Estudio monográfico sobre el efecto placebo:
antecedentes y su cuantificación en patología osteomuscular asociado a la columna vertebral
Definiciones
Antecedentes
Primer sondeo: Estudio del efecto placebo en patología osteomuscular asociado a la lumbalgia
Evaluación del efecto placebo en patología osteomuscular asociado a la columna vertebral
Bibliografía
Parte primera
Definiciones:
El dolor se puede definir como la respuesta a un estímulo ofensivo sobre la terminación nerviosa o la neurona receptora, expresándose en el hombre por una sensación desagradable a nivel del territorio excitado; pero este fenómeno doloroso lleva consigo, al propio tiempo, la puesta en funcionamiento de un mecanismo de alerta con reacciones motoras sobre los sistemas neuromuscular y vegetativo. Por lo tanto, la expresión del dolor, es un complejo en el que van imbricados todos los sistemas neurofisiológicos, bioquímicos y psíquicos de nuestro organismo, dependiendo bien de lesiones reticulares o corticales, bien de alteraciones funcionales o psíquicas.
En general, el efecto placebo,: "Es la modificación inducida de síntomas, signos u otros indicadores, que experimenta el organismo, que no es atribuible al mecanismo de acción específico de una terapéutica, ya sea mecánica, farmacológica, quirúrgica, ambiental o debida a cualquier
otra situación curativa". Y en lo que se refiere particularmente a la asociación efecto placebo/dolor, se puede definir, sin tener en cuenta algunos matices como: "un fenómeno generado en la psique del paciente por el que se reduce ostensiblemente su intensidad del dolor sentido o percibido, sin la mediación de ningún método terapéutico ya sea físico, químico o psicológico o cuya influencia se perciba más allá de la eficacia propia de una molécula bioactiva o de un principio farmacológico ".
Para que se produzca analgesia frente al dolor originada por el efecto placebo debe suponerse que la compleja subjetividad del paciente genera un mecanismo de secreción de polipéptidos del grupo mórfico, tales como la leuencefalina, la metencefalina, la b endorfina y muy probablemente otros opiáceos endógenos como otras endomorfinas, sustancias que tienen su origen en el factor precursor hipotalámico preopio-melano-cortina, P.O.M.C., liberando anestésicos naturales cuando entran en función albúminas heterólogas en la hipófisis anterior. Al mismo tiempo, desempeña un rol importante como analgésico la hormona serotonina, que tiene como molécula precursora el amino l- triptófano y que es liberada, igualmente, por la hipófisis anterior, que a su vez estimula directamente a la glándula suprarrenal y consecuentemente a sus hormonas inhibidoras/estimuladoras, tales como la adrenalina, el cortisol, la epinefrina y la aldosterona. Por lo tanto, debe suponerse que el efecto placebo genera situaciones benéficas frente al dolor y la inflamación al estimular la secreción de opiáceos endógenos y hormonas catecolamínicas.
Antecedentes
La primera aproximación nos lleva a objetivarlo como un efecto y el que se trate de una modificación inducida significa que ciertas circunstancias del entorno del paciente son determinantes para provocar la aparición de dicho efecto. A estas circunstancias se las puede calificar como generadoras de una situación curativa.
Por situación curativa se puede entender el peculiar conjunto de relaciones psicosociales que tiene lugar entre un paciente con un malestar de cualquier índole que desea ser aliviado y un cierto entorno, habitualmente representado por el médico o terapeuta, del que se percibe la intención curativa, esperando que proporcione el alivio deseado. Se puede comprender fácilmente, por un lado, que las variaciones en grados y matices que ocurren en diversas situaciones curativas son grandes, y por otro, las enormes diferencias existentes en las formas de percepción subjetivas de cada paciente. Todo ello origina la enorme variabilidad del efecto placebo.
Por lo tanto, en cualquier maniobra curativa existe la presencia inherente del efecto placebo, al margen del mecanismo de acción de dicha maniobra. Esto no significa que el efecto placebo sea consustancial con todos los resultados favorables que intervienen en el alivio o resolución de problemas patológicos directos o derivados, ya que en unos casos su presencia puede ser exigua, en otros inexistente, en algunos casos de efectos negativos y en otros predominante, tal como se demuestra más adelante en el estudio de la cuantificación del efecto placebo respecto a diferentes variables.
La consecuencia más conocida del efecto placebo es su acción antiálgica en diferentes tipos de dolor, tales como:
Postraumático.
Isquémico.
Postoperatorio
Vascular.
Inflamatorio.
Espasmódico, y,
Asociado al cáncer.
Por ello, se puede considerar la aparición del efecto placebo en:
Farmacoterapia.
Cirugía.
Administración de placebos o sustancias farmacológicas inertes en forma de medicamentos.
Psicoterapia a nivel individual o de grupo.
Algunos grados de sugestión, hipnosis y cura de sueño.
Acupuntura.
Homeopatía.
Condicionamiento de personalidad y conducta.
Maniobras mecánicas tales como las de rehabilitación y osteopatía.
Bioretroalimentación.
Y cualquier otro contexto que genere una situación curativa.
Desde la perspectiva del paciente, todo ello depende, en gran medida, de aspectos generales tales como:
Fácil acceso a la estructura sanitaria.
Oportunidad médica.
Sensación de atención específica muy personalizada.
Procedimientos médicos no cruentos.
Cumplimiento de normas que el paciente percibe como necesarias y/o justas.
Trato correcto y respetuoso.
Resultados anteriores óptimos obtenidos de la atención médico/sanitaria.
Sentido social y humanitario.
Percepción de que el terapeuta se ha puesto en su lugar.
Sensación de que el terapeuta se encuentra absolutamente convencido de los beneficios del tratamiento que se le ha prescrito, y por tanto,
Entiende la situación como de "no experimental".
Una situación contraria a cualquiera de los puntos referidos anteriormente genera en la psique del paciente una situación curativa negativa.
Por lo expuesto, el efecto placebo no es una respuesta del todo o nada, sino que presenta una gran variabilidad interindividual. Además de ser el acompañamiento inseparable de lo que habitualmente se consideran como maniobras terapéuticas orientadas a una acción específica, farmacológica, quirúrgica u otras, puede ser provocado en otras circunstancias a condición de que se presenten en una situación curativa. Sin embargo, el efecto placebo no siempre es beneficioso; el uso de sustancias farmacológicas inertes, así como algunas situaciones personales de interrelación terapéutica/estructura sanitaria/paciente pueden producir, en ocasiones, efectos no deseados (Gowdey C.W., 1983).
Paciente
Centro sanit. Clínicos
Las perspectivas de los actores en la prestación de la atención médica tienen enfoques diferentes; no obstante, en el esquema se pone de manifiesto que las coincidencias son importantes. Por ello, cuanto mayor sea la zona central coincidente (la estrella representa la situación curativa), mayor será la calidad y eficiencia con que se otorguen los servicios y la satisfacción de las expectativas de los tres participantes en el sistema sanitario, que redundará, consecuentemente, en una mayor presencia de efecto placebo.
El efecto placebo, por su misma naturaleza subjetiva, no puede ser accesible a la investigación in vitro y representa uno de los ejemplos más concluyentes en contra de la creencia de que la investigación de las interacciones químicas es la única dirección para progresar en el tratamiento de las enfermedades.
Diversas observaciones sugieren que la eficacia del efecto placebo depende de la intensidad y cualidad de la sugestión (Evans F.J., 1981), es decir, del conjunto de elementos que inducen a la curación, que a su vez se asocian a la satisfacción de la expectativa de curación del paciente. De aquí derivan la indeterminada cantidad de factores que influyen para que se dé el efecto placebo, tales como los que derivan de los diferentes estados socioeconómicos, culturales, ideológicos, raciales, sexo, edad, ambientales, inseguridad y timidez, angustia, miedo al dolor, etc., a los que se deben sumar las experiencias precedentes de cada sujeto en otras situaciones similares.
Las expectativas del paciente se pueden relacionar con:
El médico, terapeuta o su equivalente en otras culturas tales como curanderos, brujos o chamanes (Evans F. J., 1981; Wheatley D., 1968):
Lo que parece influir en mayor medida es lo que se refiere al prejuicio del paciente respecto al terapeuta en general, a la institución donde trabaja el facultativo o ambos. Este prejuicio puede ser muy favorable o acentuadamente desfavorable, pasando por diversas combinaciones ambivalentes que provienen de su experiencia personal o de informaciones que le llegan de otros pacientes, de sus allegados u otras fuentes, acerca de la situación curativa que habrá de enfrentar, tales como si el médico y/o enfermera tienen o no buena presencia, prestigio, buen trato, prescripción o no farmacológica u otras medidas higiénicas o de rango administrativo, etc.
El ambiente físico/estructural de la situación curativa:
Para algunos pacientes una especial escenografía puede ser decisiva, para otros, su expectativa se relaciona mucho más con la limpieza, el orden, la puntualidad de la entrevista, la comodidad de las sillas de la sala de espera, la amplitud de la habitación, el color de la pintura de las paredes y de las cortinas, visillos o persianas, la interrelación con otros enfermos, lo que sugieren los cuadros abstractos colgados en las paredes, el color de las flores, aspecto general de la consulta, número de escalones del Centro, la amplitud del ascensor, dificultad para acceder al terapeuta dentro del Centro, edificio sanitario extraviado o mal comunicado, comodidad de la camilla, luminosidad fuerte o débil, mucha o poca instrumentación de ayuda así como su aspecto, tamaño y color e incluso, la posible influencia que ejerce en el paciente un cierto día de la semana y/o una hora determinada.
3. La maniobra terapéutica:
3.1.- Existen estudios de la enorme intensidad de efecto placebo conseguida mediante una intervención quirúrgica simulada (Cobb L.A., Thomas G.I., Dillard D.H., Merendino K.A., Bruce R.A., 1985), tales como la que practican los curanderos conocidos como "cirujanos psíquicos".
3.2.- La vía de administración de un medicamento (Lasagna L., 1955). Es habitual el paciente que está convencido de la superioridad de una "inyección" sobre una "pastilla".
3.3.- La presentación del medicamento por vía oral en cuanto a forma, tamaño y color (Lasagna L. 1955; Blackwell B., Bloomfield S.S., Buncher C.R. 1972; Shapira K., McClelland H.A. Griffiths N.R., Newell D.J., 1970). Existen pacientes que tienen tendencias hacia un color, por lo que sólo éste les podrá curar definitivamente. Es común que un paciente refiera el color de una gragea o cápsula que le curó y sin embargo, no recuerde el nombre del medicamento.
3.4.- La mayor o menor satisfacción de las expectativas del paciente representa una de las vertientes de la situación curativa, la otra se encuentra constituida por el mensaje del terapeuta, verbal o no verbal, es decir, lo que el paciente percibe que le dice el médico, no necesariamente lo que éste le dice. En este sentido, cuanto más convencido esté el terapeuta de la eficacia del tratamiento que prescribe, tal convicción parece constituir el mensaje más efectivo para despertar en el ánimo del paciente la confianza en su alivio o curación (Lyerly S.B., 1964; Gibbons F.X., Hormuth S.E., 1981). Es decir, el convencimiento del terapeuta actúa como el factor de sugestión más eficaz. Se alcanzaría el fenómeno contrario ante la percepción de una situación curativa sólo experimental. Además de la convicción, la sugestión se puede reforzar a través de un lenguaje positivamente sentencioso y apropiado a las características culturales del paciente, o sugiriendo ciertos horarios y condiciones para la toma del medicamento u otro tratamiento, que en algunos enfermos puede ser de enorme influencia.
3.5.- Mientras mayor sea el convencimiento del paciente del buen éxito del tratamiento mayor posibilidad de aparición del efecto placebo y desde luego, de la propia eficacia del medicamento indicado; especialmente en aquellos pacientes que ya tienen experiencia anterior en la resolución de una patología que presentó síntomas similares a los actuales. Aunque el diagnóstico sea diferente.
3.6.- Además de la sugestión, la modificación de la ansiedad es un importante componente del efecto placebo (Evans F.J., 1981), lo que probablemente significa que una disminución de la ansiedad facilita la sugestión, y recíprocamente, el proceso de la sugestión disminuye la ansiedad. La ansiedad representa para el paciente un malestar que se manifiesta por una espera inquieta frente a un peligro impreciso. No se debe confundir ansiedad con depresión, puesto que esta última, aún teniendo algún síntoma común como es la tristeza, se diferencia de aquella en que el entorno y el ambiente no le aportan ayuda, no desea nada, y sobre todo, no concibe que sea posible nada mejor puesto que vive en un pesimismo que considera crónico. No obstante, no se debe descartar la posible actividad beneficiosa del efecto placebo.
Igualmente, hay que considerar la influencia del efecto placebo en la ansiedad neurótica, caracterizada tanto por las neurosis de angustia como por las neurosis estructuradas tales como las fóbicas, obsesivas e histéricas (Chauveau, 1989). Especial hincapié debe hacerse al mencionar las neurosis histéricas ya que se expresan somáticamente aún careciendo de una base orgánica real. El lenguaje coloquial la describe, equivocadamente, como simulación. En este tipo de neurosis es extremadamente beneficioso un "bien conducido" efecto placebo mediante una controlada sugestión.
3.7.- El nivel cultural del paciente parece influir de una manera determinante en el grado de intervención del efecto placebo. Se supone que un paciente no escolarizado se dejará influir por la autoridad del médico y el entorno, en mayor medida que un universitario.
4.- Todos estos fenómenos como componentes del efecto placebo se pueden agrupar y resumir en:
4.1.- La agrupación o propiedad inherente a los seres vivos de relacionar en la dimensión espacio-tiempo, la enorme diversidad de factores de su entorno con sus respectivos componentes fisicoquímicos, biológicos y psicosociales. Todas las formas de aprendizaje implican asociaciones. Se vinculan ciertas experiencias con situaciones de bienestar o malestar.
4.2.- La unificación como otra propiedad consustancial con el ser humano, que incorpora a las asociaciones como integrantes de pautas, comportamientos o conductas de complejidad diversa. Los reflejos condicionados, el dominio de destrezas psicomotoras, el efecto placebo analgésico evocado por el color y/o el tamaño de una pastilla, son ejemplos de integración.
4.3.- La posición por antelación o propiedad peculiar del ser humano de alcanzar grados diversos de facilitación hasta adelantar el desencadenamiento de ciertas pautas, comportamientos y conductas, antes de la aparición y aún en ausencia de las condiciones que en un principio fueron determinantes para desencadenar su iniciación (por ejemplo, el dolor del miembro fantasma). Las expresiones: "... en cuanto he llegado al Centro de Salud se me ha aliviado el dolor", o aquella otra: "... en cuanto le he visto a Vd. se me ha quitado el dolor", traduce la anticipación del efecto placebo.
4.4.- La afinidad, que construye una excelente relación con el terapeuta, especialmente si se fundamenta en conceptos de amistad, o que define la atención sanitaria por sexos. El caso ordinario de mujeres con problemas ginecológicos que prefieren ser atendidas por una médico o de hombres con patología urológica que desean ser atendidos por médicos de su mismo sexo, son casos claros de afinidad.
4.5.- La sugestión curativa, que es el proceso que se inicia en el arreglo asociativo/grupal de todo ese conjunto de componentes propios de la situación curativa, el mismo que se integra como una movilización armónica del organismo cuya extraordinaria selectividad se encuentra rigurosamente dirigida por la autopercepción del malestar, con efectos que varían desde la desaparición del malestar hasta la nulidad del efecto, pasando por todos los grados y matices de modificación del malestar. Del arreglo asociativo, del deseo de alivio por parte del paciente, del cumplimiento de sus expectativas y de la cualidad del mensaje del terapeuta, depende, críticamente, el poder curativo de la sugestión.
2007-02-01 05:11:13
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answer #9
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answered by Anonymous
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