2. INDEPENDENCIA DE EUZKADI.
A finales del mes de septiembre, como acabamos de ver, José Antonio Aguirre aceptó las seguridades ofrecidas por Largo Caballero y dio su consentimiento para que Manuel de Irujo marchara a Madrid a formar parte del Gobierno, en calidad de ministro sin cartera, designación que, publicada en la Gaceta de Madrid del 26 de septiembre, daba cumplimiento al propósito del político socialista de ampliar la base de sustentación de su Gabinete. Poco después, el día 1, se reunían en Madrid las Cortes y aprobaban unánimemente el proyecto de Estatuto vasco. Aguirre, en el discurso pronunciado al presentar el dictamen, adoptó una postura inequívoca: «planteado el problema, nuestra posición fue clarísima. Luchando la democracia contra el fascismo, el imperialismo contra la libertad vasca, el nacionalismo se había de colocar, como siempre en nuestra historia se colocó, al lado de la democracia y de nuestra libertad. Junto a ellos seguimos, como vosotros sabéis tan bien como nosotros. La República abrió vías para las aspiraciones de los pueblos, que, como el nuestro, constituyen una nacionalidad y tienen una aspiración de libertad».
Conseguido el Estatuto y con su designación como presidente de Euzkadi, Aguirre regresa a Bilbao y constituye el primer Gobierno autónomo de la región, del que forman parte cuatro miembros del PNV, tres del PSOE, uno de Acción Nacionalista Vasca y sendos representantes de Izquierda Republicana, Unión Republicana y Partido comunista. La CNT quedó excluida, a pesar de su importante participación en la lucha por Guipúzcoa, al imponerse el criterio de que en la nueva formación no estuvieran representadas las sindicales, sino sólo los partidos.
La autoridad del nuevo Gobierno vasco se ejercía solamente sobre el 37 por 100 del territorio de las tres provincias, aunque albergaba el 62 por 100 de su población. Si se incluye Navarra, como quería el PNV, esos porcentajes se reducirían al 15 por 100 y al 44 por 100, respectivamente.
Aguirre, que se reservó la consejería de Defensa, juró oficialmente sus cargos bajo el árbol de Guernica el día 7 de octubre y ese mismo día se dio de baja en el partido el hermano del fundador, Luis de Arana y Goiri, fiel a sus criterios radicalmente separatistas. La lista del Gobierno, el texto del juramento y la declaración programática han sido recogidos por Fernando Diaz Plaja.
El presidente vasco rompió todos los contactos con Burgos y rechazó las nuevas propuestas mediadoras que le hizo Franco desde Salamanca, por mediación del padre Pereda, acontecimiento del que informó al Vaticano, aunque no puso reparos a que se iniciaran negociaciones para el canje de presos y, principalmente, de mujeres y niños, a través de la Cruz Roja internacional.
La tarea inmediata de Aguirre en su calidad de consejero de Defensa fue la de organizar un Ejército vasco en una línea paralela a la que por esas mismas fechas llevó a Largo Caballero a constituir el Ejército Popular de la República. El Gobierno de Madrid, que había decretado la militarización de las milicias y llamado a filas los reemplazos del 32 al 35, vio refrendadas estas disposiciones en Bilbao, donde el 18 de octubre publicaba el Boletín Oficial de Euzkadi la orden de que se incorporaran los mozos de esos cuatro reemplazos, con la salvedad, ya citada, de que los reclutas o reservistas podrían encuadrarse en las milicias de su preferencia, lo que canalizó un gran porcentaje hacia los batallones de gudaris.
El esfuerzo fue considerable y pronto 25.000 nuevos combatientes se sumaban a los casi 15.000 que cubrían el frente, con lo que pudo pensarse en la preparación de una importante masa de maniobra que le diera la libertad de emprender acciones ofensivas.
Con el aporte de estos nuevos contingentes los batallones vascos llegarían a ser 30, que se numeraron correlativamente. Todo parece indicar que los 12 de numeración más baja -comunistas, socialistas y libertarlos- fueron los primeros en organizarse y que la aportación nacionalista comenzó al constituirse el Gobierno vasco, fecha en que aparecieron siete batallones de gudaris numerados sucesivamente. A continuación lo hicieron otros 1 1 de significación izquierdista, con lo que se alcanzó aquel número, que fue el que consintió la movilización de los reemplazos del 32 al 35. A partir de este número los batallones se fueron numerando a medida que completaban su organización, cualquiera que fuera su significación política, y en el momento de la ofensiva de Villarreal pasaban de 50, aunque no hablan recibido número más que 43; 14 de ellos, o sea la tercera parte del total, pertenecían al PNV, a los que deben añadirse otros dos del parti- do afin ANV. Antes de que terminara el año se llamaron a filas los reemplazos del 31 al 36, y los batallones se incrementarlan hasta 74 en 1937.
A estas unidades se sumaron las de la policía vasca, que se llamó Ertzaña o guardia del pueblo, fuerza que sustituyó a la Guardia Civil y al Cuerpo de Seguridad, disueltos en territorio vasco. La mandaron los tenientes coroneles de la Guardia Civil Bengoa y Colina, anteriormente jefes de las comandancias de Guipúzcoa y Vizcaya, respectivamente.
Para administrar los fuertes contingentes movilizados, Aguirre constituyó un frondoso órgano politico-militar que adquirió el volumen de un auténtico ministerio, en el cual fueron sus principales auxiliares los comandantes San Juan y Montaud, el capitán Arambarri y el consejero de la embajada soviética Tumanov (según Aguirre, acreditado ante el Gobierno vasco).
La dirección de las fuerzas combatientes quedó en manos del capitán Arambarri, nombrado jefe de Operaciones y que virtualmente actuaba como comandante en jefe, teniendo a la cabeza del Estado Mayor al comandante Montaud, que a su vez llevaba la sección de Operaciones. Este Estado Mayor quedó constituido el 7 de noviembre y el día anterior el general Llano de la Encomienda era designado jefe del Ejército del Norte, con jurisdicción sobre todas las fuerzas de las provincias cantábricas y, por tanto, también de las vascas. Un mes antes, el aún inexistente organismo disponía ya de jefe de Estado Mayor, el capitán Ciutat, que desde entonces intentaba, con poco éxito, coordinar las operaciones emprendidas por vascos, santanderinos y asturianos. En esos momentos la presencia de la Flota y la decisión de Franco de paralizar todas las operaciones, salvo las que tenían por objeto Madrid y Oviedo, habían determinado la estabilización del frente vasco en una línea que comenzaba en la divisoria entre los ríos Artibay y Deva, algo al este del confín entre Vizcaya y Guipúzcoa, alineación que seguía hasta el puerto de Campazar, para adentrarse luego en Alava, continuando paralela y un poco al sur de la divisoria de la cordillera Cantábrica.
El frente se dividió en nueve sectores y al mando de cada uno de ellos se hallaba un oficial profesional, dependiente del jefe de Operaciones. A retaguardia de esta línea exterior se preparaba una poderosa línea fortificada para la defensa inmediata de Bilbao, cuya construcción se inició en septiembre, cuando parecia inminente la invasión de Vizcaya, y el día 5 de octubre, antes de formarse el Gobierno vasco, se creaba un negociado de Fortificaciones con los capitanes de Ingenieros Goicoechea y Murga al frente. Estos dos hombres fueron los responsables del proyecto del que se llamarla Cinturón de hierro de Bilbao y para su realización se les dio dos meses de plazo, 14.000 hombres y toda clase de elementos técnicos y materiales.
Las obras sufrieron un parón a mediados de no- viembre, cuando se comprobó que Murga pasaba informes a los nacionales a través de un dispositivo en el que estaban complicados, entre otros, el antiguo cónsul de Austria, Wilhelm Wakonigg; el cónsul de Paraguay, Martínez Arias; el comandante José Anglada España y el propio Murga. Detenidos y juzgados, fueron fusilados. Goicoechea, que años después se haría mundialmente famoso por sus invenciones en el campo de los ferrocarriles, y muy especialmente del tren articulado Talgo, se pasó poco después, aunque ya dentro de 1937, a zona nacional.
Para dotar a las fuerzas que hablan de guarnecer las fortificaciones y para constituir reservas, Vizcaya disponía de muy escaso armamento y hubo de recurrir para conseguirlo al extranjero y al resto del territorio gubernamental. Los políticos vascos Picavea y Aldasoro habían efectuado eficaces gestiones en Francia y consiguieron importantes suministros, que unas veces fueron desembarcados en puertos vascos y otras en asturianos o santanderinos. Hasta primeros de septiembre los abastecimientos se habían efectuado por ferrocarril y carretera desde Francia, pero desde la pérdida de Irún no hubo otro camino que el del mar, pronto utilizado por una serie de barcos de muy distintas banderas, que hasta finales de noviembre descar- garon con destino a Vizcaya más de 100 cañones, un número doble de morteros, cerca de 900 ametralladoras, 1.000 armas automáticas y más de 50.000 fusiles, cifras muy considerables en el marco en que se desarrollaba por entonces la guerra española.
Todo el desarrollo lo encientras en la fuente:
2007-02-14 17:58:07
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answer #3
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answered by EL CADAVER DE LA NOVIA 6
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Euskadi Ta Askatasuna (en español, Patria Vasca y Libertad), conocida por sus siglas ETA, es una organización terrorista, autodeclarada independentista y nacionalista vasca, de ideología marxista-leninista, que invoca la lucha armada como método para obtener sus objetivos fundamentales en los que se encuentra de manera prioritaria la independencia de lo que el nacionalismo vasco denomina Euskal Herria de los estados de España y Francia. Para ello utiliza el asesinato, el secuestro, la extorsión económica tanto en España como, ocasionalmente, en Francia. Fundada por escisión de miembros del Partido Nacionalista Vasco, durante la dictadura franquista contó con el apoyo de una parte significativa de la población al ser considerada una más de las organizaciones opuestas al régimen, si bien tras el proceso democratizador iniciado en 1977, al cual no se incorporó, fue perdiendo apoyos públicos, siendo condenados sus actos y calificados de terroristas por la inmensa mayoría de las fuerzas políticas y sociales desde la aprobación del Estatuto de Gernika en 1979 hasta la actualidad en la que su condición criminal es plenamente admitida por la inmensa mayoría de los estados y las organizaciones internacionales tales como las Naciones Unidas, el Consejo de Europa, así como las organizaciones defensoras de los derechos humanos más prestigiosas como Amnistía Internacional.
2007-02-14 17:57:45
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answer #4
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answered by antimexico 3
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