En 1822 Estados Unidos fue el primer estado que reconoció las nuevas naciones que en Hispanoamérica acababan de separarse de España. Aquel mismo año inquietaron a los Estados Unidos dos iniciativas procedentes de Europa y dirigidas hacia el Nuevo Mundo:
El zar Alejandro I proclamó los derechos de Rusia sobre la costa del Pacífico y las aguas vecinas desde Alaska, que pertenecían entonces a Rusia hasta el paralelo 51, es decir hasta la parte norte de la isla de Vancouver.
Siguiendo las instrucciones de Monroe, John Quincy Adams informó al ministro de Rusia que los Estados Unidos "debían discutir el derecho de Rusia a cualquier establecimiento territorial en este continente y debían afirmar claramente que el continente americano no se hallaba ya supeditado a cualquier nuevo establecimiento colonial europeo".
El Secretario de Estado escribió al Ministro de los Estados Unidos en Rusia: "tal vez no haya momento más favorable para decir franca y explícitamente al gobierno ruso que la paz futura y el interés de la propia Rusia no pueden verse facilitados por el establecimiento de Rusia en una parte cualquiera del continente americano".
En otoño de 1822, en el Congreso de Verona, Francia y las potencias de la Santa Alianza (Rusia, Austria y Prusia) decidieron intervenir en España, donde una revolución había obligado a Fernando VII a aceptar una Constitución liberal. En 1823 Luis XVIII envió un ejército al otro lado de los Pirineos para ayudarle a restaurar su poder absoluto.
Los Estados Unidos temieron que las potencias de la Santa Alianza, se ocupasen luego de sus antiguas colonias hispanoamericanas.
Londres propuso a Washington una declaración común americano-británica que alertase a las potencias europeas contra cualquier tentativa de reconquistar Hispanoamérica.
Los Estados Unidos plantearon como condición: que Inglaterra reconociese, en primer lugar, la independencia de las antiguas colonias hispanoamericanas. Inglaterra procuró esquivar la cuestión.
Monroe, según observó su Secretario de Estado, se "alarmó" cuando las fuerzas francesas se apoderaron de Cádiz, última plaza fuerte de los revolucionarios.
John Quincy Adams vio con agrado que Monroe decidiese manifestarse sin coordinar para nada con Inglaterra, para no estar como un furgón de cola de dicho país. Adams preconizaba una comunicación transmitida por las vías diplomáticas normales a Francia y a Rusia, pero Monroe prefirió una declaración solemnemente integrada a su "mensaje sobre el estado de la Unión".
La primera parte de esta declaración aludía a las pretensiones de Rusia sobre la costa del Pacífico, La segunda parte concernía más específicamente a las intenciones que las potencias europeas pudiesen tener sobre América Latina. Monroe pedía con firmeza a las potencias europeas que no interviniesen en América. Asimismo, confirmando la política de neutralidad inaugurada por George Washington, adquiría el compromiso de no intervenir en los asuntos europeos.
Por lo tanto la llamada doctrina Monroe comprende dos elementos indispensables: "nada de intervención europea en América y nada de intervención americana en Europa" (Julien, Claude)
Consecuencias de la doctrina Monroe
La consecuencia más importante fue la creación de la teoría de las dos esferas y de allí que se hable de la doctrina Monroe como de la doctrina de América para los americanos o, un tanto sarcásticamente, de América para los norteamericanos.
Señaló el nacimiento de una diplomacia propiamente usamericana, resultado de la toma de conciencia inmediatamente posterior a los acontecimientos revolucionarios.
Logró detener una doble amenaza: la de los rusos que trataban de extenderse por la costa del Pacífico y excluir todos los navíos extranjeros al norte del paralelo 51, y la de las potencias de la Santa Alianza, deseosas o susceptibles de inclinarse a socorrer a España en sus posesiones americanas.
Fue recibida con entusiasmo en los Estados Unidos, pero en Europa pasó inadvertida o provocó cierta exasperación, porque, como han demostrado diversos historiadores, las potencias europeas en realidad no tenían intención alguna de intervenir en la América española.
Fue letra muerta, por lo menos durante 20 años. La doctrina, con relación a Latinoamérica, se tradujo en una política de no-alianza sistemática (negativa a intervenir en el Congreso de Panamá de 1826).
Las aplicaciones de la doctrina en la primera mitad del siglo XIX fueron raras (intento anglo-francés cuando la cuestión de Texas, en 1845, o la amenaza inglesa y española sobre Yucatán en 1848. La verdadera historia de la doctrina comienza a fines del s. XIX cuando se transformó en ofensiva y sirvió para justificar las anexiones usamericanas.
2007-01-28 11:46:32
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answer #1
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answered by Eduardo 3
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Declarada en 1823 por el presidente de Estados Unidos que lleva su nombre, consideraba que en las Américas había un sistema político diferente del vigente en las monarquías restauracionistas europeas. Por ello, los EUA interpretarían toda tentativa del Viejo Mundo por recuperar o extender su influencia en el Nuevo Mundo, como peligrosa para su paz y seguridad.
A principios del siglo **, EUA ya había consolidado su Estado nacional y afirmado su "destino manifiesto". Había anexado territorio mexicano, ocupado Cuba, Puerto Rico, Panamá, Filipinas, Guam y Hawai. Su hegemonía también alcanzaba a la América Central y el Caribe hispanoparlante. En esa época, el entonces Presidente de los EUA, Teodoro Roosevelt emitió el Corolario (1904) que lleva su nombre aseverando que si un país del hemisferio americano, situado en la zona de influencia de los EUA, actuaba "amenazando" o poniendo en peligro los derechos o propiedades de ciudadanos o empresas de su país, el gobierno de EUA estaba obligado a intervenir en los asuntos domésticos del país "desquiciado" para reordenarlo, restableciendo los derechos y el patrimonio de su ciudadanía o de sus empresas. Este corolario transformó la Doctrina Monroe, que decía proteger a los Estados del Nuevo Mundo contra la intervención europea, en una doctrina de intervención de los EUA en América Latina y el Caribe.
2007-02-01 14:23:22
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answer #2
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answered by grilla_3 3
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America Para los americanos. Lo que en realidad se quizo decir es America para los Estadounidenses, ellos creen tener el derecho de explotar las riquezas de America (Sur, Centro y Norte) y no los europeos. Claro que solo los Estadounidenses creen eso.
2007-01-28 19:54:44
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answer #3
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answered by Draconomicon 5
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Uhmm..América para los americanos...
el problema es que en aquella época Europa estaba en su apogeo y conquistaba países en África y también deseaba entrar en Asia y América, pero los japoneses se levantaron en Asia y se volvieron potencia (ojo te hablo en la época antes de la primera guerra mundial)
y Estados Unidos se levantó por América y bajo la doctrina Monroe daba a entender que América debía ser trabajada por americanos en realidad y pocas palabras para que no vienieran los europeos a invidar porque los grnigos querían ungirse como potencia.
Es todo broder.
=D
2007-01-28 19:43:29
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answer #4
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answered by Anonymous
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breve historia:
Doctrina Monroe, enunciada inicialmente en 1823 por el entonces presidente de los Estados Unidos, James Monroe, en respuesta a la amenaza que suponía la restauración monárquica en Europa y la Santa Alianza. Con sus transformaciones y adaptaciones a lo largo de las décadas representa el ortograma de la política exterior norteamericana, desde el aislacionismo del nuevo continente al veto frente a las pretensiones de las naciones europeas de intervenir en América. En virtud de ella los EE.UU. interpretarían como peligrosa para su paz y seguridad toda tentativa del Viejo Mundo de recuperar o extender su influencia sobre el continente americano.
La doctrina fue presentada por el presidente James Monroe durante su séptimo discurso en el Congreso sobre el Estado de la Unión. Fue tomado inicialmente con dudas y posteriormente con entusiasmo. Fue un momento definitorio en la política exterior de los Estados Unidos. La doctrina fue concebida por sus autores, especialmente John Quincy Adams, como una proclamación de los Estados Unidos de su oposición al colonialismo, pero ha sido posteriormente reinterpretada de diversas maneras.
Al comienzo del siglo ** Estados Unidos afirmó su destino manifiesto y el presidente Theodore Roosevelt emitió el Corolario de 1904 (Corolario Roosevelt) afirmando que, si un país americano situado bajo la influencia de los EE.UU. amenazaba o ponía en peligro los derechos o propiedades de ciudadanos o empresas estadounidenses, el gobierno de EE.UU. estaba obligado a intervenir en los asuntos internos del país "desquiciado" para reordenarlo, restableciendo los derechos y el patrimonio de su ciudadanía y sus empresas. Este corolario supuso, en realidad, una carta blanca para la intervención de Estados Unidos en América Latina y el Caribe.
en america latina:
Los orígenes de la actual política norteamericana hacia América Latina hay que rastrearlos en el Mensaje al Congreso del Presidente James Monroe, el 2 de diciembre de 1823, cuyos siguientes párrafos son conocidos como la Doctrina Monroe:
" Los continentes americanos, por la libre e independiente condición que han asumido y que mantienen, no deberán ser considerados ya como susceptibles de futura colonización por cualquiera de las potencias europeas".
"La sinceridad y relaciones amistosas que existen entre los Estados Unidos y aquellas potencias, nos obligan a declarar que consideraríamos peligroso para nuestra paz y seguridad cualquier tentativa de parte de ellas que tenga por objeto extender su sistema a una porción de este hemisferio, sea cual fuere. No hemos intervenido ni intervendremos en las colonias o dependencias de cualquier potencia europea: pero cuando se trate de gobiernos que hayan declarado y mantenido su independencia, y que después de madura consideración, y de acuerdo con justos principios, hayan sido reconocidos como independientes por el gobierno de los Estados Unidos, cualquiera intervención de una potencia europea, con el objeto de oprimirlos o de dirigir de alguna manera sus destinos, no podrá ser vista por nosotros sino como la manifestación de una disposición hostil hacia los Estados Unidos".
Como lo han demostrado todos los hechos posteriores, la doctrina no implicaba una política defensiva frente a Europa, sino que era una amenaza contra cualquier pretensión de cerrar el paso a la expansionismo norteamericano. En 1823 casi todas las colonias de España en América se habían independizado. Uno de los grandes artífices de ese proceso, Bolívar, había empezado a trabajar en el sueño de la unidad de las repúblicas latinoamericanas. Integración en la libertad, era su ideal. En diciembre de 1824 Bolívar firma la carta de invitación al Congreso que se lleva a cabo, en circunstancias muy adversas, en 1826. Por un lado varios gobiernos de la región no entienden la necesidad e importancia de la Confederación, por otro lado, Francisco de Paula Santander, contrariando las instrucciones del Libertador invita al Congreso a los Estados Unidos de América. Con la muerte del Libertador se interrumpe su sueño de la Patria grande.
Las principales esferas de actividad del imperialismo yanqui se distribuyen entre los continentes de Europa, Asia y América Latina, en cada uno de los cuales sigue un curso diferente en conformidad con sus intereses generales y ajustado a las circunstancias concretas en que se ha desarrollado en relación a las otras potencias.
2007-01-28 19:36:51
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answer #5
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answered by Anonymous
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