Hola
El Neoimperialismo es una forma de dominio que ejerce un país poderoso sobre otros menos desarrollas. la cosa funciona así:
EEUU. depende económicamente del petróleo, consume la mayor cantidad de petróleo a nivel mundial, más de la mitad del petróleo lo tienen los árabes, enemigos de EEUU. Principalmente Arabia Saudita e Irak, Kwait es un país aliado de EEUU pero su reserva es insuficiente para abastecer a los gringos. Bajo el pretexto de guerra preventiva o "liberar" al país de la tiranía invade a Irak, que es más débil que Arabia Saudita, Impone en este país un régimen "democrático" pero en realidad lo que hace es sustituir el régimen anterior por uno favorable a él (Cómo en México, que derrocaron a Madero para apoyar a Félix Díaz, pero se atravezó Huerta), este régimen en apariencia es libre, pero en realidad es un estado servilista al servicio de EEUU.
Antes el imperialismo se ejercía por la fuerza, un país conquistaba a otro e imponía en él gobiernos coloniales que estaban sujetos a estancos y cuya única función era de servir de satélites para aumentar el poderío y riqueza de una potencia dada, como lo que ocurrió en América o en África en los siglos XV al XIX, como ahora no es posible hacer eso a la brava, pues se hace a la discreta y se establece un sistema llamado "Neo-colonialismo" y tiene tres formas de instalarse: I) Por vía militar e instalando un gobierno clientelar (ya no es posible hacerlo a la antigüita), 2) Infiltración o espionaje, metiendo elementos favorables para que manejen las cosas a conveniencia de la potencia, un ejemplo temprano podría ser la separación de Texas de México, los gringos fueron metiendo a su gente, los hicieron ciudadanos mexicanos y con cualquier pretexto hicieron que esta provincia se separara de México, la finalidad, desde 60 años antes era anezarse el norte del país, de modo tal que instigarona a una lucha militar, no exactamente funciona así, pero es el ejemplo más claro que te puedo dar en este punto, otra forma es como lo hicieron en Panamá. 3) Por la Economía, imponiendo aranceles, bloqueos o tratados que beneficien a la potencia y forzen a la fuerza débil a acceder a sus términos, como por ejemplo, la forma en que los gringos tratan de ahogar a Cuba para poner otra vez allí a un gobierno pelele (No defiendo a Castro, no me malinterpreten).
Nace a partir de la segunda mitad del Siglo XX, las potencias tratan de imponer su poderío mediante acciones militares, expanción y acaparamiento de la industria tecnológica y sobre todo mediante la imposición de poderío militar como las bases militares que tioene los gringos en todo el mundo, que virtualmente le permiten ejercer presión en cualquier parte del mundo (Wellington decía: "Un buque es el mejor embajador" imagínate la efectividad diplomática de un portaaviones listo para atacar en la costa de un país tercermundista), El Neoimperialismo está hoy en su punto máximo de la historia, EEUU tiene un poder sin igual en toda la historia de la humanidad sin nadie que le pueda hacer peso (Quizás en unos años los chinos o los Europeos equilibren la balanza) desque que cayó el muro de Berlín y se disolvió la URSS.
Hay quienes atribuyen al neoliberalismo estas consecuencias, la verdad es que el neoliberalismo es otra cosa, simplemente es una doctrina política del liberalismo que propone la libertad de acción y libertad de mercado sin intervencionismo (Nada que ver puesto que nunca habla de imponer cosas ni de hacer pobres por maldad), el neoimperialismo es en realidad consecuencia del desequilibrio de fuerzas económicas, política, tecnológicas y militares a favor de los EEUU. que como puedes ver, son el país neoimperialista por autonomasia.
Por cierto, acabo de responder a una pregunta titulada ¿Por qué el inglés es el idioma universal? checa mi respuesta, allí puedes encontrar un ejemplo de esto en el idioma.
Espero haber sido de utilidad y suerte en tu búsqueda.
SALUDOS
2007-01-28 08:35:22
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answer #1
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answered by Victor Hugo G 4
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El "Imperialismo" ha estado con nosotros durante mucho tiempo en sus varias expresiones y configuraciones. En épocas recientes, por lo menos desde la segunda Guerra Mundial, el imperialismo se ha asociado con el anhelo estadounidense de minar el anterior sistema colonial europeo y sustituirlo por un nuevo grupo de regímenes que son 'formalmente independientes', pero de hecho son estados-clientes de Washington. Este sistema imperial se ha descrito como "neo-colonialismo" puesto que los líderes locales son vistos como administradores del Estado al servicio de las multinacionales y bancos estadounidenses. El "imperio informal" de los EEUU fue construido y sostenido por tres pilares interrelacionados: (1) guerras e intervención militar, (2) operaciones encubiertas de espionaje (3) fuerzas de mercado, remiendos financieros de las instituciones financieras multilaterales (FMI, BM) y las agencias económicas del Estado imperial (Tesoro, Comercio, EXIM bank, etc).
Las fuerzas impulsoras de la construcción del imperio estadounidense desde 1950 a 1973, fueron su complejo industrial militar y los militares. Desde principios de los años 70 a comienzos de los 80, la expansión imperial fue estimulada en gran parte por el crecimiento de su capacidad tecnológica militar, los bancos, las fuerzas militares subrogadas en Nicaragua, Afganistán, Angola, Guinea Bissau, Mozambique y los regímenes militares de toda Latinoamérica. De modo más destacado, los colaboradores políticos importantes en la URSS y Europa del Este, promovidos y financiados por agencias estatales y privadas, convirtieron las anteriores economías colectivistas en estados vasallos de los EEUU, integrados y subordinados a la OTAN y dirigidos por regímenes depredadores íntimamente ligados a los sindicatos internacionales del crimen aliados con el imperio estadounidense.
El derrumbe de los regímenes colectivistas de Europa del Este y Asia Central y su subsiguiente conquista por medio de depredadores colaboracionistas dio un gran impulso al anhelo estadounidense, ensanchando su objetivo hasta 'la conquista mundial' - prevista por el "Nuevo Orden Mundial" de Bush padre después de la guerra del Golfo y la colonización del espacio aéreo Iraquí y la división de su territorio.
El Imperialismo recibió el mayor ímpetu con las guerras balcánicas de Clinton, su arriesgada política nuclear con Corea del Norte, y la propagación mundial de la doctrina neoliberal. La Rusia de Yeltsin se convirtió en una casi dependencia de los EE UU y un arco de socios clientes desde el Mar Báltico (Lituania, Letonia, Estonia) pasando por Europa Central (República Checa, Polonia, Hungría) a los Balcanes (Macedonia, Montenegro, Kosovo, Albania) a Asia Central (Georgia), definió las nuevas fronteras del Imperio de Clinton.
Tomó forma un "Neoimperialismo" construido alrededor de bases militares made in USA, especuladores financieros de Wall Street, clientes capitalistas depredadores en los "los países anfitriones" y colaboradores neoliberales en Latinoamérica, África y Asia.
El final de la guerra fría fue el principio de una nueva y virulenta estirpe del imperialismo construido alrededor de un sentido de impunidad, una configuración de poder unipolar en la cual Washington se vio a sí mismo como el centro del universo. La política pública del "Nuevo Imperio" manejado por medio de directrices económicas dadas a los estados-cliente, chantaje político y amenazas económicas a los "aliados" Europeos y Asiáticos, así como acciones militares y actividades encubiertas contra 'estados débiles'.
El "Neoimperialismo" adoptó una forma y sustancia diferentes con la llegada de George W. Bush al gobierno y la muerte de la burbuja especulativa de Wall Street. Las fuerzas motrices que apoyan la presidencia imperial cambiaron de los banqueros inversionistas de Wall Street al complejo de energía-petróleo y militar-industrial. Los conservadores partidarios de la economía de libre de mercado de la era imperial de Clinton fueron sustituidos por un gabinete dominado por ideólogos militaristas de ultraderecha. La construcción imperial por medio de los 'integrantes económicos' del Estado imperial fue sustituida por los ideólogos de la guerra permanente, conquistas militares y promotores-colonialistas (eufemísticamente "construcción imperial").
El estado "Neoimperialista" se convirtió conscientemente en "imperialista" - algunos de los portavoces y publicistas abrazaron abiertamente la denominación y el poder imperial, aún cuando siguen atribuyéndole una misión "humanitaria".
El Neoimperialismo en su variante militarista, que mira hacia las estrategias de guerra, la logística militar y la creación de enormes ejércitos y aparatos de seguridad con cuantioso incremento de los gastos en este sector.
Los costos económicos y el deterioro de la situación económica son despachados sin mutismo: la recesión económica doméstica y la Euro-Japonesa son ignoradas. Guerra y terrorismo son todo lo que importa. Se planeó una secuencia de guerras imperiales: Afganistán, Irak, y otros objetivos señalados - el eje del mal 'señalado por el imperio', integrado en gran parte por estados independientes de los EEUU.
La relativa autonomía del componente militar del Estado imperial en relación con la clase capitalista, particularmente sus sectores industrial y financiero, tiene un impacto importante sobre la mano de obra dentro de los EE UU y en todas partes.
El régimen de Bush está vinculado principalmente a los sectores energía-petróleo y militar-industrial de la economía pero se asegura el apoyo de la mayor parte del resto de la clase capitalista por medio de fianzas judiciales, subvenciones, reducciones de impuestos masivas e intervención por cuenta de la patronal en conflictos laborales.
El bloque cohesivo de capitalistas que gira en torno a la agenda del régimen militarista-imperialista de Bush, está reforzado por el apoyo de grandes empresas a la política neoliberal promovida en el exterior. Esta política proporciona el acceso irrestricto a los mercados, compras de lucrativas minas privatizadas, industrias y bancos y legislación laboral favorable que disminuye los costos e incrementa los beneficios. Sin embargo, igual que los negocios alemanes prosperaron en las etapas iniciales de la expansión imperial Nazi sólo para caer completamente por causa de sus sobredimensionadas operaciones militares y declinante base económica, también el imperialismo estadounidense ha acumulado desequilibrios comerciales, acrecentando los déficits presupuestarios y estancado su base industrial doméstica hiperdependiente del proteccionismo, subvenciones y cuotas sobre importaciones. El Imperio crece, pero la República declina y con ella las condiciones sociales de los trabajadores.
2007-01-28 15:11:46
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answer #3
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answered by Anonymous
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Imperialismo, práctica de dominación empleada por las naciones o pueblos poderosos para ampliar y mantener su control o influencia sobre naciones o pueblos más débiles; aunque algunos especialistas suelen utilizar este término de forma más específica para referirse únicamente a la expansión económica de los estados capitalistas, otros eruditos lo reservan para caracterizar la expansión de Europa que tuvo lugar después de 1870. Aunque las voces imperialismo y colonialismo tienen un significado similar y pueden aplicarse indistintamente en algunas ocasiones, conviene establecer ciertas diferencias entre ellas. El colonialismo, por lo general, implica un control político oficial que supone la anexión territorial y la pérdida de la soberanía del país colonizado. El imperialismo, sin embargo, tiene un sentido más amplio que remite al control o influencia ejercido sobre otra región, sea o no de forma oficial y directa, e independientemente de que afecte al terreno económico o político.
2. HISTORIA
Imperio Británico
El origen del imperialismo se remonta a la antigüedad y ha adoptado distintos modelos a lo largo de la historia, siendo algunos de ellos más frecuentes que otros dentro de un periodo histórico concreto. En el mundo antiguo la práctica del imperialismo daba como resultado una serie de grandes imperios que surgían cuando un pueblo, que generalmente representaba a una determinada civilización y religión, intentaba dominar a todos los demás creando un sistema de control unificado. El imperio de Alejandro Magno y el Imperio romano son destacados ejemplos de esta modalidad.
Por el contrario, el imperialismo europeo de comienzos de la era moderna (1400-1750) se caracterizaba por ser una expansión colonial en territorios de ultramar. No se trataba de un país que intentaba unificar el mundo sino de muchas naciones que competían por establecer su control sobre el sur y sureste de Asia y el continente americano. Los sistemas imperialistas se estructuraron de acuerdo con la doctrina del mercantilismo: cada metrópoli procuraba controlar el comercio de sus colonias para monopolizar los beneficios obtenidos.
A mediados del siglo XIX apareció otra variante, el imperialismo del librecambio. Esta modalidad perduró en este periodo pese a que el mercantilismo y la creación de imperios oficiales estaba disminuyendo de forma significativa. El poder y la influencia de Europa, y sobre todo de Gran Bretaña, se habían extendido de manera oficiosa, esto es, haciendo uso de vías diplomáticas y medios económicos, en lugar de seguir canales oficiales como la creación de colonias. Sin embargo, el imperialismo basado en el librecambio desapareció pronto: hacia finales del siglo XIX las potencias europeas habían vuelto a practicar el imperialismo consistente en la anexión territorial, expandiéndose en África, Asia y el Pacífico.
Desde que terminó la II Guerra Mundial y la mayoría de los imperios reconocidos se disolvieron, ha prevalecido lo que podríamos calificar como el moderno imperialismo económico, donde el dominio no se manifiesta de manera oficial. Por ejemplo, Estados Unidos ejerce un considerable control sobre determinadas naciones del Tercer Mundo debido a su poder económico y su influencia en algunas organizaciones financieras internacionales, tales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Del mismo modo, las potencias europeas han seguido interviniendo de forma significativa en la vida política y económica de sus antiguas colonias, por lo que han sido acusadas de practicar el neocolonialismo, que consiste en ejercer la soberanía de una nación sin que exista un gobierno colonial oficial.
3. JUSTIFICACIONES DEL IMPERIALISMO
Las razones por las cuales los estados han aspirado a crear imperios a lo largo de la historia son de diversa índole, y podrían clasificarse, en términos generales, dentro de tres grupos: económicas, políticas e ideológicas. Asimismo, pueden distinguirse diversas teorías en razón del elemento al que se dé más relevancia.
1. Los móviles económicos
Los intereses económicos son los más habituales cuando se trata de explicar este fenómeno. Los defensores de esta concepción sostienen que las naciones se ven impelidas a dominar a otras para expandir su economía, adquirir materias primas y mano de obra, o para dar salida a los excedentes del capital y producción. La teoría más notable que vincula el imperialismo con el capitalismo es la de Karl Marx. Lenin, por ejemplo, consideraba que la expansión europea del siglo XIX era la consecuencia inevitable de la necesidad de las economías capitalistas europeas de exportar su excedente de capital. Del mismo modo, los marxistas contemporáneos explican la expansión de Estados Unidos en el Tercer Mundo basándose en imperativos económicos.
2. Los móviles políticos
Otros autores hacen hincapié en los condicionantes políticos y alegan que la razón principal por la que los estados tienden a expandirse es el deseo de poder, prestigio, seguridad y ventajas diplomáticas con respecto a otros estados. Según esta corriente, el objetivo del imperialismo francés del siglo XIX era recuperar el prestigio internacional de Francia después de la humillación que supuso la derrota en la Guerra Franco-prusiana. En este mismo sentido, la expansión de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en la Europa del Este a partir de 1945 puede explicarse como una medida de seguridad: la necesidad de protegerse ante otra posible invasión desde la frontera occidental.
3. Los móviles ideológicos
La tercera explicación se centra en los móviles ideológicos o morales. De acuerdo con esta perspectiva, algunos países se ven impulsados a extender su influencia para difundir sus valores políticos, culturales o religiosos. Uno de los factores que propiciaron la constitución del Imperio Británico fue la idea de que era responsabilidad del ‘hombre blanco’ civilizar a los pueblos ‘atrasados’. La expansión alemana que tuvo lugar durante el gobierno de Adolf Hitler se basaba en gran medida en la creencia en la superioridad inherente a la cultura alemana. El deseo de Estados Unidos de “proteger al mundo libre” y el interés de la antigua Unión Soviética por “liberar” a los pueblos de la Europa del Este y del Tercer Mundo son también un ejemplo de este tipo de imperialismo.
4. El imperialismo como respuesta a condicionantes externos
Por último, otras teorías explican el imperialismo basándose en las circunstancias políticas de las naciones más débiles, en lugar de enfatizar los móviles de las naciones poderosas. La interpretación que ofrecen señala que es posible que las potencias más fuertes no tengan intención de expandirse, pero que se ven obligadas a hacerlo debido a la inestabilidad de otras naciones; los compromisos con los imperios del pasado son la causa de nuevas acciones imperialistas. La conquista de la India emprendida por Gran Bretaña y la colonización rusa de Asia central en el siglo XIX son ejemplos clásicos de este tipo de imperialismo.
4. LAS CONSECUENCIAS DEL IMPERIALISMO
Los efectos del imperialismo suelen girar en torno a los aspectos económicos, dado que esta perspectiva es la que prevalece en los debates sobre sus posibles móviles. La polémica surge entre aquéllos que creen que el imperialismo implica explotación y es la causa del subdesarrollo y el estancamiento económico de las naciones pobres, y los que alegan que, pese a las ventajas que proporcionó esta situación a las naciones ricas, también las naciones pobres se beneficiaron, al menos a largo plazo. Es difícil decantarse por una u otra concepción por dos motivos: de un lado, no se ha llegado a un consenso sobre el sentido del término explotación; y de otro, no es fácil separar las causas internas de la pobreza de una nación de las que son de índole internacional. Lo que resulta evidente es que el efecto del imperialismo ha sido desigual: unas naciones han obtenido mayores ventajas económicas que otras de su contacto con potencias más ricas. India, Brasil y otros países en vías de desarrollo incluso han comenzado a competir económicamente con sus antiguas metrópolis. Por ello, sería aconsejable examinar la repercusión económica del imperialismo atendiendo a cada caso en particular.
Las consecuencias políticas y psicológicas del imperialismo son igualmente difíciles de determinar. Este fenómeno ha demostrado ser destructivo y creativo a la vez: ha destruido instituciones tradicionales y formas de pensar, y las ha sustituido por las costumbres y mentalidad del mundo occidental, ya se considere esto un beneficio o un perjuicio.
Más fuentes
Bibliografía
Imperio Británico
Bédarida, François. La era victoriana. Barcelona: Oikos-Tau, 1988. Visión global y sintetizadora a cargo de un buen conocedor de la historia contemporánea británica, en la que pincela un completo fresco de su país durante el siglo XIX en torno al eje vertebrador de la era victoriana, una de cuyas manifestaciones más emblemáticas se proyectó hacia el mundo de ultramar, el escenario imperial.
Fieldhouse, David K. Los imperios coloniales desde el siglo XVIII. Madrid: Siglo XXI de España Editores, 1984. Completa y rigurosa síntesis sobre la historia de los imperios coloniales (europeos), en la que el autor opta por un hilo narrativo eurocentrista y por asumir la cuestión como expresión de las actividades europeas en el mundo de ultramar. En la obra se lleva a cabo un estudio puntual y riguroso de la naturaleza, características y evolución del imperio o imperios británicos antes y después de 1815.
Hernández Sandoica, Elena. El colonialismo (1815-1873). Estructuras y cambios en los imperios coloniales. Madrid: Síntesis, 1992. Estudio de carácter global, realizado desde planteamientos estructuralistas, en el que se analizan detalladamente los fundamentos y el proceso de construcción del Imperio Bitánico, atendiendo a una doble vía de acción: la político internacional y la estratégico comercial.
Hobsbawm, Eric J. Industria e imperio. Una historia económica de Gran Bretaña desde 1750. Barcelona: Labor, 1977. Edición española del estudio que el historiador marxista británico publicó en 1968, desde el cual realiza una sugerente y amena narración de la historia de Gran Bretaña, partiendo de la estructura económica para abarcar la totalidad de la sociedad y su proyección en el mundo, especialmente a tenor de la construcción de su más ambicioso y extenso imperio.
Kennedy, Paul. Auge y caída de las grandes potencias. Barcelona: Plaza &Janés, 1987. Atractivo estudio sobre el poder nacional e internacional en el periodo moderno, desde el cual se hace una reflexión global sobre el ciclo de hegemonía y de poder de las grandes potencias en el mundo. En la obra se presta una especial atención a la interacción entre economía y estrategia en la medida en que los estados situados en la cúspide internacional, y en este sentido es ilustrativo el papel de Gran Bretaña en el siglo XIX, pugnan por aumentar su riqueza y su poder.
Schumpeter, Joseph A. Imperialismo. Clases sociales. Madrid: Tecnos, 1986. Edición en castellano de los ensayos publicados por este destacado economista austriaco en el periodo de entreguerras, en los que se condensa su teoría del imperialismo y de las clases sociales. En él incide en aspectos y comportamientos políticos precapitalistas como contrapunto a las interpretaciones economicistas. En sus páginas uno de los ejemplos enunciados abunda en la articulacion del imperio y del imperialismo durante la Gran Bretaña victoriana.
Torre del Río, Rosario. La Inglaterra victoriana: política y sociedad. Madrid, Arco Libros, 1997. Obra de carácter divulgativo sobre el universo político y social de la era victoriana, en la que la dimensión imperial jugó un protagonismo de primer orden. Imperialismo
Amin, Samir. Imperialismo y desarrollo desigual. Barcelona: Fontanella, 1976. Análisis de las nuevas formas del imperialismo tras los procesos de emancipación de la tutela colonial, desde la perspectiva estructuralista centro-periferia.
Braillard, Philipe. El imperialismo. México, D. F.:Fondo de Cultura Económica, 1981. Estudio del imperialismo abordado desde un enfoque globalizador y sistémico.
Colorado, Arturo. Imperialismo y colonialismo. Madrid: Anaya, 1991. Síntesis divulgativa en la que se presenta un esquemático panorama del imperialismo como fenómeno histórico. La obra asume la cronología tradicional sobre el imperialismo, entre 1870 y 1914.
Fieldhouse, David K. Economía e Imperio. La expansión de Europa 1830-1914. Madrid: Siglo XXI de España Editores, 1977. Excelente estudio sobre el imperialismo como fenómeno y realidad histórica. En sus páginas se hace una rigurosa valoración de la interpretación tradicional del imperialismo como producto directo de las fuerzas económicas y como reflejo del carácter y de las necesidades del capitalismo europeo de la época. Es el primer intento de valoración global y rigurosa de estas hipótesis, no sólo en un plano teórico sino también atendiendo a cual fue la importancia relativa de los factores económicos en el proceso de construcción de los imperios. La obra lleva a cabo una sistemática valoración de la historiografía y un amplio estudio de la expansión imperial en distintas áreas geográficas.
Fieldhouse, David K. Los imperios coloniales desde el siglo XVIII. Madrid: Siglo XXI de España Editores, 1984. Completa y rigurosa síntesis sobre la historia de los imperios coloniales (europeos), en la que el autor opta por un hilo narrativo eurocentrista y por asumir la cuestión como expresión de las actividades europeas en el mundo de ultramar. Partiendo de la premisa de que el imperio significa potencia y autoridad la obra pretende responder a tres grandes cuestiones: ¿cómo y por qué se llegó a la posesión de colonias?, ¿cómo eran éstas gobernadas? y ¿qué ventajas obtuvieron los dominadores?
Headrick, Daniel R. Los instrumentos del imperio. Tecnología e imperialismo europeo en el siglo XIX. Madrid: Alianza Editorial, 1989. Autor de una de las vertientes de estudio más novedosas y originales sobre el imperialismo, esta obra suya analiza la incidencia de la tecnología en la potenciación de los instrumentos de poder político y económico en el establecimiento de relaciones hegemónicas entre los europeos y el mundo de ultramar. En ese haz de preocupaciones ocupa, asimismo, un destacado lugar el análisis de la transferencia de las tecnologías entre los centros y las periferias de los sistemas imperiales.
Heffner, Jean y Serman, William. De las revoluciones a los imperios. Madrid: Akal, 1989. Manual dirigido a estudiantes universitarios, de gran utilidad pedagógica y en la que se hace una presentación y valoración global del imperialismo, en su nueva concepción, sus rasgos, sus formas de organización y su tipología. Todo ello en el marco de las relaciones internacionales.
Hernández Sandoica, Elena. El colonialismo (1815-1873). Estructuras y cambios en los imperios coloniales. Madrid: Síntesis, 1992. Interesante estudio, abordado desde planteamientos estructuralistas y eurocéntricos, en el que se analiza, tanto desde una perspectiva teórica como desde la realidad y singularidad de cada imperio colonial, la transición desde los viejos imperios coloniales a las nuevas formas del colonialismo capitalista, al socaire de la crisis del mercantilismo y la conformación de una economía y una sociedad capitalista. Un estudio en el que se reflexiona sobre el fenómeno del colonialismo como un proceso inserto en el sistema mundial, atendiendo no sólo a la dimensión económica de la dependencia sino también a las propias relaciones de poder, y en el que se ilustra como la comprensión del colonialismo en este periodo es inseparable del largo proceso de mundialización del capitalismo.
Hobsbawm, Eric J. La era del imperio (1875-1914). Barcelona: Labor, 1989. Última entrega de la excelente trilogía, elaborada por el más universal de los historiadores marxistas británicos, cuyos orígenes se sitúan en el inicio del ciclo de revoluciones burguesas. Este volumen es representativo de una de sus más prolíficas líneas de trabajo, el estudio de la contemporaneidad o de la baja edad moderna. En su trilogía pretende comprender y explicar el siglo XIX y el lugar que ocupa en la historia, comprender y explicar un mundo en proceso de transformación revolucionaria, buscar las raíces del presente en el suelo del pasado y, especialmente, ver el pasado como un todo coherente. En la presente obra aborda uno de los fenómenos más paradigmáticos del cenit de la hegemonía europea, los imperios coloniales, como una nueva forma de imperio.
Hobson, J. A. Estudio del imperialismo. Madrid: Alianza Editorial, 1980. Es, sin duda, la obra más representativa del pensamiento liberal anglosajón sobre el imperialismo. Coincidente con algunos de los planteamientos expuestos por el norteamericano Charles A. Conant, el trabajo de Hobson, aparecido por vez primera en 1902, culmina la literatura liberal que privilegia los factores económicos, en el cuadro general de la consolidación y expansión del capitalismo, a la hora de analizar el imperialismo.
Jover Zamora, José María. 1898: teoría y práctica de la redistribución colonial. Madrid: Fundación Universitaria Española, 1979. Análisis de un aspecto específico del fenómeno imperialista a tenor del proceso de redistribución que se fue produciendo desde finales del siglo XIX, en el cual incardinar la crisis del 98 español en su dimensión internacional. La obra es una de las más importantes aportaciones de la historiografía española al estudio del imperialismo.
Lenin. El imperialismo, fase superior del capitalismo. Moscú: Editorial Progreso, 1983. Reedición del folleto escrito en 1916 por el principal dirigente bolchevique, que culmina la literatura marxista sobre la interpretación del imperialismo. Éste era para Lenin la consecuencia de la expansión y la mundialización del capitalismo y la expresión de la culminación del mismo, en la que sus contradicciones se manifestaban a nivel mundial.
López de Chirico, S. El desarrollo europeo y la expansión imperialista de 1870 a 1914. Madrid: Cincel-Kapelusz, 1979. Trabajo de carácter divulgativo sobre la situación general de Europa, su proyección hacia el mundo de ultramar y las relaciones internacionales del periodo imperialista.
Mommsen, W. J. La época del imperialismo. Madrid: Siglo XXI de España Editores, 1971. Cuadro general de la Europa de la época, en el que se dedica un breve capítulo al fenómeno imperialista entre 1885 y 1906.
Palloix, Christian. La cuestión del imperialismo en Lenin y Rosa Luxemburg. Madrid: Castellote, 1977. Análisis de los planteamientos teóricos de dos de las formulaciones más influyentes y clásicas en la interpretación marxista del imperialismo.
Pertierra de Rojas, José Fernando. La expansión imperialista en el siglo XIX. Madrid: Akal, 1988. Equilibrada y breve síntesis sobre la expansión colonial y el fenómeno imperialista, abundando tanto en sus aspectos conceptuales como en su marco descriptivo, en virtud de su ritmo cronológico y en sus itinerarios geográficos y geopolíticos. La obra consta, asimismo, de una sugerente recopilación de fuentes y bibliografía.
Schnerb, R. El siglo XIX. El apogeo de la expansión europea, 1815-1914. 2 vols. Barcelona: Editorial Destino, 1982. Panorama de la Europa decimonónica en el que se hace una reflexión en torno a los elementos civilizatorios que confieren una coherencia al siglo XIX, el siglo de la dominación europea.
Schumpeter, Joseph A. Imperialismo. Clases sociales. Madrid: Tecnos, 1986. Traducción española de la teoría del imperialismo y las clases sociales del insigne economista austriaco, aparecida por vez primera en dos ensayos publicados en 1919 y 1927. Defensor de una concepción del imperialismo prioritariamente política, inserta en la crítica general a que fue sometida la explicación económica durante el periodo de entreguerras. De acuerdo con sus tesis, el imperialismo no fue tanto el resultado de los nuevos desarrollos económicos, sociales o políticos en Europa, como la expresión del residuo feudal superviviente de la Europa precapitalista que se había fusionado con el capitalismo burgués.
Vidal Villa, J. M. Teorías del imperialismo. Barcelona: Anagrama, 1976. Obra escrita en plena crisis económica de la década de 1970 y en un marco de retroceso general del capitalismo a escala mundial. A lo largo del libro se presenta un completo panorama de la evolución de las teorías del imperialismo, desde autores clásicos como Adam Smith, Karl Marx, Hobson o Lenin hasta las interpretaciones más recientes de Palloix, Samir Naïr, Poulantzas o Gunder Frank.
Wallerstein, Immanuel. El moderno sistema mundial. Madrid: Siglo XXI de España Editores, 1979-1984. Estudio del gran teórico del sistema mundo capitalista, a partir del concepto economía-mundo capitalista y a tenor de la cual ha elaborado una de las más sugerentes, influyentes y polémicas interpretaciones estructuralistas sobre la articulación del sistema mundial a partir de la civilización capitalista.
2007-01-28 07:17:13
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answer #4
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answered by fhernandov 6
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