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1 respuestas

Álvaro d'Ors era más historiador, filólogo y traductor que jurista. Una autoridad en epigrafía jurídica y papirología. En el mejor de los casos podía servir como teórico puro del Derecho, definiendo instituciones, aclarando conceptos comunes al venerable Derecho romano y al derecho civil actual; quizá también podría considerárselo de un modo más genérico como humanista cristiano y en cierto modo (creo que él lo hubiera reconocido sin más) un teólogo vocacional. De modo que como jurista con mayúsculas no lo consideraría, sino más bien como un humanista, un erudito, una biblioteca andante.
Federico de Castro es reconocido casi por unanimidad como el mejor civilista español del siglo pasado. En las aulas se lo cita con veneración. Sus opiniones doctrinales 'hacían' jurisprudencia. De algún modo él mismo era una fuente del Derecho. Escribió la mejor monografía sobre el negocio jurídico, unánimemente apreciada. Ahora apenas es posible encontrar nada suyo en las librerías, pero sigue siendo el Jurista por excelencia en España, con una auctoritas que todavía hoy se hace notar con fuerza.
Al parecer hubo una famosa disputa doctrinal entre De Castro y D'Ors sobre cuál era la fuente primaria del ius: si la 'lex' o la 'prudentia iuris'. No sé en qué acabó aquello; hay un trabajo de Jordano Fraga sobre esa famosa litis. Sospecho que ganó la lex porque De Castro y Bravo era más bravo que castro.
De Castán se dice que era una estudioso, un hombre de bibliotecas y papeles. En Derecho, lo que llamamos un sincrético: un señor que reunía las diversas posturas doctrinales de este y otros países. Tuvo mucho poder: fue magistrado del TS y sus sentencias creaban Derecho de facto.
García de Enterría todavía vive y no me atrevo a juzgarlo... bueno sí, un poco. Es un francófilo demócratacristiano que 'inventó' el Derecho administrativo español. En clase nos decían que él solito había diseñado la organización territorial del Estado (quizá habría sido mejor un poquito de colaboración). Descubrió para Estepaís que la Administración pública tiene personalidad jurídica: todavía hoy estamos todos impresionados con el hallazgo. Su estilo es barroco, muy español, con períodos enormes plagados de subordinadas, aunque con un poco de práctica ya se va intuyendo dónde va a estar el verbo...
De los dos últimos poco sé: el primero es el 'patriarca' del Derecho del Trabajo. Un señor de una erudición brutal. Dicen de él que leía y estudiaba todo cuanto caía en sus manos. Bueno, y Jiménez de Asúa nos fue presentado en su momento como el mejor penalista del mundo en los años 30. Eso no puedo juzgarlo; y además, los penalistas dependen tanto de las ocurrencias de Alemania que necesariamente no pueden ser grandes juristas sino otras variadas cosas menos agradables...
En 'El negocio jurídico' De Castro dice "la doctrina romanista, con su habitual celo y erudición..."; es difícil decir más con tan poco. El romanista queda retratado. Me sumo a la casi unanimidad y me quedo, sin dudarlo, con don Federico.
Un saludo.

2007-02-07 22:36:16 · answer #1 · answered by Xammar 4 · 1 0

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