La mayoría de nosotros poseemos alguna experiencia de vergüenza en nuestro pasado que no nos agrada compartirla con los demás. La vergüenza ha sido descrita como "la emoción secreta" o la "emoción escondida".
Cuando la gente siente vergüenza, generalmente también se siente avergonzada de sentir vergüenza, de modo que no está dispuesta a hablar al respecto, y esto recae directamente en su auto-estima.
La vergüenza es una respuesta a violar las normas de otra persona. Cuando la sentimos, generalmente tememos al rechazo o al abandono debido a la trasgresión de normas externas o imaginarias. Por ejemplo: "meter la pata" al decir algo que está fuera de lugar y no perdonarse por ello.
La vergüenza es el origen de muchas dificultades personales, especialmente la conducta "co-dependiente" que se observa en las familias de alcohólicos o drogadictos. Normalmente, estas situaciones se esconden, volviéndose la persona cómplice de esta situación, en lugar de afrontarla.
La vergüenza nos alerta que hemos ofendido a otras personas "sin querer", y que si queremos seguir siendo amigos de ellas, tal vez tengamos que cambiar nuestra conducta, ya que sus normas son más importantes que las mías, y así nos sentimos como personas indignas o incapaces. O hay algo en mi vida o en mi familia que se debe ocultar pues considero, aunque no sea mi culpa, que si las personas lo llegan a saber me van a rechazar, pues yo no valgo por lo que soy, sino por lo que el otro piensa de mi. Este problema surge de creer saber lo que el otro piensa sobre nosotros y que muchas veces o la mayoría es falso. Todo se gesta en nuestros pensamientos de inseguridad acerca de nuestro proceder y de nuestra persona con un diálogo interno que constantemente nos está devaluando.
Las experiencias de vergüenza, se forman en nuestra mente normalmente viendo a las otras personas imponentes, crecidas de tamaño que nos observan fijamente con desaprobación o con lástima, y así creamos imágenes oscuras y sin movimiento acerca de hechos que sucedieron o que están por suceder. Por otro lado nos vemos grotescamente feos, pequeños, deformes, mal vestidos o indefensos, ante ellas, esto quiere decir: todos nuestros defectos están expuestos ante los demás, por lo tanto, una recodificación de nuestros pensamientos junto con el manejo de diálogo interno puede ser de mucha utilidad, para poder pensar con claridad y sin prejuicios.
La vergüenza se acaba cuando:
- Estás seguro de tus propias normas
- Cuando reconoces las normas de los demás y sabes que tienes normas distintas bajo las cuales quieres vivir
- No te preocupan las normas de los demás en un plan ecológico
- Cuando reconocemos limitaciones en nosotros mismos y en los demás
- Respetando el mapa de los demás y el nuestro
- Teniendo conciencia si hacemos daño realmente y disculparnos o reparar el daño con responsabilidad, ya que "nadie en este mundo cumple todas sus normas todo el tiempo"
- Saber que cuando nos hemos equivocado, esto nos dará la oportunidad de aprender y corregir.
La vergüenza se genera cuando alguien nos envía reiteradamente el mensaje de "eres malo", "eres tonto", "no puedes", sin decirnos exactamente qué es lo que no le gustó y generalmente sin darnos una idea clara de qué podríamos hacer en lugar de ello, o cómo hacerlo. Todos estos mensajes que aceptamos son dados por alguna "autoridad" como los padres, maestros, jefes, sacerdotes, etc. Hay que concientizar que todos hacemos lo mejor que podemos, y que cuando sabemos más, hacemos mejor.
Alguien que siente vergüenza, lo hace porque fue un aprendiz capaz y rápido en un ambiente donde se enseñaba la vergüenza, se devaluaba a la persona o se carecía de incentivos y motivaciones. Ahora esa misma capacidad de aprender rápidamente, es útil para aprender a tener un sentido de sí mismo diferente, subiendo así su auto-estima.
En la vergüenza severa es como si la persona tuviera sólo una norma para sí misma: "Yo debería agradar a los demás".
Para transformar la vergüenza, es esencial reconocer la diferencia entre las normas de alguna otra persona y las nuestras, y ser muy cuidadosos para decidir sobre normas útiles para nosotros mismos. Al hacer esto, estamos construyendo un sentido de sí mismo, o lo que a menudo se llama auto-estima o integridad. Así empezamos a existir como individuos. Antes, somos una imagen espejo de otras personas y dependientes de ellas para nuestro sentido de identidad.
El proceso de resolución de la vergüenza
1.- identifica lo que piensas cuando te sientes avergonzado.
¿Cuándo sientes vergüenza?
¿De qué sientes vergüenza?
¿Cómo es esa imagen?
¿Qué sonidos hay, y cómo son?
¿Cómo es esa sensación?
¿En qué parte de tu cuerpo la sientes?
2.- Cerrando tus ojos: piensa en una ocasión en que violaste una norma pero no te sentiste avergonzado.
Una situación en que la encaraste de una manera que consideras adecuada. Esta se llamará tu experiencia de "Recurso".
3.-Fíjate en las diferencias de "codificación" entre tu experiencia de vergüenza y la de "recursos".
- Observa muy bien con los ojos cerrados, las distintas ubicaciones espaciales (el lugar espacial en donde piensas en ellas en relación a tu cabeza, puede ser al frente, a un lado, arriba, abajo, etc. y las diferentes distancias que hay entre ti y cada una de las situaciones
- Fíjate de que tamaño estás tú, si es que te puedes ver en la escena, en referencia a las otras personas, o si no te puedes ver, observa el tamaño de los otros en cada situación
- Fíjate si cada experiencia es una película o una imagen fija; si está a colores o en blanco y negro, si es nítida u opaca
- Escucha si hay algún sonido en alguna de ellas, y cómo es ese sonido
4.- Transforma la experiencia de "vergüenza" en la de "recurso", cambiando la codificación de la primera por la codificación de la segunda.
- Al cambiar la ubicación y la distancia de "Vergüenza" a la ubicación y distancia de "Recurso", a menudo otras diferencias de codificación cambiarán espontáneamente
- Es importante lograr que todas las personas involucradas, incluyéndote, sean del mismo tamaño
- Si es conveniente para ti, puedes crear un escudo transparente alrededor tuyo, de modo que puedas responder a los demás, pero teniendo, al mismo tiempo, una sensación de estar protegido
5.- Comprueba sensaciones positivas respirando profundamente.
¿Tienes ahora las mismas sensaciones positivas en ambas experiencias?
¿En qué parte de tu cuerpo las sientes?
6.- Evalúa normas.
¿Qué norma violé en la experiencia donde solía tener vergüenza?
¿Esta es una norma que deseo tener para mí, o solo es la norma de otra persona?
Si no quiero esta norma, ¿cuál es la que quiero para mí?
7.- Ajustando a futuro.
Dada la norma que los demás tienen y la norma que deseas para ti, decide cómo quieres actuar y luego imagínate actuando de acuerdo a tus normas en situaciones futuras donde podría surgir una diferencia.
2007-01-07 19:46:35
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answer #9
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answered by coco 3
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