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Los tiburones aparecieron hace aproximadamente 450 millones de años, durante la era devoniana. El consumo de carne de tiburón consta en la literatura del siglo IV. Los persas y los cretenses capturaron y vendieron tiburones hace cinco mil años en el Golfo Pérsico y en el Mediterráneo.
Ellos poseen una importancia primaria en algunas de las regiones del mundo porque sostienen importantes industrias pesqueras. Además, han sido una fuente barata de proteínas para las comunidades pesqueras cuya subsistencia depende de la pesca. Los tiburones proveen muchos productos usados por los seres humanos.
Su carne (fresca, salada, congelada, salada en salmuera, ahumada) se explota, las aletas (uno de los productos más caros) se utilizan para la famosa sopa de aletas de tiburón, aceite de hígado (para cosmética y farmacia), la piel (para fabricar cuero y papel de lija); los dientes (en joyería), y, más recientemente, el cartílago (pulverizado se utiliza como un remedio preventivo y curativo del cáncer).
Los tiburones pertenecen a la clase Chondrichthyes, junto con rajiformes, torpedos, pez sierra, quimeras y pez catanuda. Estos peces difieren de los Osteichthyes, o peces con huesos, ya que poseen un esqueleto cartilaginoso en lugar de un esqueleto óseo.
Los taxonomitas más importantes dividen a esta clase de peces en dos subclases: Holocephalii y el Elasmobranchii, que incluye tiburones (clasificados en 35 familias y en aproximadamente 465 especies, como se puede ver en la figura 1) y un grupo conocido como batoids (compuestos de rajiformes, torpedos y pez sierra).
Los tiburones y los Chondrichthyes en general no son muy conocidos en términos de su desarrollo poblacional, particularmente en lo que se refiere a su parte biológica y a sus reservas, exceptuando ciertas especies. Los hábitos migratorios de la mayoría de las especies han hecho difícil a los investigadores el seguimiento de su incremento poblacional en forma individual.
Los tiburones han sido considerados tradicionalmente como peces de poco valor comercial, por lo que no se ha dado ninguna prioridad de coleccionar sus datos y solo se han hecho investigaciones limitadas.
La situación ha venido cambiando en los últimos 20 años cuando se ha incrementado la demanda y el valor de las aletas y el cartílago, así como la carne. Esto ha contribuido para subir los niveles de captura a nivel comercial y recreacional.
Al mismo tiempo el interés ecológico público ha incrementado la presión sobre el estado y los recursos de esta especie.
Una población heterogénea
La población de tiburones es extremadamente heterogénea y están representados por una gran variedad de especies, los que difieren marcadamente en hábitos y en aspectos biológico, de manera particular en lo que se refiere al crecimiento y a la reproducción. Su hábitat en todo lo ancho se rodean desde el fondo del océano hasta las aguas frescas de ríos, lagos, playas, estanques y lagunas; desde las aguas polares hasta las tibias tropicales.
Ellos viven en aguas costeras, mar abierto, a diferentes profundidades, inclusive tan profundas como a 2.000 metros. Solo el 5% son realmente oceánicas.
Existen especies como el tiburón boca enorme (Megachasma pelagios) que habita en las profundidades del océano, mientras que el tiburón martillo (Sphyrna spp) y sandbar (Carcharhinus plumbbeus) prefieren las aguas bajas de la costa.
Los tiburones varían grandemente en tamaño, desde el colosal tiburón ballena (Rhincodon typus), que puede exceder de 12 metros, hasta el tiburón enano (Euprotomicrus bispinatus), que crece hasta un máximo de 25 centímetros.
La mayoría de las especies son muy migratorias y viajan grandes distancias, tal es el caso del tiburón mako (Isurus spp), el tiburón azul (Prionace glauca) y el tiburón punta blanca (Caracharhinus longimanus).
Existen especies con distribución limitada y aquellas que son generales. También hay grandes diferencias en su comportamiento social: algunas especies son solitarias, como el tiburón zorro o rabón (Alopias spp), pero que se pueden juntar cuando aparecen cardúmenes o son atacados.
Existen aquellos que tienden a segregarse geográficamente de acuerdo a su especie o sexo, tal como el sandbar, blue y dogfish (squalidae). Algunos, como el tiburón tope (Galeorhinus galeus) podrían vivir entre 60 y 70 años, o podrían tener una vida corta de 20 años como el tiburón azul.
A otros, como el tiburón dusky (Carcharhinus obscurus) les llevará de 20 a 25 años para llegar a su edad madura o en su defecto podrían madurar en un año, como el tiburón australiano nariz afilada (Rhizoprionodon taylori).
No todos los tiburones son totalmente carnívoros. Hay especies tales como el ballena, basking (Cetorhinus maximus) y el tiburón boca enorme que comen predominantemente plancton.
Variedad en reproducción
Las estrategias reproductivas también varían ampliamente de una especie a otra. Podrían ser ovíparos, vivíparos y ovovivíparos, muchas especies dejan huevos, otras tienen placentas y algunos producen embriones.
El tiempo de gestación podría ser largo (dos años) y el número de crías podría alcanzar a 300, como por ejemplo el tiburón ballena. O podría limitarse a uno solo, como el caso del tiburón sandtiger (Carcharias taurus).
En general la historia de vida de los tiburones se caracteriza por un porcentaje lento de crecimiento, baja fecundidad potencial, relativamente baja maduración sexual, vida de larga envergadura por lo que los ecologistas les ha clasificado con una fuerte estrategia K. Además, ellos son los mayores depredadores de sus comunidades y comparativamente se diseminan mucho. Por lo tanto, poseen peculiaridades biológicas y juegan un rol ecológico que indica que podrían ser sensitivos a un incremento de la explotación pesquera.
La urea y la trimetilamina
Existen grandes diferencias entre los tiburones y otros peces. Particularmente , de ciertos vertebrados, los tiburones tienen una estructura esquelética en lugar de huesos. La urea y la trimetilamina en su sangre y el tejido muscular les ayuda a mantener su balance osmótico. Ellos no tienen una trayectoria normal urinaria, por lo que concentran urea en su sangre y la eliminan a través de la piel’. La urea es un producto que contiene nitrógeno, no tóxico como producto como un subproducto de matabolismo proteínico, que puede ser removido por sangrado inmediato, revestido y congelado inmediatamente después de la captura para impedir que se contamine la carne con urea.
La urea se convierte por bacterias amoniacales y penetra en los tejidos musculares. Un manejo inadecuado causa un olor y sabor muy fuerte a amoniaco. Debido a la urea y al amoniaco, la vida útil del producto fresco se limita a pocos días.
2007-01-03 06:40:42
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answer #1
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answered by Anonymous
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