La Cabalá (en idioma hebreo קבלה, «tradición») es una de las principales corrientes del Esoterismo judío. Entre los judíos, es la tradición oral que explica y fija el sentido de la Sagrada Escritura.
En la antigua literatura judaica, Kabalah era el cuerpo total de la doctrina recibida, con excepción del Pentateuco. Así pues, incluía a los poetas y los hagiógrafos de las tradiciones orales incorporadas posteriormente a la Mishná.
Tabla de contenidos [ocultar]
1 Orígenes
2 Explicación de la Cabalá
3 Cabalá especulativa
4 Cabalá práctica
5 Estructura de los Sefiroth
6 Bibliografía
7 Enlaces externos
[editar] Orígenes
El árbol de la vida. Cada círculo representa una de las diez sefirothAunque la Cabalá propiamente dicha surge hacia fines del siglo XII, sus orígenes pueden remontarse hasta el incipiente judaísmo de la diáspora helenística (cerca del siglo I a.C.) e incluso antes. Y tanto es así que, según la leyenda y los autores clásicos Pico della Mirandola, Johannes Reuchlin y Wilhelm Schickard, la Cabalá no sería sino un saber de carácter esotérico que Dios (Yahveh) habría revelado primero a Adán, Abrahám y luego a Moisés en el monte Sinaí al tiempo que le hacía entrega de las Tablas de la Ley, un hecho mítico situado alrededor del siglo XIII adC.
También se pretende que Dios enseñó sus verdades y misterios a través del ángel Raziel tras la caída del primer hombre.
Una importante contribución a la Cabalá se la debemos a Abraham Abulafia (nacido en Tudela en 1240).
Una de las fuentes más importantes de la Cabalá es el Zóhar o Libro del Esplendor. La idea básica allí expuesta es que, del seno mismo de la Divinidad Oculta o Infinito (el Ein-Soph), surgió un rayo de luz que dio origen a la Nada (Ain), identificada con una esfera (Sefirá) o región, que recibe el nombre de Kéter (Corona). A partir de esta corona suprema de Dios emanan otras nueve esferas (las Sefiroth). Estas diez esferas constituyen los distintos aspectos de Dios mediante los cuales éste se automanifiesta.
[editar] Explicación de la Cabalá
Según el sitio de internet www.kabbalah.com/spanish (en español):
La Cabala precede a cualquier religión o teología y fue dada a la humanidad por el mismísimo Dios Yahvéh, sin prerrequisitos ni precondiciones. Según las enseñanzas cabalísticas, el universo funciona de acuerdo a ciertos principios supremamente poderosos. Al entender estos principios y al aprender a actuar de acuerdo con ellos, la vida mejora enormemente en lo inmediato, y se logra a mediano y largo plazo la verdadera plenitud, para uno mismo y para toda la humanidad.
Así, de la misma manera en que las leyes físicas básicas, tales como la gravedad y el magnetismo existen independientemente de nuestra voluntad y de nuestra conciencia, las leyes espirituales del Universo influyen en nuestras vidas cada día y a cada momento. La Cabalá brinda el poder de entender y vivir en armonía con estas leyes, y además, de usarlas para beneficiarnos a nosotros mismos y al mundo.
La Cabalá es mucho más que un sistema filosófico intelectualmente convincente. Es una descripción precisa de la naturaleza entrelazada entre la realidad espiritual y la física; y es un compendio total de métodos poderosos, a la vez que prácticos, para lograr objetivos dignos dentro de esas realidades. Dicho de manera simple, la Cabalá da las herramientas que se necesitan para obtener felicidad, plenitud y para llevar la Luz del Creador a la vida propia. Es la manera de alcanzar la paz y la alegría que todo ser humano desea y merece, en la más profunda esencia de su ser.
La explicación anterior se refiere a la visión moderna y actualizada del cabalismo. La Cabala sale a la luz como tal entre los siglos XII y XIII en la Provenza y Cataluña a través de las comunidades judías de la zona vinculadas indefectiblemente a Oriente Próximo. Así, podemos decir que la Cábala nace en Sefarad, la comunidad judía española. La Cábala como tal es el pozo de todas las tradiciones místicas judías que se fueron acumulando desde antes de Cristo y que llegaron a reinterpretar las Escrituras de tantas y tan variadas maneras que llegaron a crear una mística cercana al gnosticismo o al hasidismo.
En esencia, la Cabalá (palabra que significa «tradición» para algunos, «clave» para otros y aún «recepción» para otros) es una «ciencia» que busca en la Torá (el Pentateuco, los primeros cinco libros de la Biblia), el significado del mundo y la «verdad». Pretende interpretar los sentidos ocultos de los cinco libros y en ellos busca la revelación. Puede entenderse de una forma metafísica, buscando la iluminación, etcétera, o se puede entender como un medio a través del cual llegar a conocer la realidad que nos rodea. Cabalística es la afirmación de que «el conocimiento absoluto no tiene objeto sino que es un medio». Para los cabalistas, el lenguaje es creador y la Torá contiene todos los textos, todas las combinaciones que pueden darse para crear otros mundos y otras realidades. Los cabalistas entienden que el nombre de Dios está formado por todas las letras que componen el alfabeto y que éste, por tanto, tiene múltiples formas. Dios se sirvió de las letras para crear el universo a través de sus emanaciones o «sefirot». Una de estas emanaciones es la Shekhiná, el pueblo de dios, Israel, el pueblo judío. Visto esto podemos descartar el apunte anterior que afirma que la Cabalá puede provenir de todas las religiones puesto que está claramente basada y nace de la tradición hebrea de reinterpretación de las escrituras.
De todas formas hay quien dice que existe una Cábala cristiana, a lo que otros responden diciendo que lo más cercano al misticismo judío de la Cábala es el catarismo.
[editar] Cabalá especulativa
La cabala especulativa investiga los sentidos recónditos relativos a la Sagrada Escritura, y a los misterios de la naturaleza y la creación, y se subdivide en artificial o simbólica, y real o dogmática.
En la cabalá especulativa simbólica, se prescriben determinadas reglas hermenéuticaspara descifrar el sentido oculto de los textos de la Biblia. Así, las palabras de diferentes versos de la Sagrada Escritura para descifrar el sentido oculto de los textos de la Biblia, a los que se considera acompañados de un sentido recóndito, se colocan verticalmente unas encima de otras resultando nuevas palabras de las letras en lectura vertical. Las palabras se disponen en forma de cuadro para poder ser leídas verticalmente o en bustrófedon. Las palabras se juntan totalmente y se las separa de nuevo, etc. A reglas de este orden responden las tres variedades de cabalá especulativa simbólica:
La gematrya considera el valor numérico de la palabra o palabras del texto, cuyo sentido se indaga, el cual será el de otra palabra extraña cuyas letras sumen el mismo valor numérico que aquella o aquellas. Así, en el Genesis XLIX, 10, se lee: «No se le quitara la vara de mando a Judá, ni (faltará) el legislador (la antorcha suprema) de entre los de su generación (descendencia) hasta que venga el Pacífico (Schsilohyabosch)» Para saber quien es el pacífico, los cabalistas suman los valores de número de las palabras hebreas ‘hasta que venga el pacífico’, que dan Yod es igual a 10, Beth es igual a 2, Aleph es igual a 1, Schin es igual a 300, Yod es igual a 10, Lamed es igual a 30, He es igual a 5, total 358. Como que los valores de las letras que entran en la palabra MASCHIAH son igualmente 358, el pacífico será el Mesías.
En el Notaricón se juntan, a manera de acróstico, las letras iniciales o las finales de las palabras de una frase cuyo sentido quiere interpretarse para, con la palabra resultante, descubrir este. Así, las palabras hebreas que corresponden a las tres primeras de las que dijo Abraham a Isaac en el acto de sacrificarle: Deus providebit sibi victimam holocausto, fili mi (Génesis XXII, 8) empiezan por Aleph, Yod, Lameth que unidas forman la voz AIL (heb), Carnero, y en efecto, el carnero se halla indicado en el l versículo 13.
En la temurá, el nuevo sentido sacado de una palabra sale transponiendo las letras de que se compone, o separándolas de manera que formen diferentes palabras; es decir, un procedimiento anagramático. Se ha hablado mucho de la numerología relacionada con la Cabalá. Cada letra como elemento creador tiene asignado un número, lo que le confiere significados aún más crípticos a textos como la Toráh o, en realidad, a cualquier otro. La lectura cabalística a través de los tres mecanismos básicos descritos (gematrya, notaricón, temurá) de la Torá, escrita en el lenguaje de Dios, (y numerada según la progresión de Fibonacci) revela no sólo un mensaje divino sino una descripción del mecanismo del mundo, y funciona como el «manual de instrucciones» para intervenir en él. La temurá consiste en la permutación de letras al modo de un anagrama. Ya que en el hebreo no hay vocales, de la lectura de una palabra como YHVH se sigue VHYH, HVYH, cada una con un posible significado simbólico concreto. La gematrya es otra disciplina de interpretación que consiste en cálculos numéricos obtenidos a partir de las letras del Alef-beit hebreo. Éste sintetiza 10 significaciones posibles en cada letra, a saber: relativas al concepto que encubren; a su significado estricto; a su forma; su número; su significación celeste (zodiacal y astrológica); su localización temporal (en estaciones, días de la semana y meses); su relación con el cuerpo humano, su efecto sobre las habilidades y los dones del hombre; simbolizando a personajes importantes de la historia de Israel e incluso especificando la dirección de los canales que unen a los diez sefiroth). El notaricón, por último, «lee entre líneas» reveladas las respuestas que el lenguaje divino mantiene ocultas para un lector no iniciado. Básicamente, se trata de tomar las iniciales de una serie de palabras, o las letras finales, y extraer de ahí nuevo material profético, «no-revelado» y preciso. Dado que el hebreo no tiene vocales, se puede obtener una considerable cantidad de palabras ocultas. Umberto Eco cita un ejemplo del Eclesiástico que pregunta: «¿Quién subirá por nosotros al reino de los cielos?». Tomando las letras iniciales y las finales de cada palabra, se obtiene la siguiente respuesta: «Los justos verán a Dios».
La cabalá especulativa dogmática explica los sentidos ocultos de ciertas palabras de la Biblia, con aplicación a los fenómenos de la historia de la creación. Es de dos especies, la ciencia de la mercaba, que trata del mundo supralunar, o sea de la teología y la metafísica, y la ciencia de bereschith, que se ocupa en el mundo sublunar. Esto es, el de los fenómenos.
[editar] Cabalá práctica
La cabalá práctica pretende obrar milagros en la curación de un enfermo, la expulsión de un demonio, en el hecho de invocar o escribir el tetragramático nombre (Adonay) o ciertos pasajes o palabras de la Biblia, en tablillas colgándolas del cuello del interesado.
[editar] Estructura de los Sefiroth
La cabalá se encuentra compuesta por diez esferas (sephiroth), enumeradas habitualmente en el orden en que el rayo de Dios desciende para crear el mundo, que es la misma numeración que es utilizada por la europeizada cábala hermética.
Se encuentran listados a continuación sus nombres y el significado traducido del hebreo:
1. Kether (corona)
2. Chockmah (sabiduría)
3. Binah (entendimiento)
4. Chesed (compasión)
5. Geburah (juicio/estrategia)
6. Tiphareth (belleza)
7. Netzach (victoria)
8. Hod (esplendor)
9. Yesod (fundación)
10. Malkuth (reino)
En la cabalá hermética, muy influida por Eliphas Lévi y Aleister Crowley, se considera el camino místico del hechicero como un recorrido en el sentido inverso al rayo de Dios: esto es, empezando por Malkuth y acabando en Kether.
2007-01-04 01:41:25
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answer #1
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answered by angelus 5
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