Cómo Prolongar la Vida
Rodéate de cosas que amas, ya sea la familia, las mascotas, la música,
las plantas, pasatiempos, en fin, lo que sea que te guste.
A las personas que amas, díselo en cada oportunidad que tengas.
Elimina de tu vida los números que no sean esenciales…
Esto incluye edad, peso y altura.
Mantén amistades alegres, los quejosos bajan el ánimo.
Aprende cosas nuevas, no permitas que tu cerebro sea holgazán, se enferma.
Ríe más a menudo, fuerte y por largo tiempo. Ríe hasta que quedes sin aire.
Las lágrimas son naturales.
Sufre, laméntate y luego sigue adelante.
La únic a persona que estará con nosotros toda la vida, somos nosotros mismos.
Y recuerda… la vida no se mide por los descansos que tomamos; sino por los momentos que nos roban el aliento.
Mirate a tí mismo
- "Cuando mires a tus compañeros, procura mirarte a ti mismo", dijo el maestro al discípulo.
- "Pero, ¿no es una actitud egoísta?", cuestionó el discípulo. "si nos preocupamos por nosotros mismos, jamás veremos lo que los otros tienen de bueno para ofrecer".
- "Ojalá siempre consiguiéramos ver las cosas buenas que están a nuestro alrededor", contestó el maestro, "pero, en verdad, cuando miramos al prójimo estamos sólo buscando defectos. Intentamos descubrir su maldad, porque deseamos que sea peor que nosotros.
Nunca lo perdonamos si nos hiere, porque creemos que jamás seríamos perdonados por él. Conseguimos herirlo con palabras duras afirmando que decimos la verdad, cuando apenas estamos intentando ocultarla de nosotros mismos. Fingimos que somos importantes para que nadie pueda ver nuestra fragilidad".
"Por eso, siempre que estés juzgando a tu hermano, ten conciencia de que eres tú quien esta en el tribunal".
Jesús dijo: "El que esté libre de pecado que tire la primera piedra".
Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año
y son mejores. Hay quienes luchan muchos
años y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida: esos son
los imprescindibles.
Bertoldt Brecht
JUAN SALVADOR GAVIOTA
Nos habla de una gaviota que se atrevió a soñar.
Le interesaba ser ella misma, vivir intensamente,
potenciar todos sus talentos y posibilidades.
No aceptaba
la vida monótona y siempre igual de la bandada
que sólo se atrevía a vuelos rastreros, sin alma,
detrás de los desperdicios que arrojaban los barcos.
Ella sentía en su alma el llamado de las alturas,
la vocación de libertad. Por atreverse a proponer
una vida distinta, la aislaron, la dejaron sola,
la tacharon de loca, la desterraron.
Juan Salvador,
la pequeña gaviota, aceptó la soledad del aprender de nuevo,
la soledad de la búsqueda atrevida de mares nuevos,
nuevos cielos,
nuevos horizontes.
En lo profundo de su corazón adolorido,
sentía que sus alas habían nacido para abrirse a la inmensidad
de lo desconocido.
Y se arriesgó.
Tras muchos ensayos fallidos,
un día se encontró surcando los altos cielos,
azules, maravillosos, inmensos,
con un halo de eternidad.
Y ese día entendió por qué y
para qué había nacido gaviota.
Palpó el vértigo de lo profundo, vivió la originalidad,
la iniciativa,
la creatividad.
Experimentó las honduras de la perfección:
llegar hasta el final de lo emprendido,
llegar hasta la raíz,
el manantial de su propio ser.
Ya no se trataba tanto de buscar la libertad,
como de ser libre.
Y se entregó apasionadamente
a ser ella misma,
sin ataduras ni temores.
Pero Juan Salvador Gaviota seguía amando a los suyos
a pesar de que lo habían desterrado.
Y decidió volver a la bandada para enseñarles que
la vida podía ser algo mucho más interesante
que comer y disputarse los desperdicios de los
barcos.
Estaba seguro de que su empresa no iba a ser nada fácil,
que de nuevo lo aislarían,
lo ofenderían,
pues no estaban dispuestos a cambiar ni a escuchar
tranquilamente que alguien les hablara de la necesidad de cambio.
No importaba que no lo comprendieran:
con que una sola gaviota se atreviera a soñar
y emprender un nuevo vuelo,
se justificaba su aventura.
En el fondo de su corazón,
Juan Salvador Gaviota
adivinaba que era imposible vivir intensamente
su libertad sin intentar liberar a otros,
que la plenitud implicaba el servicio.
Volvió sin prédicas ni alardes.
Sólo trataba de ser una auténtica gaviota
nacida para volar.
Poco a poco,
algunas gaviotas jóvenes
se fueron acercando a presenciar su vuelo vigoroso.
Y le pidieron que les enseñara a volar.
No les importaba que la bandada
los despreciara y expulsara.
Querían volar,
experimentar otra vida,
atreverse a ser libres. Y se atrevieron
A vivir y a volar.
A ser ellas mismas...
*** Autor: Richard Bach ***
Me preguntas cómo se puede ser feliz, cómo entre tanta mentira puede uno convivir, cada cual es quien se tiene que responder, aunque para mí, aquí, ahora y para siempre:
-Queda prohibido llorar sin aprender.
-Levantarme un día sin saber qué hacer.
-Tener miedo a mis recuerdos.
-Sentirme sola alguna vez.
-Queda prohibido no sonreír a los problemas.
-No luchar por lo que quiero.
-Abandonarlo todo por tener miedo.
-No convertir en realidad mis sueños.
-Queda prohibido no demostrarte mi amor.
hacer que pagues mis dudas y mi mal humor,
inventarme cosas que nunca ocurrieron,
recordarte sólo cuando no te tengo.
-Queda prohibido dejar a mis amigos,
no intentar comprender lo que vivimos,
llamarles sólo cuando los necesito,
no ver que también nosotros somos distintos.
-Queda prohibido no ser yo ante la gente,
fingir ante las personas que no me importan,
hacerme el gracioso con tal de que me recuerden,
olvidar a todos aquellos que me quieren.
-Queda prohibido no hacer las cosas por mí mismo,
no creer en mi Dios y hallar mi destino,
tener miedo a la vida y a sus castigos,
no vivir cada día como si fuera un último suspiro.
-Queda prohibido echarte de menos sin alegrarme,
odiar los momentos que me hicieron quererte,
todo porque nuestros caminos han dejado de abrazarse,
olvidar nuestro pasado y pagarlo con nuestro presente.
-Queda prohibido no intentar comprender a las personas,
pensar que sus vidas valen más que la mía,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha,
sentir que con su falta el mundo se termina.
-Queda prohibido no crear mi historia,
dejar de dar las gracias a mi familia por mi vida,
no tener un momento para la gente que me necesita,
no comprender que lo que la vida nos da, también nos lo quita.
Hay gente que con solo decir una palabra enciende la luz y los rosales, que con solo sonreír entre los ojos, nos invitan a viajar por otras zonas y nos hacen recorrer toda la magia.
Hay gente que con solo dar la mano rompe la soledad, pone la mesa, sirve el ponche, coloca guirnaldas.
Hay gente que con solo empuñar una guitarra hace una sinfonía de entrecasa.
Hay gente que con solo abrir la boca, llega hasta los confines del alma, alimenta una flor, inventa sueños, hace cantar al vino en las tinajas y se queda después como si nada.
Y uno se va de novio con la Vida desterrando una muerte solitaria pues sabe que a la vuelta de la esquina...
Hay gente, que es así...
...TAN NECESARIA!!!.
Tú eres de esa gente la amistad no se agradece se siembra y se cultiva ,te invito a que juntos realicemos una buena cosecha.
Soy feliz porque te conocí.
Te paso todos estos... ojalá alguno -o la unión de todos-, te sirvan!!!!
Suerte!!!
2006-12-01 11:01:22
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answer #1
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answered by NaDiA 4
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