Derecho al voto de la mujer, derecho de las mujeres a compartir, en igualdad de condiciones con los varones, los privilegios polÃticos concedidos por el gobierno representativo y, de un modo concreto, a votar en elecciones y referendos y a desempeñar cargos públicos. Ya desde la antigüedad se habÃa abogado por la igualdad de derechos polÃticos de las mujeres. Bajo las formas autocráticas de gobierno que prevalecieron en la época antigua y bajo los regÃmenes feudales de la edad
media, el sufragio, sin embargo, estaba tan restringido, incluso entre los varones, que el derecho al voto de la mujer nunca llegó a ser un asunto polÃtico. Los factores que garantizaran la existencia de movimientos organizados en defensa del sufragio femenino sólo se dieron una vez que amplios sectores de la población masculina, que hasta entonces no habÃan tenido acceso al voto, obtuvieron el derecho a votar como consecuencia de las revoluciones liberales y democráticas de los siglos XVIII y X
2. EL SUFRAGIO FEMENINO EN ESTADOS UNIDOS
El movimiento moderno a favor del sufragio de la mujer surgió en Estados Unidos tras la guerra de la Independencia. Incluso antes de ésta, las mujeres de este paÃs ya participaban en la vida pública con relativa mayor libertad que las europeas. En 1647 una rica hacendada de Maryland, llamada Margaret Brent, intentó con gran valentÃa pero sin éxito asegurarse “lugar y voto” en la legislatura de la colonia. En Massachusetts las mujeres que eran propietarias pudieron votar desde 1691 hasta 1780. El Congreso Continental debatió con intensidad la cuestión del sufragio femenino, y decidió al fin que deberÃan ser los distintos estados los que, con carácter autónomo, formularan sus propios reglamentos electorales.
Muchos grupos, como fue el caso de los cuáqueros, asà como numerosos particulares, entre los que se encontraba el patriota Thomas Paine, defendieron de forma constante el derecho al voto de las mujeres.
Durante la primera mitad del siglo XIX las sufragistas de Estados Unidos lucharon con insistencia organizadas en el seno del movimiento abolicionista y del movimiento de la templanza, pero los prejuicios antifeministas limitaron de forma considerable el papel de las mujeres dentro de estas organizaciones.
Tras recibir numerosas negativas, las sufragistas estadounidenses decidieron crear un movimiento dedicado a salvaguardar los derechos de la mujer. En una primera época del movimiento y junto a Lucretia Coffin Mott y Elizabeth Cady Stanton, cabe mencionar a las brillantes feministas Susan B. Anthony, Lucy Stone, Abby Kelley Foster y Ernestine Rose. Entre aquellos ciudadanos que apoyaron de modo beligerante el sufragio femenino se encontraban los sacerdotes Henry Ward Beecher y Wendell Phillips, asà como el ensayista y poeta Ralph Waldo Emerson.
En julio de 1848, bajo la iniciativa de Mott y Stanton, se celebró en la capilla wesleyana de Seneca Falls, Nueva York, la primera convención dedicada a los derechos de la mujer. Más de 100 personas asistieron a esta convención, incluidos muchos varones simpatizantes con la causa. Los delegados acordaron que el objetivo principal deberÃa ser lograr el derecho al voto. A continuación, la convención adoptó una declaración de intenciones tomando como modelo la Declaración de Independencia de Estados Unidos. A pesar de las intimidaciones, el movimiento a favor del sufragio de la mujer y el movimiento abolicionista continuaron creciendo, uno al lado del otro, aún durante algunos años. Tras la Guerra Civil estadounidense se produjo un cisma entre ambos a raÃz del profundo desacuerdo existente en lo relativo a la estrategia que debÃa utilizarse. La reivindación del sufragio alcanzó un punto decisivo cuando, en 1868, los abolicionistas exigieron una enmienda constitucional que reconociera el derecho al voto a todos los ciudadanos, sin distinción de raza, credo o color. A estos planteamientos las sufragistas respondieron alegando que la enmienda propuesta no hacÃa ninguna mención de las mujeres. Los abolicionistas replicaron que las sufragistas debÃan postergar sus reivindicaciones y no poner en peligro la aprobación de la medida. Para muchas sufragistas, en especial para Elisabeth Stanton y Anthony, cualquier retraso era inaceptable. En mayo de 1869 dos dirigentes feministas crearon la Asociación Nacional para el Sufragio de la Mujer, asociación independiente que tenÃa como objetivo asegurar la promulgación de una ley federal relativa al reconocimiento del derecho al voto de la mujer. Otra facción del movimiento, encabezada por Lucy Stone y Henry Ward Beecher, respondió a esta iniciativa fundando en noviembre de ese mismo año la Asociación para el Sufragio de la Mujer, que luchaba por la adopción gradual, de estado en estado, del voto femenino. El territorio de Wyoming concedió el voto a la mujer en 1869.
En 1890 el grupo Stanton-Anthony se unió a la facción Stone-Beecher para formar la Asociación Nacional para el Sufragio de la Mujer. Dicha asociación luchó durante muchos años por mejorar los derechos de la mujer tanto en el ámbito estatal como en el federal. Entre las lÃderes y defensoras de la asociación se encontraban, además de Stone, Anthony y Stanton, las eminentes feministas estadounidenses Harriet Beecher Stowe, Julia Ward Howe, Clara Barton, Jane Addams, y Carrie Chapman Catt. Como resultado de las campañas realizadas por la asociación, se concedió el sufragio en los estados de Colorado (1893), Utah, Idaho (ambos en 1896) y Washington (1910). Además, en 1910 la asociación consiguió 500.000 firmas destinadas a presentar una demanda que exigÃa una legislación federal relativa al sufragio de la mujer. California concedió el voto a la mujer en 1911; Kansas, Oregón, y Arizona lo hicieron en 1912; Nevada y Montana en 1914; y en 1917 Nueva York.
El movimiento sufragista alcanzó su victoria culminante poco después de la I Guerra Mundial, cuando, en 1919, el Congreso aprobó la 19ª Enmienda a la Constitución de Estados Unidos, que determinaba que “ni los Estados Unidos ni ningún otro Estado deberá negar o limitar el derecho de los ciudadanos a votar por motivo de sexo”. Ratificada el 18 de agosto de 1920, la 19 enmienda se convirtió en ley nacional.
2007-01-08 21:42:45
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