Las glándulas salivales menores se encuentran distribuidas en la submucosa de la cavidad bucal y se las denomina de acuerdo a la región en la que se encuentran: labiales, palatinas, linguales, genianas y glosopalatinas (1, 2). Sus secreciones representan poco menos del 10 % del volumen salival total (3), pero tienen gran importancia tanto a nivel local como general, en relación a las funciones defensivas, gustativas y digestivas de la saliva (4).
La mayorÃa de las glándulas salivales menores tienen una estructura mixta, con franco predominio de los componentes mucosos. La excepción la constituyen las glándulas de von Ebner o linguales posteriores (Figura 1), las únicas serosas puras, cuya estructura se asemeja considerablemente a la glándula parótida (2). Sin embargo, a diferencia de esta última, las unidades secretoras de las glándulas de von Ebner no consisten en verdaderos acinos sino en estructuras tubuloalveolares dilatadas (Figura 2 A).
Además sus células serosas no presentan los pliegues basales caracterÃsticos y se encuentran recubiertas sólo parcialmente por células mioepiteliales estrelladas (5) (Figura 2 B y C). Hand et al (2) destacan que las glándulas de von Ebner se clasifican como serosas, pese a que secretan numerosas glucoproteÃnas.
Otros autores (6) demostraron que la presencia de sialomucinas y sulfomucinas se incrementa en las glándulas de von Ebner desde el nacimiento hasta la edad adulta; las secreciones de las células acinares podrÃan denominarse en consecuencia, de tipo seromucosas.
En cuanto al sistema de conductos, las glándulas salivales menores en general presentan ductos intercalares que se continúan con ductos intralobulares de mayor calibre cuyas células no suelen tener desarrollado el laberinto basal caracterÃstico de los conductos estriados de las glándulas salivales mayores. A nivel de los conductos excretores, en las glándulas de von Ebner se ha descripto la presencia de células mucosas y células ciliadas entre las tÃpicas células cuboidales, cilÃndricas o seudoestratificadas de los mismos (2).
Las glándulas de von Ebner están localizadas entre las fibras de los músculos linguales de la región posterior de la lengua y liberan su secreción en la profundidad de los surcos que rodean las papilas caliciformes y foliadas, ricas en botones gustativos. Debido a ello, se les atribuye en general un papel importante en relación a la percepción gustativa, proceso complejo que involucra moléculas intra y extraepiteliales, asà como proteÃnas transmembranales (7, 8, 9).
Histogénesis
El proceso de histogénesis es común a todas las glándulas salivales y cada una de ellas se origina en un lugar especÃfico de la mucosa del estomodeo. Primeramente se produce un engrosamiento del epitelio en el sitio donde la glándula verterá sus secreciones; de allà se origina un brote epitelial en forma de cordón celular macizo que se invagina en el ectomesénquima subyacente y se ramifica dicotómicamente en su extremo distal. Posteriormente los cordones desarrollan una luz en su interior transformándose en conductos y los extremos distales se diferencian en unidades secretoras (4). Se propone que, debido a su ubicación en la zona lingual posterior, las glándulas de von Ebner son de origen endodérmico (4). Inician su desarrollo entre las ocho y diez semanas de vida intrauterina. Entre las 16 y 20 semanas se observan acinos y conductos en formación cuyas células presentan gránulos PAS+. A las 20 semanas del desarrollo embrionario tanto los acinos como el sistema ductal están estructuralmente diferenciados. Las células acinares serosas a las 32 semanas presentan granulaciones apicales de distinto tamaño y densidad, similares a los observados en glándulas de von Ebner de recién nacidos, donde morfológicamente son basófilos y PAS - (`10).
Inervación y relación con la percepción gustativa
Las glándulas salivales de von Ebner están controladas, al igual que la parótida, por neuronas parasimpáticas secretomotoras localizadas en el ganglio salival inferior del bulbo raquÃdeo. Los axones de dichas neuronas forman parte del nervio glosofarÃngeo (IX par) y hacen sinapsis en el ganglio intralingual (ganglio de Remak), desde el cual las fibras postsinápticas alcanzan las glándulas de von Ebner (11).
Se ha demostrado que existen diferencias morfológicas entre las neuronas del núcleo salival inferior que inervan a las glándulas de von Ebner y a la parótida, siendo las primeras más pequeñas y con dendritas más cortas y en menor número. Estas diferencias se atribuyen a las distintas funciones de ambas glándulas, dado que la parótida aporta su secreción directamente a la saliva mixta total, mientras que la secreción de las glándulas de von Ebner, por su composición y localización en las proximidades de las papilas caliciformes y foliadas, está relacionada casi con exclusividad a la percepción gustativa (12). La estrecha proximidad del núcleo salival inferior con el núcleo sensorial del tracto solitario (NST), explicarÃa la rápida conexión que permite que la recepción del impulso sensorial gustativo desencadene el reflejo salival secretorio para limpiar el surco entre las papilas foliadas y caliciformes, evitando asà la persistencia de la estimulación gustativa (11).
Si bien la saliva mixta total juega un papel importante en la percepción del gusto (13), la secreción local de saliva de las glándulas de von Ebner tendrÃa especial relevancia, modulando el microambiente del surco circunvalador de las papilas caliciformes y foliadas (13, 14). Su secreción, estimado en 4.5 ïL/min bajo estimulación y 2.3 ïL/min sin estimular (15), es rica en proteÃnas (2.5 mg/mL de saliva) y garantiza la limpieza de dichos surcos, facilitando la renovación y difusión de las partÃculas sápidas y el contacto de las mismas con los poros gustativos. Algunos autores llegan incluso a postular que las glándulas de von Ebner formarÃan un complejo anatómico y funcional con las papilas caliciformes, en el cual los corpúsculos gustativos funcionarÃan como quimiorreceptores regulando la secreción de estas glándulas mediante un mecanismo de retroalimentación (16).
Dado que se ha comprobado que el volumen del componente acinar de las glándulas de von Ebner disminuye significativamente con la edad, se postula que serÃa uno de los factores responsables de la disminución de la sensibilidad gustativa en edades avanzadas (17).
Lipocalinas y otras proteÃnas involucradas en la percepción gustativa
La denominada “proteÃna de las glándulas de von Ebner” es el componente proteico más abundante en la secreción de estas glándulas serosas linguales (15, 18). Esta proteÃna de 18 kDa, es miembro de la superfamilia de las lipocalinas. Las lipocalinas son proteÃnas de bajo peso molecular, de estructura estable y compacta, presentes en la mayorÃa de los fluidos biológicos humanos, donde funcionan como proteÃnas transportadoras de moléculas hidrofóbicas como feromonas y moléculas odorÃferas. La similitud molecular de la proteÃna de las glándulas de von Ebner con las proteÃnas ligadoras de retinol y las proteÃnas ligadoras de olores, sugieren que estarÃa involucrada en la percepción del gusto (18). Las lipocalinas de las glándulas de von Ebner se colocalizan con lisozima; en este sentido tienen un procesamiento intracelular similar al de las lipocalinas de las glándulas lacrimales, pero diferente al del resto de los fluidos corporales. Se concentran en vesÃculas secretorias, mostrando un patrón de secreción regulado o discontinuo (19).
Se ha demostrado que la secreción de las glándulas de von Ebner es rica en la enzima anhidrasa carbónica VI o CA VI (20), anteriormente identificada como gustina (21). Las anhidrasas carbónicas constituyen una amplia familia de isoenzimas que catalizan la reacción reversible: H++ HCO3 _______ H2O + CO2 y están involucradas en el balance iónico, hÃdrico y ácido–base en diferentes tejidos (22).
En las glándulas salivales se han detectado las anhidrasas carbónicas II y VI. La CA VI de las glándulas de von Ebner estarÃa implicada en la modulación parácrina de la función gustativa y en la protección de las células receptoras del gusto (células sensoriales de los corpúsculos gustativos) de las papilas circunvaladas y foliadas. Se conoce que la exposición prolongada de las células epiteliales a pH bajo las conduce a la apoptosis (23), por ello se postula que la CA VI de la saliva de las glándulas de von Ebner protegerÃa de la apoptosis a las células receptoras del gusto, en su zona de influencia. La protección se realizarÃa regulando el pH, catalizando la remoción del exceso de protones y acelerando la recuperación de los canales de potasio de dichas células (24, 25). Al respecto, se describió que algunos pacientes con pérdida del gusto tenÃan una concentración más baja de CA VI salival y mayor cantidad de apoptosis de las células gustativas, con respecto a los controles normales. El tratamiento con zinc provocó la elevación de la concentración de CA VI salival en esos pacientes, logrando la recuperación de la percepción gustativa y de la morfologÃa de las células receptoras del gusto (25). La hipótesis de que la actividad CA de las glándulas de von Ebner contribuye a la función gustativa, se apoya también en el hecho de que los inhibidores de la CA alteran la percepción del agua carbonatada (26, 27). Asimismo, se ha demostrado que la remoción de las glándulas salivales submandibular y sublingual daña las células receptoras del gusto en el dorso de la lengua, pero no las que están localizados en las papilas circunvaladas (receptoras de los corpúsculos gustativos). Basándose en esa evidencia, se propuso que la saliva de la glándula de von Ebner serÃa una importante fuente de factores de crecimiento para dichas células (28).
Relación con la función digestiva
Las glándulas de von Ebner tienen también participación en la función digestiva. Distintos trabajos (29, 30), demostraron que estas glándulas producen una potente lipasa que es capaz de actuar en el medio gástrico, ya que se vuelve más activa con pH ácido. Esta enzima iniciarÃa la digestión de los componentes lipÃdicos de la dieta, hidrolizando los triglicéridos a di y monoglicéridos, glicerol y ácidos grasos. Se confirmó que esta actividad lipolÃtica se manifiesta ya a las 26 semanas de vida intrauterina (29, 30), lo que concuerda con los resultados de los estudios embriológicos ya citados (10), por lo que tendrÃa un rol valioso en los prematuros, que presentan cierta deficiencia pancreática. El papel de la lipasa de las glándulas de von Ebner serÃa importante también durante el perÃodo postnatal de lactancia para la escisión de la grasa de la leche, pues los lactantes secretan escasa cantidad de pancreolipasa (4, 31)
Función protectora
Además de la función protectora de las células receptoras del gusto, mencionada anteriormente, las glándulas de von Ebner también participan en la defensa de la mucosa frente al ataque de microorganismos a través de la producción local de inmunoglobulina A secretora (IgAs), lisozima y lactoferrina (32).
HistopatologÃa
Debido a la similitud estructural y funcional entre las glándulas salivales parótidas y de von Ebner, distintos investigadores se han abocado a estudiar si estas últimas presentan patrones patológicos similares a los de la glándula mayor. Asà por ejemplo, la sialosis, patologÃa glandular no inflamatoria ni neoplásica, frecuentemente determina agrandamiento parotÃdeo que se corresponde con alteraciones del parénquima y del estroma glandular (33, 34). Uno de los agentes etiológicos más reconocidos de la sialosis es la ingesta crónica de alcohol. Al comparar las modificaciones estructurales provocadas por el alcoholismo crónico en las glándulas serosas parótida y de von Ebner, se observó en esta última la presencia de acinos voluminosos de lumen dilatado con granulaciones secretorias bastante homogéneas, asà como hipertrofia e hiperplasia ductal (35), variaciones confirmadas también por estudios morfométricos (36, 37), figura 3 A y B. Otras investigaciones (38) estuvieron orientadas a la identificación y cuantificación de las regiones de organización nucleolar, (implicadas en la actividad transcripcional de los genes ribosomales), en el parénquima de glándulas de von Ebner afectadas por sialosis alcohólica. Este análisis se basó en la afinidad argirófila de las proteÃnas asociadas a las regiones de ADN de dichos organizadores nucleolares, los que se visualizan con el microscopio óptico, como partÃculas oscuras o AgNORs. La reducción en el número y tamaño de los AgNORs en la mayorÃa de las células acinares y ductales, indicarÃa que se han producido importantes alteraciones en el metabolismo celular de estas glándulas, que afectarÃan los procesos de sÃntesis, transporte y secreción salival. Las diferentes alteraciones observadas en las glándulas de von Ebner de alcohólicos crónicos podrÃan relacionarse con las alteraciones del flujo salival y de la percepción gustativa descripta en estos pacientes (39).
Conclusión:
En base a esta revisión se puede concluir que las glándulas de von Ebner se destacan por sus caracterÃsticas estructurales y funcionales que las diferencian de las demás glándulas salivales menores, lo que se corresponde con su particular participación en los procesos sensoriales, defensivos y digestivos. Juegan un papel relevante en la sensibilidad gustativa y en la manutención del epitelio papilar, dada su especÃfica ubicación en el órgano lingual.
2006-12-04 11:55:39
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answer #6
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answered by mi_dq 4
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