Origen y antecedente
El origen del pan tiene su ra�z en la domesticaci�n del trigo y otros cereales. En tiempos remotos, los fen�menos climatol�gicos produjeron cambios en las condiciones atmosf�ricas que provocaron la desaparici�n y el desplazamiento de distintas especies animales. El hombre, que viv�a asociado en grupos hoy llamados bandas o clanes, se dedicaba a la caza, la pesca y la recolecci�n de ra�ces, semillas y frutos silvestres. Al igual que los animales, su necesidad de abastecerse de agua hizo que sus rutas fuesen preferentemente tan cercanas a r�os y lagos. Sus acampaderos, que en un principio visitaba por temporadas, se fueron convirtiendo poco a poco en sitios de asentamiento permanente. Los que prefiri�, sobre todo, fueron los valles cerca de los r�os, en donde se pod�a desplazar y maniobrar, y las cuevas. Al mismo tiempo que se hac�a sedentario, los animales se retiraban en busca de otros aguajes; tambi�n muchos se extinguieron a causa de los cambios clim�ticos que provocaron las glaciaciones. Algunas especies encontraron refugio y alimento en �reas pobladas densamente por diversas plantas, como los bosques y monta�as, en donde les era m�s f�cil obtener sustento. Otras surgieron y se desarrollaron en las planicies, donde el sol o las condiciones de humedad propiciar�n el crecimiento de arbustos y pastos. Estos �ltimos y algunas gram�neas empezaron a dominar en vastas �reas, propiciados por los cambios en la cubierta vegetal.
A�n antes de que el hombre se dedicase a la producci�n intensiva de alimentos, cuando todav�a era cazador, recog�a distintas semillas, entre ellas los ancestros silvestres de la cebada y el trigo. Y, en alg�n momento, hace diez o 15,000 a�os, la proliferaci�n de los cereales hizo que el hombre pudiera recolectar granos y aprendi� a almacenarlos lo cual le proporcion�, por primera vez, cierta reserva de alimento para la �poca de sequ�a o de caza escasa. Ello, a su vez, gener� un m�nimo de tiempo libre para desarrollar herramientas, afilando hojas de pederrnal, para la caza y la pesca y despu�s la siembra.
As�, aunque la cacer�a ha existido porque el hombre ha necesitado pieles, cuernos y huesos de los animales, las correr�as de las bandas se espaciaron, tanto porque domestic� animales como porque el almacenamiento de granos empezaba a constituir una relativa garant�a de supervivencia.
Las primeras especies del trigo: triticum, aegilops y carreon, eran muy distintas a las que se cultivan. En su mayor�a el raquis � la parte superior del tallo- era relativamente fr�gil, de manera que al madurar el grano se quebraba f�cilmente. Ello provocaba la ca�da de la espiga y la dispersi�n de la semilla por el suelo, lo cual dificultaba su recolecci�n.
No obstante, una peque�a proporci�n de plantas crec�a con un raquis fuerte, sobre todo en aquellas �reas donde los r�os, al desbordarse, enriquec�an la tierra, y en menor medida donde hab�an sido resultado de alguna hibridizaci�n espont�nea. As�, el mejoramiento gen�tico de la planta sin duda fue producto de un proceso de selecci�n al principio casual, iniciado probablemente por una hibridaci�n natural aunque posiblemente tambi�n por el hecho de que el hombre recog�a primero los granos de las espigas que conservaban la semilla por m�s tiempo y por tanto m�s vigorosas.
La observaci�n de estos fen�menos proporcion� al hombre los conocimientos necesarios para realizar el cultivo. Aprendi� que deb�a aprovechar el limo dejado por las crecientes, sobre todo en valles y deltas, donde las espigas se desarrollaron con m�s vigor; tambi�n aprendi� a seleccionar para semilla los granos m�s grandes y de mejor germinaci�n.
El desarrollo de la agricultura permiti� obtener cosechas m�s abundantes y, con ellas, tener m�s tiempo libre para realizar otras actividades, como el tallado de piedras, la alfarer�a y la cester�a que hicieron posible mejorar la calidad de vida.
El hombre perfeccion� utensilios y herramientas. A base de golpes afil� hojas de pedernal, que luego mont� sobre cuernos, huesos o ramas para facilitar el cultivo. Algunas de estas herramientas primitivas fueron las precursoras de la hoz y la guada�a y, de hecho, los principios fundamentales que se aplicaban entonces en el cultivo, tienen su equivalente en los instrumentos y muy diversas maquinas que se utilizan hoy en d�a.
Desde los inicios de la recolecci�n del trigo, el hombre tuvo la necesidad de triturarlo antes de comerlo. La primera forma fue la masticaci�n, tarea que por la relativa dureza de la cubierta de los granos, requer�a de mucho tiempo y esfuerzo.
Obligado por las dificultades para aprovechar m�s f�cil y plenamente sus alimentos, el hombre desarroll�, a la par de la agricultura, t�cnicas y medios para hacer menos pesado el trabajo. As�, el desarrollo del pan, que se inicia con la recolecci�n del trigo, corre paralelo con el de la humanidad.
Se piensa que el grano tuvo su origen en Asia menor, en la regi�n conocida como la creciente f�rtil, en el delta de los r�os Tigris y Eufrates, y que de ah� se desplaz� hacia Egipto, hace unos seis mil a�os.
Las investigaciones arqueol�gicas realizadas en la aldea de Abu Hureya, en el Valle del Eufrates, en Siria del norte, permiten concluir que el hombre tostaba las semillas de los cereales sobre cenizas o piedras calientes, lo cual las hac�a m�s comestibles y seguramente las defend�a del moho. Asimismo, para comerlas era preciso ablandar las semillas previamente, lo que se hizo por medio de la masticaci�n, cuando se mezclaban con saliva, o cuando se hab�an remojado naturalmente por la lluvia o el roc�o. En ambos casos se obten�a una papilla.
De �sta se pas� a la elaboraci�n de la gacha, que puede considerarse como el primer antecedente del pan, propiamente dicho. La gacha es una especie de masa muy l�quida que, cocida sobre piedras calientes, se transforma en algo similar a una galleta.
Para el mejor cocimiento sobre piedras calientes se invent� un utensilio similar al comal, que permit�a uniformar el calor y obtener un cocimiento m�s regular de estos primeros panes, aplastados y redondos, en forma de tortilla.
Tal avance, importante en s� mismo, era, sin embargo, insuficiente para obtener buen pan. Una de las primeras innovaciones surgi� de la necesidad de obtener un cocimiento m�s uniforme, lo cual se obtuvo con el horno. El primer horno del que se tiene conocimiento consist�a en una marmita calentada al m�ximo que se colocaba invertida, sobre el hogar en el cual se hab�a puesto a cocer el pan. Otra forma fue la del horno cil�ndrico, de aproximadamente un metro de alto y con boca por la parte superior, por la cual se introduc�a la le�a para calentarlo. Luego, cuando ya no hac�a humo, el pan se introduc�a, quedando adherido a los costados interiores del cilindro, de manera que cuando terminaba su cocimiento, se contra�a y ca�a al fondo del horno, donde las brazas ya estaban apagadas.
Posteriormente se desarroll� el horno de b�veda, construido con tabique sobre una superficie plana. Durante el Imperio Romano se invent� el horno Pompeyano, construido bajo el mismo principio del cocimiento por reflexi�n del calor, pero de mayor tama�o y capaz de recibir grandes cantidades de pan.
En el �mbito rural y en los pa�ses subdesarrollados a�n se utilizan ambos tipos de horno; en lo general son de tabique y con frecuencia tienen ciertos elementos met�licos y algunas ligeras modificaciones.
2007-01-25 08:23:06
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answer #3
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answered by Krltz poderdeloscielos :D 5
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