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2007-02-12 09:06:56 · 1 respuestas · pregunta de Anonymous en Educación Otros - Educación

1 respuestas

Aquí encontrarás toda la información que necesitas, son comentarios de periodistas que bien podrías adecuar a tu discurso. Es muy dificil que encuentres discursos ya elaborados.

http://www.icesi.org.mx/index.php?fuseaction=content.main&cid=12,216

http://www.icesi.org.mx/index.php

COMO POR EJEMPLO:

Balance general de la delincuencia

Rafael Ruiz Harrell

A ojos de la ciudadanía la criminalidad sigue siendo un problema capital. En tonos que van desde la súplica hasta la reclamación airada exige que se abata la delincuencia. Las cifras oficiales, sin embargo, no parecen dispuestas a reconocer la gravedad del problema y reseñan alzas y descensos entre muy estrechos límites.

El año de 2004, conforme a cifras preliminares, se registraron un millón 419 mil 758 delitos del orden común en toda la República. La cifra es 1.4 por ciento inferior a la del 2003, en que se reconocieron un millón 440 mil 482 crímenes, cantidad que a su vez fue 0.5 por ciento superior a la de 2002, que a su vez fue 0.8 por ciento inferior a la del 2001. A juzgar por estas cifras, la delincuencia está estacionada, oscilando de un año al otro en proporciones irrelevantes.

No obstante, la opinión pública no está dispuesta a reconocer la veracidad de los datos oficiales y a aceptar que la criminalidad ni baja ni sube. Desde su punto de mira la situación no se presta a dudas: la delincuencia está subiendo y cuando menos está tan alta como llegó a estarlo en 1996, llegamos a mil 590 delitos por cada 100 mil habitantes, oficialmente 15.0 por ciento más que ahora.

La divergencia revive un viejo problema; ¿en qué grado son confiables las estadísticas oficiales?

Un análisis

Las del DF nos ofrecen pruebas irrefutables de que están siendo manipuladas: si de 1975 a 1997 se reconocieron 110 delitos por cada 100 averiguaciones previas y de tres años a esta parte son sólo 85, no puede haber duda que se les están haciendo descuentos indebidos. Si conforme al número de averiguaciones debería haber 205 mil 100 delitos en 2004 y la Procuraduría capitalina sólo reconoció 163 mil 173, no queda sino admitir que estamos frente a un fraude de 41 mil 927 delitos y que la cifra real supera en 25.7 por ciento a los reconocidos.

Por supuesto no es el único caso. El de Tabasco es todavía más evidente. En 2003, después de ascensos constantes, llegó a 39 mil 747 delitos. El año pasado, tras de negarse durante varios meses a dar la información respectiva y de alegar que era imposible que Campeche tuviera menos crímenes, finalmente reconoció 23 mil 989 delitos del orden común. Sólo que ¿quién puede creer en un descenso del 39.7 por ciento de un año al otro sin ninguna acción que lo justifique?

La dificultad de fondo está en este punto, en que se anuncian descensos sorprendentes en la delincuencia denunciada -como el 28.8 por ciento en Guerrero o el 24.3 de Nayarit, ambos del 2003 al 2004-, sin que los presuntos remitidos a tribunales, los sentenciados o el número de reos aumentaran en una proporción suficiente para lograr tales resultados. No hay, por otra parte, ninguna mejoría sustancial en el empleo, en el poder adquisitivo del salario, en la equidad en el reparto de la riqueza o en los niveles de bienestar social que permitan explicar por qué el crimen se redujo. La conclusión, así, es que son descuentos ficticios, que ocurrieron sólo en el papel.

Nueve entidades de la República tienen del 2000 al 2001 ciertas constantes que las hacen sospechosas. En todas ellas, las cifras de 2004 muestran bajas continuas frente a los cuatro años que las preceden sin que hubiera en ninguna de ellas aciertos económicos, laborales o judiciales capaces de explicar las reducciones delictivas. Estas condiciones, que permiten dudar de la veracidad de sus estadísticas, las comparten Campeche, el DF, Guerrero, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa y Tlaxcala. A este grupo habría que añadir dos estados más: Jalisco y Tabasco, que declaran descensos excesivos del 2003 al 2004 y no tienen tampoco cómo explicarlos.

Dos entidades, Colima e Hidalgo, adolecen del defecto contrario y en lugar de descensos, muestran incrementos constantes en sus cifras delictivas en el período 2000-2004. A diferencia del caso anterior, los aumentos no pueden rechazarse porque son explicables y en ambos casos se deben a mejoras en sus sistemas de recopilación de la información.

Si se examina el curso que siguió la delincuencia en el período apuntado, en los demás estados de la República, o sea excluyendo a los 11 sospechosos, y se calcula a partir de ellos el total que debería representar la criminalidad en nuestro País, se llegaría a un millón 566 mil 157 delitos, o sea 146 mil 399 más que los reconocidos por las autoridades y 78 mil 600 más que la máxima alcanzada en 1996. Si se considera el crecimiento poblacional la tragedia no es tan grande: de los mil 590 delitos por 100 mil habitantes que hubo en 1996, estamos en mil 491.

Comentarios

Así sólo se trate de un cálculo que evita y repara los errores más evidentes, el resultado se antoja razonable porque puede explicarnos el curso nacional que ha seguido la delincuencia.

Puesto en términos de los índices por 100 mil habitantes: en 1993, con mil 156, México vivió el último año pacífico del siglo XX. En 1994, ya anunciada la crisis económica que terminó estallando al concluir ese año, los índices llegaron a mil 323. Doce meses más tarde llegaban a mil 533 y en 1996 a la máxima de mil 590. Al irse moderando la crisis y restableciendo nuestra economía, la delincuencia empezó a disminuir. En 1997 hubo mil 553 delitos por cada 100 mil personas. En 1998 fueron mil 492 y en el 2000 llegaron a su punto de inflexión: mil 349. Ya no habrían de bajar más: la situación económica no podría regresar a los niveles de 1993 y la criminalidad tampoco.

La llegada de Fox y, con él, de una administración incapaz, subió de nuevo la delincuencia. En 2001 el índice llegó a mil 467. En 2002 bajó ligeramente: mil 446, pero en los dos años siguientes subió. En 2003 a mil 453. En 2004 a mil 491. La tendencia al ascenso es evidente y nos viene de principios de la década anterior. La crisis de 94-95 ya dejó de hacer su efecto. Hoy el desempleo, la recesión y los bajos salarios son quienes empujan al crimen y confirman que tiene razón la gente: la delincuencia está subiendo.


Y así muchos más temas, sólo tienes que dar un click sobre el tema que elijas. Estos se encuentran en el recuadro azul de la izquierda de la página que te envié.

Espero sea de utilidad.

2007-02-14 09:56:39 · answer #1 · answered by Marali 6 · 0 0

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