Son particulares fundamentalmente por su aspecto. Pero, a diferencia de otras plantas que se saben cotizar, como las orquídeas o los bonsai, las suculentas (o crasas), exóticas también, no requieren de cuidados excepcionales. Más aún, exigen menos atención que la que suministramos a cualquier planta. Es que las suculentas son seres con vocación de supervivencia. Provienen de zonas áridas y desarrollaron la capacidad de acumular agua en sus hojas, tallos y raíces. Por eso se las ve rellenitas y a eso deben su nombre. A veces son verdaderamente lindas, otras son más bien raras, lo cierto es que no pasan desapercibidas. Tienen gran personalidad y ofrecen un aporte interesante como elemento de decoración. Lo cierto es que su encanto es casi irresistible y muchos entre quienes llegamos a un primer ejemplar por casualidad, terminamos coleccionándolas casi obsesivamente.
Primas del cactus, pero sin espinas
Esta es la regla: todo cactus es una suculenta, pero no toda suculenta es un cactus. Comparten con estos primos hermanos su truco de supervivencia, pero en el derrotero de su evolución las suculentas descendieron de otras familias de plantas: mientras los cactus son bien americanos, las especies suculentas son, en su mayoría, africanas. Los cactus, son plantas que desarrollaron un tronco carnoso y sus hojas se convirtieron en espinas que cumplen la misión de evitar la pérdida de agua por transpiración. Las suculentas, en cambio, no tienen espinas. Algunas suculentas ostentan hojas grandes y robustas, otras parecen pequeños árboles lunares. Hay especies más comunes que otras, y algunas son tan raras, que no se parecen a nada que se pueda nombrar de otra manera que no sea suculenta.
Nobles y resistentes, para tenerlas contentas bastará regarlas una vez a la semana. En casi todos los casos funciona, pero habrá que tener en cuenta que cada una de sus variedades (existen unas 6 mil especies) tiene características diferentes. Un buen coleccionista sabrá observar con ojo experto los humores de sus suculentas. No suelen ser temperamentales ni frágiles. Muchas de ellas cuando tienen la luz y el agua necesarias crecen a velocidades sorprendentes. Eso en verano, época en la que la planta se encuentra "activa". En invierno entran en fase de reposo y prácticamente no crecen y casi casi no es necesario regarlas. En cualquier caso, es fácil darse cuenta cuando a una suculenta le falta agua: adelgaza, pierde vigor, se ablanda, acaso se arruga.
Lo que a muchas de ellas les molesta verdaderamente son las bajas temperaturas, sobre todo si además hay humedad, y aunque se adaptan muy bien al clima porteño, en verano es recomendable quitarlas del rayo directo del sol, porque les puede ocasionar quemaduras.
¿Flores? Sí, tienen, pero cuando alcanzan cierta madurez y un tamaño considerable. Para el coleccionista será un logro invaluable tener a su suculenta en flor. Generalmente las flores son pequeñas, arrobadoras y están "colgadas" en el extremo de un fino lazo que crece largo y se separa de la planta como una caña de pescar.
Pequeñas y coleccionables
En los comercios porteños casi siempre se las encuentra en macetas pequeñas, por eso se las puede conseguir a precios accesibles (a partir de los cinco pesos aproximadamente). En esos casos estamos frente a suculentas diminutas, pero muchas logran alcanzar tamaños considerables, aunque no podamos verlas así habitualmente en los viveros. Existen algunos jardines dedicados exclusivamente a este tipo de plantas, como Chirau-Mita,
2007-01-15 20:31:06
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answer #1
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answered by yolanda l 3
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En las buenas librerias de Baires, se encuentran libros sobre el tema que te interesa.Puedes entrar en la pagina web del INTA, donde se puede recabar info sobre los cursos que da este Instituto en sus programas de extension agricola, en diferentes sedes.La ventaja de estos cursos,es que es para uso solo en Argentina.Totalmente recomendable.
2007-01-12 20:55:07
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answer #3
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answered by EDUARDO T 6
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