Los católicos le rezan a todo lo que puedan poner en un cuadrito, estatua, imagen o estampita. En la biblia no se hace referencia en ningún pasaje, de que María haya ascendido en cuerpo y alma al cielo. No se habla tampoco incitando a la veneración ni a la adoración de ella. Su misión está claramente expuesta, ser la madre del salvador.
Nadie necesita intermediario para comunicarse con Dios, ni vírgenes, ni santos, etc.
2007-01-30 01:42:00
·
answer #2
·
answered by Anonymous
·
2⤊
1⤋
María la madre de Jesús murió unos años después de la muerte de Jesús, teniendo en cuenta que fue una mujer especial, que fue escogida por dios para tener a su hijo, que fue una fiel seguidora del cristianismo, lo mas probable es que fuera una de las 144000 escogidas por dios para vida celestial, teniendo en cuenta que en 1914 comenzó la resurrección de los ungidos, ahora debe estar resucitada en los cielos, pero rezarle a ella es como rezarle a uno de los ángeles de dios, solo dios merece merece la adoración.
revelación 4:11
11 "Digno eres tú, Jehová, nuestro Dios mismo, de recibir la gloria y la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y a causa de tu voluntad existieron y fueron creadas".
2007-01-30 04:05:47
·
answer #4
·
answered by chupi_garcia 4
·
0⤊
0⤋
FUNDAMENTOS O RAZONES DE ESTE DOGMA
La definición pontificia sobre la Asunción de María estuvo precedida, desde muchos siglos atrás, de múltiples razo nes teológicas y testimonios que llevaron ?en su momento- a la feliz proclamación de este dogma mariano. Las principa les razones fueron las siguientes.
La creencia universal de la Iglesia
Desde los primeros siglos hasta nuestros días, la unani midad de la fe del pueblo cristiano, quedó de manifiesto con la respuesta unánime y afirmativa de todos los obispos del mundo -que a su vez representaba al pueblo fiel de todo el orbe-, a la consulta que sobre la definibilidad de la Asunción de María hiciera el Papa Pío XII en el año de 1949 (cfr. DZ. 2332).
El testimonio de los Padres
La Tradición de la Iglesia, expresada en sus Padres y Doctores, pone de manifiesto su intuición y su fe en esta ver dad, la cual se refleja ejemplarmente en los autores que enseguida se citan.
San Juan Damasceno, en el siglo VII, escribe: "convenía que aquella que en el parto había conservado íntegra su virginidad, conservase sin ninguna corrupción su cuerpo después de la muerte; convenía que aquella que había llevado en su seno al Creador, hecho niño, habitara en la morada celeste; convenía que la Esposa de Dios entrara en la casa celestial; convenía que aquella que había visto a su Hijo en la Cruz, recibiendo así en su corazón el dolor de que había estado libre en el parto, lo contemplase sentado a la diestra del Pa dre; convenía que la Madre de Dios poseyera lo que corresponde a su hijo y que fuera honrada como Madre y esclava de Dios por todas las criaturas (Homilía en la dormición de la Virgen: PG 96,742).
San Germán de Costantinopla, del siglo VII: "Así como un hijo busca y desea estar con la propia madre, y la madre ansía vivir con el hijo, así fue justo también que Tú, que amabas con un corazón materno a tu Hijo y Dios, volvieses a Él. Y fue también muy conveniente que Dios, que te amaba como Madre suya, te hiciere partícipe de la comunidad de vida con Él mismo. De esta forma, Tú, habiendo sufrido la pérdida de la vida, propia de las cosas caducas, has emigrado a las mora das que durarán por los siglos, allí donde mora Dios, junto al que Tú vives, oh Madre de Dios, sin separarte de su compañía" (Homilia in Dormitionem B.V. Mariae).
Recogiendo la doctrina de sus predecesores, Juan Duns Scoto, en el siglo XIV, podía afirmar: "Convenía, Dios podía hacerlo, luego lo hizo" (In III sententiarum, dist. III, q.1; cfr. DZ. 2331).
Los grandes privilegios marianos
El fundamento del dogma de la Asunción de María se desprende y es consecuencia de los anteriores dogmas marianos. En efecto, si por la plena asociación de María a la persona y a la obra de su Hijo se debió su redención anticipada; por esa misma razón, convenía también su glorificación anticipada, su asunción corporal, como veremos enseguida.
a) Por su Inmaculada Concepción
Puesto que María ?por su Inmaculada Concepción? estuvo exenta de todo pecado, no quedaba sujeta a la ley de padecer la corrupción del sepulcro ?castigo del pecado? ni, por consiguiente, tampoco tenía necesidad de esperar la redención de su cuerpo hasta el fin del mundo.
Si la resurrección es el triunfo y el trofeo de la Redención, a una redención preventiva y anticipada, como ocurrió en María, corresponderá también una anticipada resurrección. Por ello, primicias de la redención de Cristo en el alma de María fueron su preservación del pecado y la plenitud de gracia, y primicias, de la redención en su cuerpo fueron su incorruptibilidad y su anticipada glorificación.
b) Por su divina Maternidad
Si Adán y Eva introdujeron en el mundo la muerte del alma, que es el pecado y, con él también la muerte del cuerpo, que es la corrupción; Cristo, por el contrario, introduce la vida del alma ?que es la gracia?, y la inmortalidad del cuerpo por medio de la resurrección. Por estas dos consideraciones, María que es Madre de Cristo y Madre de los hombres, es lógico que la que es causa de vida y antídoto contra la muerte, Ella, no permanezca en el sepulcro presa de la misma muerte.
Así pues, dado que nuestro Redentor es hijo de María, su glorificación anticipada parece ser exigida: Cristo que pu diendo dar a su Madre tanto honor y tanta gloria, necesariamente lo hizo.
"No era tampoco admisible que Tú, Vaso que contuvo a Dios, fueses disuelta en el polvo de la corrupción, que destruye todos los cuerpos... Era necesario que la Madre de la Vida cohabitase con la Vida y recibiese la muerte como un sueño y, en tanto que Madre de la Vida, fuese su traslado como el despertar" (San Germán de Constantinopla, Homilia in Dormitionem B.V. Mariae).
c) Por su perpetua virginidad
Finalmente la virginidad perpetua de María, nos conduce a la conveniencia de su incorruptibilidad. Cuando pensamos en el cuerpo santísimo de María, tan divinamente poseído de Dios, no se concibe que sea presa de la corrupción; por ello puede afirmarse que su misma virginidad exige los esplendores de la glorificación corporal.
CONSECUENCIAS PARA LA FE Y LA PIEDAD
a) La Asunción de la Virgen es un argumento prueba de que todos los hombres, de los que Ella es Madre, estaremos también en el Cielo con nuestro cuerpo glorificado: si apren demos a gastar la vida en el cumplimiento de la voluntad de Dios como lo hizo Santa María.
b) María es nuestra esperanza, pues en Ella se ha dado con plenitud lo que todo hombre está llamado a ser al final de los tiempos. María es nuestro consuelo, ya que podemos dirigirnos a aquella que antes de nosotros recorrió este valle de lágrimas y ahora fija sus ojos en la luz eterna. María es nuestro refugio porque con su ternura nos devuelve la paz y, por su poderosa intercesión nos sabemos amparados. Glorificada anticipadamente, vive en el Cielo con una solicitud maternal y amorosa por todos sus hijos.
"Subió al cielo nuestra Abogada, para que, como Madre del Juez y Madre de Misericordia, tratara los negocios de nuestra salvación" (San Bernardo, Hom. en la Asunción de la B.V. María).
2007-01-30 01:42:57
·
answer #8
·
answered by Ricko 5
·
1⤊
1⤋