 1000 años con toda la GUIA Y LLENURA DEL ESPIRITU SANTO como para que tenga que ser confirmada o canonizada por alguien.

RESPUESTA: Estamos de acuerdo en que debemos seguir la doctrina de Cristo y en que la Biblia es obra del Espíritu Santo. Pero usted mismo reconoce que la Biblia no cayó ya hecha del cielo sino que Dios utilizó numerosos escritores. Ellos son los autores humanos, instrumentos de Dios. Pero, ¿Con que autoridad decimos que un libro es de verdad escrito de un profeta de Dios? ¿Quien reconoce al profeta y quien reconoce que el libro es del profeta? En otras palabras, ¿quien estableció la lista de los libros reconocidos como Palabra de Dios? ¿Quién estableció que la Segunda Carta de Juan que tu citas es realmente parte de la Biblia?
Respuesta: La Iglesia Católica (Ver artículo arriba). El mismo Dios que utilizó hombres para escribir los libros, fundó una Iglesia, llamada Católica, y le comunicó su Espíritu Santo y su autoridad para determinar la lista- Canon - de libros que componen la Biblia, separándolos de muchos otros que pretenden serlo (como el ahora famoso evangelio de Judas). Por medio de la Iglesia el Espíritu Santo no solo escribió los libros del N.T. sino que también dio a la Iglesia sabiduría y autoridad para establecer el Canon. Gracias a la Iglesia Católica y por su autoridad divina todos los cristianos, aun los no católicos reconocen hoy que son 4 los Evangelios y no mas ni menos. Reconocen igualmente un total de 27 libros en el N.T.

Hoy día los enemigos de la Iglesia Católica la atacan por haber establecido el Canon Bíblico y dejado fuera libros como el "Evangelio de Judas", con todas sus falsedades. Si tu no aceptas la autoridad de la Iglesia Católica, ¿Como sabes que ese libro no es parte de la Biblia? -Padre Jordi Rivero

2007-02-24 13:38:29 · answer #3 · answered by Christhian Gabriel 2 · 0 0

qdo en veremos
solo en eso
como todo lo controvertido

2007-02-24 12:19:37 · answer #4 · answered by Anonymous · 0 0

Quedo todo en la nada, ya que es todo un relato que ni es biblico. Te muestro información sobre quién fue realmente Judas Iscariote y te darás cuenta que el tan llamado evangelio de Judas no tiene ninguna relación con el relato biblico.

. Judas Iscariote, hijo de Simón y apóstol infame que traicionó a Jesús. La Biblia suministra poca información directa sobre su familia y sus antecedentes. Tanto él como su padre se llamaban Iscariote. (Lu 6:16; Jn 6:71.) Por lo general se ha entendido que este término indicaba que eran de Queriyot-hezrón, un pueblo de Judea. De ser así, entonces Judas era el único de los doce apóstoles que procedía de Judea, ya que los demás eran galileos.

La primera vez que se menciona a Judas en los relatos evangélicos es en la lista de los apóstoles, algún tiempo después de la Pascua de 31 E.C. y alrededor de un año y medio después que Jesús empezó su ministerio. (Mr 3:19; Lu 6:16.) Es lógico pensar que Judas había sido discípulo por cierto tiempo antes de que Jesús le hiciese apóstol. Aunque muchos escritores presentan una imagen totalmente negativa de Judas, es obvio que durante un tiempo fue un discípulo favorecido por Dios y por Jesús, como lo prueba su elección para apóstol. Además, se le confió el cuidado del dinero que tenían en común Jesús y los doce, lo que habla favorablemente de su confiabilidad en aquel tiempo y de sus aptitudes y cultura, pues aunque Mateo tenía experiencia en la administración de dinero y en matemáticas, no recayó en él esta responsabilidad. (Jn 12:6; Mt 10:3.) Sin embargo, Judas se corrompió por completo y sin remisión alguna. Esta debe ser la razón por la que se le coloca el último en la lista de los apóstoles, y se le llama Judas “que más tarde lo traicionó” o “que se volvió traidor”. (Mt 10:4; Lu 6:16.)

Se corrompe. Cuando se acercaba la Pascua de 32 E.C., a Judas y al resto de los apóstoles se les envió a predicar. (Mt 10:1, 4, 5.) Poco después de que Judas regresó y cuando aún no había transcurrido un año desde que se le hizo apóstol, Cristo lo denunció públicamente, aunque no dijo su nombre. Algunos discípulos dejaron a Jesús, escandalizados por sus enseñanzas, pero Pedro dijo que los doce se adherirían a él. En respuesta, Jesús reconoció que él había escogido a los doce, pero dijo: “Uno de ustedes es calumniador [gr. di·á·bo·los, que significa “diablo” o “calumniador”]”. El relato explica que Judas ya era un calumniador y que “iba a traicionarlo, aunque era uno de los doce”. (Jn 6:66-71.)

Juan dice en relación con este incidente: “Jesús supo desde el principio [...] quién era el que lo traicionaría”. (Jn 6:64.) Gracias a las profecías de las Escrituras Hebreas, Cristo sabía que lo traicionaría un asociado íntimo. (Sl 41:9; 109:8; Jn 13:18, 19.) Debido a su presciencia, Dios había visto que tal persona se volvería traidora; pero no concuerda con las cualidades de Dios y con sus tratos en el pasado pensar que Judas tenía que fallar, como si estuviese predestinado. (Véase PRESCIENCIA, PREDETERMINACIÓN.) Antes bien, como ya se ha mencionado, al principio de su apostolado Judas era fiel a Dios y a Jesús. Por consiguiente, cuando Juan dijo que Jesús lo reconoció “desde el principio”, se refería al tiempo en el que Judas comenzó a comportarse mal y a ceder a la imperfección y a las inclinaciones pecaminosas. (Jn 2:24, 25; Rev 1:1; 2:23.) Judas debió saber que él era el “calumniador” al que Jesús había hecho alusión, pero continuó viajando con Jesús y con los apóstoles fieles sin hacer ningún cambio.

La Biblia no entra en detalles en cuanto a los motivos de su proceder corrupto, pero un incidente ocurrido el 9 de Nisán de 33 E.C., cinco días antes de la muerte de Jesús, aclara este aspecto. En Betania, en la casa de Simón el leproso, María, la hermana de Lázaro, ungió a Jesús con un aceite perfumado valorado en 300 denarios, aproximadamente el salario de un año para un trabajador. (Mt 20:2.) Judas protestó con vehemencia, aduciendo que el aceite podía haberse vendido y el dinero “dado a los pobres”. Por lo visto, otros apóstoles simplemente asintieron a lo que parecía ser una razón válida, pero Jesús los reprendió. La verdadera razón de Judas para presentar su objeción era que tenía a su cargo la caja del dinero y “era ladrón [...] y se llevaba el dinero” que se ponía en ella. De manera que para aquel entonces el codicioso Judas ya había hecho del robo una práctica. (Jn 12:2-7; Mt 26:6-12; Mr 14:3-8.)

El precio de la traición. Es muy posible que Judas se sintiera herido por la reprensión de Jesús en cuanto al uso del dinero. En ese momento “Satanás entró en Judas”, probablemente en el sentido de que este apóstol traidor cedió a la voluntad del Diablo y permitió que le utilizase para llevar a cabo sus designios y truncar así el cometido de Cristo. Unos días después, el 12 de Nisán, Judas fue a los principales sacerdotes y a los capitanes del templo para ver cuánto le pagarían por traicionar a Jesús, con lo que volvió a poner en evidencia su avaricia. (Mt 26:14-16; Mr 14:10, 11; Lu 22:3-6; Jn 13:2.) Los principales sacerdotes se habían reunido aquel día con los “ancianos del pueblo”, los hombres influyentes del Sanedrín. (Mt 26:3.) Es posible que se llamase a los capitanes del templo debido a su influencia y con el fin de dar una apariencia legal a la detención que se planeara contra Jesús.

¿Por qué ofrecieron los líderes religiosos judíos solamente 30 piezas de plata por la traición de Jesús?

El precio ofrecido fue 30 piezas de plata (66 dólares [E.U.A.], si eran siclos). (Mt 26:14, 15.) Parece ser que los líderes religiosos fijaron esta cantidad con el propósito de mostrar su desprecio por Jesús y que lo consideraban de poco valor. Según Éxodo 21:32, el precio de un esclavo era de 30 siclos. Esa fue la cantidad que le pagaron a Zacarías, “treinta piezas de plata”, por su labor como pastor del pueblo. Jehová despreció esta cantidad por lo escasa que era, y consideró el salario que se le dio a Zacarías como un exponente del aprecio que el pueblo infiel sentía por Dios mismo. (Zac 11:12, 13.) Por consiguiente, al ofrecer solo 30 piezas de plata por Jesús, los líderes religiosos dieron a entender que no valía mucho. Al mismo tiempo cumplieron Zacarías 11:12, donde se predijo que tratarían a Jehová como de poco valor al tratar así al representante que Él había enviado para pastorear a Israel. El corrupto Judas “consintió [en el precio], y se puso a buscar una buena oportunidad para traicionarlo [a Jesús] a ellos sin que estuviera presente una muchedumbre”. (Lu 22:6.)

La última noche con Jesús. A pesar de haberse vuelto contra Cristo, Judas continuó con él. El 14 de Nisán del año 33 E.C. se reunió con Jesús y los apóstoles para celebrar la Pascua. En el transcurso de la cena de la Pascua, Jesús ministró a sus apóstoles lavándoles humildemente los pies. Hipócritamente, Judas también permitió que Jesús se los lavase a él. Pero Jesús dijo: “No todos ustedes están limpios”. (Jn 13:2-5, 11.) También mencionó que uno de los apóstoles que en aquellos momentos estaba allí, en la mesa, lo traicionaría. Tal vez para evitar dar la impresión de que era el culpable, Judas preguntó si era él. Para identificarle, Jesús mojó un bocado y se lo dio a Judas, diciéndole: “Lo que haces, hazlo más pronto”. (Mt 26:21-25; Mr 14:18-21; Lu 22:21-23; Jn 13:21-30.)

Judas dejó el grupo inmediatamente. Al comparar Mateo 26:20-29 con Juan 13:21-30 se ve que partió antes de que Jesús instituyera la celebración de la Cena del Señor. Es evidente que Lucas no presenta este incidente en estricto orden cronológico, pues Judas sin duda ya había partido para cuando Cristo encomió al grupo por haber continuado con constancia a su lado, un encomio que Judas no merecía, como tampoco merecía el que se le hubiese introducido en el “pacto [...] para un reino”. (Lu 22:19-30.)

Más tarde, Judas halló a Jesús y a sus fieles apóstoles en el jardín de Getsemaní, un lugar que el traidor conocía bien, pues se habían reunido allí en otras ocasiones. Llevaba consigo una gran multitud, entre la que se hallaban soldados romanos y un comandante militar. La chusma portaba garrotes y espadas, así como antorchas y lámparas, que necesitarían en caso de que las nubes cubriesen la luna llena o Jesús se hallara en un lugar oscuro. Los romanos no reconocerían a Jesús, por lo que, según una señal acordada de antemano, Judas saludó a Cristo y, en un acto de hipocresía, “lo besó muy tiernamente”, lo que sirvió para identificarlo. (Mt 26:47-49; Jn 18:2-12.) Algún tiempo después, Judas se sintió abrumado por su culpabilidad. Por la mañana, intentó devolver las 30 piezas de plata, pero los principales sacerdotes rehusaron aceptarlas. Finalmente, arrojó el dinero en el templo. (Mt 27:1-5.)

Su muerte. Según Mateo 27:5, Judas se ahorcó. Sin embargo, Hechos 1:18 dice: “Cayendo de cabeza, reventó ruidosamente por en medio, y todos sus intestinos quedaron derramados”. Mateo dice cómo intentó suicidarse, mientras que en Hechos se registra el resultado. Combinando ambos relatos, parece que Judas intentó ahorcarse sobre algún peñasco, pero la cuerda o la rama se rompió, de modo que cayó y se reventó en las rocas que había debajo. La topografía de los alrededores de Jerusalén permite esta explicación.

En lo que respecta a su muerte, también surge la pregunta en cuanto a quién compró con las 30 piezas de plata el campo donde lo sepultaron. Según Mateo 27:6, 7, los principales sacerdotes decidieron que no podían colocar el dinero en la tesorería sagrada, así que ellos lo usaron para comprar el campo. El relato de Hechos 1:18, 19, dice sobre Judas: “Este mismo hombre, por tanto, compró un campo con el salario de la injusticia”. La respuesta parece ser que los sacerdotes compraron el campo, pero, como Judas aportó el dinero, se le podía atribuir el hecho a él. El doctor A. Edersheim señaló: “No era lícito introducir en la tesorería del templo, para la adquisición de cosas sagradas, dinero obtenido de manera ilegal. En estos casos, la ley judía disponía que se devolviese el dinero al donante, y si este insistía en darlo, había que inducirle a que lo dedicara a algo de beneficio público [...]. Por una ficción legal se entendía que el dinero era de Judas, y que él lo había destinado a la compra del conocido ‘campo del alfarero’”. (The Life and Times of Jesus the Messiah, 1906, vol. 2, pág. 575.) Esta compra sirvió para que se cumpliese la profecía de Zacarías 11:13.

Judas actuó deliberadamente, con maldad, codicia, orgullo, hipocresía e intriga. Después sintió remordimiento bajo el peso de la culpa, como le podría suceder a un asesino ante el resultado de su crimen. Sin embargo, por propia iniciativa, negoció con aquellos de quienes Jesús dijo que hacían prosélitos que estaban sujetos al Gehena dos veces más que ellos mismos y que también estaban expuestos al “juicio del Gehena”. (Mt 23:15, 33.) En la última noche de su vida terrestre, Jesús dijo con relación a Judas: “Le hubiera sido mejor a aquel hombre no haber nacido”. Más tarde, le llamó “el hijo de destrucción”. (Mr 14:21; Jn 17:12; Heb 10:26-29.)

Su sustitución. Entre la ascensión de Jesús y el día del Pentecostés de 33 E.C. Pedro, aplicando la profecía del Salmo 109:8, explicó a un grupo de unos 120 discípulos que se habían reunido, que parecía apropiado seleccionar un sustituto para Judas. Se propusieron dos candidatos y se echaron suertes; resultó escogido Matías, ‘para que tomara el lugar de este ministerio y apostolado, del cual Judas se había desviado para ir a su propio lugar’. (Hch 1:15, 16, 20-26.)

2007-02-24 11:43:27 · answer #5 · answered by Anonymous · 0 0

El evangelio de Judas quedó en la biblioteca de quienes lo adquirieron, porque para ninguna secta tuvo un valor definitivo.
No fue aceptado como evangelio.

2007-02-24 11:09:24 · answer #6 · answered by Anonymous · 0 0

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