La historia es la ciencia que tiene como objeto el pasado de la humanidad y como método el propio de las ciencias sociales. También se llama historia al pasado mismo e, incluso, puede hablarse de una historia natural en que la humanidad no estaba presente (término clásico ya en desuso, que se utilizaba para referirse a la geologÃa y la paleontologÃa, pero también a muchas otras ciencias naturales, teniendo fronteras imprecisas con la arqueologÃa).
Ese uso del concepto historia lo hace equivalente a cambio en el tiempo y, por tanto, se contrapone al concepto filosofÃa, equivalente a esencia o permanencia, que permite hablar de una filosofÃa natural (utilizado en textos clásicos y en la actualidad, sobre todo en medios académicos anglosajones, como equivalente a la fÃsica). Para cualquier campo del conocimiento, se puede tener una perspectiva histórica -el cambio- o bien filosófica -su esencia-. De hecho, puede hacerse eso para la misma historia (Tiempo histórico)
El tiempo histórico es un concepto que en historiografÃa se utiliza de distintas formas, entre otras causas, por las diferentes concepciones de quién es el protagonista de la Historia (sujeto histórico).
El sujeto histórico es un concepto que define a un ente social que es capaz de transformar su realidad y con ello generar historia.
Para la interpretación providencialista únicamente Dios es el protagonista de la Historia y su verdadero sujeto, porque todo lo que ocurre entra dentro de su plan para la salvación del hombre, que más que ser sujeto es instrumento en las manos de Dios. Cualquier interpretación que ponga fuera del hombre el protagonismo puede compararse al providencialismo, sólo con ver la Nación o la Raza como el sujeto histórico que por sà mismo está fuera de la historia (es inmutable), pero que utiliza como instrumento a los seres humanos reales en una especie de misión trascendental (unidad de destino en lo universal).
Si el hombre individual es el sujeto histórico, entonces el peligro es considerar que sólo los grandes hombres y los héroes son los que hacen la historia, siendo esta el registro de los hechos memorables de aquéllos. Esta es la manera más habitual de escribir la historia desde la Antigüedad.
Para la interpretación institucionalista, son las instituciones (creación humana pero superadoras del hombre individual al que sobreviven) las verdaderas protagonistas de la Historia, y asà serÃa el Imperio Romano, la MonarquÃa feudal, la MonarquÃa absoluta o el Estado liberal los protagonistas de cada fase de la historia.
La interpretación materialista encuentra el sujeto histórico en las clases sociales, definidas por sus intereses económicos, relacionadas por los modos de producción y las relaciones de poder (ideologÃa y superestructura), constituyendo el conjunto de todo ello la formación social histórica de cada momento y lugar.
Las más recientes renovaciones de la historiografÃa, como por ejemplo la microhistoria tienden a buscar sujetos aparentemente intrascendentes que permiten reconstruir el pasado desde un nuevo punto de vista. Igualmente puede decirse de la búsqueda de fuentes orales (historia oral), las voces de las minorÃas o el retorno a una historia narrativa.
Para la interpretación providencialista, el tiempo histórico es un paréntesis en la eternidad, origen y destino del hombre.
Si el hombre es el verdadero protagonista de la historia, la escala temporal de la vida humana pasa a ser la decisiva, pero puede ser superada por la duración de las instituciones, que la superan.
Desde una concepción influida por el estructuralismo y el materialismo histórico, la escuela de los Annales y en especial Fernand Braudel construyeron una compleja articulación del concepto de tiempo histórico en su metodologÃa de investigación y planteamiento de las conclusiones. Se considera un ejemplo clásico La Méditerranée et le Monde Méditerranéen a l'époque de Philippe II (El Mediterráneo y el Mundo Mediterráneo en la época de Felipe II). HabrÃa tres niveles de tiempo histórico:
la larga duración (o nivel de las estructuras cuya estabilidad es muy grande),
la coyuntura (estadio intermedio, en que el cambio es perceptible), y
el acontecimiento (considerado como la espuma de la historia, lo más visible pero lo menos significativo, y que habrÃa sido el enfoque temporal más habitual).
EtimologÃa
La palabra "historia" deriva del griego á¼±ÏÏοÏία ("investigación o información"), del verbo á¼±ÏÏοÏεá¿Î½ ("investigar"), y de allà pasó al latÃn historia, que se conservó en castellano.
HistoriografÃa
La reflexión sobre la historia misma, o sea la historiografÃa, remite a una meta-historia, teorÃa de la historia o historiologÃa. Ambos términos tienen también otras acepciones, siendo el primero más usado. El segundo fue acuñado por José Ortega y Gasset. PodrÃa decirse que la historiografÃa es la ciencia de la historia, y la historiologÃa su epistemologÃa.
FilosofÃa de la Historia
Busto de Heródoto, el llamado Padre de la HistoriaLa FilosofÃa de la Historia es la rama de la filosofÃa que concierne al significado de la historia humana, si es que lo tiene. Especula un posible fin teleológico de su desarrollo, o sea, se pregunta si hay un diseño, propósito, principio director o finalidad en el proceso de la historia humana. No debe confundirse con los tres conceptos anteriores, de los que se separa claramente. Si su objeto es la verdad o el deber ser, si la historia es cÃclica o lineal, o existe la idea de progreso en ella, son materias que debate la FilosofÃa de la Historia
Tampoco deben confundirse los supuestos fines teleológicos del hombre en la historia con los fines de la historia es decir, la justificación de la propia historia como memoria de la humanidad. Si la historia es una ciencia social y humana, no puede abstraerse del porqué se encarga de estudiar los procesos sociales: explicar los hechos y eventos del pasado, sea por el conocimiento mismo, sea por que nos ayudan a comprender el presente (Miguel de Cervantes bautizó a la Historia como maestra de la vida). No debe olvidarse que la historia, al estudiar los hechos y procesos del pasado humano, es un útil para la comprensión del presente y plantear posibilidades para el futuro. Salustio, llegó a decir que entre las distintas ocupaciones que se ejercitan con el ingnio, el recuerdo de los hechos del pasado ocupa un lugr destacado por su gran utilidad.
La radical importancia de ello se basa en que la Historia es la única ciencia -quizá también la Medicina- en que el sujeto investigador coincide con el objeto a estudiar. De ahà la gran responsabilidad del historiador: la historia tiene una proyección al futuro por su potencia transformadora como Herramienta de cambio social (y le es aplicable lo que Carlos Marx dijo de los filósofos: hasta entonces habÃan explicado el mundo de distintas maneras, y habÃa llegado el momento de transformarlo).
Existen dos concepciones de lo que constituye el campo de estudio de la historia:
Enfoque clásico: la historia es el perÃodo que comienza con la aparición de la escritura y se prolonga hasta la actualidad; desde este punto de vista, gran número de pueblos de la Tierra no tienen historia hasta que se produce su contacto con sociedades con escritura. Ejemplo: Historia de los pueblos primitivos de Norteamérica (a partir del contacto con europeos).
Enfoque multiculturalista: historia es el perÃodo dentro del cual es posible obtener o reconstruir un relato fiable de los acontecimientos que afectan a un grupo humano. Ejemplo: Historia de los pueblos amerindios de Norteamérica (a partir de los datos de la arqueologÃa, tradición oral e historiografÃa referencial). En buena parte, esta diferencia es artificial: El mismo Heródoto no puede sino usar ese tipo de fuentes documentales cuando redacta la que se considera la primera Historia.
Los acontecimientos ocurridos antes del periodo histórico se denominan prehistoria. Los acontecimientos situados en un perÃodo de transición entre la prehistoria y la historia son denominados protohistoria.
Sin embargo, otra nomenclatura designa a la ya explicada prehistoria como protohistoria, siguiendo la lógica de que esa "prehistoria" también forma parte de la historia. Además de que el prefijo "proto" significa primero. Luego, protohistoria: "la primera historia".
División del tiempo histórico
No hay un acuerdo universal sobre la periodización en Historia, aunque sà un consenso académico sobre los periodos de la Historia de la Civilización Occidental, basado en los términos acuñados por Cristóbal Celarius (Edades Antigua, Media y Moderna), que pone al mundo clásico y su renacimiento como los hechos determinantes para la división. La acusación de eurocentrismo que se hace a tal periodización no debe impedir conocerla, por ser la más utilizada.
En el siglo XVI los historiadores de la literatura y los filólogos, estudiando el latÃn señalaron tres fases en su gradual evolución: la "alta edad" o "superior" que llegaba hasta Constantino, etapa del latÃn clásico; la "edad media" de la lengua, que alcanzaba desde Constantino a Carlomagno (siglos IV al IX), y la "edad Ãnfima" iniciada en el 842 con el primer texto en romance, Los Juramentos de Estrasburgo, Por eso precisamente Ch. D. Du Cange tituló su famoso diccionario Glossarium ad scriptores mediae et infimae latinitatis (Paris, 1678). La primera ocasión en que se designa el término "Edad media" con sentido histórico parece haber sido en 1639, por el liejense Rasuin en su Laodium. La expresión pasarÃa desde ese mismo siglo XVII a designar el perÃodo de transición entre la antigüedad clásica y el renacer de su cultura experimentada en la Edad Nueva que habita tomado cuerpo a lo largo del siglo XV. Y, en consecuencia, su uso tendÃa a menospreciar los valores de dicha edad intermedia como un puente o una noche de “mil años”. Los pedagogos fueron los responsables de que este nuevo concepto de la Edad Media adquiriera carta de naturaleza en los manuales o sÃntesis de historia. Un profesor de fines del siglo XVII, Cristóbal Séller (1634-1707) o Celarius –como gustaba llamarse latinizando su nombre a la manera humanista- introdujo la modalidad en uno de los manuales escolares de Historia Antigua editado en 1685, y la claridad que implicaba para la explicación histórica le indujo a repetirla en otro, titulado Historia Medii Aevi a temporibus Constanini Magni ad Constaninopolim a Turcis captam deducta (Jena, 1688). Otro profesor, Loescher, la repitió en un manual alemán: Geschicchte der Mittleren Zeiten (1725), y no tardó en generalizarse el nuevo concepto, porque resultaba cómoda esa división de la Historia.
El problema de cualquier periodización surge en hacerla válida para un ámbito espacial amplio, lo que resulta difÃcil cuando los fenómenos que originan el comienzo de un periodo en un lugar (habitualmente el Próximo Oriente) tardan en difundirse o surgir en otros lugares más o menos próximos y conectados (Europa Occidental) o lejanos y desconectados (América, OceanÃa). Por ello surgen términos intermedios y de transición o superpuestos.
Prehistoria. Desde la aparición del hombre (fecha incierta) hasta la de la escritura
PaleolÃtico (Etimológicamente Antigua Edad de Piedra por la piedra tallada)
PaleolÃtico inferior. Primeros modos de tallado de instrumentos.
PaleolÃtico medio. Ligado a cambios en la cultura material y al Hombre de Neanderthal, hace más de 100.000 años
PaleolÃtico superior. Ligado a la cultura material que se suele asociar a la especie humana actual. Hace más de 40.000 años (En Ãfrica antes, en Europa después).
MesolÃtico. Periodo de transición, ligado a los cambios que produjo el fin de la última glaciación hace más de 10.000 años. (Dada la precoz evolución de Oriente Próximo, se usan los términos epipaleolÃtico y protoneolÃtico para los lugares que no tuvieron esos cambios simultáneamente)
NeolÃtico (Etimológicamente Nueva Edad de Piedra por la piedra pulimentada) Ligado a la aparición de la agricultura, aldeas, cerámica. VIII milenio a.c. en Oriente Próximo (En España V milenio a.c.)
Edad de los Metales. Solapada con la Historia en Oriente Próximo, es todavÃa prehistórica en Europa.
Edad del Bronce IV mileno a.c. (solapada con el calcolÃtico o Edad del Cobre en lugares sin metalurgia).
Edad del Hierro II milenio a.c..
Historia. Ligada a la aparición ciudades, templos... pero sobre todo a la Escritura: primeros registros de impuestos, nombres de reyes, dioses, batallas... IV milenio a.c. en Sumeria
Protohistoria. PerÃodo de solapamiento: mientras surgen las civilizaciones prÃstinas de Mesopotamia, China e India en Asia, Egipto en Ãfrica y las culturas Olmeca y ChavÃn en América. Otros lugares no producen escritos pero su historia puede reconstruirse a partir de fuentes escritas de los pueblos que sà lo hacen, y de la cultura material.
Edad Antigua
Antigüedad clásica Civilizaciones griega y romana. Cuentan sus eras desde la primera olimpiada o la fundación de Roma. Siglo VIII a.c.. No hay que confundir con el periodo clásico del arte griego (siglos V y IV a.c.).
Antigüedad tardÃa Periodo de transición, desde la crisis del siglo III hasta Carlomagno o la llegada del Islam a Europa (siglo VIII).
Edad Media Desde la caÃda del Imperio Romano de Occidente (siglo V) hasta la caÃda del Imperio Romano de Oriente (siglo XV)
Alta Edad Media siglos V al X.
Baja Edad Media Para algunos, los siglos XI al XV. Para otros se restringe a los siglos XIV y XV, como Crisis de la Edad Media o Crisis del siglo XIV, habiendo una Plenitud de la Edad Media en los siglos XI al XIII
Edad Moderna. Siglos XV al XVIII. (Para los ingleses Early Modern Times). Se toma como comienzo la Imprenta, la toma de Constantinopla por los turcos o el Descubrimiento de América; como final, la Revolución Francesa, la Independencia de los Estados Unidos de América o la Revolución Industrial.
Edad Contemporánea. Hasta el presente. (Para los ingleses Later Modern Times)
Referencias
â Página 12 del libro Ciencias Sociales Historia 7 de Marcelo Muisa y otros, editorial Santillana.
â Salustio, Guerra de Yugurta, IV, 1.
â RIU, Manuel (1978): Prólogo a la edición española en La historia del mundo en la Edad Media (The Shorter Cambridge Medieval History, The Later Roman Empire To The Twelfth Century). Madrid, Sopena, tomo I pg. XXIV.
BibliografÃa
ORTEGA Y GASSET, José (2005), La "FilosofÃa de la Historia" de Hegel y la HistoriologÃa (1928) en Obras Completas, Vol IV, Madrid: Taurus. ISBN 8430605924.
2007-02-23 11:50:39
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answer #3
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