Conocer el valor propio
y honrar el valor de los demás
es la verdadera manera de ganar respeto.
Respeto es el reconocimiento del valor inherente
y los derechos innatos de los individuos y
de la sociedad. Estos deben ser reconocidos como
el foco central para lograr que las personas se
comprometan con un propósito más elevado en la vida.
El respeto comienza en la propia persona. El estado original del respeto está basado en el reconocimiento del propio ser como una entidad única, una fuerza vital interior, un ser espiritual, un alma. La conciencia elevada de saber “quién soy” surge desde un espacio auténtico de valor puro. Con esta perspectiva, hay fe en el propio ser así como entereza e integridad en el interior. Con la comprensión del propio ser se experimenta el verdadero autorrespeto.
Fuente de conflicto
El conflicto se inicia cuando falta el reconocimiento de la propia naturaleza original y la del otro. Como resultado, las influencias negativas externas dominan completamente el respeto. Estabilizarse en el estado elevado del propio ser asegura auténtico respeto por y de los demás debido a que se actúa con la conciencia de que todo ser humano tiene un valor innato, que es puro y virtuoso. Esta forma de pensar garantiza la victoria final, porque la interacción sobre esta base asegura que surja la bondad inherente del propio ser y de los demás.
La causa de todas las debilidades se origina en la ausencia de autorrespeto. La persona se llena de diferentes deseos o expectativas, exigiendo consideración o respeto de los demás. La persona, al hacerse dependiente de fuerzas externas en lugar de sus poderes internos, mide el respeto mediante los factores físicos y materiales, tales como la casta, el color, la raza, la religión, el sexo, la nacionalidad, el estatus y la popularidad. Cuanto más se mide el respeto sobre la base de algo externo, mayor es el deseo de que los demás tengan un reconocimiento hacia mí. Cuanto mayor es ese deseo, más se es víctima del mismo y se pierde el respeto hacia uno mismo y hacia los demás. Si las personas renunciaran al deseo de recibir consideración de los demás y se estabilizaran en el estado elevado de autorrespeto, la consideración y el respeto los seguiría como una sombra.
El desafío es desarrollar el valor del respeto en el propio ser y darle una expresión práctica en la vida diaria. Aparecerán obstáculos para probar la solidez del respeto y, con frecuencia, se sentirán en los momentos de más vulnerabilidad. Es necesaria la confianza en uno mismo para tratar con las circunstancias con seguridad, de manera optimista, esperanzadora. En las situaciones en las que parece que todos los apoyos se han desvanecido, lo que permanece fiel es el nivel en que se ha podido confiar internamente en el propio ser.
Ambiente de respeto
El poder de discernir crea un ambiente de respeto, en el que se presta atención a la calidad de las intenciones, actitudes, conductas, pensamientos, palabras y acciones. En la medida que exista el poder de la humildad en el respeto hacia el propio ser —y el discernimiento y la sabiduría que permiten ser justo e imparcial con los demás— habrá éxito en la forma de valorar la individualidad, apreciar la diversidad y tomar en consideración la tarea en su totalidad. El equilibrio entre la humildad y el autorrespeto da como resultado el servicio altruista, una actuación honrosa desprovista de actitudes débiles tales como la arrogancia y la estrechez mental. La arrogancia daña o destruye la autenticidad de los demás y viola sus derechos fundamentales. Un temperamento así perjudica también al transgresor. Por ejemplo, la tendencia a impresionar, dominar, o limitar la libertad de los demás se manifiesta con el propósito de imponerse en detrimento del valor interno, de la dignidad y la paz mental. El respeto original se subordina a uno artificial.
Por tanto, pretender ganar respeto sin permanecer consciente del propio valor original se convierte en el método mismo para perderlo. Conocer el valor propio y honrar el de los demás es la auténtica manera de ganar respeto. Puesto que tal principio tiene su origen en ese espacio prístino de valor puro, los demás sienten intuitivamente, la autenticidad y la sinceridad. En la visión y la actitud de igualdad existe una espiritualidad compartida. Compartir crea un sentimiento de pertenecer, un sentimiento de familia.
Ese sentido de honor y de valor puede extenderse a la naturaleza. La falta de respeto y trabajar en contra de las leyes de la naturaleza ocasionan un desequilibrio ecológico y desastres naturales. Cuando el respeto y la reverencia se extiendan a la energía eterna de la materia, los elementos servirán a la humanidad con precisión y abundancia.
Respeto es el reconocimiento del valor inherente y de los derechos innatos de los individuos y de la sociedad. Estos deben ser reconocidos como el foco central para lograr que las personas se comprometan con un propósito más elevado en la vida. El respeto y el reconocimiento internacionales por los derechos intelectuales y las ideas originales deben observarse sin discriminación. La grandeza de la vida está presente en cada uno, por lo que todo ser humano tiene el derecho a la alegría de vivir con respeto y dignidad.
El Respeto es una de las bases sobre la cual se sustenta la ética y la moral en cualquier campo y en cualquier época. Tratar de explicar que es respeto, es por demás difícil, pero podemos ver donde se encuentra.
El respeto es aceptar y comprender tal y como son los demás, aceptar y comprender su forma de pensar aunque no sea igual que la nuestra, aunque según nosotros esta equivocado, pero quien puede asegurarlo por que para nosotros; esta bien los que están de acuerdo con nosotros, sino lo están; creemos que ellos están mal, en su forma de pensar, pero quien asegura que nosotros somos los portadores de la verdad, hay que aprender a Respetar y aceptar la forma de ser y pensar de los demás.
Pero no solo a las personas se les debe el respeto más profundo sino todo aquello que nos rodea, a las plantas y animales, a la pequeña hormiga y la gran ballena, a los rios, lagos y mares. Todo como parte de la creación se lo merece.
Es aceptar y comprender al humilde y al engreído, al pobre y al rico, al sabio y al ignorante, es por pequeña o grande que sea, física, moral o intelectualmente situarla en el mismo lugar de comprensión y comprender su forma de ser pues se comprende que ese ser humano se merece toda tu atención, no importando su condición.
Si ahora hizo mal o esta mal, respétala y trata de enseñarle el camino recto, nunca queriendo imponerlo, solo enséñale el camino e invítalo a recorrerlo, pero siempre, respetando su decisión de recorrerlo o no.
Por que esto, cada quien es un alma libre y tú al igual que lo hace el cielo debes de darle libre albedrío a esa alma, en el camino de la evolución debe recorrer su propio camino, mira que grande es dios como quiera que lo concibas, deja que actúes a tu completa libertad te respeta como lo más sagrado ,ah pero eso si antes de actuar paras bien o para mal te dice las consecuencias de tus actos y de ti es toda la libertad de actuar a tu propia decisión sabiendo de antemano las consecuencias de tus actos, por eso no es propio reclamar al cielo por que nos castiga cuando obramos mal, analizelo.
Pero. ¡ Que pobre alma es aquella que no puede respetar, al los animales y a las plantas, a los ríos y lagos, al más humilde de los hombres, al pequeño que camina delante de el, a la mujer con la que comparte su vida, a aquellas con las que se relaciona, al hombre que lo cree menos por n tener incapacidades físicas, al basurero que por sucio y humilde que sea su trabajo, sin el su vida seria un basurero, al engreído por que gracias a el al conocerlo puedes evitar ser como el, al colérico, por que puedes comprender la importancia de saberse controlar, al feo por que te ayuda a comprender que la belleza se encuentra en el alma, al ignorante por que sabes que es el comienzo de la sabiduría ! .
Pero a veces se pierde el respeto a alguien ya sea por que lastimo a alguien de cualquier forma o por varias razones, casi se es inevitable, pero a lo que concierne este comentario, es solo para mencionar que cuando algo así pasa, se debe mantener ese respeto hasta donde sea prudente conservarlo si se tiene que actuar de una forma por demás imperiosa para resolver ese asunto aunque sea, algo reprochable ante los demás, hágalo, si en verdad intento, varios medios y no logro esa armonía, haga lo que tenga que hacer, que en nada es reprochable pues se tiene el derecho de tratar de convivir en paz, y si no hay otra opción, el cielo sabrá perdonar. Espero este comentario no sea mal interpretado pues es muy susceptible de entenderse mal, pero espero me entienda.
El respeto, debe ser nuestra relación con los demás, sería una agradable forma de conducirse por la vida, pero aunque lo parezca, respetar a los demás es relativamente difícil. Por la forma en que se nos ha educado a relacionarnos con los demás, que a veces tritura esta virtud desde sus comienzos, pero trate de cultivar en su corazón el respeto, poco a poco, aliméntelo con el ejercicio constante de la misma, y vera lo bien que se sentirá consigo mismo, a veces tambaleara, y pensara que no lo logra, pero manténgase firme, y al final el cielo sabrá recompensar su esfuerzo, hay tanto en la palabra de respeto y en su ejercicio, que preferiría lo meditara usted mismo y saque sus propias conclusiones, pues ellas se merecen toda su atención…………..
Los labios de la sabiduría permanecerán cerrados
excepto para el oído capaz de comprender.
2006-12-04 07:55:34
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answer #2
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answered by mi_dq 4
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