En el Nuevo Testamento, la palabra espÃritu y, tal vez, incluso la expresión espÃritu de Dios, significan en ciertos momentos, el alma o el hombre mismo, en tanto está bajo la influencia de Dios y aspira a cosas superiores; especialmente en San Pablo, más frecuentemente significa Dios actuando en el hombre; aunque son usados, además, para designar no solo una acción de Dios en general, sino a la Persona Divina, Quien no es ni el Padre, ni el Hijo. Aquel que es llamado junto con el Padre, o el Hijo, o con ambos, sin el contexto que los mencionan como identificados. Aquà serán dadas alguna instancias. Hemos leÃdo en Juan XIV, 16, 17: "Y Yo rogaré al Padre y les dará otro Protector que permanecerá siempre con ustedes, el EspÃritu de Verdad a quien el mundo no puede recibir"...; y en Juan xv, 26: "Cuando venga el Protector que les enviaré desde el Padre, por ser El el EspÃritu de verdad que procede del Padre dará testimonio de mi". San Pedro dirige su primera epÃstola, i, 1-2, "a los que viven fuera de su patria...a los elegidos, a quienes Dios Padre conoció de antemano y santificó por el EspÃritu para acoger la fe y ser purificados por la sangre de Cristo Jesús". El EspÃritu de consolación y de verdad está también claramente distinguido en Juan XVI, 7, 13-15 del Hijo por Quien El recibe todo lo que El enseña a los Apóstoles, y del Padre, quien no tiene nada que el Hijo no posea. Ambos lo envÃan cuando El desciende dentro de nuestras almas (Juan XIV, 23)
Muchos otros textos declaran bastante claramente que el EspÃritu Santo es una Persona, una Persona distinta del Padre y del Hijo, y sin embargo, Un solo Dios con Ellos. En varios lugares, San Pablo habla de El como si estuviera hablando de Dios. En los Hechos, xxviii, 25, le dice a los JudÃos: "Es muy acertado lo que dijo el EspÃritu Santo cuando hablaba a sus padres por boca del profeta IsaÃas"; ahora bien, la profecÃa contenida en los dos versos siguientes son tomados de IsaÃas, vi, 9,10 donde es puesta en boca del "Rey el Señor de multitudes". En otros lugares usa las palabras Dios y EspÃritu Santo como simple y llanamente sinónimos. De este modo, escribe I Cor., iii,16: "¿No saben que son el templo de Dios y que el EspÃritu de Dios habita en ustedes?" y en vi, 19: "¿No saben que su cuerpo es templo del EspÃritu Santo que han recibido de Dios y que está en ustedes?" San Pedro afirma la misma identidad cuando el habla con AnanÃas (Hechos v, 3-4): "¿Porqué haz dejado que Satan se apodere de tu corazón?...¿porqué intentas engañar al EspÃritu Santo?...No haz mentido a los hombres, sino a Dios." Los escritores sagrados atribuyen al EspÃritu Santo todos las obras caracterÃsticas del poder Divino. Es en Su nombre, como en el nombre del Padre y del Hijo, que es dado el bautismo (Mateo xxviii, 19). Es a través de Su operación que es realizado el mayor de los misterios Divinos, la Encarnación del Verbo, (Mateo., i, 18-20; Lucas, i,35). Es también en Su nombre y por Su poder que los pecados son perdonados y las almas santificadas: "Reciban el EspÃritu Santo: a quienes descarguen de su pecados, serán liberados, y a quienes se los retengan, les serán retenidos" (Juan, xx, 22, 23); "Pero han sido lavados, han sido santificados y rehabilitados por el Nombre de Cristo Jesús, el Señor, y por el EspÃritu de nuestro Dios" (I Cor., vi, 11); " la cual no quedará frustrada, pues ya se nos ha dado el EspÃritu Santo y por El el amor de Dios se va derramando en nuestros corazones" (Rom., v, 5). El es, esencialmente el EspÃritu de verdad (Juan, XIV, 16-17; xv, 26). Aquel cuya obra es el fortalecimiento de la fé (Hechos, vi,5), que confiere sabidurÃa (Hechos, vi,3), quien dá testimonio de Cristo, lo cual equivale a decir que confirma Sus enseñanzas internamente (Juan xv, 26) y que enseña a los Apóstoles el completo significado de ellas (Juan, xiv,26; xvi,13). Con estos Apóstoles, se quedará por siempre (Juan, xiv,16) Habiendo descendido a ellos en Pentecostés, los guiará en su trabajo (Hechos, viii, 29), El inspirará a los nuevos profetas (Hechos xi, 28; xiii,9) como El inspiró a los profetas del Antiguo Testamento (Hechos, vii,51). El es la fuente de gracias y dones (I Cor., xii, 3-11). En particular, El otorga don de lenguas (Hechos, ii, 4;x, 44-47). Y en tanto habita en nuestros cuerpos, los santifica (I. Cor., iii, 16; vi, 19) y de esta manera los levantará nuevamente, un dÃa, de la muerte (Rom., viii,11). Aunque El obra especialmente en el alma, dándole nueva vida (Rom., viii, 14-16; II. Cor., i,22; v,5; Gal., iv,6). El es el EspÃritu de Dios, y, al mismo tiempo, el EspÃritu de Cristo (Rom., viii,9); porque El está en Dios, El conoce los misterios mas profundos de Dios (I.Cor., ii, 10-11) y posee todo el conocimiento. San Pablo termina su segunda carta a los Corintios (xiii,13) con su fórmula de bendición la cual, puede ser llamada una bendición de la Trinidad: "La gracia de nuestro Señor Jesucristo, y la caridad de Dios y la comunicación del EspÃritu Santo estén con todos Uds." – ct. Tixeront "Histoire des dogmes", Paris, 1905, I, 80,89,90,100,101.
Al corrobrar y explicar el testimonio de las Escrituras, la Tradición nos arroja más luz sobre los distintos estadios de la evolución de esta doctrina. Tan tempranamente como el siglo primero, San Clemente de Roma nos dá una importante enseñanza sobre el EspÃritu Santo. En su "EpÃstola a los Corintios" no solo nos dice que el EspÃritu ha inspirado y guiado a los santos escritores (viii,1; xiv,2); que El es la voz de Jesucristo hablándonos en en Antiguo Testamento (xxii, 1 sig.) aunque contiene mucho más, dos declaraciones muy explÃcitas sobre la Trinidad. En el CapÃtulo xlvi, 6 (Funk "Patres apostolici" 2da edicación, I, 158) se lee que "tenemos un solo Dios, un Cristo un solo EspÃritu de gracia dentro de nosotros, una misma vocación en Cristo". En lviii,2 (Funk, ibid., 172) el autor realiza una solemne afirmación; zo gar ho theos, kai zo ho kyrios Iesous Christos kai to pneuma to hagion, he te pistis kai he elpis ton eklekton, oti . . . la cual podemos comparar con la tan frecuente fórmula encontrada en el Antiguo Testamento: zo kyrios. De esto se sigue que, bajo la perspectiva de Clements, kyrios era igualmente aplicable a ho theos (el Padre) ho kyrios Iesous Christos, y to pneuma to hagion; y tenemos tres testigos con igual autoridad, cuya Trinidad, más aún, es el fundamento de la fe y esperanza Cristiana. La misma doctrina es declarada, en los siglos segundo y tercero, de labios de los mártires y encontrada en los escritos de los Padres. En sus tormentos San Policarpo (V 155) profesó su fe en las Tres Adorables Personas ("Martyrium sancti Polycarpi" en Funk op.cit., I, 330): "Señor Dios Todopoderoso, Padre de tu santÃsimo y bien amado Hijo, Cristo Jesús... alabado en todo, bendecido, y glorificado por el eterno y celestial pontÃfice Cristo Jesús, tu bien amado Hijo, por Quien a Ti con El y con el EspÃritu Santo, gloria hoy y por siempre". San Apipodius habló aún más distintivamente (Ruinart, "Acta mart." Edición Verona, p. 65): "Confieso que Cristo es Dios con el Padre y el EspÃritu Santo, y está escrito que deberé devolver mi alma a El Quien es mi Creador y Redentor". Entre los apologetas, Atenágoras menciona el EspÃritu Santo junto con, y en un mismo plano, como el Padre y el Hijo. "Quien no quedarÃa impactado" dice (Legat. Pro christian., n10, en P.G., vi,col. 909)" de oir llamarnos ateos, nosotros quienes hemos confesado Dios el Padre, Dios el Hijo y el EspÃritu Santo, y conservándolos en un poder y sin embargo distintos en orden [...ten en te henosei dynamin, hai ten en te taxei diairesin]?". Teófilo de AntioquÃa, quien a veces da al EspÃritu Santo, como al Hijo, el nombre de SabidurÃa (sophia) menciona además (Ad Autol., lib. I, n. 7, y II, n. 18, en P.G., VI, col. 1035, 1081) los tres términos theos, logos, sophia y, siendo el primero en usar la palabra caracterÃstica que luego fuera adoptada, dice expresamente (ibid., II, 15) que ellas forman una trinidad (trias). Ireneo consideró al EspÃritu Santo como eterno (Adv. Hær., V, xii, n. 2, in P.G., VII, 1153), existiendo en Dios ante omnem constitutionem, y producido por el al comienzo de Sus caminos (ibid., IV, xx,3). Considerado en relación al Padre, el EspÃritu Santo es Su SabidurÃa (IV, xx,3); el Hijo y El son las "dos manos" por las cuales Dios creó al hombre (IV, prae., n 4; IV, xx,20; V,vi,1) Considerado en relación a la Iglesia, el mismo EspÃritu es verdad, gracia, una señal de inmortalidad, un principio de unión con Dios; Ãntimamente unido a la Iglesia, El dá a los sacramentos su eficacia y virtud (III, xvii, 2, xxiv, 1; IV, xxxiii, 7; V, viii,1). San Hipólito, aunque no habla tan claramente del EspÃritu Santo como una persona distinta, le supone, sin embargo, ser Dios, asà como el Padre y el Hijo (Contra Noët., viii, xii, in P.G., X, 816, 820). Tertuliano es uno de los escritores de esta época cuya tendencia al Subordinacionismo es más bien aparente, a pesar de haber sido el autor de la fórmula definitiva: "Tres Personas, una Sustancia" y sin embargo, sus enseñanzas sobre el EspÃritu Santo son en todo sentido notables. Parece haber sido el primero entre los Padres en afirmar Su Divinidad de manera clara y absolutamente precisa. En su trabajo "Adversus Praxean" deja largamente clara la grandeza del Consolador. El EspÃritu Santo, dice, es Dios (c.xiii en P.L., II, 193); de la sustancia del Padre (iii,iv en P.L., II, 181-2); uno y el mismo Dios con el Padre y el Hijo (ii en P.L., II, 180); procedente del Padre a través del Hijo (iv, viii en P.L., II, 182, 187); quien enseña toda la verdad (ii en P.L., II, 179). San Gregorio Thaumaturgus, o al menos el Ekthesis tes pisteos, el cual es comúnmente atribuido a él data del perÃodo entre 260 – 270, nos entrega este notable pasaje: "Uno es Dios, Padre del Verbo vivo, de SabidurÃa subsistente...Uno el Señor, uno de uno, Dios de Dios, invisible de invisible...Uno el EspÃritu Santo, Quien subsiste de Dios...Trinidad Perfecta, la cual en eternidad, gloria y poder, ni se divide ni se separa...Trinidad sin cambio e inmutable". En el año 304, el mártir San Vicente dijo (Ruinart, op.cit., 325) "Creo en el Señor Jesucristo, Hijo del Padre, el Supremo, uno de uno; lo reconozco a El como un Dios con el Padre y el EspÃritu Santo".
2007-02-07 12:59:25
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answer #9
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answered by abajo_los_zurdos 2
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