English Deutsch Français Italiano Español Português 繁體中文 Bahasa Indonesia Tiếng Việt ภาษาไทย
Todas las categorías

2006-12-05 17:20:34 · 5 respuestas · pregunta de Anonymous en Ciencias sociales Otros - Ciencias sociales

5 respuestas

Lo que hace que las cosas sucedan infaliblemente de cierta manera.... Ü♥

2006-12-05 17:25:03 · answer #1 · answered by Mileツ♥ 7 · 10 0

La pregunta no se refiere a la dimensión filosófica del problema, a la diferencia entre el ser necesario y el ser contingente, según la cual Dios es el SER en sí mismo (aseidad), el único ser, el que existe necesariamente frente a todos los demás seres, que son contingentes, no necesarios, es decir, que pueden existir o no existir, y que reciben el ser de Dios (abaliedad). La pregunta no se refiere a ese aspecto, se refiere a la dimensión práctica, a si Dios, en el supuesto de que exista y a pesar de que exista, es necesario aquí abajo o el mundo puede ignorarlo tranquilamente



La primera obviedad es que, si no existe, evidentemente no le necesitamos, puesto que nosotros si que existimos sin Él. Pero resulta que, aun en el caso de que exista, tampoco le necesitamos para seguir viviendo aquí. El universo, el espejismo llamado universo, se desenvuelve dentro de leyes y mecanismos autosuficientes. La naturaleza y los seres vivos ignoran a Dios y siguen su curso felizmente. Sólo el hombre, el controvertido y conflictivo hombre, es capaz de preguntarse por la existencia de la divinidad. Esto demuestra que realmente le necesita, pero también que puede pasarse sin Él. ¿Cómo es posible? Es posible porque esa pregunta inconformista que se hace el hombre, se debe a su naturaleza espiritual, y todo lo espiritual es perfectamente prescindible en el mundo de las cosas. El hombre le necesita y pregunta, pero no entra en coma porque nadie le conteste.



Esa era sin duda la pregunta del hombre cuando comenzó a enterrar a sus muertos, lo que ningún otro homínido había hecho antes. Y esa misma pregunta se hicieron tantas culturas que le siguieron y pensaron que, detrás de todas las cosas del mundo visible, tiene que haber un mundo invisible y mágico que les da vida, que las anima, iniciando así una incipiente religión llamada animismo. Y cuando la pregunta se la hicieron otras culturas más avanzadas, apareció el politeísmo, con sus dioses antropomorfos. Pero fue quizás en oriente donde más se extendió la pregunta, surgiendo tantas religiones filosóficas, que postulan la existencia de otro tipo de invisible, el "todo" o armonía universal. Y también aparecieron con su respuesta los profetas, revelando un invisible que es creador de las almas y término de las mismas. Y por último, surgió la Palabra, hablando de un invisible amoroso y paternal que llamamos Dios. La vertiente religiosa del hombre es tan universal, y por tanto tan vital, como lo son las demás de sociabilidad, amor y libertad, por poner algunos ejemplos.



Uno de los principales criterios utilizado por los paleontólogos para deslindar al homo sapiens de los homínidos, es justamente atender al hecho de si la especie en cuestión practicaba los rituales propios del culto a los muertos. Existen muchos más criterios, como son las medidas antropomórficas, especialmente las relativas al cráneo; la situación de la laringe, en cuanto a si permite o no la fonación articulada; la constitución pélvica, que facilita o no el caminar erguido, etc. Pero todos esos datos dicen poco al lado de un hecho capital, si el especimen en estudio ya rendía o no culto a sus muertos, porque ese sentido de lo inmortal es señal inequívoca de espiritualidad, y por tanto señal de hallarnos ante un verdadero hombre.



Y si nos alejamos de la historia y de la paleontología y echamos la mirada al mundo actual, resulta que menos de un veinte por ciento de la humanidad (como mucho y según qué criterios empleados) confiesa ser ateo. Esto de los datos estadísticos, elaborados a partir de declaración personal, jamás puede ser fiable, porque una de las virtudes conocidas del hombre es declarar lo que estima que debe declarar, lo que estima que la sociedad espera oír, no lo que realmente piensa él. Esta circunstancia, llevada a una sociedad confesional, induciría a pensar que el número real de ateos sería muy superior al arrojado en la estadística. Pero en la actual subversión de valores de la sociedad, la consideración debe ser la contraria. Si un veinte por ciento dice ser ateo, algunos lo habrán dicho por seguir la moda, y el número real de ellos, sin duda, será menor.



Una vez conocido ese desequilibrio entre creyentes y no creyentes, los teístas insisten en una pregunta que parece bastante bien fundada, ¿puede ser tan necia la humanidad como para perseverar en una creencia que no corresponde a realidad ninguna? Conocidos son los fenómenos de masas, las modas, los convencionalismos y tantos otros que arrastran a la sociedad a fines estériles. Pero vistos desde la historia, esos fenómenos ni afectan nunca a la sociedad entera ni la afectan por los siglos de los siglos. Sin embargo, en esto no nos hallamos ante una creencia de una cultura determinada ni nacida en un momento determinado, nos hallamos ante una creencia universal, ante una invariable a lo largo de toda la historia de la humanidad. El argumento, por tanto, puede ser redactado así:



Si la humanidad, en su inmensa mayoría, ha creído siempre en la existencia de lo trascendente, será porque lo trascendente existe, a no ser que consideremos a la humanidad rematadamente necia.

2006-12-05 17:30:04 · answer #2 · answered by Don_Isidoro® 7 · 0 0

no de dime tu

2006-12-05 17:29:54 · answer #3 · answered by Anonymous · 0 0

algo que nececitas!!!

2006-12-05 17:28:38 · answer #4 · answered by Anonymous · 0 0

Falta o Ausencia de algo importante

2006-12-05 17:28:09 · answer #5 · answered by El caballero sin alma ni corazón 6 · 0 0

fedest.com, questions and answers