English Deutsch Français Italiano Español Português 繁體中文 Bahasa Indonesia Tiếng Việt ภาษาไทย
Todas las categorías

PALABRAS CLAVE: ENERGIA, VIBRACIÓN, TIEMPO

2007-01-02 09:08:46 · 4 respuestas · pregunta de cazaguepardo 2 en Ciencias y matemáticas Ciencias Alternativas Otras - Ciencias alternativas

- "un efecto inexistente" no sirve como respuesta, aunque sea o no verdad.

- Mark Justman no tiene nada que ver con este supuesto efecto.

2007-01-05 02:03:19 · update #1

4 respuestas

Mark Justman es un investigador que incursiono en la cibernetica cerebral asi como Michael Persinger estudiando la afectacion neuronal mediante la interaccion con impulsos generados en sistemas electronicos, los cuales han brinado interesantes hayazgos

checa esta pagina

2007-01-02 14:26:49 · answer #1 · answered by Julianxiii 4 · 0 1

No existe tal efecto pero no si te refieres a lo siguiente
La Mujer y el VIH: Informes recientes
por Andrea
Adaptación y traducción de Christopher Gortner

Tratamiento de la enfermedad VIH
La mujer y la carga viral
El noviembre pasado, investigadores de la Escuela de Salud Pública John Hopkins publicaron un estudio vital en la revista The Lancet. Los datos del estudio, que fueron presentados por primera vez durante la Conferencia Internacional en Ginebra en 1998, sugieren que podría mal interpretar los resultados de las pruebas de la carga viral en la mujer.

Los investigadores evaluaron a 650 hombres y mujeres VIH positivas con antecedentes de uso de drogas intravenosas. Descubrieron que la carga viral en las mujeres resultó más baja que en los hombres, a pesar de que ambos se encontraban en la misma etapa de la enfermedad: las mujeres resultaron tener un 60% (1,6 veces) mayor riesgo de desarrollar el SIDA que los hombres con el mismo nivel de carga viral.

El descubrimiento ocasionó preguntas de parte de los investigadores y de médicos clínicos sobre la fiabilidad de las pruebas virales como guía para hacer decisiones sobre el tratamiento femenino, ya que las pautas actuales de tratamiento fueron establecidas en gran parte basándose en datos procedentes de estudios clínicos con hombres blancos. Quizás los datos virales recopilados en hombres no pueden ser aplicados directamente a las mujeres.

Las recomendaciones del Servicio de Salud Pública de los EE.UU. sugieren que las mujeres y los hombres con cargas virales de 10.000 copias/mL o más reciban tratamiento. Sin embargo, el informe del estudio de John Hopkins indica que una carga viral mayor de 5.000 copias/mL en las mujeres puede ser equivalente a 10.000 en los hombres.

La Doctora Kathyrn Anastos, de los Centros Médicos Católicos en Queens, Nueva York, comentó que "el estudio presenta la cuestión de sí debiésemos considerar el género cuando se establezcan pautas del tratamiento, pero no la contesta".

Durante la CROI en Chicago, Anastos también presentó los resultados de un estudio independiente que evaluó la carga viral en casi 1.300 mujeres y 1.600 hombres. El estudio confirmó los datos publicados en The Lancet, señlando que la carga viral de la mujer sí resulta un 20% más baja que la del hombre durante estados comparables de la enfermedad.

Anastos enfatizó que por esta razón, las mujeres VIH positivas en los EE.UU. no están recibiendo el tratamiento temprano a tiempo. "Las pautas oficiales, establecidas a partir de estudios llevados a cabo en los hombres, atrasan el inicio apropiado del tratamiento para la mujer. Las pautas deben ser ajustadas a los datos, reduciendo así el límite de la carga viral femenina en un 20%." Anastos añadió que el ajuste incrementará el número de mujeres que reciban el tratamiento apropiado inicial del 2 al 5%.

La diabetes en mujeres que toman inhibidores de proteasa
Los investigadores del Estudio de Colaboración de la Mujer y el VIH (WIHS), un estudio multicentro continuo que evalúa el curso natural de la enfermedad VIH femenina, evaluaron la incidencia de la diabetes melitus en su cohorte de mujeres VIH positivas. J. Justaman presentó los resultados durante la 6a CROI.

De casi 2.000 mujeres VIH positivas y 500 VIH negativas, se documentó una incidencia de diabetes del 4% al inicio de la evaluación. Las mujeres con diabetes melitus (DM) preexistente fueron excluidas. Entre las demás, ninguna reportó un embarazo o uso de la pentamidina o prednisona, los cuales pueden incrementar la concentración de glucosa sanguínea. El promedio de edad de las participantes fue de 36 años y la mayoría eran negras (alrededor del 53%), un poco más del cuarto eran Latinas/Hispanas o Asiáticas, y un poco menos del quinto eran blancas.

Las mujeres fueron divididas en grupos de comparación: 426 VIH negativas (sus seroestados confirmados durante el curso de la evaluación) y 1615 VIH positivas. Las mujeres VIH positivas recibieron 1) ningún tratamiento antiviral, 2) tratamiento con los inhibidores de la transcriptasa inversa ó 3) tratamiento con uno o más inhibidores de proteasa. Además, algunas de las mujeres que tomaron los IP también tomaron análogos nucleósidos.

Los grupos fueron evaluados regularmente por cuatro años. Entre las 2.041 mujeres evaluadas, se documentaron 71 casos nuevos de diabetes melitus, especificados a continuación: entre el grupo IP 22 de 629, entre el grupo de inhibidores de la transcripta inversa 17 de 1.035, entre el grupo de ningún tratamiento 18 de 1.055 y entre el grupo VIH negativo 14 de 426. La incidencia resultó más elevada en el grupo IP, y resultó ser estadísticamente significativa y asociada con 2-3 veces mayor incremento en el riesgo de desarrollar diabetes, en comparación con las mujeres VIH negativas.

Por lo general, el desarrollo de la diabetes fue infrecuente. Los factores de riesgo independientes fueron el uso de los fármacos IP, la edad, y el peso corporal -- entre los casos de diabetes, el promedio de peso corporal resultó ser consistentemente más elevado. Sin embargo, no se estableció una asociación entre el uso de los IP y el aumento de peso.

Diferencias de género y el salpullido de nevirapina
Otro informe de la CROI presentado por SJ Bersoff-Matcha y sus colegas reflejó una diferencia de género en personas que padecen el salpullido cutáneo ocasionado por nevirapina. En reacción al empleo de nevirapina, el 10% de los 358 participantes (72 mujeres y 286 hombres) desarrollaron el salpullido como efecto secundario. Las mujeres resultaron significativamente más propensas que los hombres a desarrollar el salpullido como reacción a nevirapina (el 12% contra el 8%, respectivamente). El salpullido severo se desarrolló en nueve mujeres y tres hombres, lo cual resulta en un riesgo 8,3 veces mayor para las mujeres.

Ginecología
El ciclo menstrual y la carga viral
Un nuevo informe que fue presentado durante la 6a Conferencia sobre Retrovirus y Enfermedades Oportunistas (CROI) indica que diferentes etapas del ciclo menstrual están asociadas con fluctuaciones en la cantidad de virus presente en los fluidos genitales. La evaluación del estudio incluyó la participación de 33 mujeres, todas con menos de 350 linfocitos CD4/mm3, y todas inscritas en el Estudio Epidemiológico de Investigación sobre el VIH (en inglés: HERS) o el Estudio de Colaboración de la Mujer sobre el VIH (en inglés: WIHS). Las mujeres fueron evaluadas por dos ciclos menstruales completos, durante los cuales se aislaron y analizaron muestras del fluido del cuello del útero por tres métodos diferentes para determinar la presencia del ARN del VIH.

La conclusión general fue que la cantidad de carga viral en el fluido uterino, o sea, la cantidad de descarga del virus, varía durante el curso de la menstruación. La concentración del ARN del VIH resultó más elevada durante la etapa de menstruación activa, pero decayó a su concentración más reducida inmediatamente siguiente a esta etapa, durante la etapa folicular (una semana después de la menstruación activa). A partir de entonces, la concentración incrementó de nuevo, hasta llegar a su concentración más elevada, otra vez, durante la menstruación activa. La concentración de virus libre resultó más elevada durante la "mitad del ciclo" o la etapa luteal que ocurre 2 ó 3 semanas después de la menstruación.

La menstruación y la duración del ciclo
Otro informe sobre el VIH y la menstruación que fue presentado durante la CROI procede de un estudio que evaluó la naturaleza y duración del ciclo menstrual en mujeres VIH positivas. Aunque existen bastantes informes de casos individuales que reportan sobre alteraciones en el ciclo menstrual, el informe de la CROI concurre con varios estudios clínicos que determinaron que el VIH ejerce poca, si alguna, influencia sobre estas alteraciones.

En un estudio de más de 800 mujeres, no se descubrió ningún efecto significativo por parte del VIH sobre la duración del ciclo menstrual, excepto en mujeres con la enfermedad avanzada. Las mujeres con menos de 200 linfocitos CD4/mm3 experimentaron ciclos de una duración levemente extendida (definido como más de 40 días). Los mismos investigadores anotaron que factores como la edad, raza, y masa corporal ejercen mayores efectos sobre el ciclo menstrual que el VIH, en cuanto a su duración y naturaleza.

PVH y la neoplasia: Notas de la CROI
Dos informes presentados durante la CROI confirman datos de estudios previos que demostraron que las mujeres VIH positivas tienen más tendencia a padecer infecciones recurrentes por el papilomavirus humano (PVH) y la neoplasia (alteraciones cancerosas o precancerosas del tejido) y las mujeres con la enfermedad VIH avanzada corren un riesgo elevado, a comparación con las mujeres saludables VIH positivas.

Un estudio evaluó el desarrollo de las lesiones e infecciones vaginales en las mujeres VIH positivas. Alrededor de 350 mujeres VIH positivas y 350 mujeres VIH negativas participaron en el estudio, y todas recibieron exámenes de salud regulares que incluyeron un examen pélvico completo y pruebas PCR para diagnosticar la infección por el PVH. Las mujeres también recibieron colposcopias (un examen del cuello del útero por espéculo) y otras pruebas.

Las mujeres VIH positivas resultaron más propensas que las VIH negativas a padecer lesiones (el 8% contra el 1%). Además, las mujeres VIH positivas manifestaron más tendencia a desarrollar neoplasia o alteraciones precancerosas del tejido (5 contra 0 mujeres). Las mujeres con menos de 500 linfocitos CD4/mm3 y diagnosticadas con la infección por el PVH al inicio del estudio resultaron más propensas a desarrollar lesiones relacionadas con el PVH.

TARSA y la infección por el PVH
Otro estudio evaluó el efecto del Tratamiento Antirretroviral Sumamente Activo (TARSA, que generalmente consiste en un régimen de por lo menos dos análogos nucleósidos más un inhibidor de proteasa) sobre la infección por el PVH/VIH. Al inicio del estudio, el 82% de 141 mujeres VIH positivas inscritas declararon que estaban tomando un régimen TARSA estable.

A pesar de esto, hubo una incidencia elevada de incumplimiento y de suspensiones por parte de las participantes; pocas mujeres siguieron el criterio del estudio y cumplieron con sus visitas regulares clínicas y el horario de exámenes. Por esta razón, los datos del estudio solo pueden ser generales, sin conclusiones específicas.

Por lo general, el 47% de las mujeres que se sometieron a la prueba tuvieron un resultado Papanicolau anormal, con el 45% de estos resultados procedentes de la primera visita clínica. Más de dos tercios manifestaron el ADN del PVH detectable y los cambios en el tejido variaron desde el 23% con cambios celulares leves (células escamosas atípicas de significado indeterminado) al 17% con displasia del cuello del útero de bajo grado al 3,5% con displasia de alto grado (cáncer del cuello del útero). Sin embargo, la mitad de las mujeres con resultados normales de la prueba Papanicolau también manifestaron ADN del PVH detectable.

Casi un tercio del PVH resultó ser de varios tipos. Durante el curso del estudio, desde marzo 1996 a enero 1999, las mujeres demostraron una tendencia a intensificar sus regímenes antivirales, lo cual ocasionó aumentos de linfocitos CD4 y reducciones de carga viral. Puesto que el PVH es detectado con mayor frecuencia en las mujeres con números CD4 bajos y mayor compromiso inmunológico, los investigadores especularon que el empleo incrementado de TARSA podría reducir el efecto de la infección por el PVH y sus consecuencias cancerosas.

Vitamina A y PVH
Un estudio reciente evaluó la relación entre el compromiso inmunológico, la deficiencia de vitamina A, y las lesiones uterinas relacionadas con el PVH. El estudio incluyó la participación de casi 1.000 mujeres que eran VIH positivas o consideradas "en riesgo" de contraer el virus. Se administraron pruebas Papanicolau y pruebas del número CD4 y de retinol plasmático (una forma de vitamina A).

Por lo general, el 17% de las mujeres manifestó lesiones escamosas intraepiteliales (LEI) de bajo o alto grado y el 15% resultó deficiente en vitamina A. Las mujeres con menos de 200 linfocitos CD4/mm3 demostraron mayor tendencia a padecer la deficiencia. El uso de drogas intravenosas y un ingreso anual menor de $12.000 también fueron asociados de manera significativa con la deficiencia de vitamina A.

La incidencia de LEI resultó más alta entre mujeres con concentraciones muy reducidas de retinol, y más baja en mujeres con las concentraciones más elevadas. Estudios anteriores en animales han establecido una conexión entre la concentración reducida de retinol y el desarrollo de lesiones pre-cancerosas. Mientras que no se pudo llegar a una conclusión definitiva en este estudio, los resultados sugieren que las mujeres VIH positivas que tomen suplementos de la vitamina A podrían reducir el riesgo de desarrollar cambios cancerosos en el útero.

5-FU para el tratamiento de las lesiones del cuello del útero
Un estudio sobre las lesiones del cuello del útero (determinadas por biopsia como de grado CIN II o III) en las mujeres VIH positivas comparó el tratamiento de mantenimiento con fluororacila-5 intravaginal (5-FU) contra la ningún tratamiento. Un estimado de 50 mujeres participó en cada sección del estudio.

Aquellas que fueron seleccionadas al azar para recibir 5-FU usaron 1 gramo de la crema de 5% cada dos semanas por seis meses. No se reportó toxicidad de alto grado ni efectos secundarios sistémicos. Los efectos secundarios locales fueron parecidos en ambas secciones. Sin embargo, el 28% de la sección del tratamiento sufrió displasia recurrente, comparado con el 47% de la sección de control. El rebrote de la infección fue asociado con un número CD4 menor de 200 linfocitos/mm3.

El cáncer de cuello del útero
El Doctor Joel Palefsky de la Universidad de California en San Francisco publicó nuevos descubrimientos sobre el cáncer de cuello del útero en las mujeres VIH positivas en la revista Journal of the National Cancer Institute. El estudio evaluó a casi 1.200 mujeres VIH positivas y 500 mujeres VIH negativas que participaron en actividades de alto riesgo de contraer enfermedades sexualmente transmitidas (ETS). El estudio también analizó el riesgo de contraer el papilomavirus humano o PVH, una causa mayor del cáncer del cuello del útero.

Entre las mujeres evaluadas, aquellas con mayor compromiso inmunológico resultaron más propensas a contraer la infección por el PVH. Las mujeres VIH positivas por lo tanto corrieron el mayor riesgo de padecer tal infección. Otros grupos con un riesgo elevado incluyeron mujeres afroamericanas, mujeres jóvenes, y mujeres que fuman, con relación al riesgo de mujeres blancas, mujeres mayores de 40 años, y mujeres que no fuman, respectivamente.

De acuerdo con Palefsky, el impacto del VIH sobre el sistema inmunológico femenino "significa que las mujeres VIH positivas corren un promedio de riesgo dos veces mayor para el PVH." Además, las mujeres VIH positivas que fuman corren un 50% más riesgo para el PVH que las mujeres VIH positivas no fumadoras.

Para las mujeres VIH positivas, la mayoría de los casos de la infección por el PVH se consideró una reactivación de infecciones anteriores, en vez de recientemente adquiridas. El compromiso inmunológico permite la reactivación. Palefsky commentó que "el cáncer [del cuello del útero] puede tardar años en desarrollarse, [pero] las mujeres que también padecen la infección por el PVH desgraciadamente confrontan mayor probabilidad de desarrollar este cáncer si no se someten a los procedimientos de evaluación clínica actualmente recomendados, tales como las pruebas de Papanicolau regulares."

Se evalúa nuevo gel microbicida intravaginal
Los Institutos Nacionales de Salud iniciarán ensayos finales de laboratorio con un microbicida experimental descrito como un "gel pegajoso verde". El gel, denominado Geda, es diseñado para la inserción en la vagina, y puede ser administrado incluso cuatro horas antes de tener relaciones sexuales. Los ingredientes claves del gel son octoxinola-9, el cual ayuda a cubrir el tejido vaginal, y colorida benzalkonium, el cual neutraliza diversas bacterias y virus, incluyendo el VIH. Los ensayos iniciales demostraron que Geda es eficaz contra el VIH, E. coli, y el virus de la hepatitis B.

Después de emplearse, se puede eliminar el gel a través de irrigación vaginal. (Otros estudios han determinado que la irrigación vaginal puede irritar el tejido interior e incrementar el riesgo de adquirir el VIH y otras ETS.) Otro producto que contiene los mismos ingredientes y está la venta es el microbicida PrevenTx, para limpiarse las manos; el fabricante, Empheyren Bioscience, está desarrollando formulaciones desinfectantes y enjuagues bucales.

Los CDC validan la transmisión heterosexual del VIH
Los resultados de un estudio de los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades (CDC), publicados en la edición de enero de 1999 del American Journal of Epidemiology, concluyen que la mayoría de las personas VIH positivas con riesgo de transmisión heterosexual o sin riesgo probablemente adquirieron el virus a través del contacto heterosexual.

El riesgo de transmisión heterosexual resultó validado en un 82% de casi 2.000 personas de 13 años de edad o mayores con tales reportes iniciales de riesgo. Entre las personas del estudio que inicialmente no reportaron factores de riesgo para el VIH, se determinó que alrededor del 20% de los hombres y más de la mitad de las mujeres probablemente adquirieron el virus a través de relaciones heterosexuales.

En muchas partes del mundo, el VIH/SIDA es una epidemia heterosexual. El estudio apoya las sospechas de los investigadores de que una epidemia heterosexual está emergiendo en los EE.UU. Los contactos heterosexuales con toxicómanos, las personas que han tenido transfusiones, los hemofílicos, y/o hombres bisexuales fueron citados en el estudio como factores de riesgo "particularmente relevantes para las mujeres blancas." Los investigadores recomendaron que los trabajadores del campo de la salud redoblen sus esfuerzos para identificar estos factores de riesgo y comportamientos entre sus pacientes.

Estudios previos han demostrado que la mujer tiene un riesgo mucho más elevado de adquirir el VIH a través de la penetración vaginal con un hombre que viceversa. Durante la CROI, Judith Feinberg presentó uno de los primeros casos documentados de la transmisión heterosexual del VIH resistente al fármaco inhibidor no nucleósido de la transcriptasa inversa (INNTRI.)

Un mes después de dar a luz, una mujer de 19 años fue infectada por su pareja. La pareja -- un hombre -- no cumplió con los requisitos de dosificación de su régimen antiviral, el cual consistió en AZT, ddI y delavirdina. Pruebas de resistencia determinaron que el hombre tenía mutaciones que confieren resistencia opuesta a los INNTRI (K130N) y la resistencia a 3TC (M184V), pero no detectaron cepas resistentes en la mujer.

Leslie Hanna es la editora de BETA en inglés.

Christopher Gortner es editor de BETA en español.

Anastos, K. and others. Gender specific differences in quantitative HIV-1 RNA levels. 6th Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections. Chicago, IL. January 31-February 4, 1999. Abstract #274.

Andieh, L. and others. Cervical neoplasia and the persistence of HPV infection in HIV+ women. 6th Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections. Chicago, IL. January 31-February 4, 1999. Abstract #463.

Conley, L.J. and others. Incidence of HPV-associated vulvovaginal lesions in HIV-infected and uninfected women. 6th Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections. Chicago, IL. Abstract #462.

Culnane, M. and others. Lack of long-term effects of in utero exposure to zidovudine among uninfected children born to HIV-infected women. Journal of the American Medical Association 281(2): 151. January 13, 1999.

Farzadegan H and others. The Lancet November 1998.

Feinberg, J. and others. Heterosexual transmission of NNRTI-resistant HIV-1. 6th Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections. Chicago, IL. January 31-February 4, 1999. Abstract #219.

French, A.L. and others. Association of retinol deficiency with cervical squamous intraepithelial lesions (SIL) in the HIV-infected woman. 6th Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections. Chicago, IL. January 31-February 4, 1999. Abstract #464.

Harlow, S.D. and others. Menstrual function and HIV serostatus. 6th Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections. Chicago, IL. January 31-February 4, 1999. Abstract #461.

Hoesly, C.J. and others. Molecular epidemiology of HPV infection in the genital tract of HIV seropositive women. 6th Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections. Chicago, IL. Abstract #465.

Justman, J. and others. Association of diabetes and protease inhibitor use in a large natural history cohort of HIV+ women. 6th Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections. Chicago, IL. January 31-February 4, 1999.

Limpongsanurak, S. and others. Safety, tolerability and efficacy of ritonavir in the prevention of vertical transmission. 6th Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections. Chicago, IL.

Maiman, M. and others. A phase III randomized trial of topical vaginal 5-fluorouracil maintenance therapy versus observation after standard treatment for high-grade cervical dysplasia in HIV-infected women: ACTG 200. 6th Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections. Chicago, IL. January 31-February 4, 1999. Abstract #466.

Reichelderfer, P. and others. Variation in genital tract shedding of HIV RNA with menstrual cycle. 6th Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections. Chicago, IL. January 31-February 4, 1999. Abstract #223.

2007-01-10 04:51:44 · answer #2 · answered by Erasmo 2 · 0 0

Es el efecto contrario al efecto Injustman

2007-01-08 02:51:32 · answer #3 · answered by 0 2 · 0 1

Un "efecto" inexistente.

2007-01-02 09:38:08 · answer #4 · answered by Manuel O 2 · 0 1

fedest.com, questions and answers