EL FUNDAMENTO RELIGIOSO
7 Para muchos médicos el uso de sangre es esencialmente un asunto de juicio médico, tal como lo son sus decisiones diarias acerca del uso que se dé a ciertas medicinas o procedimientos quirúrgicos. Para otras personas la posición de los testigos de Jehová pudiera ser más bien una cuestión moral o de derecho. Quizás piensen en términos del derecho a la vida, la autoridad en cuanto a tomar decisiones relativas al propio cuerpo de uno, o las obligaciones civiles del gobierno respecto a proteger la vida de sus ciudadanos. Todos estos aspectos tienen relación con el asunto. Pero la posición que adoptan los testigos de Jehová es por encima de todo religiosa; es una posición fundada en lo que la Biblia dice.
8 Muchos quizás pongan en tela de juicio la validez de esa declaración. Saben que muchas iglesias apoyan el uso de la sangre, establecen programas para los bancos de sangre y estimulan la donación de sangre. Por consiguiente, lógicamente surge la siguiente pregunta:
¿Qué dice la Biblia acerca de que los seres humanos ingieran sangre en sus cuerpos?
9 Hasta individuos que personalmente no consideran la Biblia como la palabra inspirada de Dios tienen que reconocer que la Biblia dice muchísimo acerca de la sangre. Desde el primer libro de la Biblia hasta el último, hay más de cuatrocientas menciones de la "sangre." Ciertos versículos bíblicos son especialmente pertinentes con referencia a la cuestión de sostener la vida con sangre. Examinémoslos brevemente:
10 El registro bíblico muestra que en los primeros tiempos de la historia de la humanidad el Creador y Dador de Vida se expresó en cuanto a la cuestión de la sangre. Inmediatamente después del diluvio que cubrió al globo terráqueo, cuando Dios originalmente otorgó a los seres humanos el derecho de comer la carne animal, dio este mandato a Noé y su familia: "Todo animal moviente que está vivo puede servirles a ustedes de alimento. Como en el caso de la vegetación verde, de veras se lo doy todo a ustedes. Solo carne con su alma -su sangre- no deben comer."-Génesis 9:3, 4.
11 Ante todo, el Creador estaba suministrando un reglamento dietético en un tiempo en que la humanidad estaba experimentando un nuevo comienzo. (Compare con Génesis 1:29.) Sin embargo, Dios mostró que no era solo dieta lo que estaba envuelto en el dar muerte a los animales para usarlos como alimento. Eso se debía a que la sangre de la criatura representaba su vida o su alma. Así, hay versiones bíblicas que traducen Génesis 9:4 de este modo: "Solo que no comerás su carne con su vida, es decir, su sangre."-Revised Standard Version (Versión Normal Revisada, en inglés); Moffatt.
12 De modo que este reglamento divino no era sencillamente una restricción dietética, como cuando un médico le aconseja a un paciente que evite la sal o las grasas. El Creador conectó un altamente importante principio moral con la sangre. Al derramar toda la sangre que razonablemente pudiera dejarse escurrir, Noé y sus descendientes manifestarían que estimaban el hecho de que la vida venía del Creador y dependía de él. Pero examinemos más detalladamente este asunto.
13 El texto bíblico ya citado aplica a sangre animal. ¿Aplicaría el mismo principio a la sangre humana? Sí, hasta con mayor vigor. Pues Dios pasó a decirle a Noé: "Además de eso, la sangre de sus almas, la de ustedes, la reclamaré. . . . Cualquiera que derrame la sangre del hombre, por el hombre será derramada su propia sangre, porque a la imagen de Dios hizo él al hombre." (Génesis 9:5, 6) Pues bien, si la sangre animal (que representa la vida animal) era de significado sagrado para Dios, obviamente la sangre humana tenía un significado sagrado de mayor valor todavía. Las personas que cumplieran con estas direcciones divinas no andarían derramando la sangre de seres humanos (o matándolos) ni estarían comiendo sangre animal ni humana.
Sin embargo, ¿era este mandato a Noé solo una restricción limitada o temporánea? ¿Tiene que ver con generaciones posteriores, entre ellas la nuestra?
14 Muchos doctos bíblicos reconocen que Dios aquí puso un reglamento que no aplicaba únicamente a Noé y su familia inmediata, sino también a toda la humanidad desde aquel tiempo en adelante... la realidad es que todo el que ha vivido desde el Diluvio viene de la familia de Noé. (Génesis 10:32) Por ejemplo, en cuanto a la prohibición impuesta sobre la sangre el teólogo y reformador Juan Calvino reconoció que "esta ley había sido dada al mundo entero inmediatamente después del diluvio."2 Y Gerhard von Rad, profesor de la Universidad de Heidelberg, llama a Génesis 9:3, 4 "una ordenanza para toda la humanidad," porque toda la humanidad ha descendido de Noé.3
15 Puesto que la ley sobre la sangre estaba enlazada con la declaración solemne de Dios que daba énfasis a que debía mostrarse alta estima para la vida humana, podemos comprender estas observaciones del rabino Benno Jacob:
"Así, las dos prohibiciones van juntas. Son las demandas más elementales que se le hacen a la humanidad en el sentido literal de la palabra. . . . El permiso para comer carne, pero sin su sangre, y la prohibición contra el derramamiento de sangre humana indican el lugar del hombre dentro del mundo de lo vivo . . . En resumen: la razón por la cual se prohíbe la sangre es de carácter moral. . . . El judaísmo posterior consideró que este pasaje establecía la ética fundamental para todo ser humano." (Cursivas añadidas.)4
De hecho, judíos de tiempos posteriores derivaron de los comienzos de Génesis siete "leyes fundamentales" para la humanidad, y este mandato a Noé y sus hijos acerca de la sangre fue una de éstas.5 Sí, a pesar del hecho de que la mayoría de las naciones no la siguieron, esta ley fue en realidad una ley para toda la humanidad.-Hechos 14:16; 17:30, 31.
16 Más tarde, en su ley dada a la nación de Israel, Jehová Dios prohibió el asesinato, lo cual muestra que el mandato que le había dado a Noé todavía estaba en vigor. (Éxodo 20:13) De manera correspondiente, Dios también prohibió consumir sangre, diciendo:
"En cuanto a cualquier hombre de la casa de Israel o algún residente forastero que esté residiendo como forastero en medio de ellos que coma cualquier clase de sangre, ciertamente fijaré mi rostro contra el alma que esté comiendo la sangre, y verdaderamente la cortaré de entre su pueblo."-Levítico 17:10.
17 A los israelitas se les permitió usar la sangre de los animales de una sola manera. Esa fue: ofreciéndola en sacrificio a Dios, reconociéndolo como el Dador de Vida a quien estaban endeudados. Él les dijo: "El alma de la carne está en la sangre, y yo mismo la he puesto sobre el altar para ustedes para hacer expiación por sus almas, porque la sangre es lo que hace expiación por el alma [o vida] en ella."-Levítico 17:11.
18 ¿Qué había de la sangre de los animales que fueran muertos para alimentación, no para sacrificio? Dios dijo a sus adoradores que el cazador que prendiera una bestia salvaje o un ave "en tal caso tiene que derramar su sangre y cubrirla con polvo. Porque el alma de toda clase de carne es su sangre por el alma en ella. En consecuencia dije yo a los hijos de Israel: 'No deben comer la sangre de ninguna clase de carne, porque el alma de toda clase de carne es su sangre. Cualquiera que la coma será cortado.'"-Levítico 17:13, 14; Deuteronomio 12:23-25.
19 Este derramamiento de la sangre no era sencillamente un rito religioso; realmente era una extensión de la ley divina que se le dio a Noé. Cuando alguien mata un animal, debe reconocer que la vida de éste viene de Dios y le pertenece a él. Al no comer la sangre, sino 'derramarla' sobre el altar o en el suelo, el israelita estaba, en realidad, devolviendo la vida de la criatura a Dios.
20 El que un israelita mostrara desprecio a la vida como estaba representada en la sangre se consideraba un mal de suma gravedad. La persona que deliberadamente hiciera caso omiso de esta ley acerca de la sangre había de ser "cortada" de la existencia, ejecutada. (Levítico 7:26, 27; Números 15:30, 31) Se incurría en algún grado de culpa hasta por comer carne con contenido sanguíneo de un animal que hubiera muerto por sí mismo o que hubiera sido muerto por una bestia salvaje.-Levítico 17:15, 16; compare con Levítico 5:3; 11:39.
¿Podía ser descartada en tiempos de emergencia la ley de Dios sobre la sangre?
21 La Biblia responde: No. No había dispensación especial para tiempos de apretura. Podemos ver esto por lo que les ocurrió a unos soldados de Israel en los días del rey Saúl. Hambreados después de una larga batalla, degollaron ovejas y ganado y 'se entregaron a comer junto con la sangre.' Tenían hambre y no estaban comiendo sangre deliberadamente, pero en su prisa por comer la carne no se encargaron de sangrar debidamente a los animales. ¿Fue excusado su proceder por el hecho de que parecía que había una "emergencia"? Al contrario, su rey nombrado por Dios reconoció que lo que habían hecho era 'pecar contra Jehová comiendo junto con la sangre.'-1 Samuel 14:31-35.
¿Aplica a la sangre humana también esta debida aversión a la sangre?
22 Sí. Y eso es completamente entendible, puesto que la ley de Dios prohibía consumir "cualquier clase de sangre," 'sangre de toda clase de carne.' (Levítico 17:10, 14) Podemos ver cómo la nación judía estimaba esta ley al considerar un incidente en que estuvieron envueltos algunos judíos que habían seguido a Jesús y le habían escuchado. En cierta ocasión él habló en sentido figurado acerca de que había que 'beber la sangre de él,' porque él sabía que con el tiempo su sangre tenía que ser derramada en una muerte de sacrificio y que resultaría en vida a los que, por fe, aceptaran su sacrificio. (Juan 6:53-58) Obviamente por no darse cuenta de que Jesús estaba hablando en sentido simbólico, algunos de sus discípulos judíos se escandalizaron por sus palabras y dejaron de seguirle. (Juan 6:60-66) Sí, la idea de ingerir sangre humana les era absolutamente repugnante a aquellos adoradores judíos de Dios.
¿QUÉ HAY DE LOS CRISTIANOS?
23 La ley mosaica señaló a la venida y la muerte de sacrificio del Mesías. Por eso, después de la muerte de Jesús los adoradores verdaderos ya no estaban bajo la obligación de observar la ley mosaica. (Romanos 10:4; 6:14; Colosenses 2:13, 14) Las restricciones dietéticas de la Ley, como las que prohibían comer grasa o la carne de ciertos animales, ya no aplicaban.-Levítico 7:25; 11:2-8.
Entonces, ¿aplica a los cristianos la prohibición divina contra la sangre?
24 Este asunto se presentó para consideración en 49 E.C., durante una conferencia de los apóstoles y ancianos de Jerusalén que servían de cuerpo central de ancianos para todos los cristianos. La conferencia se celebró en respuesta a una cuestión acerca de la circuncisión. Este concilio apostólico decidió que los no judíos que aceptaban el cristianismo no tenían que circuncidarse. Durante la consideración, Santiago el medio hermano de Jesús llamó a la atención del concilio otras cosas esenciales que él consideraba que era importante incluir en la decisión de ellos, a saber, "que se abstengan de las cosas contaminadas por los ídolos y de la fornicación y de lo estrangulado y de la sangre." (Hechos 15:19-21) Se refirió a los escritos de Moisés, que revelan que, aun antes de que se diera la Ley, Dios había desaprobado las relaciones sexuales inmorales, la idolatría y el comer sangre, lo cual incluiría comer la carne de animales estrangulados, la cual contendría sangre.-Génesis 9:3, 4; 19:1-25; 34:31; 35:2-4.
25 La decisión del concilio fue enviada por carta a las congregaciones cristianas. Ahora se encuentra en la Biblia como parte de las Escrituras inspiradas que son provechosas "para enseñar, . . . para rectificar las cosas." (2 Timoteo 3:16, 17) La decisión fue:
26 "Al espíritu santo y a nosotros mismos nos ha parecido bien no añadirles ninguna otra carga, salvo estas cosas necesarias: que sigan absteniéndose de cosas sacrificadas a ídolos y de sangre y de cosas estranguladas y de fornicación. Si se guardan cuidadosamente de estas cosas, prosperarán."-Hechos 15:28, 29.
27 Sí, aunque los cristianos no estaban bajo la ley mosaica, era 'necesario' que se abstuvieran de sangre. ¿Fue aquello solo la opinión personal de los apóstoles? De ninguna manera. Como declararon, aquella decisión se hizo de acuerdo con el espíritu santo de Dios.
28 Acerca de aquel decreto cristiano, el profesor Walther Zimmerli, de la Universidad de Göttingen, Alemania, comentó:
"En la decisión acerca de la cual se informa en Hechos 15 la primera congregación judeocristiana hizo una distinción entre la Ley dada a Israel por Moisés y el mandato dado [por medio de] Noé a todo el mundo."-Zürcher Bibelkommentare.6
29 El mandato de 'abstenerse de sangre' no era una simple restricción dietética, sino que era un serio requisito moral, como se ve por el hecho de que para los cristianos aquello era tan serio como 'abstenerse de idolatría o fornicación.'
LOS CRISTIANOS PRIMITIVOS Y LA SANGRE
30 El concilio de Jerusalén envió esta decisión clara y definida a las congregaciones cristianas, con resultados positivos. En el capítulo 16 de Hechos leemos lo siguiente acerca de Pablo y sus asociados: "Según iban viajando por las ciudades entregaban a los de allí para que los observasen los decretos sobre los cuales habían hecho decisión los apóstoles y ancianos que estaban en Jerusalén. Por lo tanto, en realidad, las congregaciones continuaron haciéndose firmes en la fe y aumentando en número de día en día."-Hechos 16:4, 5.
¿Era la decisión que se registró en Hechos 15:28, 29 simplemente un requisito temporáneo, no una obligación que continuara sobre los cristianos?
31 Hay quienes han sostenido que el decreto apostólico no era una obligación permanente para los cristianos. Pero el libro de Hechos indica claramente lo contrario. Muestra que, unos diez años después que el concilio de Jerusalén hubo emitido aquel decreto, los cristianos continuaban cumpliendo con la 'decisión de que se guardaran de lo sacrificado a los ídolos así como de la sangre y de lo estrangulado y de la fornicación.' (Hechos 21:25) Esto muestra que estaban al tanto de que el requisito de abstenerse de sangre no estaba limitado a los conversos gentiles de alguna zona y no se había de aplicar por solo un breve espacio de tiempo.
32 Pero ¿cuál situación se observó en siglos posteriores cuando el cristianismo se esparció a lugares distantes? Consideremos la evidencia procedente de los siglos que transcurrieron después de publicarse el decreto que se registra en Hechos 15:28, 29.
33 Eusebio, escritor del siglo tercero a quien se considera el "padre de la historia de la Iglesia," relata lo que sucedió en Lyon (ahora en Francia) en el año 177 E.C. Los enemigos religiosos presentaron contra los cristianos la falsa acusación de que devoraban a niños de tierna edad. Durante la tortura y ejecución de algunos cristianos, una joven llamada Biblias respondió a la falsa acusación, diciendo: "¿Cómo puede ser que nosotros devoremos a niños de tierna edad... nosotros, a quienes no nos es lícito comer la sangre de bestias?"7
34 Falsas acusaciones similares hicieron que el teólogo latino primitivo Tertuliano (c. 160-230 E.C.) señalara que aunque los romanos por lo común bebían sangre, los cristianos ciertamente no hacían aquello. Escribe él:
"Que sus costumbres contranaturales se sonrojen de vergüenza ante los cristianos. Nosotros ni siquiera tenemos la sangre de animales en nuestras comidas, porque éstas consisten de alimento ordinario. . . . En los juicios de los cristianos ustedes les ofrecen embutidos llenos de sangre. Por supuesto, ustedes están convencidos de que la misma cosa con la cual tratan de hacer que se desvíen del camino correcto es ilícita para ellos. Entonces, ¿cómo sucede que, cuando están seguros de que ellos se estremecen ante la sangre de un animal, creen que se pondrán a jadear ansiosamente tras sangre humana?"8
35 Además, refiriéndose al decreto de Hechos 15:28, 29, dice: "Entenderemos que el decreto prohibitorio sobre 'la sangre' es mucho mayor [decreto prohibitorio] sobre la sangre humana."9
36 Minucio Félix, un abogado romano que vivió hasta aproximadamente 250 E.C., dice lo mismo, cuando escribe: "Tanto nos retraemos de la sangre humana, que en nuestro alimento no usamos sangre ni de animales comestibles."10
37 Tan abundante y clara es la evidencia histórica, que el obispo John Kaye (1783-1853) pudo declarar categóricamente: "Los cristianos primitivos cumplieron escrupulosamente con el decreto que pronunciaron los apóstoles en Jerusalén, pues se abstuvieron de cosas estranguladas y de sangre."11
Pero ¿son los 'cristianos primitivos' y los testigos de Jehová de tiempos modernos los únicos que han adoptado tal punto de vista fundado en la Biblia?
38 De ninguna manera. Comentando sobre Hechos 15:29, el docto bíblico católico Giuseppe Ricciotti (1890-1964) se refiere al incidente de Lyon (ya descrito) como evidencia de que los primeros 'cristianos no podían comer sangre.' Entonces añade: "pero aun en los siglos siguientes hasta la edad media, encontramos ecos inesperados de esta primitiva 'abominación' [de la sangre], indudablemente por causa del decreto."12
39 Por ejemplo, el Concilio Quinisexto celebrado en 692 E.C. en Constantinopla declaró: "La Escritura divina nos ordena que nos abstengamos de sangre, de cosas estranguladas, y de fornicación. . . . Si alguien de ahora en adelante se aventura a comer de manera alguna la sangre de un animal, de tratarse de un clérigo, que sea depuesto; de tratarse de un laico, que sea cortado."13 De manera similar, Otto de Bamberg (c. 1060-1139 E.C.), famoso prelado y evangelista, explicó a unos conversos en Pomerania "que no debían comer nada inmundo, ni que muriera por sí mismo, o fuera estrangulado, o sacrificado a ídolos, ni la sangre de animales."14
40 Acercándonos más a nuestro tiempo, Martín Lutero también reconoció lo que implicaba el decreto de 49 E.C. Al protestar contra las prácticas y creencias católicas tendió a agrupar el concilio apostólico junto con concilios eclesiásticos posteriores cuyos decretos no eran parte de la Biblia. Así y todo, Lutero escribió lo siguiente acerca de Hechos 15:28, 29:
"Ahora bien, si deseamos tener una iglesia que se amolde a este concilio (como es correcto, puesto que es el primer y principal concilio, y fue celebrado por los apóstoles mismos), tenemos que enseñar, y con insistencia, que desde ahora en adelante ningún príncipe, señor, ciudadano ni campesino coma ganso, gama, ciervo ni cerdo cocinados en sangre . . . Y los ciudadanos y los campesinos tienen que abstenerse especialmente del embutido rojo y la morcilla."15
41 En el siglo diecinueve, Andrew Fuller, considerado "quizás el más eminente e influyente de los teólogos bautistas," escribió lo que sigue acerca de la prohibición de Génesis 9:3, 4 sobre la sangre:
"Esto, prohibido a Noé, parece que también ha estado prohibido a toda la humanidad; y esta prohibición no debe tratarse como perteneciente a las ceremonias de la dispensación judía. No solo fue impuesta antes de que existiera aquella dispensación, sino que fue puesta en vigor entre los cristianos gentiles por los decretos de los apóstoles, Hechos XV. 20. . . . La sangre es la vida, y parece que Dios la reclama como sagrada a él."16
42 ¿Pudiera un cristiano alegar que el ejercicio de lo que algunos llaman "libertad cristiana" debería permitirle pasar por alto esta prohibición que se impuso sobre la sangre? En su libro The History of the Christian Church (La historia de la iglesia cristiana), el clérigo William Jones (1762-1846) responde:
"Nada puede ser más expreso que la prohibición, Hechos XV. 28, 29. ¿Pueden los que reclaman su 'libertad cristiana' respecto a este asunto señalarnos alguna parte de la Palabra de Dios en la cual se anule subsiguientemente esta prohibición? Si no, que se nos permita preguntar: '¿Por qué autoridad, excepto la Suya, puede revocarse alguna ley de Dios?'"-Pág. 106.
43 La conclusión es clara: Bajo la guía del espíritu santo el concilio apostólico decretó que los cristianos que deseen la aprobación de Dios tienen que 'abstenerse de sangre,' como Dios lo ha exigido desde los días de Noé. (Hechos 15:28, 29; Génesis 9:3, 4) Los cristianos primitivos aceptaron y siguieron este punto de vista apoyado por las Escrituras, aun en ocasiones en que el hacer eso les costó la vida. Y a través de los siglos desde entonces este requisito ha sido reconocido como 'necesario' para los cristianos. Así, la resolución de los testigos de Jehová de abstenerse de sangre se funda en la Palabra de Dios, la Biblia, y está apoyada por muchos precedentes en la historia del cristianismo.
LA SANGRE COMO MEDICINA
44 Hasta este punto hemos establecido que la Biblia exige lo siguiente: El ser humano no debe sostenerse la vida con la sangre de otra criatura. (Génesis 9:3, 4) Cuando se le quita la vida a un animal, la sangre que representa esa vida debe ser 'derramada,' debe ser devuelta al Dador de Vida. (Levítico 17:13, 14) Y, como decretó el concilio apostólico, los cristianos deben 'abstenerse de sangre,' lo cual aplica tanto a la sangre humana como a la sangre animal.-Hechos 15:28, 29.
Sin embargo, ¿aplican estas declaraciones bíblicas a la aceptación de sangre transfundida como un procedimiento médico de salvamento, o para salvar vidas?
45 Hay personas que alegan que la Biblia prohíbe el comer la sangre como alimento y que esto es fundamentalmente diferente de aceptar una transfusión de sangre, un procedimiento médico que era desconocido en tiempos bíblicos. ¿Es válido ese punto de vista?
46 No se puede negar que en tiempos bíblicos la ley de Dios tuvo aplicación particular a consumir la sangre como alimento. En aquel tiempo no se practicaba la administración intravenosa de la sangre. Pero, aunque la Biblia no consideró directamente las técnicas médicas modernas que tienen que ver con la sangre, sí de hecho se adelantó a ellas y las abarcó en principio.
47 Note, por ejemplo, el mandato de que los cristianos 'sigan absteniéndose de sangre.' (Hechos 15:29) Nada se declara ahí que hubiera de justificar el hacer una distinción entre ingerir sangre por la boca y recibirla por los vasos sanguíneos. Y, realmente, ¿hay en principio diferencia fundamental alguna en esto?
48 Los doctores saben que a una persona se le puede alimentar por la boca o intravenosamente. De manera similar, ciertas medicinas pueden administrarse por diferentes vías. Por ejemplo, hay antibióticos que pueden tomarse oralmente en forma de tabletas o pueden ser inyectados en los músculos de la persona o su sistema circulatorio (intravenosamente). ¿Qué hay si usted hubiese tomado cierta tableta de antibiótico y, por haber tenido una peligrosa reacción alérgica, se le hubiese advertido que se abstuviera de esa droga en el futuro? ¿Sería razonable considerar que esa advertencia médica significaría que usted no podría tomar la droga en forma de tableta, pero que podría inyectársela sin riesgo en la corriente sanguínea? ¡Difícilmente! El punto principal no sería la vía de administración, sino que era necesario que usted se abstuviera por completo de ese antibiótico. De manera similar, el decreto de que los cristianos deben 'abstenerse de sangre' claramente abarca introducir sangre en el cuerpo, ya sea por la boca o metiéndola directamente en la corriente sanguínea.
¿Cuánta importancia tiene esta cuestión para los testigos de Jehová?
49 Las personas que reconocen que dependen del Creador y Dador de Vida deben mostrarse resueltas a obedecer sus mandatos. Esta es la firme posición que adoptan los testigos de Jehová. Ellos están plenamente convencidos de que es correcto cumplir con la ley de Dios que manda abstenerse de sangre. En esto no están siguiendo un capricho personal ni algún punto de vista fanático sin fundamento. Es por obediencia a la más encumbrada autoridad del universo, el Creador de la vida, que rehúsan introducir sangre en su organismo por comerla o por transfusión.
50 Por lo tanto, la cuestión de la sangre para los testigos de Jehová envuelve los principios más fundamentales sobre los cuales ellos como cristianos fundan su vida. En juego está la relación de ellos con su Creador y Dios. Además, de todo corazón creen estas palabras del salmista: "Las decisiones judiciales de Jehová son verídicas; han resultado del todo justas. . . . En guardarlas hay grande galardón."-Salmo 19:9, 11.
51 Personas que solo observen el efecto relativamente inmediato de las decisiones pudieran dudar que el obedecer la ley de Dios acerca de la sangre pueda considerarse 'galardonador.' Pero los testigos de Jehová están seguros de que les resultará en bien duradero obedecer las direcciones procedentes de su Creador.
52 El sentir de los cristianos primitivos era el mismo. La historia muestra que a veces su obediencia a Dios se veía sometida a prueba hasta el límite. En el Imperio Romano se hacía el esfuerzo de influir en ellos para lograr que ejecutaran actos de idolatría o participaran en inmoralidad. El resultado de que ellos se negaran a ceder podía ser que se les arrojara en la arena romana para perecer desgarrados por crueles fieras. Pero aquellos cristianos se apegaban a su fe; obedecían a Dios.
53 Piense en lo que aquello envolvía. Para los cristianos primitivos que eran padres, el que rehusaran violar la ley de Dios podía hasta acarrear muerte a sus hijos. Sin embargo, por la historia sabemos que aquellos cristianos no le volvieron la espalda a Dios por temor o falta de fe, ni negaron los principios por los cuales vivían. Creían en las palabras de Jesús: "Yo soy la resurrección y la vida. El que ejerce fe en mí, aunque muera, llegará a vivir." (Juan 11:25) Por eso, a pesar del costo inmediato, aquellos cristianos obedecían el decreto apostólico de abstenerse de cosas sacrificadas a ídolos, de fornicación y de sangre. Eso indicaba el alto valor que tenía para ellos la fidelidad a Dios.
54 Hoy esa fidelidad tiene el mismo valor para los testigos de Jehová también. Correctamente ellos sienten la obligación moral de tomar decisiones acerca de la adoración para sí mismos y para sus hijos. Por esa razón, los testigos de Jehová no están esperando que ninguna otra persona, sea un médico o el administrador de un hospital o un juez, tome estas decisiones morales en lugar de ellos. No desean que otra persona trate de echarse sobre sus propios hombros la responsabilidad que ellos, los padres, tienen ante Dios, porque en realidad ninguna otra persona puede hacer eso. Es una responsabilidad personal del cristiano para con su Dios y Dador de Vida.
¿ES EL RECHAZO UNA FORMA DE SUICIDIO?
55 En presencia de una pérdida masiva de sangre debido a lesión, enfermedad o complicaciones quirúrgicas, frecuentemente se han administrado transfusiones de sangre con la intención de conservar la vida. Por eso, cuando la gente oye que alguien rehúsa una transfusión de sangre, es posible que piensen que esa persona está en realidad quitándose la vida. ¿Es verdad eso?
¿Es "suicidio" o ejercer el "derecho de morir" de uno el rechazar una transfusión de sangre?
56 Suicidio es procurar quitarse la vida. Es un atentado de autodestrucción. Pero cualquier persona que esté relacionada con las creencias y prácticas de los testigos de Jehová, aunque sea casualmente, puede ver que ellos no están tratando de destruirse. Aunque rechazan las transfusiones de sangre, acogen la ayuda médica de alternativa, los otros métodos de tratar. Correctamente, un artículo de The American Surgeon (El cirujano americano) comentó:
"Por lo general, el rechazar la atención médica no es equivalente a 'suicidio.' Los testigos de Jehová procuran la atención médica, pero rechazan solo un rasgo de la atención médica. El rechazar atención médica o partes de tal atención no es un 'delito' cometido contra uno mismo por un franco acto del individuo para destruir, como lo es el suicidio." (Cursivas añadidas.)17
El profesor Robert M. Byrn señaló en el Fordham Law Review (Revista de derecho de Fordham) que 'el rechazar terapia de salvamento y el atentado de suicidio son tan diferentes en el derecho como lo son las manzanas y las naranjas.'18 Y, hablando a una conferencia médica, el Dr. David Pent, de Arizona, declaró:
"Los testigos de Jehová piensan que, si mueren debido a que rehúsan recibir una transfusión de sangre, están muriendo por sus creencias más o menos como lo hicieron los mártires religiosos primitivos hace siglos. Si esto es suicidio médico pasivo, hay varios médicos en el auditorio ahora mismo que están fumando cigarrillos, y eso probablemente constituye un suicidio tan pasivo como ése."19
57 ¿Qué hay de la idea de que al rechazar las transfusiones los testigos de Jehová están ejerciendo un "derecho de morir"? La realidad es que los testigos de Jehová quieren permanecer vivos. Por eso procuran la ayuda médica. Pero no pueden violar, y no van a violar, sus convicciones religiosas profundamente arraigadas y fundadas en la Biblia.
58 A menudo los tribunales de justicia han sostenido el principio de que cada individuo tiene derecho a integridad corporal, queriendo decir que al final de cuentas uno mismo tiene la responsabilidad de decidir qué se le ha de hacer a su cuerpo. En realidad, ¿no es eso lo que usted quisiera que pasara si usted estuviera enfermo u hospitalizado? Puesto que es su vida, su salud y su cuerpo, ¿no debería ser usted quien dijera la última palabra en cuanto a si algo se le va a hacer o no?
59 Hay consecuencias lógicas de este punto de vista inteligente y moral. Un folleto producido por la Asociación Médica Americana explica: "El paciente tiene que ser el árbitro final en cuanto a si se arriesgará con el tratamiento u operación que recomiende el médico o si correrá el riesgo de vivir sin tal cosa. Ese es el derecho natural del individuo, reconocido por la ley." "El paciente tiene el derecho de retraerse de consentir en tratamiento de salvamento. Por consiguiente, puede imponer a su consentimiento los términos, condiciones y limitaciones que desee."20
60 Eso es tan cierto acerca de la transfusión de sangre como de cualquier otra "terapia de salvamento," o tratamiento para salvar la vida. El Dr. jur. H. Narr, de Tübingen, Alemania, declaró: "El derecho y el deber de sanar del médico está limitado por la libertad fundamental del hombre a autodeterminación respecto a su propio cuerpo. . . . Lo mismo es cierto de otros tipos de intervención médica, y por lo tanto también del negarse a aceptar transfusiones de sangre."21
61 Se entiende el que haya quienes se escandalicen ante la idea de que alguien rehúse aceptar sangre cuando el hacerlo pudiera ser peligroso o hasta fatal. Muchos piensan que la vida es la cosa de mayor importancia, que hay que conservar la vida a todo costo. Es verdad que la conservación y preservación de la vida humana es uno de los intereses más importantes de la sociedad. Pero ¿debería esto significar que "la conservación de la vida" viene por encima de todo y cualquier principio?
62 En respuesta a esto, Norman L. Cantor, profesor asociado en la Escuela de Derecho de Rutgers, señaló:
"Se realza la dignidad humana cuando se permite que el individuo determine por sí mismo qué creencias merecen que se muera por ellas. A través de las edades han sido muchas las causas nobles, tanto religiosas como seglares, que han sido consideradas dignas del sacrificio de uno mismo por ellas. Ciertamente la mayoría de los gobiernos y sociedades, entre éstos los nuestros, no consideran que la santidad de la vida sea el valor supremo."22
El Sr. Cantor dio como ejemplo el hecho de que en las guerras ha habido hombres que voluntariamente se han enfrentado a lesiones y muerte al luchar por "la libertad" o "la democracia." ¿Consideraron los compatriotas de éstos que esos sacrificios hechos por razón de principios fueran moralmente incorrectos? ¿Condenaron como innoble este proceder las naciones, puesto que algunos de los que murieron dejaron atrás viudas o huérfanos que necesitaban atención? ¿Cree usted que los abogados o los médicos debieron haber procurado órdenes judiciales para evitar que estos hombres hicieran sacrificios por sus ideales? Entonces, ¿no es obvio que la anuencia a aceptar peligros por razón de principios no es cosa singular de los testigos de Jehová y los cristianos primitivos? La realidad es que esa lealtad a los principios ha sido altamente estimada por muchas personas.
63 También, es digno de enfatizarse de nuevo que, aunque los testigos de Jehová no aceptan transfusiones de sangre, acogen tratamientos de alternativa que pudieran ayudar a mantenerlos vivos. Entonces, ¿por qué debería alguien insistir en cierta terapia que violara totalmente los principios de una persona y sus más profundas creencias religiosas, y hasta imponer esa terapia por fuerza?
64 Sin embargo, eso ha ocurrido. Algunos doctores o administradores de hospitales hasta han recurrido a los tribunales para obtener autorización legal para imponerle por fuerza una transfusión de sangre a un individuo. Acerca de los que han adoptado este proceder, el Dr. D. N. Goldstein escribió en The Wisconsin Medical Journal (Publicación médica de Wisconsin):
"Los doctores que han adoptado esta posición han negado los sacrificios de todos los mártires que han glorificado la historia con su devoción suprema a los principios hasta a costo de su propia vida. Porque los pacientes que optan por muerte segura más bien que violar una creencia religiosa son de la misma índole que los que pagaron con su vida por fe en Dios o los que fueron a la pira antes que aceptar el bautismo [obligado]. . . . Nosotros tenemos el deber de salvar la vida, pero bien pudiéramos preguntarnos si no tenemos también el deber de salvaguardar la integridad y conservar las pocas señales de autenticidad personal que continúan presentándose en una sociedad cada vez más regimentada. . . . Ningún médico debería procurar asistencia legal para salvar un cuerpo por medio de destruir un alma. El paciente es dueño de su propia vida."
2006-12-01 05:29:15
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answer #5
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answered by chichita 6
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