Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616), dramaturgo, poeta y novelista español, autor de la novela El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, considerada como la primera novela moderna de la literatura universal.
Miguel de Cervantes Saavedra
Miguel de Cervantes Saavedra
El escritor español Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616) está considerado como una de las figuras fundamentales de la literatura universal, al igual que su novela Don Quijote de la Mancha, una obra ambiciosa, con una temática rica y variada, llena de humor y ternura y que consigue llegar y entretener a los más variados públicos. El conocido principio de la inmortal obra es lo que aquà lee un actor. El retrato de la ilustración se le atribuye al pintor Juan de Jáuregui.
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Un artÃculo oportuno
Mesonero logró, según cuenta en sus Memorias, evitar en 1833 el derribo de la casa en la que murió Cervantes.
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2. VIDA
La batalla de Lepanto
La batalla de Lepanto
Asociada a la figura del más ilustre escritor español de todos los tiempos (Miguel de Cervantes), la batalla naval de Lepanto, que tuvo lugar el 7 de octubre de 1571, supuso la demostración de la vulnerabilidad del Imperio otomano. Esta recreación del combate, obra del artista italiano Pablo Veronés (Paolo Caliari Veronese), se encuentra en la Academia de Venecia (Italia).
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Miguel de Cervantes Saavedra tuvo una vida azarosa de la que poco se sabe con seguridad. Nació en Alcalá de Henares (Madrid), probablemente el 29 de septiembre de 1547. Pasó su adolescencia en varias ciudades españolas (Madrid, Sevilla) y con poco más de veinte años se fue a Roma al servicio del cardenal Acquaviva. Recorrió Italia, se enroló en la Armada española y en 1571 participó con heroÃsmo en la batalla de Lepanto, donde comienza el declive del poderÃo turco en el Mediterráneo. Allà Cervantes resultó herido y perdió el movimiento del brazo izquierdo, por lo que fue llamado el Manco de Lepanto. En 1575, cuando regresaba a España, los corsarios le apresaron y llevaron a Argel, donde sufrió cinco años de cautiverio (1575-1580).
Liberado por los frailes trinitarios, a su regreso a Madrid encontró a su familia en la ruina. Se casa en Esquivias (Toledo) con Catalina de Salazar y Palacios. Arruinada también su carrera militar, intenta sobresalir en las letras. Publica La Galatea (1585) y lucha, sin éxito, por destacar en el teatro. Sin medios para vivir, marcha a Sevilla como comisario de abastos para la Armada Invencible y recaudador de impuestos. Allà acaba en la cárcel por irregularidades en sus cuentas. Después se traslada a Valladolid. En 1605 publica la primera parte del Quijote. El éxito dura poco. De nuevo es encarcelado a causa de la muerte de un hombre delante de su casa. En 1606 regresa con la Corte a Madrid. Vive con apuros económicos y se entrega a la creación literaria. En sus últimos años publica las Novelas ejemplares (1613), el Viaje del Parnaso (1614), Ocho comedias y ocho entremeses (1615) y la segunda parte del Quijote (1615). El triunfo literario no lo libró de sus penurias económicas. Dedicó sus últimos meses de vida a Los trabajos de Persiles y Sigismunda (de publicación póstuma, en 1617). Murió en Madrid el 22 de abril de 1616 y fue enterrado al dÃa siguiente.
3. SU OBRA: POESÃA Y TEATRO
Cervantes centró sus primeros afanes literarios en la poesÃa y el teatro, géneros que nunca abandonarÃa. Su obra poética abarca sonetos, canciones, églogas, romances, letrillas y otros poemas menores dispersos o incluidos en sus comedias y en sus novelas. También escribió dos poemas mayores: Canto de CalÃope (incluido en La Galatea) y Viaje del Parnaso (1614). La valoración de su poesÃa se ha visto perjudicada por su publicación dispersa en otras obras, por la celebridad alcanzada por el autor en la novela e incluso por su propia confesión en este famoso terceto del Viaje del Parnaso:
Yo, que siempre trabajo y me desvelo
por parecer que tengo de poeta
la gracia que no quiso darme el cielo.
Aunque en otras ocasiones se enorgullece de sus versos, en su tiempo no logró ser aceptado como poeta.
Tampoco tuvo mejor suerte en el teatro, por el que se sintió atraÃdo desde joven. Al regreso del cautiverio llegó a estrenar con éxito varias comedias. Pero tampoco sus contemporáneos lo aceptaron como dramaturgo. Cervantes, con una concepción clásica del teatro, tuvo que soportar el triunfo arrollador de Lope de Vega en la renovación de la escena española con su Arte nuevo de hacer comedias. De la primera época (1580-1587), anterior al triunfo de Lope de Vega, se conservan dos tragedias: El trato de Argel y La destrucción de Numancia. A la segunda época pertenecen las Ocho comedias y ocho entremeses nuevos, nunca representados (1615). Las comedias son El gallardo español, La casa de los celos y selvas de Ardenia, Los baños de Argel, El rufián dichoso, La gran Sultana doña Catalina de Oviedo, El laberinto de amor, La entretenida y Pedro de Urdemalas. Y éstos son los entremeses: El juez de los divorcios, El rufián viudo, La elección de los alcaldes de Daganzo, La guarda cuidadosa, El vizcaÃno fingido, El retablo de las maravillas, La cueva de Salamanca y El viejo celoso.
4. PROSA: LA GALATEA
La Galatea
La Galatea
Entre los distintos géneros de novelas que florecieron durante el renacimiento español, la novela pastoril era la preferida de las gentes acomodadas. Leer sobre hermosos pastores que hablan del amor que les despiertan bellas zagalas debÃa de ser algo tan alejado de la realidad como las telenovelas actuales. Aunque Cervantes aceptó las convenciones del género, en su novela La Galatea (1585) su genio le hizo alterar el tópico, rompiendo el patrón idÃlico de los pastores. La ilustración recoge la portada de la primera edición que se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid.
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En la prosa narrativa Cervantes empezó escribiendo una novela pastoril que fue su primer libro publicado, con el tÃtulo de Primera parte de La Galatea (1585). Como en otras novelas de su género, los personajes son pastores convencionales que cuentan sus penas amorosas y expresan sus sentimientos en una naturaleza idealizada. La Galatea se compone de seis libros en los cuales se desarrollan una historia principal y cuatro secundarias. La principal refiere los amores de los pastores Elicio y Galatea, a la cual su padre quiere casar con el rico Erastro. Y las secundarias añaden otros tantos episodios amorosos protagonizados también por pastores. Lo más importante reside en que ya en esta primera novela Cervantes aparece como un escritor renovador. Acepta las convenciones del género pastoril, pero a veces rompe el patrón idÃlico en las relaciones entre los pastores y en la geografÃa —convencional y real a un tiempo— del rÃo Tajo. Lo más innovador es la integración de cuatro historias secundarias que acaban confluyendo en la acción principal y dejando abierta la posibilidad de una continuación. Esta segunda parte prometida fue a menudo recordada por Cervantes, hasta en la dedicatoria del Persiles, pero no se publicó nunca.
5. NOVELAS EJEMPLARES
Sevilla en los siglos XVI y XVII
Sevilla en los siglos XVI y XVII
Durante los siglos XVI y XVII Sevilla fue una rica ciudad, gracias a que tenÃa el monopolio del comercio con América. Cervantes estuvo en ella en penosas circunstancias, ya que por un turbio asunto relacionado con los impuestos que recaudaba para la Armada Invencible acabó en la cárcel. Aquà conoció la gente del hampa y sobre la que escribió su novela Rinconete y Cortadillo, una crÃtica social contra la degradación moral de la España del siglo XVI, cuyo mejor ejemplo es el insuperable cuadro realista de la cofradÃa de Monipodio, que negocia todo el crimen de Sevilla. La foto muestra el conocido monumento: la Giralda.
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Entre 1590 y 1612 Cervantes fue escribiendo una serie de novelas cortas que, después del reconocimiento obtenido con la primera parte del Quijote en 1605, acabarÃa reuniendo en 1613 en la colección de Novelas ejemplares. Teniendo en cuenta las dos versiones conservadas de Rinconete y Cortadillo y de El celoso extremeño, se cree que Cervantes introdujo en ellas algunas variaciones encaminadas a la ejemplaridad social, moral y estética de estas novelas o narraciones cortas, y después las ordenó de acuerdo con un criterio artÃstico que obedece a la visión orgánica del conjunto. En el prólogo Cervantes proclama su novedad: "Yo soy —dice— el primero que he novelado en lengua castellana". En efecto, asà fue, pues en la literatura española no habÃa entonces tradición de novela corta; las que circulaban eran adaptaciones o traducciones de los novellieri italianos. Cervantes españolizó el género, lo ennobleció y creó la novela corta en la literatura castellana.
La colección se abre con La gitanilla, fantasÃa poética creada en torno a la figura de Preciosa y la relación entre la gitanilla y un joven capaz de renunciar a su alcurnia por amor. En contraste con esta visión idealizada de la relación amorosa, se encuentra El amante liberal, novela bizantina de amor y aventuras, con las adversidades que Ricardo y Leonisa han de superar antes de su matrimonio. Después del idealismo, el amor y la aventura de estas dos primeras novelas se ingresa en los bajos fondos del hampa sevillano con Rinconete y Cortadillo, en cuyas páginas sobresalen la mejor ironÃa y humor cervantinos. Su crÃtica social, que constituye una denuncia de la degradación moral de la España del siglo XVI, culmina en el insuperable cuadro realista de la cofradÃa de Monipodio, que negocia todo el crimen de Sevilla. El contraste entre Rinconete y Cortadillo y las dos primeras novelas se prolonga hacia la cuarta, La española inglesa, en la cual, sobre un fondo de guerras de religión entre España e Inglaterra, se desarrollan las pruebas que han de superar Ricaredo e Isabela antes de su unión matrimonial.
Tras tantas aventuras y dichas amorosas, vuelve la crÃtica de la sociedad con la narración de un intelectual trastornado por un hechizo amoroso en El licenciado Vidriera, cuyo protagonista cree que es de vidrio y hace gala de una extraña lucidez e ingenio. Los juegos mentales de Vidriera dejan paso a la violencia sexual y la reconciliación en La fuerza de la sangre, donde se cuenta la violación de Leocadia por un joven de la nobleza toledana y el posterior compromiso matrimonial entre ambos. Curiosamente, el ingenio y el impulso de los instintos son las fuerzas que derriban los muros levantados contra naturam por el viejo Carrizales en El celoso extremeño, con el popular motivo del viejo y la niña en la casa-prisión en la que el indiano Carrizales encierra a su joven esposa. Por el contrario, la más celebrada libertad en nada merma el recato de Constanza en La ilustre fregona, entre las andanzas toledanas de Carriazo y Avendaño, prendado éste de la bella fregona de la Posada del Sevillano, hija natural del padre de Carriazo.
Amores y aventuras, disfraces y casualidades, engaños y reparaciones entre gentes de la nobleza configuran las intrigas de Las dos doncellas y La señora Cornelia. Los engaños de las doncellas Teodosia y Leocadia componen una intriga con temas pastoriles y técnicas de la novela bizantina. La señora Cornelia, localizada en ambientes estudiantiles y de la alta sociedad de Bolonia, cuenta la azarosa historia de amor de Cornelia hasta su boda con el duque de Ferrara. Y de tales ambientes nobiliarios descendemos a la vileza moral, la marginación social, la estafa y la corrupción en El casamiento engañoso y El coloquio de los perros. Como otro burlador burlado, el alférez Campuzano sale de su casamiento engañado con sus mismas artimañas y enfermo de sÃfilis. Esta pálida sombra del desengaño barroco es buena imagen de la caÃda del ideal cervantino del heroico soldado de Lepanto. El interés del Coloquio se centra en tres aspectos: la corrupción social denunciada por Berganza en la narración de su vida, las cÃnicas disquisiciones filosóficas de ambos perros sobre las convenciones sociales y la maldad en el mundo, y la integración de teorÃa y práctica narrativas que constituyen la renovación formal más importante en el curso de la novela occidental. He aquà el magistral cierre de la colección de doce historias en once novelas, porque El casamiento y El coloquio forman una sola: ambas comparten el tema del engaño-desengaño, y El casamiento es el marco en el que se introduce El coloquio, que el sifilÃtico alférez Campuzano escribió mientras se curaba en el hospital y que es ahora un diálogo leÃdo por su amigo el licenciado Peralta.
En este cierre de las Novelas ejemplares se representa el proceso completo de la creación literaria: el alférez Campuzano se presenta como autor del Coloquio; el perro Berganza es el narrador del mismo al contar en él su vida; su compañero Cipión actúa como interlocutor crÃtico que corrige y matiza al narrador, y el licenciado Peralta interviene como lector del texto escrito por Campuzano. Si a ello se añade que El coloquio de los perros pretende superar las limitaciones de la novela picaresca incluyendo la perspectiva que allà faltaba, la del destinatario, y que el delirio producido por la fiebre de Campuzano en El casamiento engañoso da verosimilitud poética a sus desvarÃos acerca del diálogo racional de unos perros, se comprenderá mejor la extraordinaria lección de teorÃa y práctica narrativas de esta genial mentira dotada de asombrosa coherencia artÃstica: la verosimilitud literaria depende de sus reglas poéticas, no de su confrontación con la realidad externa.
6. DON QUIJOTE: SUS ORÃGENES
Don Quijote en japonés
Don Quijote en japonés
Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes es una de las obras universales más traducidas en todo el mundo. La ilustración muestra la cubierta de una de las ediciones japonesas más antiguas (siglo XVIII) en la que el caballero andante ha sido transformado en un samurái tocado con un extraño gorro frigio que poco tiene que ver con las bacÃas de barbero. Esta edición se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid.
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Es posible que Cervantes empezara a escribir el Quijote en alguno de sus periodos carcelarios a finales del siglo XVI. Sin embargo, casi nada se sabe con certeza. En el verano de 1604 estaba terminada la primera parte, que apareció publicada a comienzos de 1605 con el tÃtulo de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. El éxito fue inmediato. En 1614 aparecÃa en Tarragona la continuación apócrifa escrita por alguien oculto en el seudónimo de Alonso Fernández de Avellaneda, quien acumuló en el prólogo insultos contra Cervantes. Por entonces éste llevaba muy avanzada la segunda parte de su inmortal novela. La terminó muy pronto, acuciado por el robo literario y por las injurias recibidas. Por ello, a partir del capÃtulo 59, no perdió ocasión de ridiculizar al falso Quijote y de asegurar la autenticidad de los verdaderos don Quijote y Sancho. Esta segunda parte apareció en 1615 con el tÃtulo de El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha. En 1617 las dos partes se publicaron juntas en Barcelona. Y desde entonces el Quijote se convirtió en uno de los libros más editados del mundo y, con el tiempo, traducido a todas las lenguas con tradición literaria.
Molinos de viento
Molinos de viento
La construcción de molinos de viento en España se remonta al siglo XVI. La aparición de estas enormes moles en medio de las grandes llanuras de La Mancha, como las que aquà se aprecian en la localidad de Campo de Criptana, tuvieron que impresionar y asustar a muchos incrédulos. Asà se comprende que don Quijote creyera que se trataba de gigantes que agitaban sus brazos.
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Algunos cervantistas han defendido la tesis de que Cervantes se propuso inicialmente escribir una novela corta del tipo de las "ejemplares". Esta idea se basa en la unidad de los seis primeros capÃtulos, en los que se lleva a cabo la primera salida de don Quijote, su regreso a casa descalabrado y el escrutinio de su biblioteca por el cura y el barbero. Otra razón es la estrecha relación sintáctica entre el comienzo de cada capÃtulo y el final del anterior. Y también apoya esta tesis la semejanza entre los seis primeros capÃtulos y el anónimo Entremés de los romances, donde el labrador Bartolo, enloquecido por la lectura de romances, abandona su casa para imitar a los héroes del romancero, defiende a una pastora y resulta apaleado por el zagal que la pretendÃa, y cuando es hallado por su familia imagina que lo socorre el marqués de Mantua. Pero la tesis de la novelita ejemplar es rechazada por otros estudiosos que consideran que Cervantes concibió desde el principio una novela extensa. Ãstos argumentan que la unidad de la primera salida de don Quijote —sin Sancho Panza, para que no pueda presenciar la grotesca ceremonia en que su amo es armado caballero— adelanta la composición circular que se repite, ampliada, en las otras dos salidas; la semejanza con el Entremés de los romances puede ser una manifestación más de la presencia constante del romancero en el Quijote, y las relaciones sintácticas entre final y comienzo de capÃtulo no son exclusivas de la primera salida.
1. Propósitos de Cervantes con el Quijote
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El yelmo de Mambrino
En el fragmento siguiente de Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes, queda muy clara la relación y el razonamiento de Sancho y don Quijote. Allà donde el caballero ve un yelmo de oro “porque reluce”, Sancho se da cuenta de que se trata de una bacÃa de barbero y de una manera astuta trata de que su amo razone.
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Lo que sà resulta seguro es que Cervantes escribió un libro divertido, rebosante de comicidad y humor, con el ideal clásico del prodesse et delectare, instruir y deleitar. Cervantes afirmó varias veces que su primera intención era mostrar a los lectores de la época los disparates de las novelas de caballerÃas. En efecto, el Quijote ofrece una parodia de las disparatadas invenciones de tales obras. Pero significa mucho más que una invectiva contra los libros de caballerÃas.
Por la riqueza y complejidad de su contenido y de su estructura y técnica narrativa, la más grande novela de todos los tiempos admite muchos niveles de lectura, e interpretaciones tan diversas como considerarla una obra de humor, una burla del idealismo humano, una destilación de amarga ironÃa, un canto a la libertad o muchas más. También constituye una asombrosa lección de teorÃa y práctica literarias. Porque, con frecuencia, se discute sobre libros existentes y acerca de cómo escribir otros futuros, ya desde la primera parte: escrutinio de la biblioteca de don Quijote, lectura de El curioso impertinente en la venta de Juan Palomeque y disputa sobre libros de caballerÃas y de historia, revisión crÃtica de la novela y el teatro de la época en la conversación entre el cura y el canónigo toledano. En la segunda parte de la novela algunos personajes han leÃdo ya la primera y hacen la crÃtica de la misma. La primera parte será asà el punto de referencia de las discusiones sobre teorÃa literaria incluidas en la segunda. TeorÃa y ficción se integran con perfecta armonÃa en el coloquio entre Sansón Carrasco, don Quijote y Sancho, en episodios como la cueva de Montesinos y el retablo de Maese Pedro; y la teorÃa se ilustra con la práctica en las narraciones intercaladas en el relato principal, las cuales constituyen otras tantas formas de novelar representativas de los géneros narrativos anteriores a Cervantes.
Entre otras aportaciones más, el Quijote ofrece asimismo un panorama de la sociedad española en su transición de los siglos XVI al XVII, con personajes de todas las clases sociales, representación de las más variadas profesiones y oficios, muestras de costumbres y creencias populares. Sus dos personajes centrales, don Quijote y Sancho, constituyen una sÃntesis poética del ser humano. Sancho representa el apego a los valores materiales, mientras que don Quijote ejemplifica la entrega a la defensa de un ideal libremente asumido. Mas no son dos figuras contrarias, sino complementarias, que muestran la complejidad de la persona, materialista e idealista a la vez.
2. Personalidad de Don Quijote
Enloquecimiento de don Quijote
Enloquecimiento de don Quijote
"Llenósele la fantasÃa —(a don Quijote)— de todo aquello que leÃa en los libros, asà de encantamientos como de pendencias, batallas, desafÃos, heridas, requiebros, amores y disparates imposibles; y asentósele de tal modo en la imaginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas soñadas invenciones que leÃa, que para él no habÃa otra historia más cierta en el mundo". Este pasaje del primer capÃtulo de Don Quijote sirvió a Gustave Doré para presentar a don Quijote leyendo libros de caballerÃas, en la edición francesa impresa en ParÃs en 1863, que hoy se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid.
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Muchos episodios del Quijote ejemplifican otros tantos casos de amor. El de don Quijote representa una concepción del amor caballeresco sustentada en la tradición del amor cortés. Por eso, antes de cada aventura, don Quijote invoca siempre a su amada Dulcinea y pide su amparo, porque ella es su señora y por ella se fortalecen las virtudes del caballero.
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Escrutinio de la librerÃa
Don Quijote de la Mancha representa el nacimiento de la novela moderna, entre otras razones porque Miguel de Cervantes Saavedra, además de servirse del recurso de la ficción dentro de la ficción, incluye tÃtulos de libros y nombres de autores, sin olvidar el suyo propio. La literatura es un pretexto para reflexionar sobre la literatura, como lo demuestra el capÃtulo dedicado al escrutinio de los libros en la biblioteca del protagonista: selección de algunos e irónica censura inquisitorial de otros, condenados al fuego.
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Don Quijote es también un modelo de aspiración a un ideal ético y estético de vida. Se hace caballero andante para defender la justicia en el mundo y desde el principio aspira a ser personaje literario. En suma, quiere hacer el bien y vivir la vida como una obra de arte. Se propone acometer "todo aquello que pueda hacer perfecto y famoso a un andante caballero". Por eso imita los modelos, entre los cuales el primero es AmadÃs de Gaula, a quien don Quijote emula en la penitencia de Sierra Morena (véase AmadÃs de Gaula). Como en la segunda parte don Quijote ya es personaje literario —protagonista de la primera—, en su tercera salida busca sobre todo el reconocimiento. Y lo encuentra en quienes han leÃdo la primera parte: Sansón Carrasco, los duques... Ni siquiera cuando es vencido por el Caballero de la Blanca Luna y tiene que abandonar la caballerÃa andante renuncia a su concepción de la vida como obra de arte: piensa en hacerse pastor, con lo cual el mito renacentista de la Arcadia pastoril sustituye al mito medieval de la caballerÃa andante. De todo ello se desprende que el Quijote es una magna sÃntesis de vida y literatura, de vida vivida y vida soñada, como explica E. C. Riley; una genial integración de realismo y fantasÃa y una insuperable manifestación de las dificultades de novelar las complejas relaciones humanas desde múltiples perspectivas abarcadoras de la realidad siempre escurridiza. Todo lo humano es relativo. Ãsta es la base de la generosa comprensión cervantina, que evita los dogmatismos y huye de simplificaciones. He aquà la agudeza del neologismo “baciyelmo”, creado por Sancho Panza para zanjar la disputa entre don Quijote, convencido de que se trata del yelmo de Mambrino, y los demás, que ven una bacÃa de barbero.
3. El Quijote como juego literario
Primera edición del Quijote
Primera edición del Quijote
En el año 1605, apareció esta primera edición de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra, dirigido al duque de Béjar y editado en Madrid en la imprenta de Juan de la Cueva, sita en la calle de Atocha. En el frontispicio del emblema se lee Spero lucem pos tenepras 'Espero la luz después de las tinieblas' que ciertamente era el lema del impresor pero que parece pintiparado para el caso de Cervantes ya que, gracias a esta obra, pasó de la más oscura existencia a la fama más absoluta.
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Muchos componentes del Quijote obedecen a su condición de novela concebida como un juego. Su construcción se sustenta en el artificio narrativo del manuscrito encontrado. Este procedimiento es parodia del mismo recurso empleado en los libros de caballerÃas. Pero Cervantes va mucho más allá, adueñándose de la máxima libertad artÃstica que un autor haya logrado jamás. Varios elementos sobresalen en tan fecundo proceso. En la ficción, el historiador moro Cide Hamete Benengeli aparece como primer autor del Quijote, un morisco toledano es su primer traductor y el mismo Cervantes aparece ficcionalizado como segundo autor, que entrega a los lectores una historia sobre la cual podrá comentar lo que quiera por conocerla toda de antemano a través de la traducción del morisco. Este juego de autores, traductores, narradores y lectores produce una gran libertad creadora a la vez que siembra la ambigüedad y la duda en muchas páginas, por ejemplo en el relato de la cueva de Montesinos. Cualquier perspectiva es posible. Siempre se podrá acusar de los engaños al moro Cide Hamete, al morisco traductor y aun al impresor, a quien, en la segunda parte, se culpa de las incoherencias cometidas en torno al robo del rucio de Sancho en la primera.
El sistema lúdico abarca también la misma locura del protagonista. La locura era un motivo frecuente en la literatura del renacimiento, como prueban las obras de Ariosto y de Erasmo de Rotterdam. Don Quijote actúa como un paranoico enloquecido por los libros de caballerÃas. Unos lo consideran un loco rematado, otros creen que es un "loco entreverado", con intervalos de lucidez. En general se admite que don Quijote actúa como loco en lo concerniente a la caballerÃa andante y razona con sano juicio en lo demás. Pero los escritores españoles Arturo Serrano Plaja y Gonzalo Torrente Ballester interpretan la locura de don Quijote como un juego codificado en la ficción según unas reglas que el caballero respeta siempre. Entrega su vida a un ideal sublime y se estrella contra la realidad porque los demás no cumplen las reglas del juego. Don Quijote finge estar loco y decide jugar a caballero andante. Para ello acude a los libros de caballerÃas, transforma la realidad y la acomoda a su ficción caballeresca: imagina castillos donde hay ventas, ve gigantes en molinos de viento y, cuando se produce el descalabro, también lo explica según el código caballeresco: los malos encantadores le han escamoteado la realidad, envidiosos de su gloria.
Semejante juego narrativo resulta enriquecido por el perspectivismo y el relativismo, que se manifiestan en toda la novela, ya en la variedad de nombres que se atribuyen al hidalgo manchego: Quijada, Quesada, Quejana, Quijana y Alonso Quijano. Dentro de esa diversidad, es interesante señalar que la palabra “quijote” designa la parte de la armadura que cubre el muslo. El elemento paródico y la ironÃa actúan una vez más para caricaturizar la figura del caballero que, gracias a una sinécdoque (véase Figuras retóricas), aparece identificado con una parte (la privación, la pérdida) y no mediante un rasgo totalizador. También existe sinécdoque en el apellido con el que se identifica al escudero. Perspectivismo y relativismo aparecen también en la forma de muchos nombres comunes, como el neologismo “baciyelmo”, que resuelve una cuestión sin excluir ninguna perspectiva. En esto se revela la comprensión cervantina ante todo lo humano. Y la misma libertad que Cervantes reclamó para sà como creador se la concedió en idéntico grado a don Quijote. El comienzo de la novela es bien conocido: "En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo vivÃa un hidalgo". Con estas palabras Cervantes destaca que los hechos que va a contar no ocurrieron en tierras lejanas, como las historias de la caballerÃa andante, sino muy cerca, en La Mancha, ni tampoco en tiempos remotos, sino ayer mismo. Se han dado muchas explicaciones a este comienzo de la novela: un octosÃlabo de un romance anónimo, negativa a decir el nombre del pueblo natal de don Quijote por deseo de incluir a toda La Mancha, comienzo caracterÃstico de los cuentos populares, rechazo del autor al pueblo donde supuestamente estuvo preso y comenzó la novela. Sin negar estas razones Leo Spitzer y Avalle-Arce explican el comienzo del Quijote como una defensa de la libertad del creador y del personaje con repercusiones fundamentales en la evolución literaria. La literatura anterior a Cervantes se regÃa por unas convenciones restrictivas. En aquellos modelos tradicionales la cuna del héroe determinaba su vida futura. AmadÃs era hijo de reyes, nació en Gaula y estaba llamado a ser héroe. Lazarillo nació en el Tormes, era hijo de padres viles y será un antihéroe. En cambio Cervantes no especifica la cuna, ni la genealogÃa, ni el nombre exacto de don Quijote para que pueda caminar libre de todo determinismo, creando su propia realidad. Por eso a partir del Quijote la vida del personaje literario será más libre. Porque, como señala Carlos Fuentes, Cervantes ha puesto a dialogar a AmadÃs de Gaula con Lazarillo de Tormes y en el proceso ha disuelto para siempre la interpretación unÃvoca del mundo.
2007-01-27 12:28:20
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answer #9
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answered by fhernandov 6
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