Desde un punto de vista rigurosamente histórico el código Da Vinci es un embuste. La vida de un personaje histórico se conoce a través de fuentes fidedignas y cercanas a su época. En ese sentido, los evangelios y cartas paulinas, si bien es cierto que no son totalmente imparciales, son documentos historicamente aceptables sobre la vida de Jesus. Ninguno de los primeros evangelios (Mateo, Marco, Lucas y el evangelio apócrifo de Tomás) mencionan que Jesús hubiera estado casado. Estos documentos fueron escrito entre el 45 y el 80 DC. El evangelio de Maria Magdalena, que pudiera insisnuar alguna relación marital entre maestro y discípula, no fue escrito sino hasta el siglo IV, por lo que ningún historiador puede tomarlo como fuente sobre la vida de Jesús. Se sabe que el cristianismo solo llegó a Francia en el siglo II DC, por lo que afirmar que Maria Magdalena llegó a Francia tras la muerte de Jesús es absurdo. Además, si Magdalena hubiera deseado abandonar Palestina por temor a los romanos ó al gobierno judio, habría escapado a Persia, cuya frontera estaba a unos cuantos dias de Israel. Además Persia poseía un numerosa comunidad judia que la habría acogido. De hecho, muchos de los primeros cristianos que huian de las persecusiones se asentaron en esta región. ¿Qué iba a hacer Maria Magdalena en una región lejana, con pocas comunidades judias y completamente sometida a Roma? Además en esa misma época (siglo I DC) los Merovingios y los francos habitaban el norte de Alemania ¡como iban los descendientes de Jesús poder ir al encuentro de un grupo de bárbaros adoradores del dios Wotan? También hay que recordar que cuando durante el siglo IV los francos invadieron las galias, sus reyes, los merovingios, eran paganos y acérrimos enemigos de los cristianos. Seguramente a los reyes francos lo último que les interesaba era emparentar con Jesús.
De hecho la cuestión de si los reyes merovingios eran descendientes de Jesús ya fue elucidada con claridad por la genética molecular. Un análisis de ADN de los restos de una de las más importantes reinas merovingias enterrada en a catedral de Saint Denis reveló que los merovingios eran descendientes de europeos del norte y que no poseían ni un solo gen del cercano oriente.
Asi podriamos seguir largo, supercheria tras supercheria...
Creo que escribir una obra calumniadora, buscando el éxito mediante la explotación del escándolo y el morbo, es falto de ética. Algunas personas hablán de que esta novela está basada en "investigaciones rigurosas", la historia, la linguistica, la genética, la arqueología´y la epigrafía dicen lo contrario.
En cuanto a su valor literario, esta "obra" es un plagio de otras ya existentes en el mercado (como el "Enigma sagrado") y la editorial ha tenido que pagar indemnizaciones a los autores afectado. Finalmente hay que tomar en cuenta el análisis efectuado por el semiologo Humberto Eco, quiien asegura que es una narración tramposa, que aprovecha la ingenuidad de sus lectores, su reacción escadalizante y que posee un argumento totalmente previsible desde un principio.
2007-01-10 13:31:56
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answer #6
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answered by Bodhidharma 4
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EL CÃDIGO DA VINCI Y SUS MENTIRAS
Hay que decirlo con claridad: El Código Da Vinci ES UNA OBRA ANTICATÃLICA. Ataca a Jesucristo y a la Iglesia, y niega, punto por punto, la fe que profesamos. Constituye unas agresión y un insulto a la creencia de la mayorÃa de nuestro pueblo, y denigra a la persona de Jesús, a las Congregaciones e Instituciones Católicas del pasado y del presente y ofrece una imagen totalmente falsa de la doctrina que el Señor Jesús transmitió a sus apóstoles, y por su intermedio, a la Iglesia y a toda la humanidad.
UN CÃDIGO DE MENTIRAS
Se ha dicho que El código Da Vinci es una novela de ficción, y por eso no hay que tomarse tan en serio una obra de ese tipo.
En primer lugar, las obras de ficción de suyo no mienten ni insultan, y pueden darse obras que a través de un relato ficticio sobre cuestiones reales mantengan cierta coherencia histórica. En el caso de El código Da Vinci, el autor no sólo deforma la realidad histórica que fundamenta su novela, sino que propone una interpretación ofensiva sobre Jesús y el cristianismo. El asunto es tanto más grave, cuanto que en la presentación, después de señalar como auténticos los documentos del Priorato de Sión (que por cierto, es un invento del siglo XX, creado como medio para estafar) y difamar al Opus Dei, dice: “Todas las descripciones de obras de arte, edificios, documentos y rituales secretos que aparecen en esta novela son veraces” (p. 11).
Dejando de lado los numerosos errores de tipo histórico, geográfico, artÃstico y de otro tipo que salpican la novela, señalamos los aspectos de tipo religioso y teológico que manifiestan las FALSEDADES que El Código Da Vinci divulga de modo irresponsable e ignorante.
1. Las fuentes del conocimiento de Jesús
Según El Código Da Vinci, la verdad sobre Jesús no está contenida en los Evangelios Canónicos que conocemos (Mateo, Marcos, Lucas y Juan) sino en otros evangelios, llamados “apócrifos” y que la Iglesia mantuvo ocultos para que no se conociera su mensaje. Estos libros, que supuestamente revelan la verdadera historia de Jesús, serÃan los “evangelios” de Tomás, de Felipe, de MarÃa, etc. Han sido encontrados en Qumram (1947) y en Nag Hammadi (1948), pero la Iglesia los escondió porque comprometÃa la doctrina “oficial” sobre Jesús (ver El código Da Vinci, p. 292).
La verdad es que los evangelios apócrifos son todos ellos más recientes que los evangelios canónicos. Hoy sabemos que los apócrifos fueron redactados en el siglo II, tal vez cien años después de la vida de Jesús, mientras que Mateo, Marcos, Lucas y Juan son del siglo I, muy cercanos al acontecimiento. Por otra parte, los asà llamados “evangelios apócrifos” transmiten doctrinas heréticas, y niegan aspectos fundamentales sobre Jesús, cosa que no hacen los evangelios canónicos.
Dan Brown ignora que en Qumram se encontraron sobre todo documentos judÃos. Y por otra parte, miente cuando dice que la Iglesia escondió los apócrifos. La verdad es que estos libros siempre fueron conocidos y la Iglesia los estudió porque, a pesar de sus errores ofrecen datos interesantes sobre los primeros siglos de la historia del cristianismo. Hoy dÃa, estos “evangelios apócrifos” pueden comprarse en cualquier librerÃa católica.
2. La persona de Jesús
Según la novela, Jesús habrÃa sido un simple hombre, un gran sabio con un mensaje revolucionario. Pero Jesús no era Dios. Se casó con MarÃa Magdalena, de la que tuvo una hija y cuyos descendientes viven hasta hoy. Esta “verdad” es la que describen los “apócrifos”, por eso la Iglesia los persigue con tanto encono.
Este es el mensaje nuclear de El Código Da Vinci: la negación de la divinidad de Cristo. Con esto, se rechaza de plano la fe de la Iglesia que desde sus inicios ha proclamado a Jesús como Dios, y ha defendido esta fe de todos los ataques y negaciones.
La ignorancia de la novela es patente cuando dice que los “apócrifos” enseñan que Jesús es un puro hombre y que no es Dios, y que se casó con MarÃa Magdalena. Los “evangelios apócrifos” pertenecen a una corriente herética de inicios del siglo II llamada “gnosticismo”, que profesa que Jesús, siendo Dios, no es verdaderamente hombre (todo lo contrario de lo que afirma Dan Brown). Por otra parte, ninguno de los apócrifos afirma que Jesús haya estado casado con Magdalena, y mucho menos que haya tenido hijos de ella. Es un invento del autor de la novela.
Todo el Nuevo Testamento, escrito en el siglo I afirma claramente que Jesús es Dios (ver Jn 1, 1; Jn 20, 28; Rom 9, 5; Flp 2, 11; Tit 2, 13 y passim). Es también la enseñanza firme de los Padres de la Iglesia de los siglos II y III, como San Ignacio de AntioquÃa, San Justino Mártir, San Ireneo de Lyon, y de doctores como OrÃgenes de AlejandrÃa y Tertuliano de Cartago. Para la Iglesia, la divinidad de Cristo es una verdad centralÃsima, presente desde los orÃgenes y que ha sido revelada por el mismo Señor Jesús. Por otra parte, tampoco en los Evangelios y en las cartas de Pablo o en los escritos de San Juan podemos encontrar algún dato que señale que Jesús se casó con MarÃa Magdalena. Eso no es más que una invención y una mentira más de las muchas que contienes esta obra. El Evangelio es claro en afirmar que Jesús se mantuvo célibe durante toda su vida.
3. MarÃa Magdalena
La novela presenta a MarÃa Magdalena como esposa de Jesús. Su vientre es el “Santo Grial”, es decir el receptáculo de la sangre (= descendencia) de Jesús. Indica el autor que Jesús encomendó su Iglesia a MarÃa Magdalena, y que en ella se vivÃa la religión de “la diosa”, es decir, el culto de lo femenino como Dios. Esto también lo describen los “evangelios apócrifos”. Pero la fracción de Pedro (de tendencia machista) triunfó y eliminó a MarÃa Magdalena de la escena, ensombreciendo su figura e instaurando un culto machista.
Esta es la parte más llamativa de la novela, y lo que suscita cierta curiosidad morbosa en unos y escándalo en otros. Pero no es sino otra de las mentiras de El Código Da Vinci. Se trata de un tema ya conocido, propuesto en la pelÃcula Jesucristo Superstar, donde se ve a Magdalena enamorada de Jesús, y en la novela La última tentación de Cristo de Nikos Kazantzakis, obra por la que su autor fue excomulgado. Más aún, la idea de que el Grial es el vientre de MarÃa Magdalena, ha sido plagiada por Dan Brown de la obra de Michael Baigent, Richard Leigh y Henry Lincoln, El enigma sagrado (1981; ed. española 1997), libro calificado de especulación ridÃcula, sin sustento cientÃfico.
Los “evangelios apócrifos” jamás dicen que Jesús encomendó a MarÃa su Iglesia y la religión del culto femenino, por la sencilla razón de que los gnósticos tenÃan una visión descaradamente machista y denigratoria de la mujer. Para los gnósticos, “toda mujer que se convierta en varón podrá entrar en el Reino de los Cielos” (Evangelio gnóstico de Tomás). Por otra parte, la Iglesia nunca ocultó la figura de MarÃa Magdalena.
En los Evangelios canónicos aparece como la primera en ver a Jesús resucitado, y la Iglesia, lejos de denigrarla o enterrarla en el olvido, la ha proclamado santa y le da un culto de veneración. Decir que ha sido esposa de Jesús es de una ridiculez y de una groserÃa inaceptables.
4. El cristianismo en la historia
En su novela, Dan Brown dice que fue el emperador Constantino quien, a través del Concilio de Nicea, en el año 325, hizo proclamar a Jesús como Dios, siendo que era un simple hombre. De este modo fue enterrada la verdadera religión de Jesucristo, que era la “religión de la diosa”, cuya representante era MarÃa Magdalena. La Iglesia ha mantenido oculto este secreto, y ha buscado a sus defensores para destruirlos, aunque algunos grupos, como los Templarios, la MasonerÃa y el Priorato de Sión se encargaron de proteger a la descendencia de Jesús y de MarÃa Magdalena. Un grupo católico que incluso llega hasta el asesinato para obtener el secreto del Grial es el Opus Dei.
En este aspecto se mezclan la ignorancia y la malicia. Son pocas las obras en las que se ha podido reunir tantos disparates al mismo tiempo. Para comenzar, Constantino no proclamó “Dios” a Jesús mediante el Concilio de Nicea. Antes de dicho Concilio, ya se creÃa en Jesús como Dios, como se ha visto en el n. 2. El concilio de Nicea fue realizado para reafirmar la fe de la Iglesia contra la herejÃa arriana, que negaba la divinidad de Cristo, por tanto no proclamó nada nuevo, sino lo que se creÃa desde siempre. Los Templarios, que menciona la novela, eran una Orden militar y religiosa medieval cuyo cometido era proteger a los peregrinos que visitaban Tierra Santa, y no tenÃan por finalidad proteger secreto alguno.
No existe una Orden secreta llamada “Priorato de Sión” que se remonta al siglo XI y cuyos miembros han sido grandes sabios y artistas de la historia. Hoy sabemos que es una farsa inventada en 1956 por un grupo de pÃcaros con objeto de levantar dinero de los incautos (ver Massimo Introvigne. El Código Da Vinci: Pero la verdad es bien diferente). En cuanto a las menciones al Opus Dei, resultan infamantes y denigratorias y constituyen una burda manera de insultar y vilipendiar a la Iglesia Católica en una de sus instituciones.
5. Nueva Religiosidad y relativismo moral
Según la novela, la religión originaria de la humanidad fue “la religión de la diosa”, vinculada a la tierra y a la fertilidad. Esta fue la religión que Jesús reivindicó y que tuvo como sÃmbolo a MarÃa Magdalena. En esta religión, el rito central es la unión sexual llamada “hieros gamos”, que simboliza la unión con la divinidad. Este tipo de religión fue protegido por los jefes del Priorato de Sión, algunos de los cuales fueron homosexuales, como por ejemplo Leonardo Da Vinci.
La denigración y el rechazo del cristianismo en El Código Da Vinci corren pareja con la propaganda a esta religión de lo femenino. Hay toda una exaltación de lo pagano, pero también de una visión feminista de la existencia, muy propia de la corriente llamada New Age. Por otra parte, la presentación de la homosexualidad como rasgo de distinción se inscribe dentro de la tendencia actual a presentar esta realidad como algo no sólo normal, sino incluso bueno y deseable. No se puede estar de acuerdo con esta visión relativista, contraria a la moral católica.
Aceptar una visión religiosa pagana como la propuesta por la novela, en la lÃnea de la New Age, no es avanzar, sino retroceder. El cristianismo arrancó a los hombres de las garras del paganismo, con sus errores y esclavitudes, y los liberó del terror de los falsos dioses.
Por otra parte, la novela no dice que su tan mentado “hieros gamos” en realidad era “prostitución sagrada”, y las pobres mujeres que participaban en estos ritos no eran consideradas como diosas, sino como meros instrumentos para satisfacer los deseos de los hombres que buscaban la unión con la divinidad. Al eliminar esos cultos, el cristianismo liberó a la mujer de esa opresión religiosa y les devolvió su dignidad de personas.
Conclusión
Después de revisar todo este conjunto de errores, falsedades y difamaciones, no queda más que concluir que El Código Da Vinci es una novela llena de mentiras y ataques que pretenden pasar como verdades para denostar a Jesucristo y a su Iglesia.
El Señor Jesús nos dijo: “Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” (Jn 8, 32). Tenemos la certeza de conocer la verdad. Ella nos ha sido dada por Jesús y comunicada por la Santa Iglesia Católica. Lo que Ella nos enseña acerca de Jesús es la Verdad. Nosotros también podemos decir, al igual que San Pablo: “Sé de quién me he fiado” (2 Tim 1, 12).
Oficina de Pastoral del Arzobispado de Lima, Perú
2007-01-10 13:08:42
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answer #8
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answered by kidman 5
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