Malinalco (ciudad), ciudad y cabecera municipal del estado de México. Se localiza en la margen izquierda del río Malinalco, a 1.500 m de altitud. Posee un clima semicálido. En sus inmediaciones se cultivan arroz, aguacate y árboles frutales. Su industria es básicamente de producción de alimentos y bebidas. Cuenta también con un centro piscícola. Es una típica población de trazo colonial, en donde los principales lugares de interés son el convento agustino del siglo XVI y la zona arqueológica de Malinalco. En esta última, la principal construcción es el templo dedicado a Malinalli, deidad femenina, excavado totalmente en la pared de la montaña, dando lugar a un edificio monolítico único en América. Población (2000), 6.487 habitantes.
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El nombre de Malinalco refiere al tolnapohualli o calendario azteca y corresponde al duodécimo signo de los 20 del mes, es decir malinalli, según los Anales de Quauhtinchan. Otro jeroglífico, en el Códice Borgia, aparece el duodécimo día malimalli con la bandera pámitl, que se refiere al sacrificio humano y a la muerte.Por su parte el Códice Boturini, lo designa como Tira de la Peregrinación. En Matrícula de Tributos (Códice de Moctezuma), el toponimo de Malinalco se interpreta por un cráneo humano rematado por seis estilizaciones de la planta malinalli florecida, éste se utiliza oficialmente.
Escudo
Malinalco no cuenta con un escudo en el sentido clásico de la palabra. Lo reemplaza más bien un logotipo que se utiliza en la papelería de los documentos oficiales del ayuntamiento y cuyo entorno varía con las fechas de cada periodo de la administración política. Su dibujo es bastante reciente y fue elaborado por Ernesto Romero Tetatzin en 1985: condensa un escudo de la nación mexicana que rige una figura que representa un bulto que simula un personaje o una montaña bajo la flor de malinalli. Enmarcado con las palabras “Tu arqueología constancia de nuestra raza cultura y trabajo”. A la izquierda la palabra “Malinaltepetl”.
HISTORIA
Reseña Histórica
Los primeros poblamientos en la región de Malinalco se registran en la época del, “Posclásico temprano y el inicio del Tardío” época de movimientos de pueblos en el altiplano y de otras naciones procedentes de la “Frontera Norte de Mesoamérica”. Según Luis Galván Villegas, la noticia más antigua de Malinalco es cuando fue colonizado por un grupo culhua encabezado por Cuauhtepexpetlatzin que se acababa de establecer en Culhuacán; aquél considera que se dio en el siglo XII, “cuando los toltecas ocupan Culhuacán en la Cuenca de México”, Galván Villegas agrega: ...para ese tiempo Malinalco ya estaba poblado con gente de raigambre matlazinca, y tal vez los ocuiltecos eran vecinos ya que la lengua matlazinca se deriva del otomí suriano y el ocuilteca a su vez del matlazinca. Por otro lado, José García Payón asegura que en el México antiguo, Malinalco formó parte del área matlazinca y que inclusive su habla se conoce que existía desde el año 600 d.C.
A Malinalco llega el monarca chichimeca Xólotl, ésto en el año ce-técpatl. Fernando de Alba Ixtlilxóchitl, en la sumaria relación de las cosas de la Nueva España, explica las actividades de este rey que con un gran contingente pobló, repartió territorios y muchos de ellos ocupados antes por los Toltecas quienes estaban en plena decadencia. Asimismo, menciona que Xólotl entregó los territorios a sus nobles y de qué manera los chichimecas fueron poblando vastas regiones. Al cabo de un periodo de cierto entendimiento entre los aztecas y los malinalcas, posteriormente, en 1476, los aztecas bajo el mando de Axayácatl, sojuzgaron a los pobladores vecinos de Tenochtitlán, ésto es comentado por diversas fuentes, entre ellas la de Sahagún, en su obra Historia General de las Cosas de la Nueva España
A la llegada de los españoles, Malinalco se comportó contrario a esta invasión y conquista; Andrés de Tapia tuvo el encargo de hacer rendir a los de Malinalco y Ocuilan (después de la noche triste). La tierra recién pacificada se organizaría en el régimen de encomiendas; en Malinalco las primeras fueron otorgadas a Cristóbal Rodríguez de Ávalos y a la Corona. Fue Cristóbal Rodríguez, encomendero ejemplar, quien influyó en la tarea evangelizadora y apoyó para la edificación del convento. Los franciscanos, primeros encargados de la trascendente tarea misionera a partir de 1524, van recorriendo las tierras recién conquistadas; en 1526 el arribo de los dominicos amplía la red evangelizadora. Sería hasta la llegada de los agustinos en 1533, la última órden en llegar y a ella se le designa Malinalco, ya que estos frailes se instalan en esa red misionera cerrando los huecos territoriales que les habían dejado los franciscanos y los dominicos. Los agustinos se dirigen primero a Ocuilan, fundación que se completa con la de Malinalco después de la Reunión o Capítulo 1540; ésto conforme a las reglas que establecían que el costo de los monasterios sería asumido en su mayor parte por el encomendero, en este caso por Cristóbal Rodríguez, altruismo que les es reconocido, dándole al monasterio de Malinalco, el nombre inicial de “San Cristobal” ahora del Divino Salvador.
La iglesia convertida en parroquia, contó con apoyo en la atención a los feligreses, gracias a la erección posterior de capillas; es probable que en un principio las edificaciones estuvieran hechas con techos de paja en cada uno de los barrios y en ciertos pueblos, sumando once en total; buenos ejemplos de ello son San Nicolás Tolentino y Jesús María en el actual pueblo de San Nicolás.
Por otro lado, la hacienda de Jalmolonga fue la más importante de la región de Malinalco, formó parte de la Encomienda otorgada a Cristóbal Rodríguez en los años inmediatos a la conquista; la historia se precisa cuando los jesuitas penetran en el territorio al adquirir lo que ya era ingenio o trapiche de Jalmolonga; la actividad azucarera ampliamente redituable devino en uno de los muchos quehaceres que los jesuitas usufructuaron en el beneficio del sustento de su colegio capitalino de San Pedro y de San Pablo, ya que el trapiche de Jalmolonga se unían otras haciendas en el actual estado de Morelos como la de Cuauhtla; el esfuerzo de estos clérigos fue apoyado por la Corona con tierras y donaciones en efectivo. La expulsión de los jesuitas trajo trastornos para la región; a pesar de que la Corona se encargó de atender a los bienes que daban sustento a los colegios eregidos por la orden, las nuevas situaciones obligaron a la Corona a liberar dichos bienes; ésto se llevó a cabo por decreto de Carlos III; sin embargo, esta hacienda no dejó su productividad al olvido siendo la misma en 1775, año en que fue adquirida por el conde de Regla, Manuel Romero de Terreros.
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http://www.edomexico.gob.mx/newweb/Gobierno%20en%20internet/PAGMUN/Mun_Malinalco.asp
2007-02-01 05:44:00
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answered by Anonymous
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