No, se muere por razones muy distintas... pero el amor es tan complejo e individual, que nadie puede afirmar que no existan casos en que nos parezca así.
Respecto del morir, tengo mi propia creencia que trataré de exponerte brevemente.
Morir implica actos, los que implican voluntad y libertad de decisión. Es el final de esta existencia que percibimos y gozamos. Al igual que cualquier otra decisión, morir implica rechazar todas las posibles opciones distintas a nuestra línea de actuación elegida (piensa o mírate sentada ahí, leyendo esto: puedes decidir seguir o apartar la vista, pero no puedes tener los dos, o vas a una taquería a comer y pides de barbacoa, eliges y optas por uno y sólo puedes comer de otros hasta terminar o tirar el que elegiste). Al elegir morir, rechazamos todas, TODAS, las demás opciones y alternativas que nos presenta nuestra experiencia, memoria, supuestos, ilusiones, sueños, imaginación, fantasía y demás. He acompañado a bien morir a varias personas como parte de las prácticas de un curso de tanatología, hace bastante tiempo. Si algo me sorprendió, fue que siempre, sin excepción, los enfermos terminales que acompañé (de todas las edades, desde niños hasta ancianos) en algún instante decidieron morir porque:
- ya habían aprendido o cumplido con su propósito al vivir en esta existencia.
- no soportaban el dolor, la pena, la soledad o alguna condición adversa cuyo prospecto los hacía sufrir en su mente, sentimientos y emociones.
- habían perdido el interés por una gran mayoría de los motivos por los que seguimos confirmando nuestro deseo de vivir en este mundo.
- se entregaron a la voluntad ajena que decidió terminar con su existencia aquí y ahora (no me estoy refiriendo a que maté a nadie, no, sólo digo que percibieron el deseo de que ya se murieran en quienes estaban cerca de ellos, por amor hacia esa persona que estaba en fase terminal).
- esperaban obtener la paz y serenidad que en este mundo habían perdido por miles de razones, válidas todas ellas para ellos únicamente (caso del suicida).
Un comentario más: Morir no es sino el final de esta existencia. Las religiones en toda la Tierra tratan de presentar a nuestra mente e imaginación un panorama de realidad inexistente pero siempre más atractivo que la experimentada aquí, en este mundo. Así como nuestra existencia se inició con la conjugación de los genes de ambos padres biológicos, esta existencia también tiene un final, un término definitivo de lo que consideramos materia. La diferencia es que el inicio lo deciden los padres, el final nosotros. Entre estos dos eventos, suceden todas las cosas que conocemos y que creemos la única realidad porque nos hicieron descreidos, escépticos, infieles, dudosos, perseguidores de lo que llamamos felicidad. Nos comparamos constantemente y nos sentimos superiores o inferiores a otros, cuando que la realidad es que podemos decidir ser mejores que antes, en nuestra historia, sin compararnos con otros, sólo con uno mismo.
En el caso de tu abuelito, él lo expresó muy claramente: él se quedaba "soloo" y no soportó su perspectiva sin su compañera de muchos años.
Mi hermano menor de 4 años, decidió morir cuando tenía 46 años. Hablé con él, de corazón a corazón y de amor a amor, unos 10 días antes de que decidiera partir. Sus motivos para la decisión no los conozco, aunque supongo que, por un lado estaba su sentido de amor y respeto por las molestias y dolores que estaba causando su situación en quienes lo queríamos vivo para seguirlo disfrutando (tenía cáncer en todo el cuerpo y estaba en el hospital, aun caminando, con promesas de los médicos de que se podía recuperar) y por otro, sus enormes frustraciones personales (en las que no ahondaré aquí, me duele demasiado aun), en tanto que por otro, había logrado estar en la cumbre de su profesión y en lo más bajo de su soledad, pobreza material, y todos los puntos intermedios de esta existencia. Cuando hablé con él (fue durante toda la noche, a solas ambos) no sabía nada de tanatología, ni siquiera que existía. Pero le hablé con el corazón en las manos que lo acariciaban con la mayor ternura, lloramos, nos reímos y finalmente, nos despedimos en paz. Cuando me avisaron de su muerte, no me sorprendió ni me dolió tantísimo como pensé y hoy, su recuerdo es de un hombre que me enseñó algo muy valioso, algo que atesoro.
Ambos padres míos también murieron. Papá en cosa de 5 meses a los 83, hace ya más de 8 años y mamá en cosa de 8 meses, hace un año, a los 84. Ambos decidieron irse porque habían cumplido con lo que vinieron a hacer y ya sufrían y hacían sufrir. Por amor nos dejaron su herencia material, sus enseñanzas, sus valores y ética, su moral practicada día a día. Me siento feliz como hombre ya muy adulto pero muy joven de corazón, constructivo, positivo, útil, bien intencionado, productivo, culto, alegre, entusiasta, comprometido, responsable, etc., etc., etc., confirmado por los que me conocen, estimulado por sus respuestas, motivado a seguir mejorando instante a momento, ayudando a quién lo requiera, motivo por el que te contesté así.
2007-02-17 06:58:04
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answer #3
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answered by Rolf M 5
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Oye es doloroso eso que estás contando, tantos años 2 personas juntas, pero eso le paso a tu abuelo por la edad que tenía, ya estaba muy mayor, pero a una persona joven no es común que le suceda, pero sí se siente mucho dolor el saber que la persona que amas te deja, bien sea porque ya no te ama o porque haya dejado de existir, sientes como si te arrancaran parte de tí, te sientes muy enfermo pero de amor por esa persona, te lo digo porque lo he experimentado, pero no se llega morir pues el dolor va pasando, a menos que esa persona que sufre por la otra trate de suicidarse pero ya eso es otra cosa, pues la persona que sufre busca su propia muerte para aliviar su dolor, su soledad, pero yo pienso que de amor no se muere, se sigue viviendo igual pues con el tiempo el dolor va pasando.
2007-02-17 06:31:08
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answer #5
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answered by Frineth 3
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