Las ventajas económicas principalmente van para las empresas que los "producen" y poseen la patente. Para la sociedad el beneficio económico está en el bolsillo ya que al ser más resistentes (al clima, plagas, etc,) muchos transgénicos se abaratan pues existe mayor producción. En algunos transgénicos vegetales quizá se pueda aumentar el volúmen, los tiempos de fructificación, cosecha, etc, lo que representa una gran ventaja en la producción. En fin, la ventaja es el precio monetario. El consumidor pagará menos porque el proceso de producción quizá requiera menos inversión. Esto quiere decir dejar de usar insecticidas químicos, eficientar el uso del agua y muchas cosas más que pueden a simple vista tener sus ventajas económicas y ecológicas, desgraciadamente también tienen sus desventajas, sobre todo para los campesinos y las especies que se cultivan de manera tradicional desde tiempos inmemorables, como el maíz. Pero como esa no ha sido tu pregunta, no profundizo en ello.
¡Saludos!
2007-01-17 13:43:52
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answer #1
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answered by Otrotren 4
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Los cultivos transgénicos se siguen difundiendo en todo el planeta, pero el ritmo se ha enlentecido. Si bien por lo menos 12 naciones ya los utilizan, aproximadamente el 99% de la superficie sembrada se mantiene en Estados Unidos, Argentina y Canadá (respectivamente el 72%, 17% y 10% a nivel mundial). Otro tanto sucede con las variedades cultivadas; la diversificación se ha enlentecido y dominan unas pocas variedades.
Los resultados productivos y económicos de estos cultivos son dispares. En el caso de las variedades Bt resistentes a insectos, la información disponible muestra que existen ahorros en los costos de insecticidas que debe cubrir el productor. Estudios prospectivos para varias regiones indican ventajas económicas con un ahorro del orden de los 3 mil millones de dólares a nivele mundial, sobre costos totales de 8 mil millones de dólares con los insecticidas tradicionales; los mejores resultados económicos se han indicado para el algodón y maíz.
Sin embargo, la CEPAL advierte que ha medida que aparecen nuevos estudios quedan claros nuevos costos ocultos, explicando un panorama mucho más complejo y menos optimista. En el caso del maíz resistente a insectos existe una diversidad de resultados, pero en general la tendencia es una mejor perfomance de la variedad trasnsgénica bajo condiciones de alta infestación, mientras que con los algodones Bt la situación es más complicada. En cualquiera de las variedades transgénicas se ha hecho necesario que se dejen porciones de los predios libres de transgénicos para que sirvan como "áreas de refugio" para los insectos, y que en promedio van del 20% al 50% de la superficie cultivada, afectando a su vez los rendimientos y los ingresos.
En el caso de las variedades tolerantes a herbicidas, nuevos estudios y de mayor plazo, muestran que generalmente ofrecen menores rendimientos, con semillas más caras en muchos países, pero costos en herbicidas y control mecánico de malezas más bajos. La información que indica disminuciones en los rendimientos se sigue sumando; por ejemplo, en estudios para 12 localidades en los EE.UU., existieron caídas en todos los casos excepto uno, con descensos que van del 2 al 12%. En un predio demostrativo en Nebraska, donde la soja convencional alcanzaba 3,90 ton/ha, mientras la transgénica cayó a 3,43 ton/ha. La información para el Cono Sur apunta en el mismo sentido; el informe de CEPAL cita un estudio en Santa Fé (Argentina) donde en diez ensayos, nueve terminaron con rendimientos menores. A pesar de los transgénicos, siguen siendo determinantes factores clásicos como las condiciones locales, tipos de suelos, el régimen hídrico, etc.
La ecuación económica también se ha tornado mucho más compleja, ya que en varios países las semillas transgénicas están patentadas y son más caras. En los EE UU, se gasta de 30 a 42 dólares/ha con semillas convencionales, mientras que la transgénica alcanza los $ 57/ha; los ingresos netos son del orden de $ 322 a 334/ha en el primer caso, y de $ 320 para la soja transgénica. Esto pasa desapercibido en el Cono Sur ya que en Argentina no se cobra el adicional por la patente en la semilla, reduciéndose los costos en el orden del 15%, justificando así la ventaja de ese cultivo.
Finalmente, el dinero necesario para las evaluaciones ambientales y sanitarias sigue en aumento en tanto continúan las dudas y se amplían los aspectos a considerar. Por ejemplo, en EE.UU. las evaluaciones sobre insectos y plantas cuestan más de US$ 400 mil, más de US$ 700 mil para analizar los efectos sobre la salud humana, a los que se están agregando los nuevos tests sobre efectos alergénicos (que pueden superar el millón y medio de dólares), y así sucesivamente se eleva la cifra total. Por estas razones, América Latina vive la tensión entre exigir estudios serios pero muy caros, o contentarse con evaluaciones modestas y esperar que los permisos otorgados en otros países sean correctos o extrapolables a nuestras condiciones.
Toda esta nueva información muestra que la situación es mucho más compleja que lo esperado. Más allá de la publicidad, las condiciones agronómicas locales siguen siendo claves, los rendimientos promedios de los transgénicos son más bajos, no siempre se usan menos agroquímicos, y las incertidumbres económicas muy amplias. Estas condiciones hacen que las decisiones sobre estos cultivos no puedan estar en manos de unos pocos, sino que requieren de consultas sostenidas con productores y consumidores.
Si es un poco extenso espero me disculpes y que te sirva la información, saludos
2007-01-17 13:45:30
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answer #2
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answered by faraona 4
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