â¦â¦â¦â¦â¦â¦â¦â¦â¦â¦ DATOS DE LA PELÃCULA â¦â¦â¦â¦â¦â¦â¦â¦â¦â¦
A fines de los 90, el autor estadounidense Arthur Golden saltó a la fama gracias a una biografÃa novelada sobre una geisha. Mineko Iwasaki, la persona que le sirvió de modelo al escritor, acaba de publicar sus memorias.
CorrÃa el año 1992, cuando Mineko Iwasaki recibió una inesperada llamada en su domicilio en la ciudad de Kioto, Japón. Se trataba de un joven autor estadounidense, de nombre Arthur Golden, quien le manifestó que estaba muy interesado en poder entrevistarla personalmente.
El escritor tenÃa una idea en mente: hacer una novela que tuviera como telón de fondo los misterios del centenario arte de las geishas. Y para ello, Iwasaki resultaba fundamental. Aunque por esa época Iwasaki ya no ejercÃa el oficio en el que se habÃa iniciado de niña, conocÃa mejor que nadie los secretos que esconden estas enigmáticas mujeres, que suelen tener la fama de no ser más que prostitutas altamente refinadas.
Ante la insistencia de un alto ejecutivo -quien a su vez habrÃa recibido presiones de la familia Golden, controladora del diario New York Times-, Iwasaki aceptó entrevistarse con el joven autor. Golden pasó dos semanas en la casa de Iwasaki, donde vivÃa en compañÃa de su marido e hija. Durante ese tiempo, lo inició en los secretos, formación, rituales y experiencias a las cuales se ven sometidas las geishas en Japón.
El resultado fue que Golden publicó, cinco años más tarde, una biografÃa novelada, que tituló ``Memorias de una geisha´´ y que pronto lo lanzó a la fama. Traducida a 32 idiomas, vendió más de cuatro millones de copias sólo en Estados Unidos, la novela, sin embargo no fue del gusto de Iwasaki. El motivo: Golden no habrÃa respetado un supuesto acuerdo de confidencialidad sobre la identidad de quien se constituyó en la principal fuente del éxito de ventas.
El resultado: Iwasaki demandó el año pasado a Golden y a la editorial, Alfred A. Knopf, y acaba de lanzar en Estados Unidos y en Europa, su propia versión de lo que es el arte de las geishas y de lo que fue su vida dedicada a ese oficio. Vida de una geisha (Ediciones B, octubre 2002) se llama el texto en la versión española, y sobre la motivación que lo llevó a escribirlo ella ha explicado: ``Ninguna geisha, en los trescientos años de historia de nuestra profesión, ha explicado su experiencia en público, ya que existen reglas tácitas que nos prohÃben hacerlo´´.
Para la japonesa, que ahora vive en Estados Unidos y tiene 53 años, resultaba fundamental aclarar los malentendidos sobre su ex profesión. ``Las geishas son profesionales que se ganan la vida con sus aptitudes artÃsticas, pero mucha gente tiene una imagen errónea de una profesión rodeada de misterio y de sombras´´, manifestó Iwasaki en la presentación que se hizo en Manhattan y en la cual fue acompañada por Rande Brown, la persona que la ayudó en la redacción del texto.
Sobre su frustrada experiencia con Golden ha expresado en la giras promocionales de Vida de una geisha que ``si hubiera sabido que iba a desvelar mi identidad nunca le hubiera permitido entrar en mi casa´´. Junto al tema de su nombre, la prensa ha especulado que uno de las partes que más le habrÃa molestado a Iwasaki del libro del estadounidense es donde describe su ``mizuage´´.
Esto es, el ritual en el cual los clientes más ricos hacen una verdadera subasta para terminar con la virginidad de las aprendices a geisha. Más allá de si tuvo o no que pasar por ese ``rito de iniciación´´, lo cierto es que Iwasaki comenzó su oficio, como la mayorÃa de las geishas, a muy temprana edad. ``Comencé muy temprano mi carrera. Ciertos eventos que ocurrieron, cuando sólo tenÃa tres años, me llevaron a ello.
Me trasladé a una ‘okiya’ -casa de geishas- cuando tenÃa cinco años y mi entrenamiento artÃstico comenzó a los seis. Adoraba la danza. Se convirtió en mi pasión y en el objeto de mi devoción. Estaba determinados para ser la mejor y lo fui´´, se lee en el libro. La ``okiya´´ a la que asistió Mineko estaba ubicada en la ciudad de Kyoto y en ella aprendió los secretos del arte que ha hecho famosas a estas mujeres en todo el mundo. Sobre su oficio y los lugares en donde éste es aprendido, recuerda: ``En Japón, existen barrios especiales, conocidos como ‘karyuka’, los cuales están dedicados al goce de los placeres estéticos. Esas son las comunidades donde viven y trabajan las artistas mujeres, entrenadas profesionalmente, que son conocidas como geishas´´. Desde los 15.
Fue en uno de esos distritos, donde a los 15 recibió el tÃtulo de ``maiko´´, aprendiz de geisha. Al cumplir los 21, Mineko fue capaz de sortear con éxito el duro entrenamiento al cual era sometida junto a sus compañeras y ascender un escalón más, siendo nombrada ``geiko´´, nombre que reciben las geishas en Kyoto.
Esto le permitió poder participar en ceremonias como el ``erikae´´ -intercambio de collares- o el delicado y mundialmente famoso rito del té. Sobre su formación, Iwasaki recuerda: ``durante nuestra educación recibimos lecciones de danza, aprendemos a tocar instrumentos musicales, el arte de la recitación, caligrafÃa, nos enseñan la ceremonia del té y nos dan clases de etiqueta y comportamiento a parte de muchas otras cosas´´.
Claro que todo ello con una finalidad más que clara: ``Entretener a los hombres de las altas esferas sociales, hacer que se sientan bien, que olviden sus problemas personales y profesionales, darles conversación y relajarlos´´. A cambio, ha explicado, las recompensas eran más que altas. Sólo por una actuación de no más de 15 minutos, llegaba recibir cerca de US$1.500. Ha sido este aspecto el que, según Iwasaki, ha llevado a muchos a confundir la profesión de geisha con la prostitución.
En las giras promocionales, la ex geisha tuvo que responder esa inevitable pregunta: ``En Japón históricamente habÃa dos distritos, el del placer, donde vivÃan las cortesanas, y el de la flor y el sauce, donde vivÃan las profesionales instruidas para las artes, las geishas. En 1873, se dictó una ley de emancipación de la mujer, que trajo como consecuencia que las cortesanas, para encubrir su profesión, se llamaran geishas.
Nosotras no tenemos ninguna necesidad de prostituirnos porque ganamos mucho dinero´´. Si hubo algo que llamó la atención a Golden de Mineko es que gozaba de la fama de haber sido la mejor profesional de su tiempo. ``A medida que iba madurando en mi profesión, crecientemente me fui desilusionando con la intransigencia del sistema arcaico en el que viven las geishas.
Estaba tan enojada por mi incapacidad de producir cambios que, finalmente, decidà abdicar de mi posición. Estaba en lo más alto de mi éxito, y sólo tenÃa 29 años´´. Y es que, según explica, las geishas se ven sometidas a duras condiciones laborales. ``Deben seguir un régimen extremadamente riguroso de constantes clases y ensayos.
La joven ‘geiko’ tiene que vivir en la ‘okiya’ por un perÃodo acordado de tiempo, generalmente de cinco a siete años, durante el cual debe devolverle a la ‘okiya’ la inversión realizada en ella. Una vez logrado, recién puede independizarse y comenzar a trabajar de manera independiente, aunque generalmente se mantiene vinculada a su ‘okiya’, funcionando ésta como una especie de agencia de empleo´´.
Muchos se horrorizaron con su decisión de abandonar el éxito que habÃa logrado como geisha. A esa altura, Mineko habÃa conseguido mucho más de lo que muchas alcanzaban a lo largo de sus vidas. Era joven y ya era la persona que dirigÃa la casa de geishas Iwasaki.
``Decidà cerrarla, empaqué mi kimono invaluable y los ornamentos de joyas, y dejé Gion Kobe -el karyukai de Kyoto-. Me casé y ahora estoy criando una familia´´.
TÃtulo original: "Memoirs of a Geisha"
PaÃs y año: EE.UU. (2005)
Fecha del estreno: 20/01/2006
Distribuidor: Columbia Tri-Star Films España
Actores / Actrices: Zhang Ziyi, Ken Watanabe, Michelle Yeoh, Youki Kudoh, Koji Yakusho, Karl Yune
Director: Rob Marshall
Guionista: Doug Wright, Robin Swicord, Akiva Goldsman, Ron Bass
Producción: Steven Spielberg, Douglas Wick, Lucy Fisher
â¦â¦â¦â¦â¦â¦â¦â¦â¦â¦ SINOPSIS â¦â¦â¦â¦â¦â¦â¦â¦â¦â¦
Chiyo y su hermana son vendidas por su padre a un mercader de Kyoto cuando eran niñas. Satsu, fue entregada a un prostÃbulo, mientras que Chiyo fue vendida una okiya (casa de geishas). Chiyo trabajó como criada en la Okiya, soportando el trato inhumano de Hatsumoto (la Geisha de la Okiya) que intenta hacerle la vida imposible, ya que ve en ella una oponente para en un futuro ocupar su puesto en la okiya. En esta vida de sumisión, Chiyo se enamora perdidamente de un hombre que, siendo una niña, le regala un helado. El resto de su vida vive pensando en él, en tenerle algún dÃa a su lado. Cuando llega a la adolescencia, se le presentará una nueva oportunidad en su vida: convertirse en Geisha. A partir de aquà las aventuras y desventuras que le suceden son fundamentales para que Chiyo pase a ser Sayuri y su historia de amor junto con el paso de la Guerra Mundial marcarán definitivamente su futuro.
2007-02-18 19:45:45
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answer #2
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answered by Anonymous
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