"¿QUÉ tengo que hacer para salvarme?" Esa pregunta la hizo un carcelero de Filipos, Macedonia, allá en el año 50 E.C. Acababa de ocurrir un gran terremoto y todas las puertas de la prisión a su cargo se habían abierto. Como creía que los presos habían escapado, el carcelero estaba a punto de quitarse la vida. Pero uno de los presos, el apóstol Pablo, clamó: "¡No te hagas ningún daño, porque todos estamos aquí!". (Hechos 16:25-30.)
Pablo y su compañero de prisión, Silas, habían ido a Filipos a predicar un mensaje salvador, y habían sido encarcelados por acusaciones falsas que otros presentaron contra ellos. El carcelero, agradecido de que los presos no hubieran escapado, quiso oír el mensaje de Pablo y Silas. ¿Qué tendría que hacer para alcanzar la salvación que predicaban aquellos dos misioneros cristianos?
Todavía la gente necesita la salvación que Pablo y Silas predicaban. Sin embargo, desgraciadamente muchas personas ven el asunto de la salvación con mucha desconfianza. Les repugna la arrogancia y la avaricia de muchos fanáticos religiosos que supuestamente enseñan el camino de la salvación. Otras rechazan el sentimentalismo irracional de muchas religiones evangélicas que recalcan la idea de la salvación. De esos supuestos evangelizadores el periodista inglés Philip Howard dijo que "se esfuerzan por ganarse las emociones y las manos que firman cheques, más bien que la mente de su auditorio". (Compárese con 2 Pedro 2:2.)
Otras personas se alarman por los cambios que a veces ocurren en personas que creen que han experimentado la salvación. En un libro sobre esos cambios repentinos, Snapping, Flo Conway y Jim Siegelman consideran las muchas experiencias religiosas -incluso las de "salvación"- que han estado de moda durante las últimas décadas. Escriben sobre "el lado oscuro" de esas experiencias y dicen que las personas experimentan cambios súbitos de personalidad que no les proporcionan la satisfacción ni el esclarecimiento que se les habían prometido, sino que más bien las engañan, hacen estrechas sus miras y les impiden encararse a la realidad. Estos escritores añaden: "Podemos describir lo que pasa como apagar el pensamiento, detener el pensar".
Eso no era lo que sucedía cuando los cristianos del primer siglo experimentaban la salvación. El carcelero filipense no 'apagó su pensamiento' cuando el apóstol Pablo le contestó la pregunta: "¿Qué tengo que hacer para salvarme?". Además, Pablo y Silas no trataron de 'ganarse sus emociones' ni le pidieron una contribución grande de dinero. Más bien, "le hablaron la palabra de Jehová". Al razonar con aquel hombre, le ayudaron a entender con claridad las provisiones de Dios para la salvación. (Hechos 16:32.)
"Cree en el Señor Jesús"
Aquellos misioneros cristianos abrieron el entendimiento del carcelero a una verdad fundamental sobre la salvación. Fue la misma verdad que el apóstol Pedro explicó cuando se estableció la congregación cristiana. Pedro señaló al papel principal de Jesucristo en la salvación al llamarlo el "Agente Principal de la vida". Este apóstol también dijo: "No hay salvación en ningún otro, porque no hay otro nombre debajo del cielo que se haya dado entre los hombres mediante el cual tengamos que ser salvos". (Hechos 3:15; 4:12.) Pablo y Silas dirigieron al carcelero filipense al mismo Agente de la salvación cuando le dijeron: "Cree en el Señor Jesús y serás salvo". (Hechos 16:31.)
Pero ¿qué significa creer en el Señor Jesús? ¿Por qué no hay otro nombre sino el de Jesús por el cual podamos salvarnos? ¿Alcanzará con el tiempo la salvación toda persona? ¿Creían los apóstoles en la idea de "una vez salvo, siempre salvo"? Estas preguntas son importantes porque, a pesar de que las palabras y acciones de muchos fanáticos religiosos de la actualidad han tendido a degradar el término "salvación", todavía necesitamos lo que ese término representa. A todos nos beneficiaría una respuesta satisfactoria y razonable a la pregunta: "¿Qué tengo que hacer para salvarme?".
2006-12-26 15:29:22
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answer #1
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answered by morgadocorrales2007 2
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salvarte de quien...?
Te persigue alguien?
2006-12-26 15:35:54
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answer #2
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answered by Will is back 3
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Salvación, ¿De que nos salvaríamos?
2006-12-26 15:20:29
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answer #3
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answered by Hildegarda de Bigen 1
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Que demonios es salvacion, gordinflon?
2006-12-26 15:18:20
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answer #4
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answered by Nefasto 2
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Yo digo q solo somos salvos(espiritualmente) por medio de Cristo ergo Dios
2006-12-26 16:55:01
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answer #5
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answered by Anonymous
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Eres poco original, ya que las otras religiones opinan lo mismo...., pero obviamente ya sabemos que la tuya es la única verdadera y que todas las otras personas que tienen otras religiones, viven en el error.
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2006-12-26 16:34:14
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answer #6
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answered by kaa 4
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cuando me muera lo sabre
2006-12-26 16:14:00
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answer #7
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answered by Anonymous
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Te respondo con un comentario del admirado Juan Pablo II: Todas las religiones tienen elementos de salvación.
No importa cual religión sigas (excepto claro las satánicas) solamente practica las enseñanzas de sus maestros (Cristo, Mahoma, Buda, Krisna, etc.).
2006-12-26 15:16:42
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answer #8
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answered by chamán 5
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A Dios le interesa que seas una buena persona, no importa de qué religión seas ni tus creencias, ni que asistas a la Iglesia todos los días.
2006-12-26 15:16:42
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answer #9
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answered by Frank Frazetta 4
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no lo creo
2006-12-26 15:16:06
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answer #10
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answered by Anonymous
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Nadien sabe a ciencia cierta, pero algo que es mi opinion es tu fe la que te salva un corazon noble sera tu salvacion.
2006-12-26 15:15:49
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answer #11
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answered by Anonymous
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