pues el cielo es donde esta Dios, jesus, Maria, todos los santos y personas que murieon esperando el regreso de nuestro salvador, el infierno, segun la biblia, es donde esta el diablo con el fuego eterno, pero mas bien el cielo esta en aquelas personas que hacen el bien y luchan por lograr la unidad del hmbre sin distincion de razas, cultos, idiomas etc, y el infierno esta en aquellas personas que hacen todo lo contrario, entonces si quieres realmente ayuda, ve con un sacerdote para que te de guia espiritual, pero hasta tu mismo podias haber deducido lo que te dije. chaito y suerte.
2007-02-24 09:25:47
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answer #1
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answered by Anonymous
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El mago y las ovejas.........
Cierto cuento oriental habla de un mago muy rico que tenía numerosos rebaños de ovejas. Este mago era muy avaro. No quería contratar pastores, y no quería cercar los prados donde pacían sus ovejas. Las ovejas se extraviaban en el bosque, se caían en barrancos, se perdían, y sobre todo se fugaban cuando se aproximaba el mago, porque sabían que él quería su carne y su piel. Y a las ovejas esto no les agradaba.
Por fin, el mago encontró el remedio. Hipnotizó a las ovejas y les sugirió primeramente que eran inmortales, y que no les haría ningún daño el ser despellejadas, que al contrario ese tratamiento era excelente para ellas, y aun agradable; luego el mago les sugirió que él era un buen pastor que amaba mucho su rebaño, que estaba dispuesto a hacer toda clase de sacrificios por él; en fin, les sugirió que si llegase a suceder la menor cosa, eso no ocurriría en ningún caso ahora, ese mismo día, y que por consiguiente no tenían que preocuparse.
Después el mago les metió en la cabeza que de ninguna manera eran ovejas; sugirió a algunas que eran leones, a otras que eran águilas, y a otras que eran hombres o que eran magos. Asi se aseguraba de que cada uno tratara de ser otra cosa de lo que ya era y que se sintiera frfacasado por no ser lo que supuestamente debería ser.
"Hecho esto sus ovejas no le causaron más molestias ni preocupación. No se escapaban más, esperando por el contrario con serenidad el instante en que el mago las esquilara o las degollara. Cuando eso sucedía se sentían felices, porque entonces sus tormentos terminarían.
Este cuento ilustra perfectamente la situación del hombre...........................
2007-02-24 16:58:54
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answer #4
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answered by Anonymous
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Cielo, en religión, lugar donde habita Dios, los dioses u otros seres espirituales, y el lugar o condición de la perfecta felicidad sobrenatural de los redimidos en la vida después de la muerte.
En las sociedades más simples, el concepto de vida después de la muerte suponía una continuación oscura de la vida terrenal. Incluso dentro de esta idea se manifestaba el principio de la necesidad de una justificación de la justicia divina. Este principio queda ilustrado en la distinción entre Elíseo (lugar de recompensa para los muertos virtuosos) y Tártaro (sitio de condena donde eran castigados los malvados) que se hizo en las religiones griega y romana y en las distintas profundidades del sheol (residencia de la muerte) en los Libros Sagrados judíos. Los místicos judíos posteriores consideraron que los cielos estaban contenidos en las siete esferas del firmamento y encontraron en la doctrina persa de la resurrección una esperanza para liberarse del sheol y alcanzar una nueva vida en la Tierra o en los cielos.
Aristóteles declaró que todas las religiones (politeístas) situaron la residencia de los dioses en el lugar más elevado del Universo. En los tiempos clásicos, esas regiones estaban vedadas a los mortales normales; la Isla de los Justos, a veces identificada con el Elíseo, sólo era alcanzada por algunos héroes, semidioses y favoritos de los dioses. El cielo de las religiones politeístas posteriores era concebido como un lugar donde los mortales podían continuar los placeres de la vida terrenal, como en el Valhala de los germanos y escandinavos y el territorio feliz de la caza de los nativos de Norteamérica.
La creencia general de los cristianos es que, desde la resurrección de Cristo, las almas de los justos que están libre de pecado son admitidas en el cielo inmediatamente después de la muerte, donde su principal alegría consiste en una visión serena y beatífica de Dios. Su felicidad es eterna, pero en la resurrección general sus almas tienen que reunirse con sus cuerpos glorificados. Algunos cristianos creen que, antes de entrar en el cielo, las almas tienen que pasar por un estado de purificación llamado purgatorio.
El islam, en el Corán, adopta la idea de los siete cielos del firmamento, difiriendo en grados de gloria desde el séptimo, donde mora el Más Alto, bajando hasta el primero, el más terrenal. Aunque el Corán describe la felicidad del cielo como la participación inagotable y sin restricción del placer de los sentidos físicos, muchos escritores consideran que esta descripción es pura alegoría.
El nirvana, el cielo del budismo, es un estado de pérdida de todo deseo y la unión con el cosmos alcanzados mediante el perfeccionamiento del alma a través de todas sus transmigraciones sucesivas. La rama Mahayana del budismo desarrolló también la doctrina de la Tierra Pura, un paraíso intermedio en el oeste remoto en el que las almas afortunadas se reencarnarán antes de alcanzar el nirvana.
Infierno, en religión, lugar o estado de castigo y privación para las almas humanas después de la muerte. En un sentido más estricto, el término se aplica al lugar o estado de eterno castigo de los condenados, ya se trate de ángeles o de seres humanos. La doctrina de la existencia del infierno deriva del principio de la necesidad de justificación de la justicia divina, combinada con la experiencia humana de que los malvados no siempre parecen ser castigados de forma apropiada en sus vidas. La creencia en un infierno estaba muy extendida en la antigüedad y aparece asimismo en la mayoría de las religiones del mundo actual.
Entre los primitivos teutones, el término infierno significaba un lugar bajo la tierra al que las almas de todos los mortales, buenos o malos, se enviaban después de la muerte; esto indicaba una concepción similar a la del sheol hebreo. Entre los primeros judíos, como en otras naciones semíticas, la existencia del sheol se consideraba como una continuación sombría de la vida terrenal donde todos los problemas de la vida tendrían un final. Más tarde, la declaración del profeta Isaías de que el rey de Babilonia sería "precipitado al sheol, a la más profunda fosa" (14,15), dio origen al concepto de diferentes profundidades de sheol, con niveles correspondientes de premio o castigo.
Los escritores cristianos primitivos utilizaron el término infierno para designar: 1) el limbo de los niños, donde los no bautizados disfrutan de una felicidad natural, aunque se les niega la felicidad sobrenatural de la visión de Dios; 2) el limbo de los padres, donde las almas de los justos que murieron antes de la llegada de Cristo esperan su redención y que aparece mencionado en el credo de los apóstoles, "(Jesucristo) descendió a los infiernos"; 3) el purgatorio, lugar de purgación de infracciones menores que de forma inevitable conduce al cielo y 4) lugar de castigo de Satán y los demás ángeles caídos, y de todos los mortales muertos sin arrepentirse de pecados graves. La última de estas interpretaciones es la que tiene mayor aceptación en la actualidad.
La duración de los castigos del infierno ha sido objeto de polémica desde los primeros tiempos del cristianismo. Orígenes, el escritor y teólogo cristiano del siglo III y su escuela, enseñaban que la finalidad de estos castigos era purgatorial, y que era proporcional a la culpa del individuo. Orígenes sostenía que, con el tiempo, el efecto purificador llegaría a todos, incluso a los demonios; que el castigo cesaría, y que todo el mundo del infierno sería a la postre devuelto a la felicidad. Esta doctrina fue condenada por el segundo concilio de Constantinopla en el año 553, y la creencia en la eternidad de los castigos del infierno fue característica, tanto de la Iglesia ortodoxa como de la católica romana. Pasó también a los credos de las Iglesias de la Reforma, aunque la doctrina del infierno fue rechazada por la mayoría de los pensadores radicales del Renacimiento.
En la época moderna la creencia en el castigo físico después de la muerte y la duración infinita de este castigo ha sido rechazada por numerosos autores. La cuestión sobre la naturaleza del castigo del infierno es asimismo polémica. Las opiniones son tan diversas que comprenden desde las que identifican el infierno con los remordimientos y la culpa, hasta aquellas, más acordes con la creencia tradicional según la cual el "sufrimiento de pérdida" (la conciencia de haber perdido la visión de Dios y la felicidad del cielo) se compagina con el "sufrimiento de sentido" (el tormento físico real).
El islam extrajo su concepto de infierno de fuentes judeocristianas y zoroástricas. El infierno queda visualizado como una fosa de fuego atravesada por un estrecho puente que conduce a la gloria. Todas la almas muertas deben cruzar el puente, y si no son redimidos por la misericordia de Alá, los condenados caerán para sufrir en la fosa.
El hinduismo imaginaba 21 infiernos que formaban parte de un ciclo sin fin de transmigración de almas. Las consecuencias de las acciones mortales conducirán a los pecadores a reencarnarse en el infierno, donde les atormentarán los demonios hasta que hayan purgado sus pecados y queden libres para reencarnarse en un orden superior.
El budismo aceptó y modificó los conceptos hindúes de reencarnación e infierno. Según la cosmología ortodoxa budista, los seis destinos de la existencia mortal incluyen tres esferas en las que los agobiados por karmas perjudiciales se puedan reencarnar: El 'destino' del infierno, el 'destino' de los espíritus ávidos y el 'destino' de los demonios en guerra. Como en el hinduismo, las torturas sufridas en estos destinos sirven para purgar el karma maligno del alma y liberarla para su reencarnación en un plano superior. Esta doctrina fue elaborada en la tradición budista de Asia oriental, donde los muertos son juzgados por el monarca (o por los reyes) del infierno y condenados a los castigos apropiados. En China esta creencia budista se fusionó con conceptos religiosos nativos sobre la residencia de las deidades chinas y los inmortales taoístas, dando a los muertos una variedad todavía mayor de destinos potenciales.
2007-02-24 17:00:47
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answer #5
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answered by HAPPY NEANDERTAL 6
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