LA TRISTEZA Y LA CANTIDAD DE LUZ?
La falta de luz ida durante el invierno puede causarles a algunas personas un tipo de depresión llamada "depresión de invierno".
Algunas personas, por herencia, corren un mayor riesgo de padecer de desequilibrios químicos en el cerebro, Por fortuna, hay tratamientos efectivos para estas y otras personas que pueden sufrir depresión.
Todo el mundo se puede sentir triste de vez en cuando. Para decidir que hacer, quizás le ayude a entender que tan profunda esta su tristeza
Estacionalidad - Trastorno afectivo estacional (SAD): Se ha observado que hay
personas que desarrollan depresión durante los meses de invierno, cuando los días se hacen más cortos.
Es posible que la reducción de la cantidad de horas de luz afecte el equilibrio de ciertos compuestos químicos en el cerebro, dando lugar a síntomas de depresión
Luz y trastorno afectivo estacional (TAE)
En otoño e invierno se observa un incremento de la depresión y de las crisis de ansiedad por la escasez de luz natural, es el Trastorno Afectivo Estacional (TAE).
La poderosa influencia de la luz en los neurotransmisores cerebrales modifica la atención, el humor y el comportamiento, altera la salud humana y afecta al rendimiento laboral.
Como el oso que se prepara a invernar, la mayoría de los humanos tendemos a usar ropa de colores oscuros, comer en exceso y encerrarnos en casa ante la llegada del invierno, y raramente vemos el sol directo. Si habitualmente pasamos hasta el 80% del tiempo en entornos cerrados, durante el invierno, debido al frío y a la escasez de luz, nos deprimimos y rehuimos cada vez más el salir al exterior.
De un lado nuestras viviendas, escuelas y oficinas están muy pobremente iluminadas, con poca o ninguna la luz solar. Basta comparar los escasos 300-500 lux de intensidad de la iluminación usual, con los 10.000 lux que nos ofrece la luz natural en un día nublado, o los 150.000 lux de un mediodía radiante de verano.
Del otro lado, la luz artificial suele estar carente de los colores del sol, pues las lámparas incandescentes emiten una luz cálida, con dominante naranja-rojo, con ausencia total de los tonos de alta frecuencia, verde, azul y violeta. Además la iluminación incandescente derrocha el 80% de la energía eléctrica en forma de calor inútil.
Por el contrario, las lámparas fluorescentes corrientes dan una luz fría de dominante verde-azulada, y son deficientes en violeta y rojo. Además las reactancias usuales parpadean a 50 hz., y producen contaminación electromagnética (elektrosmog), lo que induce ondas cerebrales de estrés, además de fatiga crónica y cansancio visual.
Influencia de la luz
La investigación en fotobiología muestra que una carencia crónica de luz puede ser causa de depresión, como el Trastorno Afectivo Estacional, además de otras alteraciones de salud como insomnio, estrés, ansiedad, cefaleas, mareos, fatiga crónica, raquitismo, incluso inapetencia sexual, impotencia e infertilidad.
Sabemos que la luz condiciona la agudeza visual y la percepción de los colores. Hoy el estado de la ciencia permite afirmar que la luz es biodinámica, pues afecta al sistema endocrino y a todos los sistemas biológicos. Especialmente, la ausencia de luz solar influye negativamente sobre el estado de ánimo y afecta a la capacidad del cerebro para el manejo de la información.
Por tanto la calidad de la iluminación artificial es significativa para salud humana, igual que para la seguridad y el rendimiento laboral.
Sabemos que el ciclo circadiano de la luz, noche-día, produce la estimulación de los neurotransmisores cerebrales. La luz diurna favorece la serotonina y dopamina, nos activa y estimula. En ausencia de estímulo luminoso, aumenta la melatonina (la hormona del sueño).
La falta de ritmo luminoso adecuado causa somnolencia matinal e insomnio de noche. Estas patologías son de mayor gravedad en otoño-invierno, al acortarse el ciclo de luz y encerrarnos más en casa a causa del frío.
Una luz brillante, a partir de una intensidad de 800 a 1000 lux, nos dice que ya es de día, despierta el ánimo, sin necesidad de café ni tabaco, y proporciona serotonina al cerebro, la hormona de la actividad y el buen humor. Esto se produce naturalmente al mirar al sol, pero en entornos cerrados, la iluminación es biológicamente insuficiente y nuestro cerebro sigue pasivo, e induce pesimismo, cansancio y sueño.
Además de la cantidad de luz, también nos afecta, a nivel neurofisiológico, el color de la luz, y es evidente que los colores alegres e intensos nos motivan de manera positiva, levantando el ánimo. El abuso del blanco en interiores, o el predominio de colores serios y tristes como el gris o el beige en el vestuario, son otros síntomas de conducta depresiva.
Como nos muestra la investigación de mercado en marketing y publicidad, el color de la luz y de los objetos afecta a nuestros reflejos, toma de decisiones y estado de ánimo.
A efectos terapéuticos la iluminación y el color de nuestro entorno arquitectónico son los más influyentes, pues el colorido de techos y paredes, como el del mobiliario, permanece por muchos años y nos influye en una gran superficie.
Fototerapia arquitectónica
Afortunadamente, si no podemos tomar bastante sol, la Domobiótica nos ofrece medios técnicos para prevenir esa depresión bipolar que se reactiva cada invierno. Basta un baño de luz de 30 minutos cada mañana con una lámpara full spectrum, para estimular los neurotransmisores cerebrales y levantar el estado de ánimo depresivo. Podemos usar una lámpara de fototerapia (10.000 lux) durante el desayuno, o en la mesa de trabajo, pero lo ideal es realizar toda la iluminación interior con luz de espectro total, pues la luz de espectro total es precisa para que la mente, el sistema endocrino y el sistema inmunitario funcionen a pleno rendimiento.
Hoy disponemos de modernas lámparas fluorescentes tipo fullspectrum, que producen una iluminación de color blanco puro, similar a la luz del sol, que permiten la correcta observación de las colores. Con el uso de reactancias electrónicas que vibran a 20.000 hz., eliminamos la fatiga visual y el estrés al evitar el parpadeo luminoso. Además producen un encendido instantáneo, sin cebadores ni condensadores, ahorran energía eléctrica, alargan la vida de los tubos y eliminan el elektrosmog.
Llamamos iluminación "biodinámica" a la luz que produce el mismo estímulo neurofisiológico que la luz del sol. La arquitectura de la luz debe considerar por tanto el ciclo diurno y estacional, ajustando la cantidad y calidad de luz y el uso consciente del color, con criterios de cromoterapia según el uso de cada espacio.
El correcto uso del color y la iluminación en nuestra casa puede incrementar hasta el 85% la energía personal, levantar el ánimo de toda la familia, abandonar el Prozac y hacer que el fantasma de la depresión se aleje definitivamente.
Con la aplicación de la Domobiótica en la oficina, el empresario podrá observar una mejora del clima sociolaboral, y la iluminación biodinámica puede producir un incremento hasta del 75% de la productividad, con notables beneficios económicos.
El estar triste no siempre quiere decir que usted vaya a tener depresión muy fuerte. Las malas noticias y las decepciones pueden hacer que usted se ponga triste, quizás por varios días. Esto es normal, siempre y cuando la tristeza no se vuelva permanente. El pesar y la pena también puede causar tristeza normal.
2007-01-22 15:09:00
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answer #1
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answered by TEMPLARIO 6
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