El p. podría definirse como la unión de los pueblos eslavos, pero tal idea sólo ha pasado por la mente de algunos teóricos del p. Este movimiento no ha llegado a cuajar entre los eslavos (v.), cuya historia desde el S. IX sigue derroteros tan diferentes, y cuya lengua (v. ESLAVOS III) es distinta según se trate de eslavos occidentales (checos, eslovacos y polacos), orientales (rusos, ucranianos, etc.) y meridionales (búlgaros, croatas, eslovenos y serbios). Tampoco les es común la religión, pues desde su conversión al cristianismo se dividen en griegos ortodoxos (búlgaros, rusos y serbios) y católicos(croatas, checos y polacos). En ciertos momentos de la historia, parece tener cohesión el p. frente al pangermanismo (v.), cuya fuerza arrolladora se intenta frenar. El p. ha sido tan sólo una ideología de minorías, sin que el pueblo se identifique con ella Tampoco ha tenido una acertada expresión política, ni ha sido objeto de un pacto contractual en los mejores tiempos del nacionalismo, cuando las minorías eslavas querían sacudirse el yugo político de turcos y austriacos. Siempre ha habido más diferencias entre los mismos eslavos que entre éstos y sus vecinos o sus propios dominadores.
El concepto de p. es polivalente y, en su última etapa, cabe hablar de un neoeslavismo. Precursor del p. se considera el sacerdote croata Juraj Krizanic (ca. 1617-83), quien propuso la unión de las Iglesias ortodoxa y católica, así como una lengua general eslava y, en su Politika, llamaba la atención del zar para que uniera a los eslavos contra los germanos. Este p. antigermanista ha sido bastante frecuente, aunque no común a todos los eslavos. Las primeras manifestaciones paneslavistas cabe situarlas en el S. XVIli, cuando surge la eslavística (v.) o ciencia de lo eslavo, con un interés primario sobre el folklore y las antigüedades, que luego adquiere categoría científica, sobre todo en lo referente a la lingüística. En este aspecto destaca la obra de los eslovacos Josef Dobrosky (1753-1829) y Pavel Josef Safarik (1795-1861). Praga fue el centro de la investigación eslavófila. Uno de los primeros que comenzó a exhortar a los eslavos a unirse fue el también eslovaco Jan Kollár (v.; 1793-1852).
Ya desde el S. XIX puede hablarse de movimientos de unión de los pueblos de lengua eslava, pero tal afinidad, además de no ser total, no estaba en consonancia con las variedades de cultura, modos de vida, religión, régimen político acatado, etc. Por otra parte, el escaso contacto entre eslavos occidentales, bajo la órbita de Europa occidental, y eslavos meridionales, bajo la órbita del Imperio bizantino primero y de los turcos después, así como el alejamiento de los eslavos orientales, no hacía viable en la práctica una unión que impedían las mismas fronteras geográficas y políticas. Uno de los principales problemas del p. ha sido el mutuo desconocimiento.
El germen del p. se encuentra en la influencia de la Revolución francesa y en el romanticismo literario, cuyas ideas atraen a intelectuales dentro de cada comunidad eslava. Cada una de éstas atendía a sus intereses políticos sin importarle demasiado la situación de otras comunidades eslavas. Por el contrario, más bien había hostilidad entre los diferentes grupos eslavos, los cuales buscaban el apoyo de los no eslavos en sus fines nacionalistas. No obstante, las expresiones públicas, y no meramente literarias, de p. son evidentes en el congreso de nacionalidades eslavas celebrado en Praga (1848), donde se plantea un p., bajo la monarquía Habsburgo, propuesto por el historiador checo Frantisek Palacky (17981876). Este p. aboga por la transformación del Imperio habsburgo en una confederación de pueblos, con un fuerte Estado austriaco, que proteja a los eslavos occidentales de germanos y rusos. En contraposición a tal p. surge el p. ruso o panrusismo, que pretende la solidaridad eslava bajo el liderazgo ruso. Lo que en realidad quería Rusia era extender a todos los eslavos la opresión que ejercía ya sobre polacos y ucranianos, aparte de imponer la religión ortodoxa y la lengua rusa. El p. ruso se anticipa al militarismo del pangermanismo prusiano y hitleriano; se convierte en razón del expansionismo ruso, al tiempo que proclama la superioridad de la civilización rusa sobre Occidente. De estas ideas participan escritores como Mijail Pogodin (1800-75), Dostoievski (v.; 1821-81) y Nicolai Danielevsji (1822-85). Los principales enemigos del panrusismo, entre los pueblos eslavos, han sido los polacos, que ya en la conferencia paneslava de Berlín (1880) se oponen a la supremacía rusa.
En el primer tercio del S. ** surge un nuevo p., obra del político checo Karel Kramár (1860-1937), quien funda el movimiento neoslavista, basado en la autonomía de los eslavos bajo la protección rusa. El p. antigermano resurge en 1941, con motivo del ataque alemán a la URSS. El Comité paneslavo en Moscú hace una llamada a los eslavos para que se enfrenten a los alemanes, a los que se pretende oponer la comunidad racial y cultural, ya que no política ni histórica, de los eslavos. En esta nueva fase, el p. adquiere caracteres raciales, al igual que el pangermanismo, y evidencia una mayor solidaridad que en épocas anteriores; solidaridad paneslava que rompe Moscú al pretender nuevamente el liderazgo, apoyado después de la II Guerra mundial por los partidos comunistas de naciones eslavas que giran en la órbita política de la URSS. El distanciamiento Belgrado-Moscú desde 1948 ha supuesto también el fin de un p., que siempre ha sido más teórico que práctico y que nunca ha abarcado a todos los pueblos eslavos.
2006-12-16 03:27:30
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answer #4
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answered by Vinila 2
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