Ana María Matute, donde vuelve a apelar a la fantasía y a las historias populares para escribir un cuento, en todos los sentidos de la palabra. Los juegos editoriales dirán que es una novela, pero en realidad la cosa no superaría las setenta páginas en letra, digamos, normal.
Lo mejor que se puede decir de Aranmanoth es que está a la altura de la valiosa trayectoria de su escritora, que poco tiene que ver con tanto colega suyo en la literatura general, vendedores de fuegos de artificio y de rentabilidades a corto plazo. Ana María Matute sabe lo que es el arte de la narración: no dejar que el azar provoque el milagro de escribir bien y contar algo interesante que no suene a impostura ni mentira.
La historia tiene poco de original. Un caballero que ha sufrido una educación represiva, un hada que le entrega un hijo, un casamiento no deseado y el enamoramiento imposible de hijo y madrasta. Y, también, claro, están los malos, aunque siempre con motivaciones comprensibles.
El aficionado al género encontrará en Aranmanoth un libro ágil, sin trampas, aunque desde luego sin la brillantez y la originalidad de otras obras suyas. Pero, al menos, Matute no copia lo ya escrito. Porque el estilo es, al fin y al cabo, el gran patrimonio que defiende todo narrador de historias ya contadas. En esto, la escritora no es dudosa.
2006-12-07 05:06:24
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answer #1
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answered by Anonymous
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