Se debe a que las estrellas más brillantes de la constelación de Géminis son dos estrellas llamadas Cástor y Polux, personajes mitológicos, hermanos Cástor (mortal) y Pólux (imortal) cuyo deseo de estar juntos no se cumplía jamás. El mito ilustra la fuerte dualidad, tendencia a la contradicción del signo.
El Geminiano tiene una identidad asociada a su capacidad de discriminar intelectualmente, por eso tiende a ser muy curioso e interesarse por todo.
Cualidades: comunicativo, inteligente, dúctil (puede hacer más de dos cosas a la vez), mente rápida, curiosidad, amigabilidad, no es celoso ni posesivo, amor a la ciencia, intelectual, flexibilidad mental, simpatía, tacto, diplomacia, adaptabilidad, elocuencia, sociabilidad, versatilidad, buenos vendedores.
Defectos: nerviosismo, dualidad, duda, dispersión de energía, astucia, imitación, falsedad, estafa, falta de persistencia, impaciencia, no muestra sus emociones profundas, inconstancia, frivolidad, superficialidad, chusmerío, charlatanería.
Crea la impresión, a su alrededor, de ser una suerte de “doble”, lo cual se debe a que su cambiante personalidad tiene dos caras. Los cambios de un geminiano resultan fascinantes, encandilan. Es un sujeto tan versátil que puede cambiar de estilo, trabajo, vivienda, pareja...de un día para el otro. Lo primero que observarás es una energía nerviosa que cruje, chisporrotea y restalla en el aire en torno de él. Si tiene la Luna en Escorpio, Libra, Cáncer o Capricornio, es posible que no vibre con un chisporroteo tan evidente, pero las demás manifestaciones estarán latentes. Ávido de lectura, inquieto e intelectual, no tolera la rutina ni la monotonía, tampoco la pasividad, por lo que cualquier actividad que lleve a cabo tiene que permitirle estar en continuo movimiento y –sobre todo- aprender cosas nuevas. Con enorme facilidad, se adapta a cualquier tipo de cambios y, como contrapartida, sabe perfectamente dónde estar parado.
El lenguaje lo atrae: es raro que un nativo de este signo hable poco y que lo haga lentamente, ya que en general hablan mucho y rápido. Casi todos entienden o leen más de una lengua. De una manera u otra, Géminis triunfará con las palabras. Como promotores, nadie los iguala, todos son vendedores de corazón, incluso los que se convierten en sacerdotes o misioneros protestantes. Además existe una extraña relación entre ellos y la escritura, ya que rige esta actividad, de modo que suele tener facilidad para escribir la frase justa y, si lo hace profesionalmente, puede escribir desde el texto para un comercial de televisión hasta una novela o una investigación periodística.
La naturaleza dual le permite hacer dos cosas a la vez con menos esfuerzo del que necesitamos el resto de nosotros para hacer una sola. Hay hasta quien jura que todos los Géminis nacen con un teléfono en cada mano.
Capacidad de adaptación y comunicación, agilidad mental, simpatía, tacto, diplomacia, destreza, ingenio, curiosidad y elocuencia.
Inconstancia, superficialidad, poca paciencia, charlatanería, dispersión, desconfianza, falsedad.
Su vida se basa en la duda, no sólo como incapacidad de decidirse por una determinada dirección, sino como aspiración a seguir dos posiciones opuestas, lo que genera en él no pocas contradicciones. Prefiere varios caminos, antes que uno solo: ahí está el desafío, lo interesante. Su meta es hallar el sendero de la verdad, a través del viejo método del ensayo y el error. Su principal objetivo es la búsqueda de un ideal, y su principal problema reside en saber cuál es, por lo que le resulta fundamental el hecho de enfrentarse con experiencias nuevas que le permita indagar e investigar a su antojo. Pero su mente inquieta puede hacer que fácilmente pase por alto el pájaro azul de la felicidad, que año tras año le espera ansiosamente en su propio huerto. Leve de tacto, encuentra un eco en la delicada fragancia del lirio del valle, y ha inhalado la fresca promesa de los más verdes helechos en lo más profundo de la selva. Pero el frío mental de Mercurio divide a Géminis con deseos gemelos... hasta que se detiene, y espera, y escucha los latidos de su propio corazón. Detenerse un instante a escucharse a sí mismo. Ahí encontrará la paz.
2007-02-08 02:47:04
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answer #1
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answered by Nanita Odalisca 5
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