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2007-01-05 11:54:32 · 8 respuestas · pregunta de El Diablo 1 en Sociedad y cultura Religión y espiritualidad

8 respuestas

1. El nombre Misa. Desde hace siglos este vocablo se ha generalizado en el lenguaje cristiano para designar el sacrificio sacramental de la santísima Eucaristía. Procede del sustantivo latino Missa, que tiene la misma significación. Este sustantivo parece ser una forma contraída en el latín tardío de missio (=despedida, acción de dejar ir libre, interrupción o conclusión de una reunión), de modo semejante a como defensa es forma contraída de defensio, y collecta de collectio. En el latín eclesiástico de los s. IV y V se encuentra el término missa usado con el mismo significado antes dicho de missio, y con el significado de bendición con que se despedía a los asistentes a una reunión litúrgica. Posteriormente, ya en el s. VI, aparece usado este vocablo (en plural, missae) para designar el sacrificio de la Eucaristía (cfr. S. Cesáreo de Arlés, Sermones, 73,2 y 79,1: CCL 103, 307 y 325; S. Gregorio de Tours, Historia de los francos, 6,40: PL 71,406). Después se usó también en singular con idéntico significado, y fue este término el que se generalizó hasta nuestros días.
No ha dejado de suscitar interés entre los estudiosos el proceso por el que se ha llegado al empleo de esta palabra con el sentido actual. La opinión por ahora más fundada para explicar este proceso sigue la hipótesis de que missa habría llegado a usarse como sinónimo de bendición, y de este modo habría acabado por designar la bendición por excelencia, el sacrificio de la Eucaristía, en que se reciben los máximos dones de Dios.
2. Naturaleza de la Misa. Si el origen de la palabra Misa es incierto, no sucede lo mismo con lo que significa, que es una realidad neta y determinada, si bien excede nuestra capacidad natural de entender, por tratarse de un misterio estrictamente sobrenatural. «Nosotros creemos que la Misa celebrada por el sacerdote representando la persona de Cristo, en virtud de la potestad recibida por el sacramento del orden, y ofrecida por él en nombre de Cristo y de los miembros de su Cuerpo místico, es realmente el sacrificio del Calvario, que se hace sacramentalmente presente en nuestros altares» (Paulo VI, Profesión de fe, 30 jun. 1968, n. 24). Para un estudio teológico más extenso de lo que es el sacrificio de la Misa, v. EUCARISTíA II. De todas formas es necesario considerar aquí algunos elementos esenciales de este misterio, que permitan comprender mejor la celebración de la M. en sus diversas partes y la participación de los fieles cristianos en este acto, que es el centro y culmen de toda la vida cristiana.
Es dogma de fe que en la M. se ofrece a Dios un verdadero y propio sacrificio (cfr. Conc. de Trento, ses. 22a, can. 1 sobre el santísimo sacrificio de la M.). Jesucristo quiso dejar a su Iglesia un sacrificio visible por el que se representara el sacrificio cruento de la Cruz, permaneciese su recuerdo hasta el fin de los siglos y se aplicase su virtud salvadora para remisión de nuestros pecados cotidianos (cfr. f). cap. 1); así lo manifestó en su última Cena, en la que quedó instituida la Eucaristía (V. CENA DEL SEÑOR; EUCARISTÍA I). El sacrificio del Calvario fue perfecta manifestación externa y visible del sacrificio interior de Jesucristo, esto es, de su infinito amor y adoración y de su total entrega al Padre. Por este sacrificio redimió a todo el género humano y nos ganó todos los dones y gracias con que Dios ha querido enriquecer a sus hijos. Cristo es el perfecto y sumo Sacerdote que ofreció al Padre un sacrificio perfecto y que permanece para siempre en perpetua intercesión por nosotros (cfr. Heb 7,24-25), presentando ante el Padre los misterios realizados en su Humanidad santísima, principalmente su pasión y muerte en la Cruz, y el deseo de salvación de los hombres sus hermanos (v. JESUCRISTO III, 2; REDENCIÓN; PASIÓN Y MUERTE DE CRISTO).
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2007-01-05 11:59:21 · answer #1 · answered by CAMALEON 7 · 4 0

misa. (Del b. lat. missa, despedida, misa). f. Celebración de la eucaristía.
© RAE

Sobre nuestra fe:

** La Eucaristía (Pan y Vino) es realmente el Cuerpo y la Sangre de Cristo (Cf. Mateo 26:26-28 )
** La Eucaristía, es el Sacrificio Santo y Puro, realizado una vez y para Siempre, de Jesucristo nuestro Señor. (Cf. Malaquías 1:11 ; Hebreos 7:27)
** La Eucaristía, nos congrega a todos los Cristianos en la UNIDAD, Unidad Espiritual, Unidad Mental, y Unidad de Juicio. (Cf. 1 Corintios 1:10 ; 1 Corintios 10:17 ; Efesios 4:2-6)
** La Eucaristía, es una promesa de Cristo: "Y he aquí, YO estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo".(Cf. Mateo 28:20)
Jesús se quedó con nosotros en el Pan y el Vino.
** La Eucaristía, es un Memorial de la Muerte y Resurrección del Hijo de Dios, hasta que El Vuelva. (Cf. 1 Corintios 11:26)
** En La Eucaristía pues, Anunciamos al mundo la muerte y resurrección de Cristo Jesús, el Hijo de Dios.

Todo esto, y más, es la Sagrada Eucaristía. No lo digo yo, lo dice Jesús, y lo dice su Iglesia, y lo viene diciendo desde el
siglo I, esto es, llevamos 2000 años predicando las enseñanzas de Jesús.

Dios los bendiga,
=Iesus Christus Servus=

2007-01-05 20:20:31 · answer #2 · answered by Iesuchristi Servus 2 · 1 0

Misa= culto, reunión

2007-01-05 22:32:08 · answer #3 · answered by Omra 2 · 0 0

Es la repeticion, y la repeticion de un culto..donde sacrifican a Crsito dia con dia...y de lo que se nos fue mandado a hacer.."Predicar el Evangelio" nada de nada..solo misa (donde es lo mismo dia con dia) en vez de predicar las "buenas nuevas".

2007-01-05 20:37:54 · answer #4 · answered by valentin A 6 · 0 0

Pues te dire:
La Misa, en la iglesia católica, es el acto litúrgico dentro del cual se ofrece el Sacrificio Eucarístico. Su origen es la Última Cena de Jesús con sus doce apóstoles. Según el dogma católico, en la Misa se celebra el sacramento de la eucaristía, consagrándose el pan y el vino por medio de una fórmula sacramental que pronuncia el sacerdote celebrante, lo que produce el efecto de la transubstanciación. Estas especies consagradas se consumen por los asistentes en la comunión. Anteriormente a esta fase fundamental de la misa está la liturgia de la palabra en la que se leen dos o tres textos de la Biblia, y normalmente hay un discurso, del sacerdote, llamado sermón u homilía.
Una Misa Medieval celebrada por el Obispo.La Misa solemne o cantada constituye un género musical tradicional. Consta del "Kyrie" el "Sanctus" y el "Agnus Dei" como elementos obligatorios, además incluye el "Gloria" el "Credo" y otros elementos que dependen del tiempo litúrgico o de la ocasión como el "Dies Irae" en las misas de difuntos o requiems. El "Kyrie" está en lengua griega y el resto en lengua latina, si bien después del Concilio Vaticano II se autorizaron las misas en lenguas vernáculas.
Estructura
La Misa actual según el rito latino se compone de cuatro partes: Los ritos de entrada, la liturgia de la palabra, la liturgia de la eucaristía y los ritos de despedida.
Ritos iniciales
«Per ipsum» durante una misa en 2003 con Joseph RatzingerSon todos aquellos pasos que introducen a los fieles (asamblea) en la celebración.
Procesión de entrada. Con los fieles de pie, entra el sacerdote, generalmente acompañado de sus acólitos. Reverencian el sagrario con una genuflexión y luego el celebrante besa el altar.
Saludo inicial. El sacerdote hace la señal de la cruz y saluda al pueblo.
Acto penitencial. Se pide perdón a Dios por los pecados cometidos diciendo el Kyrie("Señor, ten piedad") (a veces precedido del Confiteor ("Yo pecador")).
Gloria. Se canta o reza el himno del Gloria, sólamente en los domingos y en las solemnidades y fiestas. El texto del himno es invariable.
Oración colecta. Es aquella en la que el sacerdote recoge todas las intenciones de la comunidad. Suele resumir el caracter del día o la fiesta que se está celebrando.
Liturgia de la palabra
En esta parte, se hace lectura de la Biblia. Las tres primeras partes suelen ser leídas por laicos.
Primera lectura. Suele ser tomada del Antiguo Testamento.
Salmo responsorial Se canta o recita un fragmento de un salmo tomado del libro homónimo, en forma antifonal: los fieles repiten una antífona y un salmista, lector, u otra persona idónea lee o canta los versículos del salmo.
Segunda lectura. Es tomada del Nuevo Testamento, salvo del Evangelio. Generalmente es un pasaje de alguna epístola. Esta lectura se omite en los días de semana, a no ser que coincida con una solemnidad.
Evangelio. Se hace lectura del mismo con el canto del Aleluya (salvo durante la Cuaresma, sustituyéndose por un versículo llamado Tracto). El sacerdote inicia la lectura diciendo "Lectio sancti Evangelii secundum (...)" ("Lectura del Santo Evangelio según..."), a lo que el pueblo responde diciendo "Gloria tibi, Domine" ("Gloria a Ti, Señor") y haciendo la señal de la cruz en la frente, labios y pecho. Al final se aclama "Laus tibi, Christe" ("Gloria a Ti, Señor Jesús").
Homilía. El sacerdote hace una prédica, generalmente en torno a las lecturas, al Evangelio, a la festividad del día o algún acontecimiento relevante. Sólo es obligatoria los Domingos y fiestas de guardar.
Credo. Si es domingo o solemnidad, los fieles junto con el sacerdote rezan el Credo de Nicea-Constantinopla, o en su defecto, el Credo de los Apóstoles. En cualquier Misa donde se diga el Credo, a la mención de la Encarnación de Jesucristo, debe hacerse una profunda reverencia. En la Navidad y el día de la Anunciación, todos se arrodillan en esta parte.
Oración de los fieles. Se realizan peticiones de parte de la asamblea, por sus necesidades, a Dios. Este rito es frecuentemente omitido en las Misas durante la semana.
Liturgia de la Eucaristía
Ésta es la parte nuclear y central de la Misa pues, según la fe católica, Jesucristo mismo se hace presente en las especies eucarísticas en Su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad (ver transubstanciación).

Ofertorio. Las especies eucarísticas (pan y vino) son ofrecidas a Dios por el sacerdote, quién además se purifica mediante el lavado de manos. En este momento se canta la antífona de ofertorio del día, o en su defecto, un canto apropiado o mero silencio.
Plegaria eucarística. Consta de:
Prefacio. Es un himno, que empieza con un diálogo entre el sacerdote y los fieles. Resume la alabanza y la acción de gracias propia de la fiesta que se celebra.
Sanctus("Santo"). Los fieles junto con el sacerdote cantan, o rezan, el Sanctus: Sanctus, sanctus, sanctus Dominus Deus sabaoth. Pleni sunt caeli et terrae gloria tua. Hossana in excelsis. Benedictus qui venit in nomine Domini. Hossana in excelsis ("Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo. Llenos están el Cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el Cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el Cielo").
Epíclesis. Invocación del Espíritu Santo. En otros ritos esta invocación se hace después.
Consagración. El sacerdote relata la institución de la eucaristía en el Jueves Santo, usando las mismas palabras de Jesús sobre las especies: sobre el pan, "Hoc est enim corpus meum (...)" ("Esto es mi Cuerpo...") y sobre el vino, "Hic est enim calix sanguinem meam (...)" ("Este es el cáliz de mi Sangre..."). Cuando el sacerdote dice estas palabras sobre el pan de harina de trigo sin levadura y el vino de uva, con la intención de consagrar, la substancia del pan y del vino desaparecen (no obstante los accidentes permanecen) siendo reemplazados por el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo. En esta parte de la Misa, todos permanecen de rodillas.
Anámnesis e Intercesiones. El sacerdote prosigue la oración eucarística recordando los misterios principales de la vida de Jesucristo, conmemorando a algunos santos (en primer lugar a la Virgen María), y haciendo peticiones por el Papa, el obispo del lugar, los fieles difuntos y los circunstantes.
Doxología final. El sacerdote eleva las especies eucarísticas y dice en voz alta (o canta): "Per ipsum et cum ipso et in ipso, est tibi Deo Patri omnipotenti, in unitate Spiritus Sancti, omnis honor et gloria per omnia saecula saeculorum" ("Por Cristo, con Él y en Él, a Ti Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos"), a lo cual los fieles responden Amen.
Comunión
Padre Nuestro. Después de la admonición "Praeceptis Salutaribus moniti..." ("Fieles a la recomendación del Salvador...") u otra similar, todos rezan el Padrenuestro. Le sigue el embolismo "Libera nos, Domine, ab omnibus malis..." ("Líbranos de todos los males, Señor...") y la aclamación "Quia tuum est regnum et potestas..." ("Tuyo es el reino, tuyo el poder...").
Ad pacem (Rito de la Paz). El sacerdote solo reza la oración Ad pacem ("Domine Iesu Christe, qui dixisti...") ("Señor Jesucristo, que dijiste...") tras la cual, si le parece apropiado, puede invitar a los fieles a darse un saludo de paz.
Agnus Dei (Cordero de Dios). Todos recitan o cantan la oración "Agnus Dei, qui tollis..." ("Cordero de Dios, que quitas..."). El sacerdote luego eleva la Hostia y dice "Ecce Agnus Dei, ecce qui tollit peccata mundi. Beatae qui ad caenam Agni vocati sunt" ("Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la cena del Señor"). Los fieles, de pie o de rodillas, responden: "Domine, non sum dignus ut intres sub tectum meum, sed tantum dic verbo et sanabitur anima mea" ("Señor, no soy digno(a) de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme").
Comunión. Los fieles que se encuentran preparados -esto es, sin haber cometido un pecado mortal desde su última confesión y habiendo ayunado durante una hora- pueden acercarse a recibir la Comunión. Durante este tiempo el cantor o la schola pueden cantar la antífona de Comunión, aunque puede cantarse también otro canto o cantos apropiados.
Purificación de los vasos sagrados. Tras dar la Comunión a los fieles que se acercaron, el sacerdote termina de consumir la Sangre y luego purifica todos los cálices y utensilios utilizados durante la Misa. Las sagradas Formas, u Hostias, que pueden haber quedado se reservan en el sagrario.
Oración post-comunión. Los fieles se ponen de pie y el sacerdote reza una breve oración. Cuando es necesario, se pueden introducir a continuación breves avisos para los fieles.
Bendición. El sacerdote bendice a los fieles "in nomine Patris et Filii + et Spiritus Sancti" ("en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo"). En una bendición solemne, la fórmula es más larga. Si la Misa la dice un Obispo, éste traza la señal de la Cruz tres veces sobre los fieles.
Despedida. El diácono, o un sacerdote si no lo hubiera, despide al pueblo diciendo "Ite, Missa est" ("Pueden ir en paz") o "Benedicamus Domino" ("Bendigamos al Señor"), dependiendo de si va a haber o no algún culto después de la Misa, a lo cual el pueblo responde "Deo gratias" ("Demos gracias a Dios"). Es sumamente común continuar con un canto final, generalmente dedicado a la Virgen María; en algunos lugares además se agrega la tradicional oración a San Miguel Arcángel.

2007-01-05 20:05:12 · answer #5 · answered by @Ry 6 · 0 0

A juzgar por tu nick - name ... NADIE MEJOR QUE VOS SABE LA RESPUESTA...

2007-01-05 20:02:32 · answer #6 · answered by graciela 4 · 0 0

Una congregación de ovejitas, listas para ser esquiladas...

2007-01-05 19:57:17 · answer #7 · answered by Anonymous · 0 0

en latín, envío...

2007-01-05 19:56:08 · answer #8 · answered by Anonymous · 0 0

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