Soy argentino pero tratare de ser lo más sintético y objetivo posible y mi fuente será mi memoria, por lo que pueden existir algunos errores. También quiero decir que los conflictos suelen ser resultados de ruidos en la comunicación.
Usted deberá juzgar y sacar sus propias conclusiones.
Empresas europeas están instalando en Uruguay un par de plantas de celulosa (materia prima para producir papel) en las cosas del río Uruguay, un río limítrofe con la Argentina. Estas plantas quedarían en la ciudad uruguaya de Fray Bentos y quedarían frente a una ciudad turística argentina llamada Gualeguaychu, en la provincia argentina de Entre Ríos.
La Unión Europea posee las normas de protección del medio ambiental más estricta del mundo y, como parte de su búsqueda por mejorar el medio ambiente de su región esta incentivando a varias empresas a que relocalicen sus industrias fuera de los territorios de la Unión Europea, algunas ONGs ecolostistas (como Greenspace) se oponen a esta practica porque, afirman, no es una solución del problema sino un traslado del mismo hacía países tercermundistas con gobiernos corruptos despreocupados del bienestar de sus pueblos.
Esta política y normativa de la UE constituye la principal razón por la cual estos capitales europeos buscan relocalizar sus plantas de celulosa en otros países y, desde allí, exportar luego a la Unión Europea los productos terminados.
Para Uruguay esta representa la inversión extranjera más importante en su historia y atraerá un importante crecimiento económico, mayores exportaciones, mayor recaudación de impuestos y generación de empleos. Fray Bentos sería la ciudad uruguaya más beneficiada con estas inversiones.
De más esta decir que Uruguay es un país soberano que puede recibir las inversiones que deseé de la forma que deseé.
Es un país que, además, necesita de inversiones extranjeras que mejoren su competitividad internacional y regional porque, en este momento, atraviesa serias dificultades económicas (de hecho, durante los últimos años y a pesar del Mercosur, comenzó a acumular un fuerte déficit en su balanza de pagos con sus países vecinos, es decir, Argentina y Brasil).
Ahora bien, el agua es un recurso vital y siendo el río Uruguay un río compartido entre Argentina y Uruguay, los cambios que una de las partes haga pueden ser perjudiciales para la otra. Para ello ambos países firmaron en 1975 el Tratado del Río Uruguay, un tratado para la administración conjunta del río y sus afluentes y cuya administración común se encuentra en la isla argentina de Martín García (una isla que queda en el río de La Plata, el río más ancho del mundo).
Recordemos que existen tratados similares entre Argentina y Brasil, Argentina y Paraguay, Argentina y Bolivia, Brasil y Uruguay, Bolivia y Paraguay, etc. porque todos estos países comparten ríos en lo que se conoce como Acuífero Guaraní o Cuenca del Plata, que junto con el Acuífero del Amazonas, constituyen los dos más grandes e importantes de América del Sur.
Lo que haga uno puede afectar a los demás y, por ello, se establecen mecanismos para la solución pacifica de las controversias que existan al respecto. De hecho, este no es el primer conflicto de este tipo entre los países de la región y, probablemente, no será el último. Por ejemplo, durante la década de 1970 llego a existir un conflicto de grado tal entre Argentina y Brasil que se temió el estallido de una guerra. Era un período de gobiernos militares en ambos países y hoy solo existen democracias. Hoy todos los conflictos se superaran mediante los procedimientos de solución pacífica de controversia que establecen los tratados. Con este conflicto pasará lo mismo. Será la Corte de la Haya, en última instancia, que responderá su pregunta.
Estas fabricas de celulosa (que la prensa local llama "papeleras" aunque solo producen una de las materias primas para producir papel) tienen desechos. Estos desechos son contaminantes y pueden ser emitidos a tres ambientes: el aire (se habla de olor a huevo podrido), el suelo y el agua. Respecto al agua, pueden ser las propias aguas del río Uruguay o las napas (las que se encuentran debajo del suelo) las cuales con el tiempo también afectarían a las aguas del río Uruguay.
Debido a los tratados preexistentes, Uruguay tiene la obligación de consultar y llegar a un acuerdo con Argentina en lo referentes sola y exclusivamente a los desechos que terminen en el río Uruguay. Argentina no puede hacer nada respecto a las emisiones de desechos al aire y al suelo, su regulación depende sola y exclusivamente de Uruguay.
Este conflicto atraviesa varias etapas.
La primera etapa se da sola y exclusivamente en los ámbitos de los ministerios de relaciones exteriores de ambos países.
Uruguay, cumpliendo con el tratado, informa a argentina sobre el proyecto de instalación de las plantas de celulosa. También informa que como el gobierno uruguayo carece de la experiencia y conocimiento sobre un proyecto de esta envergadura, en vez de crear una nueva normativa desde cero, seguirá el procedimiento más lógico de exigirle a estas empresas que cumplan con toda la normativa de protección medioambiental de la Unión Europea. El gobierno argentino no objeta esto y acepta la instalación de las papeleras.
Ahora bien, surge un problema sobre la metodología a seguir en el control de este proyecto y es aquí donde surge el ruido de comunicación.
Ambos países tienen normativas diferentes sobre cómo deben informar las empresas (y no solo estas sino todas las empresas, sea para construir un edificio de departamentos como para construir una fabrica pegada al río en disputa como en cualquier otro lugar de los territorios nacionales respectivos) sobre el impacto medioambiental de sus proyectos y sobre la naturaleza de dicha información.
En Uruguay las empresas deben elaborar los informes e ir entregándolos a su gobierno mientras se van construyendo la planta, de tal modo que el último y definitivo informe sobre el impacto ambiental se le entrega al gobierno uruguayo al concluirse la obra y entrar en funcionamiento. Recién allí, cuando el gobierno uruguayo posea la documentación, podrá entregárselo a su omonimo argentino para que este controle que no viola el tratado y de el correspondiente visto bueno.
En Argentina, en cambio, las empresas deben informar al gobierno sobre el impacto ambiental que tendrá su fabrica antes de iniciar las obras. Una vez que el gobierno argentino controla que se cumple con todos los requisitos autoriza la construcción y recién allí se puede comenzar la obra. Por ello, Argentina le exigía a Uruguay que se le entregara la documentación para dar su visto bueno antes de iniciar la obra.
Este es el principal conflicto diplomático, para Uruguay la autorización se solicita después de la obra y para Argentina antes. Para Uruguay el tratado aún no ha sido violado, para Argentina el mismo fue violado desde el mismo momento en que comenzó la construcción de las plantas.
Aquí comienza la segunda etapa del conflicto, que sigue teniendo un carácter técnico-diplomático sin conocimiento de la opinión pública de ambos países.
Cuando Argentina toma conocimiento de que la obra se inicio sin su visto bueno le reclama a Uruguay que le entregara los informes pertinentes. El gobierno uruguayo le presento toda la información que poseía a Argentina pero, como se indicara con anterioridad, no es toda la información que Argentina exige.
No hay mala fe de ninguna de las partes. Debido a los procedimientos normativos internos existentes en cada país ya mencionados, Uruguay solo puede entregar información sobre el inicio de la obra, pero no esta en condiciones de presentar el impacto ambiental que tendrá la obra una vez que este en funcionamiento. Para Argentina dicha información es insuficiente y solicita que se le entregue toda la información.
Para Argentina, el gobierno Uruguayo esta escondiendo información y esta actuando sin las autorizaciones que exige el tratado. Para Uruguay, el gobierno argentino exige más información de la que posen y exige aplicar el tratado antes de lo que corresponde, es decir, antes de culminar la construcción de las plantas de celulosa.
Ambas partes tienen razón a su manera: es verdad que el gobierno uruguayo esta cumpliendo con su obligación de presentar toda la información que posee y es verdad que la misma es insuficiente para los criterios del gobierno argentino.
Tan es así que, palabras más palabras menos, el gobierno uruguayo llego a decir que "estamos enviando a Argentina toda la información que nos ha entregado las papeleras", a lo que el gobierno argentino respondió "entonces más que hablar con el gobierno uruguayo tenemos que negociar con las papeleras para que deje de entregar la información a cuenta gotas".
Así comienza la tercera etapa de este conflicto. Un grupo de ONG ecológicas, lideradas por Greenspace, toman conocimiento del diferendo e inician una campaña para evitar la instalación de las plantas de celulosas por ser contaminantes.
Esta campaña alarma a los habitantes de la ciudad argentina de Gualeguaychu (incluyendo a sus autoridades políticas) que teme por enfermedades, deterioro de su calidad de vida y el hundimiento de su economía basada en el turismo. Así comienzan a organizar protestas para resistir la instalación de "las papeleras", incluyendo asambleas populares, marchas y cortes de rutas. Como dije, en estas actividades participa la mayor cantidad de los habitantes de dicha ciudad, incluyendo sus dirigentes políticos y teme que el gobierno nacional los traicione por lo que suelen actuar por su propia cuenta y riesgo, independientemente de lo que el gobierno nacional y los partidos políticos nacionales le sugieran. Todas estas actividades son consideras normales y legítimas en la sociedad argentina y ningún gobierno se atrevería a reprimirla sin sufrir un fuerte deterioro en el proceso. Después de todo, Argentina es una democracia.
En Uruguay, en cambio el discurso a favor del progreso y la generación de empleos y el discurso de que "Argentina nos quiere impedir crecer" tiene mayor éxito y no recepta el discurso ecologista. Después de todo, Uruguay también es una democracia.
La democracia es el mejor régimen de gobierno, pero en situaciones complejas los pueblos se suelen dejar llevar por los discursos más apasionados y le terminan quitando a sus respectivos gobiernos margenes de maniobra para negociar soluciones que hagan felices a todos. Ni el gobierno argentino puede ahora decir "permitiremos las papeleras" ni el gobierno uruguayo puede ahora decir "impediremos las papeleras" y cualquier término medio podría llegar a ser considerado por ambos pueblos como una traición de sus respectivos gobiernos.
Así llegamos a la situación actual donde continua el conflicto técnico-diplomático con una fuerte debate en la sociedad civil.
Argentina, entendiendo que Uruguay ha violado el tratado, inicia el procedimiento de solución pacificas de controversias establecido en el tratado y que, básicamente, implica recurrir a la Corte Internacional de Justicia de la Haya para que dirima quien tiene la razón. Como parte de ello y considerando que Uruguay no ha entregado la información necesaria, esta realizando sus propios informes sobre impacto ambiental tratando de demostrar que Uruguay no solo violo el tratado sobre el manejo del río sino también que lo hizo intencionalmente pues sabía que se contaminaría gravemente los ríos afectando a las poblaciones de ambas orillas.
Uruguay, en cambio, se defenderá afirmando que nunca violo el tratado, que siguieron los procedimientos establecidos y que en realidad dichas plantas no contaminarán el río común (recordemos que no se puede discutir el tema del aire ni del suelo, este último solo afectaría a los uruguayos).
Como inevitablemente Argentina considera que las partes deben ponerse de acuerdo antes de terminar las obras (de hecho, antes de iniciarlas) ha solicitado que se suspendan las mismas hasta solucionar el conflicto. Mientras tanto, Uruguay busca continuar con las obras considerando que el conflicto debe resolverse cuando la misma se culminen. Argentina ha canalizado el reclamo por diversos canales sin éxito hasta ahora pero solo se refiere a la continuidad, o no, de la construcción. La razón principal en el fracaso es que el tratado no establece nada sobre la metodología a seguir y si la misma debiera seguir el procedimiento argentino o uruguayo. Ahora bien, no implica nada respecto a la decisión final de si Uruguay violo, o no, el tratado.
Como la Corte de la Haya puede tardar años en llegar a un fallo (que puede ser consensuado) y ambos países han roto comunicaciones, es probable que se busquen intermediarios y es aquí donde surge el rey de España (el cual obviamente enviara a sus representantes, pues lo que se solicita es la mediación de una institución, no de una persona en particular).
Si este conflicto concluye a favor de Uruguay, las plantas de celulosas trabajaran perfectamente, generando progreso y empleos. Si es verdad que contaminan en grado tal como para perjudicar a los seres humanos, entonces los perjudicados serán las generaciones actuales y futuras de ambas costas del río, tanto argentinos como uruguayos y particularmente estos últimos.
Si este conflicto concluye a favor de Argentina pueden suceder varias cosas:
1) Prohibirle a la planta de celulosa desechar sus afluentes en el río (repito que nada podrá hacerse respecto a las emisiones sobre el aire y suelo) por lo que tendrá que buscar una forma de canalizarlos para enviarlos a otro destino.
2) Impedir la habilitación de la misma obligando a desarmarlas o dejarlas abandonadas y volviéndose a construir en otro lugar más interno de Uruguay y cuyos afluentes no afecten los ríos mencionados en el tratado bilateral.
3) Que se mejore el sistema de tratamiento de los afluentes a grado tal que sus emisiones al río ya no sea perjudicial para las poblaciones ribereñas de ambos lados del río. Esto aumentaría el costo de construcción de la planta y el consecuente costo de funcionamiento pero generaría más empleos pues se necesitan más operarios en una planta de tratamiento de residuos líquidos más grande y compleja.
4) Que Uruguay tenga que pagarle una importante indemnización anual a Argentina como reparación por la violación del tratado y para la atención de las necesidades de los habitantes de Gualeguaychu y otras poblaciones argentinas ribereñas afectadas. Si el gobierno uruguayo le cobrara más impuestos a las plantas de celulosa para financiar dicha indemnización o establecerá un impuesto a todo el pueblo uruguayo ya correrá por parte de las decisiones que tome dicho país.
Personalmente, creo que cualquier eventual mediación se concentra en la solución 3 antes mencionada.
Creo que en el caso de la ciudadanía uruguaya, debiera discutir más sobre el impacto ambiental de las plantas pues, eventualmente, serán la población más perjudicada.
También creo que la ciudadanía argentina debiera tener tener más confianza sobre las normas medioambientales europeas que seguramente terminaran cumpliendo estas plantas. Creo que la pregunta no terminara siendo si las normas europeas son suficientes o no, sino si estas plantas realmente las están acatando o no.
2007-01-07 15:40:08
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answer #1
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answered by edallavilla 3
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En mi opinión Argentina porque es el que ve lo que puede llegar a ser un desastre ecológico a largo plazo, en realidad no es que tenga razón sino que eso va a perjudicar a todo el ecosistema, incluido el Uruguayo. Yo creo que no se tiene que recurrir a un arbitraje ni a la haya ya que son esos mismos organismos, o mejor dicho sus funcionarios los que les dan préstamos a Uruguay para seguir con las obras, hace unos meses el Banco Mundial le dio otra partida de dinero y la Haya fallo a favor de Uruguay lo cual nos indica que las mismas potencias influyen en las decisiones de arbitraje. Es más, los países del Norte del hemisferio quieren trasladar las papeleras que se encuetran en sus países, especialmente en Europa ya que son las que contaminan los ríos y producen una deforestación enorme, y las trasladan al sur donde saben que necesitan trabajo y tienen espacio y tierras para poder trasladarlas, hay un caso concreto que sucede en España en un ciudad costera donde se instalo una pastera y terminó matando a todos los peces del mar, perjudicando a los pescadores la principal fuente de recursos de la zona y además dejó en la calle a miles de trabajadores y además estaba comprobado científicamente que había mujeres, hombres, niños y ancianos enfermos de cáncer y con problemas respiratorios de todo tipo por las emisiones de gases de la pastera, lo que al principio parecia un buen negocio y le daba trabajo a miles de personas terminó empobreció aún más la zona, y la planta, según el informe, era 10 veces menor que la que se está construyendo en Uruguay. Saludos.
2007-01-07 18:00:03
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answer #5
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answered by tevez_hernandez 2
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