Sus atributos. El Dios verdadero no es omnipresente, pues se dice que tiene una ubicación concreta. (1Re 8:49; Jn 16:28; Heb 9:24.) Su trono está en el cielo. (Isa 66:1.) Como Dios Todopoderoso, es omnipotente. (Gé 17:1; Rev 16:14.) "Todas las cosas están desnudas y abiertamente expuestas a los ojos de [Él]", y Dios es "Aquel que declara desde el principio el final". (Heb 4:13; Isa 46:10, 11; 1Sa 2:3.) Su poder y conocimiento se extienden a todas partes y alcanzan toda región del universo. (2Cr 16:9; Sl 139:7-12; Am 9:2-4.)al enseñar que Dios es omnipresente la cristiandad ha confundido los asuntos y ha hecho más difícil que Dios sea una realidad para los que le adoran. ¿Cómo podría Dios estar presente en todo sitio a la misma vez? Dios es una Persona de la región espiritual o celestial, lo cual significa que no tiene cuerpo material, sino espiritual. ¿Tiene cuerpo un espíritu? Sí, pues leemos: "Si hay cuerpo físico, también lo hay espiritual." (1 Cor. 15:44; Juan 4:24) Dado que Dios es un ser individual, una Persona con cuerpo espiritual, él tiene un lugar de habitación y por lo tanto no podría estar en ningún otro sitio a la misma vez. Por eso leemos en 1 Reyes 8:43 que los cielos son el 'lugar establecido de su morada.' También se nos dice en Hebreos 9:24 que "Cristo entró . . . en el cielo mismo, para comparecer ahora delante de la persona de Dios a favor nuestro."
Además, el discípulo Esteban y el apóstol Juan tuvieron visiones del cielo en las cuales vieron tanto a Dios como a Jesucristo. Por lo tanto, Jehová Dios debe ser una persona, un ser individual, tal como lo es Jesucristo. (Hech. 7:56; Rev. 5:1, 9)
2007-01-12 15:07:52
·
answer #1
·
answered by chichita 6
·
0⤊
0⤋
“Omnis” viene del latÃn “todo”. Es asà como Omnipresencia significa que Dios está siempre presente en todas partes.
Y cuando decimos que está en todas partes, no es que una parte de Dios esté en un sitio y otra en otro: Dios está Todo El en todas partes.
Entonces, si no podemos hablar de tiempo refiriéndonos a Dios, tampoco podemos hablar de espacio, pues la presencia de Dios no tiene lÃmites.
De allà que el sabio Rey Salomón, en su oración al dedicar el Templo de Jerusalén, exclamara: “Si los cielos invisibles no pueden contenerte, ¿cómo permanecerás en esta Casa que yo te he construido?” (1 Rey. 8, 27)
El santuario de Dios es el infinito. Esto es un gran consuelo. Tal vez lo tomamos como algo ordinario, pero ¿nos damos cuenta de que por la Omnipresencia divina podemos recurrir a Dios en cualquier lugar, pues El está allà donde nosotros estemos? En cualquier parte de nuestro mundo Dios está con todos y cada uno de nosotros, para ayudarnos, para compadecerse de nosotros, para que nos refugiemos en El, para comunicarnos con El en oración.
Es asà entonces como no hay un sitio donde Dios no esté. El mismo nos lo dice en la Biblia: “Los ojos de Yavé están en cualquier lugar, observan a los malos y a los buenos” (Prov. 15, 3).
Pero si la Omnipresencia divina es un consuelo para nosotros, también es un aviso. Dios lo ve todo, lo observa todo … hasta nuestros más ocultos pensamientos, deseos e intenciones: buenos y malos. Y además los conoce desde siempre, antes de que tengan lugar en nuestro presente. Y no hay caso en tratar de escapar a su presencia.
Si Dios nos conoce con ese conocimiento infinito y detallado, ¿nos damos cuenta, entonces, que nuestros pecados los cometemos en presencia de Dios? Si nos avergonzamos de nuestros pecados ante nuestros semejantes, ¿cómo no avergonzarnos ante Dios que todo lo ve? ¿Cómo pretender escondernos de El para pecar?
Lo dice también el Profeta JeremÃas: “¿Puede un hombre esconderse en un escondite sin que Yo lo vea? El cielo y la tierra ¿no los lleno Yo?, dice Yavé?” (Jer. 23, 24).
Cuando San Pablo en Atenas, sintiendo gran malestar, pues la ciudad estaba llena de Ãdolos, al serle requerida una explicación a sus enseñanzas por parte de filósofos griegos, comienza a hablarles del “Dios desconocido”, al que los atenienses –en medio de tantos Ãdolos- también habÃan dedicado un altar, en ese famoso discurso en el Areópago proclama:
“El Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él, siendo Señor del Cielo y de la tierra, no vive en santuarios fabricados por hombres … En realidad Dios no está lejos de cada uno de nosotros, pues en El vivimos, nos movemos y existimos” (Hech. 7, 24 y 28).
Nos está hablando el Apóstol de los Gentiles precisamente de la Omnipresencia de Dios, presencia divina que es indispensable para que podamos vivir, movernos y existir. Es decir, Dios nos da el ser y también nos lo conserva, ya que su presencia está en todo lo creado.
Como resumen de lo que significa la Omnipresencia de Dios, tomemos este breve párrafo de la Suma Teológica de Santo Tomás de Aquino:
“Dios está en todas partes:
por potencia, en cuanto a que todos están sometidos a su poder;
por presencia, en cuanto a que todo está patente y como desnudo a sus ojos;
por esencia, en cuanto está en todos como causa de su ser.”
Ahora bien, además de esta presencia común y natural de Dios en todo lo creado, mediante la cual nos mantiene vivos, nos tiene ante su mirada divina y nos somete a su poder infinito, se dan otros tipos de presencia divina sobrenaturales, a saber:
Presencia de inhabitación en el alma:
“¿No saben ustedes que son Templo de Dios, y que el EspÃritu de Dios habita en ustedes?” (1 Cor. 3, 16).
Es una presencia especial de Dios en el alma que participa de la gracia divina, y en virtud de esta participación, habita en ella en forma sobrenatural la SantÃsima Trinidad.
Ahora bien, en los seres que no están en gracia, Dios está presente solamente dándoles el ser. Y esto es asà porque el pecador no permite que la gracia divina lo penetre, está cerrado a la vida de Dios en su alma. Su alma está muerta en vida, es decir, está muerta a la vida sobrenatural, aunque tiene vida natural.
Presencia Personal o Hipostática:
Esta presencia se da solamente en Jesucristo. Es lo que se denomina en TeologÃa “Unión Hipostática”: la humanidad de Jesucristo y la divinidad de Dios unidas. Por medio de esta unión, Jesucristo es verdadero Dios y verdadero Hombre.
Presencia Sacramental o EucarÃstica:
Es la presencia real de Jesucristo, con todo su Ser de Hombre y todo su Ser de Dios, en la EucaristÃa, bajo las especies de pan y de vino.
Presencia de Visión BeatÃfica:
Es la presencia propia del Cielo. Si bien Dios está presente en todas partes, no en todas partes se deja ver. Sólo en el Cielo lo veremos tal cual es.
“Ahora vemos como en un mal espejo y en forma confusa, pero entonces será cara a cara. Ahora solamente conozco en parte, pero entonces le conoceré a El como El me conoce a MÔ (1 Cor. 13, 12-13).
2007-01-13 00:25:33
·
answer #4
·
answered by desqui 3
·
0⤊
0⤋