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14 respuestas

Por que no le conviene que se abra la caja de pandora y nos liberemos de ellos, pero dice en la Biblia, segun sus frutos los conocereis, entonces adonde quedan los niños abusados por padres catolicos, y la monjas embarazadas?Por supueto que tambien hay buenos sacerdotes y monjas.Lo que pasa es que ellos manipulan a la gente a travez del sexo.Lo hacen sentir como que es malo, y no el sexo es una bella manifentacion de Dios en nosotros, dentro del matrimonio, por supuesto, y sin aberraciones.Dios nos hace cocreadores a travez del sexo. creamos vida, si no, tu no estubieras preguntando esto.Dios te bendiga.

2006-12-26 19:35:48 · answer #1 · answered by Mario Antonio 1 · 0 2

Poseo un manual de educación sexual editado por la Iglesia que se distribuye a los feligreses de mi parroquia.
Los métodos anticonceptivos se mencionan como un atentado a la vida.
Se sugieren en él la utilización del método del rítmo y aquel otro método que involucra la participación masculina y femenina respecto al mutuo conocimiento del ciclo menstrual y de la temperatura y otras variables del cuerpo femenino para evaluar el momento de fertilidad.
Todo lo que en él encuentro, apunta a que tanto el hombre como la mujer, se conozcan así mismos perfectamente, sus cuerpos y sus procesos metabólicos; apunta a que se conozcan uno al otro a tal grado que puedan complementarse y respetarse mutuamente.
Conozco parejas católicas que han utilizado estos métodos propuestos por la Iglesia y viven una vida sexual activa y plena, planean adecuadamente sus hijos y hasta pueden preveer el sexo de ellos según las variables del metabolismo.
Los métodos propuestos por la Iglesia elevan la calidad de vida de las personas, promueve su responsabilidad y despierta el interés en la pareja para un mayor disfrute del acto sexual.
Así como te explico, la educación sexual es importantísima para la Iglesia así como promover la vida desde la sexualidad, pero también el placer, la genitalidad, el afecto, el aspecto sicológico, y otras variables de importancia relacionadas a proteger y promover la dignidad humana, de la pareja y de la vida que pueda gestarse a partir de su relación sexual.
Requiere de mentes maduras, estables, responsables, generosas y abiertas a la vida; gente bien educada que haya alcanzado un nivel de conciencia sobre la dignidad humana fuera del promedio de la sociedad.

2006-12-26 22:53:28 · answer #2 · answered by Totús de Kaa- homemade 5 · 2 0

Mientras se mantenga educando a sus fieles, dentro de sus edificios y con recursos no gubernamentales, está bien. Pero que no se meta con la educación sexual laica que debe impartir el gobierno en su ámbito de educación pública. Saludos.

2016-12-18 19:43:09 · answer #3 · answered by Anonymous · 0 0

yo creo que la iglesia es bastante ignorante en muchos temas y en
temas como el sexo no lo sabe tratar y quizas es el peor fallo que tienen por eso hay tantos curas maricones,que abusan de jovenes .Esa es la demostracion de no saber tratar el sexo ni ellos mismos pueden hacerlo

2006-12-27 04:42:01 · answer #4 · answered by silvo47 3 · 0 0

Otra de las cosas que no acepto en la iglesia, la obligacion de la iglesia seria educar y ayudar a las personas a tener una vida mejor, como? Por exemplo una familia com pocos hijos seria mucho mas facil, toda persona tiene el derecho de elegir se puede o quiere tener hijos, pero hay los tontos que se guian por los conceptos de moral de la iglesia, por isso tantas falmilias pasando dificuldades y niños en la calle.

2006-12-27 02:06:03 · answer #5 · answered by Anonymous · 0 0

Bendiciones para Totus, por la excelente respuesta. La iglesia jamás, jamás ha estado en contra de la educacion sexual dentro de los ambitos familiares, pero no de una educ.sexual escolar. Lo spadres no pueden ser indiferentes a esto, callarse y permitir que otros lo hagan por ellos. Es mucho por escribir. Respecto de la anticoncepcion, hay mucha tela por cortar. Ahi un poco...

Se pretende, por un lado, pertenecer a la Iglesia Católica y, por otro, forjarse un credo y una moral a la medida personal.
En la actualidad, tanto anivel nacional como internacional, se está viviendo desde hace unos años un debate fundamental sobre cuestiones que afectan esencialmente a nuestra cultura y, de modo consecuente, a nuestra fe y a nuestra moral cristiana. No se trata de cuestiones accidentales por la importancia que revisten en sí mismas, y por la extensión y alcance que han de tener las decisiones legislativas que se tomen. En efecto, algunas de las medidas que se pretende tomar (o que ya se han tomado) en nuestro país perjudican la institución familiar, la vida moral de los jóvenes y adolescentes y la educación de las futuras generaciones (y su misma existencia), oscureciendo y enviciando sus ideas hasta el punto de crear una torcida visión cultural, que contradice en algunos casos nuestra fe. No menos inquietante es el hecho de que algunos proyectos de ley, en caso de ser sancionados (y algunos ya lo han sido), nos hacen cooperadores, al menos materiales, en modelos de comportamiento intrínsecamente inmorales.

Por esta razón, todo católico tiene la obligación en conciencia de informarse y formarse, así como, en la medida de sus posibilidades y responsabilidades, hacer las cosas que estén a su alcance para defender su fe e impedir el mal de propia persona y de la persona del prójimo (especialmente cuando se trata de sus propios hijos, discípulos, alumnos, etc.). Estos problemas tienen tanta importancia que la tristemente proverbial actitud del “yo-no-me-meto” se nos presenta hoy en día como rayana con la negligencia moralmente grave.

¿De qué problemas se trata? Se trata de cuestiones de diversos órdenes. Por un lado, tenemos las campañas legislativas que tienden a desmoronar las bases de nuestra sociedad estableciendo una legislación contraria al bien común. Me refiero a los diversos debates legislativos que vienen desarrollándose desde hace unos años en torno a la “salud reproductiva”, la “despenalización del aborto”, la “despenalización o legislación de la esterilización”, la “eutanasia”, la “procreación artificial”, la “experimentación embrional”, “la prostitución”, “el travestismo”, etc.

Por otro lado tenemos que enfrentar violentas campañas publicitarias encaminadas a suplantar los valores y conceptos fundamentales de la persona (castidad, sexualidad, pudor, pecado, virtud, etc.) por antivalores destructores de la persona y de la cultura. Estamos en medio de una gigantesca campaña mediática (cine, radio, televisión, periódicos, revistas) que promueve una vida sexual promiscua, desordenada y antinatural.

A todo esto hay que añadir la discusión de no menor importancia sobre la inclusión de algunos comportamientos contrarios a la ley natural (e incluso civil, en algunos casos) dentro de las prestaciones de las obras de salud. Ya se han sentado antecedentes en que se ha exigido a determinadas obras sociales prestar servicios de anticoncepción y esterilización. Además de la grave violación de la ley que esto puede implicar, y de la injusticia palmaria que significa el que los servicios públicos que muchas veces no cumplen adecuadamente con sus compromisos respecto de la salud de sus socios enfermos vuelquen, en cambio, sus haberes en atentados contra la salud; además de esto, digo, se platea aquí el problema de conciencia para quienes, haciendo sus aportes a una obra de “salud”, ven destinados parte de sus fondos a obras inmorales, sintiéndose cooperadores involuntarios de las mismas.
Por todo esto, considero necesario presentar a la consideración de todo católico algunas verdades que hoy más que nunca debemos defender con firmeza.
I. Está en juego el mismo concepto de “hombre”
se acepta la visión antropológica católica es necesario rechazar, como falsa, la visión materialista y utilitarista de la persona, del sexo y del matrimonio. Igualmente, quien acepta la visión que está en la base de esta visión hedonista, rechaza necesariamente la visión católica del hombre y sus implicancias.

Ahora bien, es evidente que en la raíz de la actual campaña a favor de la promiscuidad, del libertinaje sexual, de la equiparación de las uniones no sacramentales (concubinato, matrimonio civil, uniones homosexuales) con el matrimonio, etc., hay una concepción del hombre y de la sexualidad que es profundamente materialista. Estas actitudes son “opinables”, “respetables”, “libres”, si el hombre es pura materia, si su destino es exclusivamente intramundano, si no hay un Dios a quien rendir cuentas, si no hay más ley que su libertad arbitraria y su conciencia autónoma e independiente.
Está en juego nuestro “ser católico”

Hay cosas que un católico no puede poner en tela de juicio simplemente porque no son materia de opinión. Puede discutir con los demás para defender estas verdades; pero no las puede poner él en discusión. En lo que al actual debate se refiere quiero recordar que no es materia opinable que:


1. La vida de la persona humana comienza en el momento de la concepción; no en el momento en que el embrión se anida en el útero, o cualquier otro tiempo arbitrariamente señalado[8]. Esta vida es un don de Dios, distinta de las personas de los padres que la han engendrado. De aquí se sigue:

a) Que la vida es sagrada, y por tanto, todo atentado contra ella es un atentado contra una persona humana[9].

b) Sólo Dios es Señor de la vida del hombre[10]

c) No se puede procrear artificialmente, aunque se pueda ayudar a los esposos para que tengan más posibilidades de concebir una vida respetando la naturaleza[11].

d) Destruir una persona humana en el seno materno (aborto) es un crimen gravísimo: “No matarás... no matarás al hijo en el seno de su madre, ni quitarás la vida al recién nacido”[12]. Por esta razón, para proteger esa vida inocente, la Iglesia pena este delito con pena de excomunión[13].


2. El ejercicio de la sexualidad sólo es lícito dentro del matrimonio legítimo, respetando el plan que la Sabiduría divina manifiesta al hombre en los dos aspectos que encierra el acto conyugal (el aspecto unitivo y el procreativo) y en los ritmos biológicos de la sexualidad[14]. Esto implica que:

a) Es gravemente ilícito el ejercicio de la sexualidad antes y fuera del matrimonio (masturbación, fornicación, relaciones prematrimoniales, adulterio, prostitución, homosexualidad, etc.)[15]. La Ley natural dice: No cometerás actos impuros; la Ley de Dios: ¡Huid de la fornicación!... El que fornica peca contra su propio cuerpo. ¿No sabéis que vuestro cuerpo es santuario del Espíritu Santo... y que no os pertenecéis? (1Co 6,18-19); ¡No os engañéis! Ni los impuros..., ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales... heredarán el Reino de Dios (1Co 6,9-10); Las obras de la carne son bien conocidas: fornicación, impureza, libertinaje... orgías y cosas semejantes... Quienes hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios (Gál 5,19-21).

b) Dentro del matrimonio es ilícito e intrínsecamente inmoral todo cuanto separe voluntariamente las dos dimensiones del acto conyugal: ya se quiera el aspecto unitivo anulando la capacidad procreativa del acto (preservativos, píldoras abortivas o no, dispositivos intrauterinos, esterilización directa, etc.); ya se quiera la procreación desvinculada (en su relación de causa-efecto) de la unión marital (la fecundación artificial propiamente dicha)[16].

c) La anticoncepción es materia de pecado grave[17].

d) Es lícito por motivos serios usar prudentemente los períodos infértiles que la naturaleza dispone en la mujer, realizando así las relaciones conyugales previendo que no se seguirá de ellas un embarazo (métodos naturales)[18].


3. La educación sexual de los niños y jóvenes es un derecho y un deber esencial, original y primario, insustituible e inalienable de los padres, que no puede ser ni totalmente delegado ni usurpado por otros, salvo el caso de la imposibilidad física o psíquica[19]. De aquí se sigue que:

a) Los padres tienen el derecho de educar a sus hijos conforme a sus convicciones morales y religiosas[20].

b) Los padres tienen la obligación de rechazar positivamente la educación sexual secularizada y antinatalista[21].

c) Los padres tienen la obligación de prestar atención a la instrucción sexual que se da a sus hijos en las escuelas y colegios, incluso la que se imparte a propósito de otras materias (sanidad e higiene, literatura infantil, estudios sociales, etc.)[22].

d) Los padres tienen la obligación de juzgar los distintos métodos de educación sexual a la luz de los principios morales de la Iglesia[23].

e) Es pecado gravísimo enseñar a los niños, adolescentes o jóvenes (tanto sus propios padres cuanto sus maestros u otras personas) errores en materia de sexualidad (por ejemplo, la licitud o “normalidad” de la masturbación, de la homosexualidad, de las relaciones prematrimoniales, etc.); mucho más grave es el despertar en ellos malicia, curiosidad, interés por cualquier modo de ejercicio inmoral de la sexualidad; y más grave todavía el incitar a alguno de esos comportamientos o indicarles alternativas falsas de realizarlos de modo “seguro” (sexo sin embarazo, o sexo sin riesgo de enfermedades venéreas)[24]. A mi entender, todas estas actitudes se encuadran en la categoría de “corrupción de menores”.
4. Las leyes humanas obligan en conciencia cuando son justas, en cambio cuando prescriben algo intrínsecamente inmoral no sólo no obligan sino que es pecado obedecerlas.
La situación es realmente muy grave. Y más grave aún sería que no nos demos cuenta de ello. Siempre ha habido corrupción en las sociedades humanas. Pero cuando la política se pone a la vanguardia de la corrupción (ya sea económica como sexual) es hora de que vayamos cavando la fosa para el cadáver de la Patria, porque lleva cuatro días muerto y ya hiede (cf. Jn 11,39).

sigue.....






Colaboradores de Dios en su amor a los hombres: eso son los padres que se abren a la vida, que viven su paternidad responsable en el respeto lleno de confianza a la Iglesia de Dios. Colaboradores de Dios y padres buenos, capaces de encender lámparas de alegría en un mundo que necesita testigos del amor y la esperanza.

2006-12-27 02:04:41 · answer #6 · answered by Anonymous · 0 0

Porque los metodos anticonceptibos estan prohibidos porla iglesia, las razaones ya todos las sabemos. Y tambien estan en contra de la educacion sexual porque consideran que promueben con ello la iniciacion temprana de las realciones sexuales.

2006-12-26 19:28:41 · answer #7 · answered by Anonymous · 1 1

porque para poder seguir engañando a la gente necesitan que ésta permanezca en la ignorancia...

2006-12-27 00:53:40 · answer #8 · answered by Mr. Crowley 3 · 0 1

Por la falsa moral de la Iglesia, está en contra de la educación sexual, pero protege a curas pederastas.
La educación sexual es parte de una ciencia, la Iglesia está en contra de la Ciencia, la Iglesia mató a muchos científicos.

2006-12-26 19:47:19 · answer #9 · answered by Javier Salazar Vega 6 · 1 2

Porque los hijos son una bendición, hay gente que dice ¿y como los mantenemos? pero erran porque Dios siempre ayuda. asi tengas 20 hijos. Debía ser una alegría ver la casa llena de hijos. Pero la gente corta de mente y corta de confianza (en Dios) decíde evitar tener hijos.

Y en cuanto a la educación sexual hay que tener mucho cuidado porque a veces solo incitan al niño u adolexcente a empezar con las relaciones sexuales a temprana edad, y en otros casos les hacen ver como normal el homosexualismo y otro tipo de cuestiones.

¿como enseñar sexualidad si el maestro no lleva bien su sexualidad?

2006-12-26 19:33:31 · answer #10 · answered by respondon 1 · 1 2

Porque la ignorancia y sus INTERE$E$ los invaden.

2006-12-26 19:21:51 · answer #11 · answered by Nielsen 6 · 0 1

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